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Fiesta de Todos los Santos (1 noviembre 2020)

Iglesia

Fiesta de Todos los Santos (1 noviembre 2020)

29 octubre 2020

La festividad de Todos los Santos es día para hacer memoria y agradecer. Nuestra vida sería muy distinta –tenemos que admitirlo- si no hubiera sido acompañada por esa multitud de testigos, de santos “de la puerta de al lado” que Dios puso en nuestra vida. Recordamos a cada uno por su nombre, a cada una por su sencilla aportación de fe, de esperanza y amor en nuestra vida. A cada quien por lo que, con la sencillez de lo cotidiano, ha añadido a mi historia entretejida de encuentros y abrazos en las periferias, donde la gratuidad abunda y se desparrama.

Por cada nombre, por cada vida, por cada encuentro, por cada compromiso compartido, por cada brizna de evangelio que me han enseñado, le doy gracias a Dios. Y a ellas y a ellos les pido que sigan acompañando mi propio camino de santidad.

 

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Los movimientos populares profundizan en los caminos de fraternidad y dignidad que permitan alcanzar justicia social para todos  

Internacional

Los movimientos populares profundizan en los caminos de fraternidad y dignidad que permitan alcanzar justicia social para todos  

24 octubre 2020

Concluye el encuentro de los movimientos populares y el Dicasterio para el Servicio Humano Integral. Realizado en formato de videoconferencia, como consecuencia de la COVID-19, y retransmitido en directo en cinco idiomas. 

Durante cuatro horas referentes de movimientos populares de distintos países que representa una diversidad de trabajadores humildes, precarizados y excluidos; trabajadores rurales sin tierra y trabajadores y sus familias sin techo, que además de sufrir las injusticias de este sistema luchan contra ellas en el anhelo de tierra, techo y trabajo (3T) para todos y en todo lugar, han trasladado al Dicasterio vaticano, representado por el prefecto y cardenal Peter Turkson, sus reflexiones y propuestas del diálogo del encuentro.

El cardenal Michael Czerny, encargado de dar la bienvenida, ha señalado que esta nueva reunión se enmarca en la cultura del encuentro “indispensables para avanzar” y una oportunidad para “aprender en un nuevo contexto” pandémico. Ha invitando a todas las personas asistentes a realizarse las cinco preguntas expresadas en Fratelli tutti, 197: ¿Cuánto amor puse en mi trabajo? ¿En que hice avanzar al pueblo? ¿Qué marca deje en la vida de la sociedad? ¿Qué lazos reales construí? ¿Cuánta paz social sembré? ¿Qué fuerzas positivas desate? ¿Qué provoque en el lugar que se encomendó?, una clara invitación a la conversión personal.

Por su parte, Juan Grabois, ha anunciado los distintos diálogo de esta cita, no sin antes trasladar la importancia de enfrentar a la lógica del descarte, la lógica de los poetas sociales: “la de crear, de recuperar, la de ese ejército invisible que Francisco valora tanto y que se ha puesto en las trincheras de los mapas difíciles de la pandemia. Los que compartimos el anhelo de tierra, techo y trabajo, que tiene 3 dimensiones: son derechos sagrados, son un sujeto social: los trabajadores más pobres sin derechos laborales, las familias sin techo; campesinos sin tierra, trabajadores de la tierra… y este sujeto social de la exclusión y el descarte tiene el proyecto de la economía popular, reforma urbana y reforma agraria. El pueblo descartado con una transformación positiva que tiene enfrente al ídolo de oro; y un programa de transformación”. Grabois ha animado a fortalecer los vínculos de “amor de nuestros pueblos, la sed de justicia, y el pensamiento y el ejemplo de todos los que ponen manos y corazón a este servicio. Francisco es uno de ellos que nos deja tesoros en sus textos”.

Carta a Francisco con motivo del evento La economía de Francisco

Este documento se presentará al evento de Economía de Francisco, previsto para el próximo mes de noviembre, como propuesta de diálogo alternativa al “sistema depredador” actual. Ha sido presentado por Marina Oliveira, Juliane Furno, Andrés Cappa y Jean Jores que han destacado que “no se puede superar la crisis socioambiental en el marco del sistema actual que idolatra el dinero”.

Por eso, esta propuesta alternativa pasa fundamentalmente por situar “a la mujer, al hombre y la naturaleza en el centro” de las decisiones políticas frente a la idolatría y el poder del dinero que gobierna. Los movimientos populares, que reconocen “la amplitud del pensamiento de Francisco”, proponen “una visión que consideramos en sintonía con la radicalidad de sus enseñanzas y la naturaleza revolucionaria de la fe cristiana”. Una propuesta basada en cinco ejes: Ecología integral y bienes comunes; Democracia económica; Tierra, techo y trabajo; Educación, salud, comunicación y tecnología; Soberanía, movilidad humana y paz y que tiene como origen “los documentos elaborados en los tres encuentros de movimientos populares, los diversos encuentros nacionales y regionales realizados por las organizaciones comunitarias y las intervenciones del Papa Francisco sobre diversas materias”.

La pospandemia, en clave de tierra, techo y trabajo.

Joan Pedro Stedile, ha compartido en el eje tierra, tres cuestiones. El concepto tierra que “es más que cultivarla y trabajarla. Tierra es territorio, es cultura, es la naturaleza y por supuesto las diversas formas de relacionarse con ella, entre las que defendemos la agroecología. Tierra es el derecho a la soberanía alimentaria”. En segundo lugar, la realidad actual del sistema de producción que “ya no resuelve los problemas de la humanidad. Es un modo de producción del pasado. El capitalista sigue acumulando, y los ricos siguen acumulando pero no hay condiciones para atender las necesidades fundamentales de las personas”, 850 millones de personas que pasan hambre en todo el mundo. Y, finalmente, las perspectivas que “la crisis actual nos ayuda a poner sobre la mesa la única alternativa posible es la agricultura familiar campesina, basada en el trabajo familiar y el respeto a la naturaleza”.

