El compromiso temporal, nos obliga a un hacer, que era a lo que se obligaban los israelitas de la Antigua Ley, mientras que el compromiso bautismal nos obliga a un ser: SER CRISTO, ¡nada menos! Y en Él, y con Él, y por Él, entrar en la Vida Trinitaria (Rovirosa, OC, T.II, 172).
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