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Liberar y recomponer el trabajo

Mundo obrero y del trabajo

Liberar y recomponer el trabajo

20 julio 2020

Con esta propuesta, queremos estimular debate público sobre las políticas de largo recorrido que piensen el trabajo desde una clave liberadora; que permitan una vida plena y responder al reto de la crisis socioambiental que afecta a la humanidad.

Se hace más necesario que nunca promover en el debate político, que trasciende lo que son las instancias legislativas y de gobierno, la necesidad de utilizar «las luces largas» a la hora de plantear iniciativas que sirvan a un horizonte de paz y justicia, también en lo que concierne a este conflicto capital-trabajo.

El movimiento de los trabajadores deberá organizarse y confluir con nuevas propuestas en un escenario caracterizado por una sociedad con mayores diferencias sociales, en la cual es cada vez más reducido el sistema de protección social a favor de las franjas de los ciudadanos más débiles. Segmentos de nueva marginación del trabajo (y del no trabajo) que se amplía cada vez más llegando a estratos de sociedad que hasta no hace muchos años eran considerados estables e integrados.

Las transformaciones estructurales que caracterizan el sistema socioeconómico son también, y quizás sobre todo, transformaciones en el ser y en la interrelación de los nuevos sujetos productivos y sociales en general, y esto no es posible entenderlo e interpretarlo solo a través de análisis todavía basados sobre la centralidad obrera y de fábrica y sobre un papel del Estado ahora ya superado. La evolución del proceso de desarrollo económico tiene necesidad de nuevas lógicas interpretativas, de nuevos instrumentos ignorados de los análisis económicos de tipo «industrialista», «fordista» o del modernismo posfordista.

Nuevas interpretaciones que, investiguen, en el plano de las nuevas relaciones industriales, y sean capaces de individualizar los caracteres estructurales de los sistemas productivos locales basados en el trabajo flexible; de analizar la intensificación de los ritmos, las nuevas formas de la división del trabajo, la acelerada especialización productiva; la multiplicidad de los sujetos económicos, los nuevos sujetos del mundo del trabajo; la disolución de la relación laboral en una relación mercantil que vuelve estéril la intermediación sindical.

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Noticias Obreras | #RevistaVerano2020

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Noticias Obreras | #RevistaVerano2020

17 julio 2020

Presento lo contenidos de la Revista del Verano de 2020 enviada junto con el número de julio y accesible para todas las personas e instituciones suscritas. Esta revista la liberaremos para su descarga pública el 14 de agosto:

Sumario

NNOO digital

Libros • Lecturas para un verano «pandémico». Paco Vicente, de la HOAC de Murcia, nos propone tres lecturas, además de la novela Tiempos convulsos, para este verano: Los cuerpos partidos, un relato del pasado; el clásico de Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta; por último, Elogio del conflicto, una obra para pensar.

Poesía • Llegó tu voz y despejé mis sombras, de Presen Pérez. Acompaña su poesía con unas recomendaciones: Belleza cruel, de Ángela Figuera Aymerich, y Salmos, de Ernesto Cardenal.

La Casa Común • No quiero volver a esa normalidad tan rara. Araceli Caballero nos explica que «esta globalización capitalista no inventó el virus, pero facilitó enormemente la pandemia». Margarita Suárez Barrera escribe un segundo artículo de esta sección: El silencio en la ciudad, ilustrado por Jimena González Restrepo.

Oración • Para esta sección contamos con Orar, sentir y vivir la normalidad siempre nueva del Reino, de Fefi Valerón, que nos haba de sanar las heridas y de la oportunidad de sentir a Dios en estos momentos, y Fernando Díaz Abajo profundiza en esos temas con Tiempo de sanar, tiempo de agradecer.

Cine • Tesoros en los catálogosSusana García nos recomienda películas y series para ver en las plataformas audiovisuales desde casa: El Mesías, Maktub y una nueva adaptación de Ben Hur. En Para ver en casa, José Luis Jiménez suma tres series más, algunas clásicas y otras de estreno: Las chicas Gilmore, Colombo y La unidad.

Viñeta • Javiñetas ilustra A tiempo, reflexiones sobre el tiempo que falta, el que se perdió, el que se paró… En portada y contraportada, la compone Miguel Cruz con 2 metros de solidaridad.

Música • Música para el milagro social: Cómo hemos cambiado, canciones que nos han acompañado en esta cuarentena, canciones que inspiran, que animan y dan fuerza. Por Ángel Aguas y Yolanda Blanco.

Relato • Para esta sección también contamos con dos relatos. Cuando Jesús tocaba, de la teóloga Dolores Aleixandre, sobre el anciano al que Jesús curó la lepra. Y 40 días, de Teresa Sanchis, aprendizajes durante la cuarentena.

Aplicaciones • Planes para enredarnos nos trae aplicaciones de móvil para desmontar bulos y estar mejor informados y para orar en cualquier momento. Además de enlaces a las webs y redes sociales de la HOAC. Por Carlos Herrero.

Teatro • El dramaturgo Jorge Picó escribe Un mundo enfadado, un particular diálogo entre padre e hijo.

 

#Siniestralidad laboral | Suben las muertes a pesar del parón económico

Mundo obrero y del trabajo

#Siniestralidad laboral | Suben las muertes a pesar del parón económico

15 julio 2020

Los accidente laborales han bajado el 29,7% de enero a mayo de 2020, en consonancia con la reducción de la actividad económica. Sin embargo, las muertes en el trabajo han aumentado el 15,2%.

Los datos permiten afirmar al secretario de Salud Laboral de CCOO, Pedro J. Linares, “que en un contexto de paralización de la actividad productiva del país no se frene el nivel de siniestralidad mortal que estamos padeciendo es la demostración palpable del fracaso de las políticas preventivas en España”.

De “alarmante y preocupante” ha calificado el repunte de los accidentes laborales con muerte, la secretaria de Salud Laboral y Medioambiente de UGT, Ana G. de la Torre. Para este sindicato, “Es evidente que en estos momentos se está dejando de lado la prevención de riesgos laborales”.

La secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO, Sara García, considera que estas cifras “acaban con todas las excusas sobre ‘a más actividad, más accidentes’ o ‘cuando hay paro, hay menos accidentes’. El problema de la prevención lleva años siendo vergonzoso”.

En los primeros cinco meses de esta año han perdido la vida en el trabajo 288 personas, 38 más que el año anterior. El único sector donde han descendido los fallecimientos ha sido la construcción (-19,2%) debido a la paralización de los trabajos en las obras.

El índice de incidencia de los accidentes mortales durante la jornada laboral entre trabajadores asalariados, llega a los 0,287 accidentes por cada 100.000 trabajadores (+29,4%).

Los accidentes graves han bajado un 22,8% y los leves, un 28,8% en el conjunto de sectores. También bajan los accidentes in itinere, por la mayor utilización del teletrabajo (22.076), lo que supone que los accidentes en trayecto disminuyeron un 35,6%.

COVID-19 

Aunque la COVID-19 ha sido reconocida como enfermedad profesional entre el personal sanitario y sociosanitario, de momento, apenas queda recogido en las estadísticas, dado que solo se contabilizan las notificaciones posteriores al 28 de mayo.

El Instituto de Salud Carlos III, en un informe que recoge datos hasta el 29 de mayo, y sólo para el personal sanitario, registra 40.907 casos de COVID-19 y 52 fallecimientos por este motivo, a los que habría que sumar los casos del sector sociosanitario.

“Desde el punto de vista sanitario, los datos que vamos conociendo no auguran una mejora sustancial para los próximos meses, lo que hace absolutamente necesario un fortalecimiento de la prevención de riesgos laborales, que no puede volver a quedarse fuera de las prioridades de la salud pública”  ha afirmado Linares.

“Es dramático que la palabra ‘EPI’ fuera tan desconocida antes del 13 de marzo. Que un concepto tan básico de la salud laboral se ponga de moda por una pandemia y esté de pronto en boca de todo el mundo manifiesta la falta de cultura preventiva previa”, ha remarcado García.

De seguir así, el año 2020 no estará marcado solo para la irrupción de la pandemia, sino que también supondrá alcanzar cifras de mortalidad laboral nunca vistas. En España cada 2 días mueren 3  personas en el trabajo en el trabajo.

La lucha contra el coronavirus ha puesto de manifiesto también el verdadero valor de la salud humana, del trabajo y de la salud laboral, por lo que la prevención y seguridad en el empleo debería dejar de ser la gran olvidada de las políticas públicas de salud.

La cultura del trabajo ha de ser compatible con la vida. Es necesaria “una sensibilidad social más profunda sobre el problema de la protección de la salud y la seguridad, sin la cual las leyes seguirían siendo papel mojado”, como dijo el papa Francisco en su discurso a la Asociación Nacional de Mutilados e Inválidos del Trabajo.

 

Ana María Castillo: «Es preciso desterrar el miedo, porque es un muro imaginario»

Colaboraciones

Ana María Castillo: «Es preciso desterrar el miedo, porque es un muro imaginario»

14 julio 2020

Ana María Castillo, nacida en Berlanga (Badajoz), maestra de Primaria en Mérida y escritora, ha construido un relato intenso y fiel de la España de los años 60 y 70 del siglo pasado, en los que la HOAC, la JOC y la JEC tienen un protagonismo especial: Tiempos convulsos.

Paco Vicente | Militante de la HOAC de Murcia

Milan Kundera, destacado novelista y ensayista checo, afirma que «descubrir lo que una novela puede descubrir es la única razón de ser de una novela». ¿Qué descubrimientos cree que aporta su novela?

La existencia e importancia que tuvieron en aquellas décadas los movimientos apostólicos obreros y de estudiantes es un gran descubrimiento para la mayoría de los que lean la novela y no sean militantes.

El aislamiento y el miedo en el que vivían los guardias civiles y policías nacionales destinados al País Vasco y sus familias.

No todos los vascos apoyan el terrorismo.

Tiempos convulsos puede ser calificada de novela histórica, novela histórica de la España –franquista– sumida en la represión social y política y en la pobreza –en buena parte del país–. ¿Qué hay en la novela de «sustancialmente cierto»?, y ¿qué «circunstancias», si las hay, ha tenido que transformar en la misma?

Las historias que se desarrollan en la novela están basadas en la realidad de las circunstancias en que vivieron las personas entrevistadas y en los documentos escritos que yo investigué.

Por supuesto, los personajes creados son ficticios, sin embargo, el modo en que se desenvuelve su día a día puede ser perfectamente real, se ajusta a lo que sucedía en aquellas décadas. Algunos protagonistas son el resultado de agrupar en uno solo las vidas de varios de los entrevistados, pero moldeados siempre con las herramientas de la imaginación y la creatividad.

Galdós, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española «La sociedad presente como materia novelable», de 1897, defendió como materia de sus novelas la realidad contemporánea a él, y que sus historias lo que hacían era devolver a la sociedad esta realidad, pero indagada en algunas de sus muchas posibilidades. ¿Qué puertas abre su novela a la comprensión de la España de hoy?

Toda época surge como consecuencia de lo sucedido en la anterior. Si las personas que no vivieron aquellas décadas, leen la novela tendrán acceso a un conocimiento bastante completo de cómo se vivía (en todos los sentidos) en los años que fueron a desembocar en la democracia actual, con sus cualidades y defectos.

Pasar de una dictadura a una democracia no es tarea que se resuelva en poco tiempo. Se necesita tomar conciencia de lo que no se quiere y atreverse a dar los primeros pasos para apoyar el cambio. Eso siempre conlleva sacrificio, situaciones de temor, unirse en pro de un objetivo común y estar abiertos al diálogo.

Esas generaciones pagaron un precio muy alto para conseguir la apertura de España al exterior, mejoras en el trabajo, en la educación, en la cultura, en la libertad. No se les regaló nada. Todo lo consiguieron a base de esfuerzo.

