Durante la audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, con los miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores Mutilados y Inválidos de Italia, el Papa, ha asegurado que en el desarrollo de la cultura de la seguridad y del trabajo «está en juego la misma sustancia de la democracia, que se funda en el respeto y la tutela de la vida da cada uno», después de haber agradecido a la organización la atención de y el cuidado a quienes resultan mutilados o discapacitados a causa del trabajo.
Una vez más, Bergoglio ha defendido la dignidad del trabajo y ha señalado uno de los grandes males de nuestra época y en particular del actual sistema económico que valora el trabajo solo en función de la productividad que genera, lo que, según declaró, «lleva a medir el valor de las personas en función de la cantidad de riqueza que producen, degradando su singularidad y riqueza personal. Esta forma de actuar enferma contiene dentro de sí mismo el germen de la explotación y la esclavitud, y tiene sus raíces en una concepción utilitaria de la persona humana».
«Dios consuela a quien sufre, así como sufrió Él, y está cerca de cualquier situación de indigencia y humildad. Con su fuerza cada uno está llamado a un compromiso efectivo de solidaridad y de apoyo ante quien es víctima de accidentes en el trabajo. Apoyo que se debe extender a las familias, que sufren también y necesitan consuelo», ha explicado Bergoglio. quien ha pedido a la sociedad que reconozca y ayude a los que sufren accidentes laborales.
De hecho, el obispo de Roma ha tenido palabras de ánimo y reconocimiento a la asociación recibida, por su defensa de de los derechos de los más débiles: «Nuestro mundo necesita más humanidad, que abra los ojos y ver que los que están frente a nosotros no son una mercancía, sino una persona y un hermano en la humanidad».
El Papa se alegró de saber que esta asociación trabaja con diferentes instituciones civiles, como el Ministerio del Trabajo, el de la Instrucción, la Universidad, y el instituto de Investigación. Gracias a ellos, se llevaron a cabo muchos proyectos de formación, dirigidos a estudiantes y trabajadores, a dirigentes y responsables de empresas, para que tomen más conciencia de las exigencias de la seguridad y tutela de la salud de los trabajadores. Esta sinergia produjo ya desde hace diez años, el importante Texto Único sobre la Seguridad, cuya actuación están llamados todos a cumplir plenamente.
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Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano