El miedo nos acecha (“corderos en medio de lobos”), la falta de preparación es evidente, los medios limitados. No importa, Jesús nos manda: “id” a la misión. “¡En marcha!”.
Caigamos en la cuenta de nuestra responsabilidad misionera, fijándonos obedientemente en la inusual y olvidada práctica que para ello nos propone Jesús. Pero sobre todo recordemos que él en persona nos ha comprometido en su misma tarea: ¿no sobrepasa esto todo lo que podíamos anhelar?
Ver más oraciones aquí para saber cómo bajar este documento, imprimir, etc. ver: “Cómo descargar documentos en nuestra web”.