Si se conoce y se comprende esto, se valorará más lo que tenemos e intentaremos conservarlo. De lo contrario, pensaremos que vivir como vivimos es algo normal y durará siempre. Pero del bienestar a la pobreza y de la democracia a la dictadura se puede volver en un descuido. Basta con acomodarse a mirar hacia otro lado cuando las cosas no funcionan bien.

Sin duda, la realidad a la que remite la novela –la España de las décadas de los 60 y 70– es compleja y multiforme. ¿Es esa la razón –o una de ellas– que le lleva a optar en su relato por una narración múltiple en la que se van entreverando historias de amistad, de amor, familiares, de luchas obreras, de reivindicaciones sindicales, de activismo ideológico-político, religioso, etc., y que protagonizan emigrantes, obreros, guardias civiles, activistas sindicales, políticos, curas obreros y militantes cristianos?

Sí, claro. Yo he pretendido representar a los distintos sectores de la sociedad y que en todos ellos los personajes tuvieran su propia voz. Para conseguir esto, la opción más lógica es una novela coral.

Sobre la condición de emigrante. ¿Cree que con el tratamiento que Tiempos convulsos da a esta condición, tan presente hoy en nuestra sociedad, el relato es a la vez un canto y una llamada de atención a la convivencia y a la misericordia, a la importancia social del diálogo y la solidaridad con el «extranjero», con el «otro», en suma?

El diálogo y la solidaridad con el «otro» son fundamentales para que la sociedad se desenvuelva dentro de un ambiente de armonía.

Para el que llega de fuera sentir que es tenido en cuenta, que su presencia y lo que pueda aportar importan, no tiene precio.

Su novela rescata el protagonismo social de los curas obreros en la reciente historia de la Transición española a la democracia. ¿Hay sitio en la Iglesia para estos «mártires contemporáneos»?

Debería haberlo y, además, enriquecería, acercaría la Iglesia, como jerarquía, al pueblo. Sin embargo, no contemplo esa posibilidad actualmente dada la escasez de trabajo y de sacerdotes.

Y como no podía ser de otra manera, había que preguntarle desde una revista como noticias obreras, por la relevancia que una novela como Tiempos convulsos, una novela histórica, da al protagonismo de los movimientos de Acción Católica especializada como la JOC, la JEC y la HOAC. Y para hacerlo, si me permite, diría –como cuentan que afirmaba la madre de García Márquez de las historias que contenían sus relatos– ¿quién le ha contado?, ¿cómo ha llegado a esos testimonios?

Yo desconocía la existencia de estos movimientos. Tuve conocimiento de ellos al entrevistar al sacerdote Jesús Martín Mendieta. Él había sido consiliario de la JOC y de la HOAC en Bilbao. La mayor parte de su sacerdocio estuvo como consiliario de la HOAC. Era un entusiasta de Guillermo Rovirosa y me transmitió ese entusiasmo hasta tal punto, que enseguida tuve muy claro que esos movimientos tendrían un papel protagonista en mi novela.

Las entrevistas con otros sacerdotes confirmaron la importancia que tuvieron esos movimientos en una sociedad donde se congregaban tantos emigrantes; donde, tanto los que venían de fuera como los autóctonos, necesitaban mejorar bastante su nivel cultural si querían desenvolverse en las continuas huelgas para reclamar unas condiciones de trabajo más justas. También era muy importante que supieran expresar y defender sus opiniones, para no dejarse convencer sin más por orientaciones ideológicas que, a lo mejor, no les convenían.

En los tiempos actuales, ¿es razonable apostar por el «amor, la paz y la dignidad»?

Siempre es razonable apostar por el amor, la paz y la dignidad. Es la única actitud razonable ante la vida. Es preciso desterrar el miedo, porque es un muro imaginario.