Por su parte, Rose Molokoane ha presentado la situación de los sin techo, denunciando que “los distintos organismos internacionales se reúnen para discutir los problemas que nos afectan, pero sin nosotros” para afirmar que “nada para nosotros sin nosotros” los empobrecidos del sistema. Por eso, reclama de los gobiernos que reconozcan “a las comunidades, a los asentamientos informales y las villas” la necesidad y el derecho que tiene “a ocupar la tierra. Sabemos cómo cambiar las vidas, pero no tenemos los recursos porque la tierra no nos pertenece”, ha dicho, para señalar a los políticos que “no tienen la voluntad para apoyarnos.  Hablar sin acción no va a cambiar nuestras vidas. Tenemos que crear alternativas que hagan que los gobiernos nos escuchen y hagan junto a nosotros”.

Ha continuado Orador Aboubakar, para compartir su reflexión sobre el eje trabajo, que la pandemia ha puesto en evidencia, “agravando los problemas sociales, especialmente la desigualdad”, para denunciar que el trabajo hoy “es una precariedad existencial. El trabajo hoy es explotación, es avidez de acumular ganancias, es saquear la naturaleza, es una forma de metamorfosis de la crisis social, es también una forma de empobrecimiento de las personas”. En este sentido, reclama “la descolonización de nuestras mentalidades” e imaginar otra forma posible de sociedad “que puede implementarse si somos capaces de conectar nuestras visiones” y promover la solidaridad, para pueden cubrir sus necesidades básicas, “con participación de las diversidades” y esperanzados en “construir ámbitos alternativos donde la economía esté al servicio de la comunidad” y de las personas.

Fratelli tutti, el anhelo compartido de fraternidad, solidaridad y justicia social 

El diálogo ha continuado con la intervención de Charo Castelló, que ha expuesto una  perspectiva de los movimientos populares en relación con Fratelli tutti, destacando, por un lado, el poder de los sueños compartidos ya que “no se trata de una ensoñación o de una quimera, de un delirio, sino de despertar la capacidad de imaginar una realidad nueva y distinta, que es el primer e indispensable paso para caminar hacia ella, para construirla”, por eso, los movimientos populares ”llevamos años reivindicando que la caridad, sino es también política no es caridad que no es solo dar de ‘comer’, sino trabajar por transformar esas estructuras sociales, económicas, esa cultura”. “Cuando los movimientos populares reivindicamos las 3T, estamos queriendo que se ponga en práctica este principio y que tiene enormes consecuencia para la vida de las personas, el agua, la tierra, la cultura, el trabajo, etc., son todos bienes universales que nadie tiene derecho a apropiarse de ellos”.

Por otro lado, Castelló ha recordado que el trabajo es la clave para la dignidad humana y para promover la justicia social, por eso, ha denunciado “en tantos lugares de esta tierra son pisoteados los derechos de las personas trabajadoras. Nos hemos peleado a veces con mucha vehemencia por la importancia del trabajo en la vida de las personas, no solo por lo que significa de aporte económico que es fundamental, en el mejor de los casos, sino porque es un espacio de desarrollo, de creación, de construcción de espacios de relación”, ha dicho.

Universidad de las periferias, luz y esperanza en el horizonte

Además, en el encuentro, se ha compartido el proyecto educativo y emancipatorio de la Universidad Latinoamericana de las Periferias, dirigida por y para el pueblo pobre y trabajador. El cura villero, Charly Olivero, ha dicho que esta universidad “empieza por abajo, en la recopilación de las necesidades, problemas y saberes de las periferias. Y desde allí se lanza a la producción de un conocimiento contextualizado que superando la fragmentación epistemológica, respete el conocimiento de los más pobres, intenta tender puentes hacia el conocimiento científico global validado”.

Mensaje del Vaticano…

Por su parte, en la intervención realizada por el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio vaticano, ha convenido con los movimientos en que “hay desigualdades, falta de acceso a la salud, sistemas económicos crueles, es por eso que el virus nos expone a muchas otras pandemias que hay que abordar. Todas tienen una cosa en común, socavan la dignidad humana”. La encíclica Fratelli tutti constituye una respuesta adecuada ante estos déficits, ha remarcado.

Turkson ha querido tener una mención especial al proyecto de Universidad de las Periferias, espacio educativo integral para “motivar a las personas a buscar el cambio. El proyecto de la Universidad de las Periferias (ULPE), se desarrolló para servir a las poblaciones periféricas y recordar que la motivación del cambio está en la educación. Fratelli Tutti es la piedra fundacional para construir esta educación”. Desde el dicasterio queremos pondremos todos nuestros esfuerzos en revertir estas deficiencias que atentan contra la dignidad humana y que nuestro pueblo sufre.

Documentos disponibles

Carta a FranciscoAportación al evento La economía de Francisco. (pdf)

Antonio Algora: Retazos de una vida episcopal

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Antonio Algora: Retazos de una vida episcopal

17 octubre 2020

Juan Fernández de la Cueva, director del Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal y del Secretariado de Pastoral del Trabajo de Madrid comparte sus recuerdos del obispo, Antonio Algora, con quien coincidió en el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española.

Escribo estas notas la misma tarde en que recibí la noticia de la muerte de Monseñor Antonio Ángel Algora Hernando, obispo 27 años responsable del Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española, ahora con la denominación de Pastoral del Trabajo.

Conocí a Don Antonio en el Instituto de Pastoral León XIII y en unas colonias infantiles de verano, que organizaban Hermandades del Trabajo, siendo yo seminarista y él sacerdote recién ordenado. Después los destinos eclesiales de la diócesis de Madrid separaron nuestras vidas.

Ha sido hace cinco años cuando hemos trabajado juntos en el Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal, siendo él obispo responsable y yo director del mismo.

Recuerdo a Don Antonio en las reuniones del Consejo Asesor de dicho Departamento escuchando con atención, participando como uno más, sobre todo con sus vivencias que enlazaba una tras otra como san Mateo dice de Jesús: “un escriba que entiende del Reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo” (Mt 13, 52)

Así Don Antonio cargaba de autoridad sus aportaciones, sin sentar cátedra ni echar mano de sus diplomas. Nunca hizo gala de su título honorífico de Prior de las Ordenes Militares, título anexo al obispado de Ciudad Real, ni de sus estudios de Sociología en el Instituto Pastoral León XIII, de la Universidad de Salamanca en Madrid. Su autoridad le venía de hacer lectura creyente de la vida.

Sus aportaciones en las reuniones o conferencias no eran citas eruditas de la Doctrina Social de la Iglesia. Hablaba de la abundancia de experiencias con los feligreses diocesanos de Teruel-Albarracín, de Ciudad Real, de los “currantes” que entregaban su vida por defender la dignidad del trabajo. Su bondad de padre pastor despertaba en mí, un ánimo sereno para seguir en la tarea de la evangelización del mundo del trabajo.

Estilo de vida episcopal

En una visita pastoral a Teruel Don Antonio disfrutaba tanto arreglando los grifos o la instalación eléctrica de una casa parroquial, como celebrando un pontifical con mitra y báculo. No concebía que rebajase su dignidad de obispo por el trabajo manual de fontanero o electricista. Para él, todo trabajo tenía un valor que dignifica a la persona.

En otra visita a una parroquia de Teruel, año 2012, a la vista de la pobreza de medios pastorales y del nivel social de catequistas y otros agentes de pastoral, resaltó este hecho en su homilía: “Me llama poderosamente la atención que se cumpla a la letra aquello que dice San Pablo “Fijaos en vuestra asamblea, hermanos: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas… lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso. Aún más, ha escogido la gente que no cuenta, para anular a la que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor”.

Antonio era la expresión humilde y amable del episcopado pero, a la vez, el rostro enérgico en recordar proféticamente a sus hermanos obispos la vigencia no siempre reconocida del mundo del trabajo en la pastoral ordinaria. Muchas veces les recordaba, con amabilidad franciscana, lo que aprobaron en la LXII Asamblea Plenaria, que “el mundo obrero sigue existiendo aunque su rostro haya cambiado, pero el puesto que ocupan los trabajadores en el sistema de producción sigue siendo el mismo: están subordinados y sometidos a las exigencias del capital” (POTI).

Siendo consecuente con esta toma de postura de la conferencia Episcopal Española Don Antonio Algora publicó en 2014 una carta pastoral como obispo de Ciudad Real que dedicó a los trabajadores de Elcogás en Puertollano, “amenazados con perder el trabajo a causa de los continuos cambios de las políticas energéticas de este país”. Y explicaba la causa de este cambio: “Lo más seguro es que los que han tomado esta decisión hablarán de rentabilidades económicas y de la necesidad de ser competitivos en el mercado de la energía”.

Su bondad de padre pastor en la pastoral del trabajo, su convencimiento sin triunfalismos, despierta ánimo sereno en mí, para avanzar en la ardua tarea de la evangelización del mundo del trabajo. En definitiva, el estilo pastoral de Don Antonio resuena en mi vida con este animoso eco: “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios” (2 Timoteo 1, 1-8) D. Antonio no solo respondería a esta frase de S. Pablo “amén”, sino “Dios te paga”.

Antonio Algora, 27 años como obispo de la Pastoral Obrera de la Iglesia que camina en España

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Antonio Algora, 27 años como obispo de la Pastoral Obrera de la Iglesia que camina en España

16 octubre 2020

Felipe García Mateos, consiliario del Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, en Plasencia, escribe estas líneas en recuerdo de Don Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, y durante mucho tiempo, responsable de la Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española.

“Bendito seas, Padre, Señor de Cielo y tierra…” (Lc 10,21).

 Doy gracias a Dios por pertenecer al Consejo Asesor de Pastoral Obrera, desde la creación del mismo. Allí conocí y colaboré, primero, con D. Victorio Oliver, Obispo Responsable de la, entonces, Subcomisión de Pastoral Obrera, creada oficialmente en el año 1985 -hoy, Departamento-, de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, en la que, también, estaba D. Antonio Algora. Las elecciones para nuevos cargos en la Conferencia Episcopal, celebradas en el año 1993, hicieron que D. Victorio Oliver, fuera nombrado Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y, D. Antonio Algora, Obispo Responsable de la Subcomisión de Pastoral Obrera.

En diciembre del año 993, acepto la responsabilidad de Director de la Subcomisión de Pastoral Obrera y, desde entonces, comienza mi trabajo y colaboración con D. Antonio Algora y que ha continuado hasta hoy. .

¡“Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!”  (Lc 10, 23).

El documento de “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”

 El 18 de Noviembre del año 1994, D. Antonio Algora presentó, en la LXII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, para ser votado, el documento de “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”.(Propuestas Operativas), que mayoritariamente fue aprobado.

Guardo en mi corazón el abrazo que le dimos, Anselmo Díaz, Presidente de la HOAC y yo mismo, al terminar aquella plenaria de los Obispos. He recordado muchas veces su alegría y emoción, por ser el primer documento oficial de nuestra iglesia, sobre Pastoral Obrera y por el camino recorrido de acercamiento entre pastores y militantes obreros, cristianos y no creyentes, agentes de pastoral y sindicalistas.

“Aquel mismo día dos discípulos iban camino de una aldea llamada Emaús… y comentaban todo lo sucedido… Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos” (Lc 24, 12-14).

Durante estos 27 años han sido muchas las reflexiones compartidas “en el camino”, muchos los viajes realizados, los encuentros, cursillos y jornadas celebradas, para presentar el documento en todas las diócesis y a varias congregaciones religiosas. Significación especial tuvo el viaje a Roma, para presentar el documento, en los Dicasterios de Iustitia et Pax, con el entonces cardenal Echegaray y, en el de Laicos, con el Arzobispo Rilko. Así como su presencia en los 3 encuentros de Pastoral Obrera Europea, celebrados en Bruxelas, Suiza y Portugal, como Obispo Responsable de la Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal. Su presencia, sus intervenciones y, su estilo en la relación, era motivo de gozo, de admiración y de valoración del episcopado en la Iglesia de España.

En todo este camino recorrido, con sus luces y sus sombras, he sido testigo de su fe en Jesucristo Resucitado, propuesta de liberación para el mundo obrero, de su cariño a la Iglesia y de su sentido de comunión con todos sus hermanos obispos, a pesar de las dificultades que, en estos últimos años, han ido surgiendo.

El texto de Emaús me ayuda a compartir la rica experiencia de acompañamiento que hemos tenido, durante estos XXVII años, todos los que trabajamos en Pastoral Obrera: su presencia fiel a todos los encuentros, sus silencios, su actitud de escucha atenta a todos, dejando expresar con libertad los sentimientos, las opiniones y las inquietudes, valorando nuestros trabajos, reconociendo nuestras vidas, ayudándonos a descubrir al Resucitado, actuando en la Iglesia y fortaleciendo la comunión y la entrega e invitándonos a ser esos testigos en nuestras respectivas iglesias locales.

Su persona sencilla y acogedora, respetuosa y amable, sus gestos de cercanía y amistad con todos, su sentirse hermano de sacerdotes y laicos, a los que siempre apreció y valoró en su difícil quehacer apostólico en medio del mundo obrero, ha sido para todos nosotros un ejemplo de buen pastor, de servidor fiel y de hermano en la evangelización del mundo obrero.

“Dichoso el tal empleado si el amo al llegar lo encuentra cumpliendo con su obligación” (Lc 12, 43).

La última imagen que guardo suya, además de compartir la comida con el Consejo Asesor, fue manipular la puerta del jardín de la Residencia de las Operarias Parroquiales, para asegurar que no se cerrase, mientras íbamos saliendo con nuestros coches.

Que el Señor que “es buen pagador”, como nos solía decir, abra las puertas, de par en par, a “este buen pastor y empleado fiel” y que descanse en la Paz del Resucitado quien en esta vida nos procuró la paz, acrecentó el amor y la amistad y fue nuestro hermano en el caminar.

Que descanse en la Paz.

Antonio Algora, compañero fiel de las publicaciones de las trabajadoras y los trabajadores cristianos

Mundo obrero y del trabajo

Antonio Algora, compañero fiel de las publicaciones de las trabajadoras y los trabajadores cristianos

16 octubre 2020

Era un habitual de las páginas de nuestras revistas. Siempre dispuesto a dejarse a entrevistar, a escribir un artículo o hacerse presente en los actos públicos de su editorial. Alentaba el buen hacer periodístico y comprendía las precariedades del oficio. Pero sobre todo, se empeñaba en hacer llegar la buena noticia al mundo obrero, un lugar común compartido en Noticias Obreras, en el ¡Tú! y en Ediciones HOAC. 

Por eso, desde el equipo de publicaciones de la HOAC, nos sentimos obligados a expresar nuestra gratitud por su cercanía y reconocer el privilegio que ha sido tenerle a nuestro lado. Podríamos llenar páginas y páginas con sus saludos, encuentros, conversaciones y anécdotas para revelar su gran personalidad y bonhomía. Pero somos muy conscientes de que lo que de verdad le importaba era ser un cristiano sencillo, un humilde servidor de la Iglesia, comprometido fielmente con el mundo obrero y del trabajo y convencido de la necesidad de tender puentes él.

Ahora que ya no le tenemos tan cerca, sí queremos recordar una idea que nos transmitía con frecuencia, en cuanto se presentaba la ocasión: “necesitamos medios de comunicación en manos de los obreros, que sean testigos de las alegrías y las penas de la clase trabajadora. Aunque no puedan competir con los medios capitalistas, algunos además extremadamente anticlericales, son una luz encendida en medio de la oscuridad”.

Como sentido homenaje y con profundo agradecimiento, hemos recopilado algunas de sus contribuciones más destacadas en nuestra revista y en esta propia página web, que puedan dar una idea de su pensamiento radicalmente evangélico y su compromiso por la liberación de la clase trabajadora.

Artículos

XXV aniversario de la Pastoral Obrera. Un recorrido con mucho futuro

El papa Francisco vuelve a animar la Pastoral Obrera | (versión pdf)

Algora: «España sale de la crisis sin el trabajo de millones de personas. Esa economía convierte a los trabajadores en descartados»

A vueltas con la reforma laboral | (versión pdf)

Entrevistas

Antonio Algora: «En estos 20 años de Pastoral Obrera, la Iglesia ha tratado otros temas distintos a los que solía abordar»  | (versión pdf)

Antonio Algora: «La dimensión social de la fe se ha incorporado en el quehacer de la Iglesia» | (versión pdf)

Noticias

Pastoral Obrera | El trabajo ha de seguir estando en el centro de la misión de toda la Iglesia

En la presentación del libro No os dejéis robar la dignidad: Nos une la lucha por la dignificación y contra la precarización del trabajo

La Doctrina Social de la Iglesia ha de ser un impulso vital para construir una nueva cultura política y cambiar el mundo

Iglesia y sindicatos reclaman trabajo decente, clave para el «desarrollo sostenible, integrador y solidario»

El papa Francisco convoca a los sindicatos para abordar conjuntamente los desafíos del trabajo

La HOAC homenajea a Antonio Algora por sus más de 20 años al servicio de la Pastoral Obrera

In memoriam | Querido Antonio

Colaboraciones

In memoriam | Querido Antonio

16 octubre 2020

La penúltima noticia sobre tu estado de salud es que te encuentras en fallo multiorgánico y es cuestión de horas que te sobrevenga la muerte. Cuando tu estado de salud empeoró súbitamente escribí esto que sigue. Era entonces mi diálogo silencioso contigo; unas líneas que ahora tienen sabor a despedida, a un ¡hasta luego!

Escribo estas líneas casi como desahogo personal, mientras estás intubado en situación crítica luchando contra el virus de la COVID. Anoche cuando me decías que estabas tranquilo, cansado, y deseando pasar página, yo te decía que el descanso era también buena medicina. A mediodía, cuando me contaste el trasteo de pruebas que te hicieron y que estabas cansado, yo te decía que ya no había maños como los de antes. Entre nosotros el buen humor ha sido también una familiar manera de relacionarnos.

Esta mañana me cae como un mazazo la noticia del empeoramiento repentino e inesperado de tu salud. Y se empieza a acelerar ese cúmulo de comunicaciones, e informaciones, para compartir la noticia, la esperanza y la oración, con tantas personas, militantes, que desde que supieron de tu estado, nos hemos unido en oración para acompañarte en esta distancia que es la única cercanía física que nos dejan. Pienso que estás solo, como tantos que han pasado por esta misma situación. Y me recorre un cierto escalofrío.

También es mala condición que te esté pasando esto, cuando ya habías podido liberarte de tareas episcopales del todo y podías disfrutar de la jubilosa cercanía, del encuentro, del acompañamiento, siendo ese cura de parroquia que, en el fondo, siempre has sido.

Y he empezado a hacer memoria, desde que nos conocimos hace… más de treinta y cinco años, cuando yo andaba en mis primeros pasos de seminario, en las jornadas de seminaristas y pastoral obrera que organizabais. Desde entonces has sido para mí un padre, un amigo, obispo, confidente y hermano.

Hemos batallado juntos en muchas lides en esto de la Pastoral Obrera, en distintos ámbitos. Los últimos años en el Departamento de Pastoral Obrera, de la CEE, donde tuvimos que bregar con no pocas incomprensiones, y donde me enseñaste a dar los virajes necesarios para encontrar atajos y caminos abiertos cuando se nos cerraban las autopistas. A veces hemos tenido que caminar entre zarzas y hemos salido arañados. Pero todo ese camino ha ido acercándonos a una realidad que hoy está más presente en la Iglesia, gracias también a las insistencias continuas del papa Francisco. Recuerdo cuando en el encuentro de organizaciones sindicales en el Vaticano comentabas con sorprendida esperanza aquello de “si me hubieran dicho hace años que estaríamos en un encuentro como este organizado por el Vaticano, no lo hubiera creído, y ahora, mira.”

En los momentos en que los movimientos apostólicos hemos vivido la incomprensión de gran parte de la Iglesia –nada novedoso, por otra parte, a lo largo de nuestra historia- tú siempre has estado a pie firme junto a nosotros, dándonos ánimo y suscitando esperanza, como pastor que no abandona su rebaño. Te lo hemos agradecido muchas veces en estos años. Nunca serán bastantes.

Cada vez que terminábamos una tarea, que dábamos un paso más, terminabas siempre con la misma expresión: “Dios te paga, hermano”. Y ya lo creo que me paga; con creces.  Hoy te lo digo yo y te lo decimos todos los que andamos en estas faenas: Dios te paga, hermano. Gracias por tu ser pastor, y tu ser humano. Gracias por tu caminar junto a nosotros, junto al mundo obrero empobrecido, junto a la Iglesia de los precipicios y las periferias. Gracias por tu fraterna escucha. Gracias por tu fe y tu perseverante esperanza. Gracias por tu amor a Cristo y tu vida entregada.

Ahora, tú entonas el cántico de Simeón con su misma dulzura: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador…”

Sigue cuidando de nosotros, como has hecho siempre, hasta que nos encontremos de nuevo en la vida resucitada. ¡Hasta mañana en el altar!

***

Fernando C. Díaz Abajo es consiliario general de la HOAC.
Esta Tribuna de opinión ha sido publicada en la revista Vida Nueva.

Intervención de Fernando C. Díaz Abajo en El Espejo de Cope Ciudad Real

 

El «escudo social» y las reformas pendientes

Editoriales

El «escudo social» y las reformas pendientes

15 octubre 2020

Las medidas adoptadas por el Gobierno de España en lo que él mismo ha llamado «escudo social», «para que nadie se quede atrás», son positivas y muy importantes. Van en la dirección adecuada y muestran voluntad de modificar las nefastas políticas impuestas tras la crisis de 2008, que dejaron tiradas en la cuneta a muchas personas y familias, y dispararon la precariedad, la exclusión y la desigualdad, ya crónicas en nuestro país.

Sin embargo, estas políticas han encontrado en muchos casos serias dificultades en su puesta en práctica. Así, los ERTE que, en general, han sido un buen instrumento para preservar empresas y empleos y que han tenido la virtud de concretarse en el diálogo social, se han tramitado en ocasiones con mucha lentitud. Las ayudas para las empleadas de hogar han llegado tarde, se han tramitado también con gran lentitud y no llegan a muchas trabajadoras que las necesitan. El ingreso mínimo vital, de enorme importancia, está llegando con una exasperante tardanza y a muy pocas personas. Hay personas y familias excluidas de cualquier ayuda, etc. Y estamos hablando de personas y familias que sobreviven como pueden día a día, que no pueden esperar. Necesitan agilidad y respuestas inmediatas de las Administraciones Públicas. Pero los procedimientos de estas administraciones están muy lejos de estar a la altura de las necesidades de precarios y excluidos.

No es un problema de ahora, que haya aparecido de repente con esta crisis. Es antiguo y crónico: la racionalidad y los protocolos de las Administraciones Públicas para atender las necesidades de los empobrecidos no son los adecuados. Son, con frecuencia, para estas personas y familias una carrera de obstáculos burocráticos cuando no un muro infranqueable.

Se habla muy poco de esto. Muchas veces se plantea la necesidad de reformas estructurales, pero de esta y de otras reformas que son imprescindibles casi nunca se habla. Tiende a diluirse, como siempre aludiendo a supuestos imperativos económicos, la necesidad de una reforma estructural de las relaciones laborales para primar el trabajo decente frente a la estructural precariedad laboral. Sin embargo, esta reforma es decisiva para combatir el empobrecimiento y la exclusión. Casi nadie habla de la reforma en profundidad de la situación de las trabajadoras del hogar y de cuidados, sumidas en la precariedad o en la informalidad. O de la reforma de la realidad práctica de muchos trabajadores y trabajadoras temporeros en las tareas agrícolas; o de la necesidad de la regularización administrativa de muchos trabajadores migrantes…

Pero aún menos se habla de la imperiosa necesidad de la reforma de las Administraciones Públicas para que su manera de funcionar se adecúe a las necesidades de las personas y familias que viven en la precariedad, el empobrecimiento, la exclusión. Hay que acabar con una burocracia imposible que impide responder de verdad a sus necesidades. Sobre todo, es necesario establecer procedimientos que, de forma ágil, cuiden y acompañen a estas personas y familias de forma personalizada, para que puedan salir de su situación, con los medios y el tiempo necesarios.

E, insistimos, esto no es algo más entre otras cosas. Son las necesidades y derechos, la vida digna, de familias y personas concretas, no derechos en abstracto. Es la calidad de la democracia lo que está en juego, que exige comenzar a tener como clave fundamental de su funcionamiento el cuidado de las personas concretas.

***

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Jaén dedica una calle a un obrero muerto en reivindicación por el trabajo decente

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Jaén dedica una calle a un obrero muerto en reivindicación por el trabajo decente

09 octubre 2020

Una calle de la ciudad de Jaén lleva el nombre del obrero portugués fallecido en accidente laboral en marzo de 2007. La calle Virgen de la Cabeza ahora se llama Carlos do Santos. En la Jornada Mundial del Trabajo Decente, el ayuntamiento descubrió la nueva placa en recuerdo de este trabajador y el resto de víctimas del trabajo.

El acuerdo para dedicar una calle a este trabajador se aprobó en el pleno del Ayuntamiento en abril de 2019, a propuesta de Jaén en Común, grupo municipal que recogía una petición de la HOAC  y demás organizaciones miembros de Iglesia por el Trabajo Decente.

El lunes 19 de marzo de 2007, poco antes de las 9 de la noche, Carlos do Santos cayó al vacío desde una altura de 10 metros, tras ceder los puntales de la plataforma sobre la que se encontraba. Era portugués y pertenecía a una cuadrilla de trabajadores lusos desplazados para trabajar en las labores de encofrado del edificio del Corte Inglés. Falleció dos días después, en la UCI del Hospital Princesa de España, de Jaén, a las 12:30 de la tarde.

El acto en el que se ha descubierto el nuevo nombre de la calle ha estado presidido por el alcalde de Jaén, Julio Millán, acompañado por concejales de gobierno y de la oposición, además de representantes de otras instituciones.

La presidente de la HOAC de Jaén, Maru Megina, ha pronunciado un discurso en el que ha señalado que “dedicar la calle Virgen de la Cabeza, patrona de Jaén, a Carlos do Santos, es poner en los brazos de la Virgen a quienes pierden su vida, como la perdió Carlos, en accidente de trabajo”.

Megina ha recordado que en lo que va del año 2020 en la provincia de Jaén ya han muerto 6 trabajadores en accidente laboral. “Es una injusta sangría que no podemos permitirnos como país. No es fatalidad, no es mala suerte. Es inseguridad laboral, es precariedad laboral, son indecentes condiciones de trabajo”, ha denunciado y ha reclamado, junto con el resto de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, “unas condiciones laborales que respeten la dignidad te todos y cada uno de los trabajadores y trabajadoras, sus derechos y su vida”.

“Dedicar hoy la calle Virgen de la Cabeza, Madre de todos nosotros, a Carlos Dos Santos, puede suponer un hito que nos recuerde que estamos llamados todos y todas a defender un trabajo decente para todas la personas y a no olvidar que cada uno de los ladrillos del edificio en que sufrió el accidente mortal, está bañado por el sudor de los trabajadores que lo construyeron y también por la sangre de Carlos, que vino a Jaén a ganare la vida y la perdió en el trabajo”, ha comentado para concluir orando por ¡Que los obreros muertos en el campo de honor del trabajo descansen en paz!

Julio Millán, el alcalde, ha señalado que 13 años después se cierra “en justicia” con este reconocimiento un doloroso capítulo del pasado reciente de la ciudad. “No podemos hacer nada por cambiar lo que pasó, pero sí hacer lo posible por cambiar lo que pueda venir»”, ha dicho en referencia a la importancia de combatir la precariedad
laboral. “Ahora afrontamos una etapa complicada para el mercado laboral, donde poner el recuerdo de Carlos do Santos en primería nos sirve para advertir de que no pueden darse pasos atrás en la decencia del desempeño del puesto de trabajo”, ha subrayado.

En el mismo día, la Iniciativa Iglesia unida por el Trabajo Decente, convocó una marcha por el trabajo decente con dorsales referidos al 7 de octubre, previa a la vigilia en la iglesia de a Cristo Rey. También han estado el secretario provincial de CC OO y el coordinador provincial de USO.

Cartas de los obispos por el trabajo decente

Mundo obrero y del trabajo

Cartas de los obispos por el trabajo decente

08 octubre 2020

Varios de los obispos de las diócesis española han dedicado sus cartas pastorales a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, además de animar expresamente a sus respectivas comunidades a participar en las actividades convocadas y reforzar los esfuerzos en defensa de la dignidad del trabajo.

No es para menos, porque, como explica el obispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, “la Doctrina Social de la Iglesia nos urge a recordar la dignidad inviolable de la persona humana, el destino universal de los bienes de la creación, la participación de todos en la búsqueda de bien común, la solidaridad y la subsidiaridad, y nos llama a renovar nuestro compromiso con la cultura del trabajo que exige renunciar a conductas consumistas y materialistas que no lo valoran, y asumir un estilo de vida en austeridad como ayuda al otro”.

“Una sociedad fraterna, tal y como la que Dios sueña para sus hijos e hijas, sólo puede construirse evitando desigualdades profundas y superando el riesgo de que importantes sectores queden excluidos o condenados a la pobreza. Y uno de los instrumentos más eficaces para lograr este objetivo consiste en promover o oportunidades de empleo digno y desarrollo profesional adecuado”, apuntan los obispos de Bilbao, Mario Iceta y Joseba Segura.

“Por su importancia capital, hay que dar prioridad a todos los esfuerzos por salvaguardar el trabajo y de forma que sea “decente”, comenta el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco.

Los obispos son muy conscientes de los problemas añadidos o agravados por la pandemia actual “Si cada año es una fecha importante para mirar al mundo del trabajo, este año lo es de modo especial dada la situación que estamos viviendo, donde no solo pensamos en el trabajo decente sino en la cantidad de hombres y mujeres que lo han perdido, que no lo tendrán”, señala el obispo de Getafe, Ginés Beltrán.

Desde la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras señala que “las carencias se han agudizado y hemos de seguir buscando entre todos, con mayor empeño si cabe, unas condiciones laborales dignas y justas para todos”. Una misión que entiende como parte indisoluble de la comunidad cristiana:  “Al fin y al cabo, el trabajo forma parte del misterio salvífico de la creación, de suerte que resulta deber indiscutible de los cristianos el empeño de procurar para todos una vida digna a través de un trabajo decente (cf LS 128), con un mismo principio y fin evangélicamente transformadores: “somos hermanos de trabajo”.

Nuevo pacto social

También reclaman renovar el consenso y hasta proponen un nuevo pacto social: “Necesitamos recuperar el sentido comunitario y fraternal de la sociedad buscando el bien común y reivindicando el papel de la política, ejercida con honestidad y transparencia, afirma el obispo de Terrasa, Josep Àngel Saiz Meneses.

Carlos López Hernández, obispo de Salamanca hace suyo el discurso del papa en Terni: “Los diversos sujetos, políticos, sociales y económicos están llamados a promover un enfoque diferente, basado en la justicia y la solidaridad, para garantizar a cada uno la posibilidad de desempeñar un trabajo digno”.

“Es preciso recuperar el contrato social otorgando plena confianza a las personas, más aún, es urgente un nuevo contrato social para el trabajo. La economía productiva debe crear más trabajo decente y sostenible, debe repartirse mejor el trabajo y reducir, si es preciso, la jornada laboral. Se trata de repartir el trabajo y repartir mejor los beneficios”, continúa Barrio.

Saiz Meneses es muy claro al defender el salario universal:Si no llegan unas políticas más activas y eficaces contra el paro, si no se llega a un planteamiento radicalmente distinto de la economía, será cada vez más necesaria una renta básica universal que llegue a todos para ayudar a las personas y las familias menos favorecidas”.

De las Heras plantea: “Hablemos alto y claro, apostando por un nuevo sistema productivo capaz de generar empleo y, sobre todo, empeñado en garantizar que la persona y su dignidad ocupen el centro de la vida. Pidamos el reconocimiento social y laboral —traducido en unas condiciones de empleo dignas— para los llamados “trabajadores esenciales”, haciendo así honor a tal nombre. Exijamos que el derecho a la protección social no esté supeditado a la vida laboral y que se garantice el ingreso mínimo vital para quien lo necesita, así como los subsidios de desempleo. Todo ello, siendo conscientes de que «ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias”.

Precariedad

Los pastores de la Iglesia denuncian tanto el desempleo, como la precariedad laboral que lastra el desarrollo integral de las personas, familias y la sociedad misma: “No son admisibles los empleos que a la larga “van quitando la vida”, porque anulan la esperanza de salir de la pobreza”, escribe Carlos López.

Los obispos de Bilbao recuperan el discurso del papa Francisco cuando decía que “toda injusticia que se comete contra una persona que trabaja es un atropello a la dignidad humana (…) la vocación que Dios nos da es muy hermosa: crear, re-crear, trabajar”.

El titular de la diócesis de Lugo, destaca las desventajas que han de enfrentar los colectivos más vulnerables, en particular, “quienes han venido como emigrantes o se han refugiado entre nosotros, por lo que señala que “es urgente, en estos casos, garantizar la dignidad de sus condiciones de trabajo, considerando además que están faltos de la gran red de apoyo que significan la familia y las relaciones más cercanas”.

