Jesús muerto y resucitado se hace presente en la prolongación de la Eucaristía, para que nuestra vida sea también eucarística y, como decimos en la Plegaria: anunciemos la muerte del Señor hasta que vuelva. Algo que solo podemos hacer si estamos dispuestos como Él a entregar nuestra vida por el hermano, para que tenga vida. […]
Continua leyendo