El crítico extremeño, Moisés Cayetano Rosado, en su reseña a Tiempos Convulsos hace referencia a ello, como se puede apreciar en el siguiente párrafo: «Ana María Castillo lo simboliza en una frase hermosa con la que acaba la novela, donde proclama la libertad, al contestar uno de los personajes a la pregunta de por qué un muro de mariposas no es un muro de verdad: “Porque cuando lo tocas o te acercas, desaparece. ¡Todas las mariposas se van volando!”. Todas las personas se abren al futuro esperanzado, donde parecía que hubiera una muralla de incomprensiones y dolor».

 

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La humanidad en el trabajo

Colaboraciones

La humanidad en el trabajo

10 julio 2020

Angelines Bayo | Responsable de Organización y Vida Comunitaria de la HOAC

El libro nos indica en su contraportada que, para muchos jóvenes que comienzan a trabajar y también para los que ya llevan activos muchos años, es un reto afrontar la vida profesional moderna. Para ello nos plantea dos preguntas: ¿cómo podemos seguir siendo humanos en nuestro trabajo y salir airosos hoy día en el mundo laboral? ¿Existe una ética cristiana del trabajo o debemos seguir sencillamente las leyes del mundo laboral?

Para contestar a dichas preguntas, el autor utilizando distintas historias bíblicas, a lo largo de las cinco partes en las que está dividido el libro, nos va describiendo 25 actitudes que pueden ayudar a superar los desafíos del trabajo. Para ello explica las historias aplicándolas a la situación laboral actual, no en su significado total. Al mismo tiempo, la mirada al trabajo nos permite descubrir nuevos aspectos de estas narraciones, que en las interpretaciones actuales son con frecuencia pasadas por alto.

También hay una mirada a la Regla de san Benito. Su lema ora et labora («reza y trabaja») sigue siendo hoy un buen programa para no ser devorados por el trabajo, mostrando cómo ponerse continuamente en contacto con nuestro manantial interior mediante la oración, para que podamos vivir trabajando, sin agotarnos.

En la presentación, nos dice que «las condiciones actuales no son propicias para vivir el ora et labora [cf. Laudato si’, 126] en nuestro trabajo. Por ello, en este libro no se trata solo de lo que tenemos que hacer personalmente para combinar la oración y el trabajo, sino que también se revisan las condiciones estructurales que hacen posible tal conexión».

Continúa diciendo que «hoy las condiciones son diferentes a las de la época de san Benito, pero que oración y trabajo, pausa interior y salida hacia fuera, movimiento y descanso, vida y profesión, deben reconciliarse entre sí, es una preocupación importante en la actualidad. Hoy se habla del equilibrio vida-trabajo y de la conciliación del trabajo con la vida familiar».

Nos plantea otra pregunta, ¿qué significa la oración para la mujer y el hombre modernos, que no son necesariamente piadosos?

La oración en sentido amplio significa tener tiempo para hacer una pausa, tiempo para descansar, un espacio de tiempo en que interrumpo mi trabajo para estar completamente conmigo mismo. El camino correcto para llegar a hacer esa pausa necesita rituales. Los rituales los define como actividades pequeñas, repetitivas, que pueden convertirse en un hábito. Los rituales son precisamente el lugar donde se exteriorizan sentimientos que de otro modo, no llegarían a expresarse. Los rituales crean un tiempo sagrado. Y este tiempo sagrado que los empleados se conceden en una empresa transforma también el resto del tiempo.

En la empresa tenemos que atender el frente de la organización externa del trabajo y la creación de un entorno de trabajo saludable y el frente de la espiritualidad personal.

Junto con las imágenes bíblicas he citado algunos fragmentos de la Regla de san Benito y los he expuesto de tal manera que nos muestre una forma viable de vincular hoy la oración y el trabajo. Pero cuando vemos las palabras antiguas a la luz de nuestras experiencias actuales, descubrimos en ellas una gran sabiduría, la cual puede ayudarnos hoy a ver nuestra situación laboral con nuevos ojos y a enfrentarnos a ella de forma que no nos oprima, sino que nos anime a crecer humana y espiritualmente.