Pero si en algo hay absoluta unanimidad es en el llamamiento a comprometerse a favor del trabajo humano. “La defensa de un “trabajo decente” es una exigencia de conciencia y una prioridad social en estas circunstancias” (Alfonso Carrasco Rouco).

“La promoción de la justicia social y la erradicación de la pobreza requiere un compromiso decidido a favor del trabajo digno principalmente por parte de los gobiernos y, en la medida correspondiente, por parte de las organizaciones empresariales y de los trabajadores, de la sociedad civil y su sector privado, y también de la Iglesia, en consonancia con su misión propia” (Carlos López Hernandez).

“En la situación actual es apremiante que toda la Iglesia hagamos frente común para denunciar esta situación y acoger a tantas personas que sufren la carencia de dignidad en su día a día a causa de la falta de un trabajo decente” (Ginés Beltrán).

“Empeñarnos en mejorar la calidad del trabajo disponible es un modo de responder a la invitación de Jesús a mirar la realidad desde las necesidades de los afligidos. (…) Los creyentes, colaborando con todas las personas de buena voluntad, debemos hacer lo posible para que la comunidad humana esté cada vez mejor integrada, para lo que es esencial cuidar y promover el trabajo digno como uno de sus pilares”. (Mario Iceta y Joseba Segura).

“Nuestra hermandad laboral ha de ser abierta, sin fronteras, plagada de hechos que transformen la realidad, de modo que, procurando sin descanso  el bien y el trabajo de todos, cada 7 de octubre podamos decir que estamos un poco más cerca del Reino de Dios y su justicia” (Luis Ángel de las Heras).

https://twitter.com/mondonedoferrol/status/1313740037083869184

Trabajadores y trabajadoras que son descartados sistemáticamente de un trabajo decente

Mundo obrero y del trabajo

Trabajadores y trabajadoras que son descartados sistemáticamente de un trabajo decente

08 octubre 2020

Se consolida el aumento de la precariedad y la inseguridad laboral en el mundo del trabajo. La principal consecuencia de esta grave situación es que “una parte de los trabajadores se vean privados sistemáticamente del derecho a un trabajo decente”, según Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, al presentar el último informe Focus de FOESSA que examina la vulneración de derechos en el ámbito laboral del país.

Estabilidad, jornada, informalidad y pobreza

El trabajo indefinido y a tiempo completo es “una quimera” para el 34,6% de los trabajadores y las trabajadoras. No pueden trabajar  “el tiempo que le gustaría ni durante los periodos de tiempo que querría”. Un 13,5% de la población activa trabaja a tiempo parcial, y el 48,1%, “sufren la parcialidad indeseada”. No han podido encontrar un trabajo a jornada completa o conseguir la ampliación horaria en su actual empleo, con lo que eso significa en cuanto a condiciones de vida. La temporalidad en las contrataciones y la corta duración de estas es otra relevante característica analizada: un 8,6% de los nuevos contratos han sido indefinidos; un 56,3% temporales y de estos, el 37,8%, de duración inferior a siete días. (Agosto, 2020, SEPE). La inestabilidad laboral grave alcanza a 7,8 millones de trabajadores y de trabajadoras, una situación de fragilidad que afecta al 16,4% de las familias.

Con empleos informales sobreviven 615.000 trabajadores y trabajadoras humildes, quienes además de padecer la precariedad ven  “pisoteados sus derechos sin poder agarrarse al arbitraje de la justicia ni a coberturas sociales en los periodos menos favorables”. Casi 2,5 millones de personas, un 13% del conjunto de los trabajadores, “no logran abandonar situaciones de pobreza relativa”, con el trabajo que les ofrecen, son trabajadores y trabajadoras pobres.

Familias trabajadoras 

La situación de fragilidad vital que provoca la inestabilidad laboral afecta al 16,4% de las familias. El 52% no disponen de dinero para afrontar gastos imprevistos y el 42% han tenido que pedir ayuda económica a parientes o amigos. 3 de cada 10 familias carecen de dinero suficiente para afrontar gastos relacionados con la vivienda (hipoteca, alquiler, suministros, etc.). Asimismo, 2 de cada 10 familias han recibido avisos de cortes de suministros por no disponer de dinero suficiente para pagarlos.

Solo uno de cada cuatro hogares (el 24,8%) sustentados por una persona en situación de inestabilidad laboral grave reciben algún tipo de prestación por desempleo o renta mínima de inserción,  que demuestra las carencia de las redes de protección social en el país.

Trabajadoras del hogar

Las 38.274 mujeres que constan como cotizantes en esta profesion, es un indicativo de que buena parte de las trabajadoras realizan su labor “sin los derechos y la protección que deberían tener”. Y su salario “es hasta un 52% inferior a la media entre las mujeres”.

Trabajadoras migrantes

El acceso a un trabajo decente es especialmente significativo entre las mujeres y la población de origen extranjero, con una desigualdad salarial con respecto a los hombres, que medida en términos de brecha salarial alcanza una ganancia media inferior del 21%. Este colectivo sufre, de forma especialmente grave, la vulneración del derecho al trabajo decente al ser empujadas, debido a la legislación actual, a una situación administrativa irregular y a trabajar en la economía informal.

Esta situación, en opinión de Flores, proyecta una realidad y una concepción del trabajo incapaz de ofrecer “a un elevado porcentaje de población ocupada el derecho a un trabajo decente”. Esta debilidad del trabajo trae consigo otras consecuencias no menores como son la vulneración “del derecho a la vivienda y a otras necesidades básicas, sin que los sistemas de protección del Estado de bienestar estén reaccionando con la flexibilidad y la adaptación que la realidad requiere”.

 

Informe Focus. Vulneración de derechos: Trabajo decente

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