La Organización Internacional del Trabajo ha llamado la atención sobre los efectos que tiene en la salud mental de algunos jóvenes la muy grave situación de desempleo y extrema precarización del empleo que padecen: 75 millones de jóvenes desempleados y más de 220 millones de trabajadores y trabajadoras jóvenes que luchan diariamente por subsistir en el sector informal y viven en condiciones de extrema pobreza. Como consecuencia de ello, muchos jóvenes, dice la OIT, «se están desconectando del mercado de trabajo».
El desempleo y el subempleo generalizados pueden suscitar en los jóvenes un sentimiento de desesperación e impotencia que aumenta su vulnerabilidad y los problemas de salud mental entre los jóvenes. Especialmente vulnerables son los jóvenes, cada vez más, que ni estudian ni trabajan. Por eso, la OIT hace un llamamiento a tener mucho más presente este grave problema que exige programas y políticas de empleo juvenil mucho más decididas que las actuales.