La vida no es solo para el fin de semana
Cómo el trabajo nos hace sentir vivos

Anselm Grün
128 páginas. Narcera 2019

 

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El Vaticano propone multilateralismo, solidaridad y bien común para construir una nueva paz global

Iglesia

El Vaticano propone multilateralismo, solidaridad y bien común para construir una nueva paz global

08 julio 2020

Es necesaria una transición de la industria armamentística hacia el fortalecimiento de los servicios sanitarios, la seguridad alimentaria y reactivación económica centrada en la justicia social y la ecología que asegure “una nueva seguridad humana”.

En el aula Juan Pablo II de Ciudad del Vaticano, comparecieron el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio Integral de Desarrollo Humano, junto con Alessandra Smerilli y Alessio Pecorario de la Comisión Vaticana COVID-19, para presentar algunas reflexiones de los grupos de trabajo de Economía y Seguridad de esta comisión, sobre la preparación para el futuro, construyendo la paz en tiempos de COVID-19. 

Nos enfrentamos a una de las peores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial. A medida que el mundo toma medidas de emergencia para hacer frente a una pandemia mundial y a una recesión económica mundial, ambas sustentadas por una emergencia climática mundial, también debemos considerar las consecuencias para la paz de estas crisis interconectadas” ha subrayado el cardenal Turkson para, acto seguido, destacar que “no puede haber sanación verdadera si no hay paz”. Esta triple crisis, está ensanchando la brecha de la desigualdad pero también entre lugares de “paz, prosperidad y justicia ambiental y las zonas de conflicto, privación y devastación ecológica”.

El cardenal ha celebrado el alto el fuego decretado por Naciones Unidas –apoyado también por el papa Francisco– con el respaldo de 170 países al llamamiento para que se silencien las armas, decisión muy importante, aunque insuficiente, ya que “necesitamos congelar la producción y el comercio de armas”. “No puede haber sanación verdadera si no hay paz” de la misma manera que la no podemos abordar convenientemente la lucha contra la pandemia preparándonos para luchar unos contra otros. En la comparecencia, retransmitida en directo por internet, los responsables del Dicasterio han recordado que el gasto militar mundial en 2019 fue de 1,9 billones de dólares -unas 300 veces el presupuesto de la Organización Mundial de la Salud-, y la orientación de determinados halcones es a que aumente para responder a la crisis actual.

La salud es un bien común global

Alessandra Smerilli, en su intervención ha lanzando una batería de preguntas demoledoras: “¿Para qué sirven los arsenales si un puñado de personas infectadas es suficiente para propagar la epidemia y causar muchas víctimas?” “¿Y si en lugar de hacer la carrera de armamentos, ‘corremos’ hacia la seguridad alimentaria, sanitaria y laboral? ¿Qué están pidiendo los ciudadanos en este momento? ¿Necesitan un estado militar fuerte, o un estado que invierta en bienes comunes? ¿Tiene sentido seguir haciendo inversiones masivas en armas si no se pueden salvar vidas humanas porque no hay un sistema de salud adecuado?” Y aquí radica el cambio que necesitamos que permita aumentar las inversiones en “protección contra las enfermedades transmisibles” y “en prevención”. La pandemia, “ha revelado la insuficiente financiación del tratamiento de las enfermedades transmisibles en el corazón de muchos sistemas de salud. Ahora mismo necesitamos una vacuna”. Esta realidad pandémica revela nuestra interconexión global. “Sabemos que la salud es un bien común mundial, y los servicios de prevención y atención deben ser también mundiales. En particular, la salud mundial debe considerarse un bien común en el sentido de que todos tienen el mismo derecho a ella, pero también la misma responsabilidad de promoverla”, dijo.

Globalización de la solidaridad

Las actuales crisis interconectadas de salud, socioeconómica y ecológica reclaman una urgente globalización de la solidaridad con un liderazgo mundial que promueva “reconstruir los lazos de unidad y al mismo tiempo rechazar los chivos expiatorios, la recriminación mutua, el nacionalismo chovinista, el aislacionismo y otras formas de egoísmo” ha remarcado Tuckson. Es el tiempo de la cultura del encuentro “en la que hombres y mujeres se descubran unos a otros como miembros de una familia humana”. La solidaridad, la confianza, el encuentro, el bien común, la no violencia son para el Vaticano “los fundamentos de la seguridad humana actual” y que deben garantizarse con un pacto colectivo que reoriente políticas y recursos dirigidas hacia la justicia social, donde las 3T, tierra, techo y, sobre todo, trabajo, constituyen el criterio fundamental en el pontificado del papa Francisco . 

La seguridad humana objetivo del multilateralismo y de la política

En este sentido, ante este cambio de época, la Iglesia considera esencial “dar prioridad a la paz positiva sobre las estrechas nociones de seguridad nacional”. Es el momento de que las naciones pasen “de la seguridad nacional por medios militares a la seguridad humana como principal preocupación de la política y las relaciones internacionales. Ahora es el momento de que la comunidad internacional y la Iglesia elaboren planes audaces e imaginativos para una acción colectiva acorde con la magnitud de esta crisis. Ahora es el momento de construir un mundo que refleje mejor un enfoque verdaderamente integral de la paz, el desarrollo humano y la ecología”.

Desde Extremadura al País Vasco

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Desde Extremadura al País Vasco

08 julio 2020

Manuel Pecellín, escritor.

Ana María Castillo (Berlanga, 1961), que va por el mundo pidiendo perdón porque tal vez ha pisado una mariposa azul o no supo entender el último mensaje de la cigarra desde el almendro, es sobre todo poeta. Como tal la conocimos a mediado de los noventa en una reunión de “Gallos quiebran albores”, la tertulia emeritense que se convoca con este magnífico verso del Mío Cid. Convertida hoy en Asociación cultural, guardo en mi memoria nombres de partícipes tan entusiastas como los de Pilar Fernández, Jesús Mendo, Eladio Méndez, Antonio Salguero y el gran Rafael Rufino Félix, a quienes se han ido uniendo otros amigos desde diferentes lugares de Extremadura estos lustros últimos.

Ana María Castillo, docente de profesión, cultiva también la prosa, según demostrase con La maestra cuentacuentos (Cáceres, Tau Ediciones, 2017), conjunto de relatos de los que ha venido sirviéndose en el aula. Pero es en esta entrega última, Tiempos convulsossignificativamente subtitulada “España 1959-1980. Apostaron por el amor, la paz la dignidad”, volumen con medio millar de páginas, donde da curso a ​sus indudables dotes narrativas. Eso sí, sin renuncia​r al gusto por las palabras, a la voluntad de estilo que distingue a todos los poetas cuando se deciden por el relato. En efecto, lo primero que sobresale aquí es la calidad de su prosa, ágil (casi todas las oraciones son simples y breves, sin coordinaciones o subordinaciones) y precisa, con abundancia de imágenes, en especial cuando se describen los entornos paisajísticos, rurales o urbanitas, donde discurren los hechos.

Se trata del País Vasco, que la autora demuestra conocer y admirar. Se suceden durante los dos decenios del periodo que el título enmarca. Años del tardofranquismo, la nueva política nacional de los tecnócratas elegidos por el régimen para “europeizar” el país, la apertura de fronteras, las riadas de la diáspora desde el campo a la ciudad, el nacimiento o consolidación de las fuerzas clandestinas opositoras (PCE, Comisiones Obreras, ETA, huelgas obreras y estudiantiles). “Tiempos convulsos”, en los que la Iglesia católica, alentada por los aires del Concilio Vaticano II y la figura de Juan XXIII, se esfuerza por el aggiornamiento, para lo que contarán muy especialmente las aportaciones de sus militantes comprometidos en movimientos apostólicos como la HOAC, JOC, JEC, JARC, Vanguardia Obrera, y la decidida actuación de una parte del clero, aunque, salvo muy contadas excepciones, la Jerarquía se opusiese.

El sintagma tendrá fortuna y pueden recordarse la publicación Poética machadiana en tiempos convulsos (2017); los documentales incluidos en Charles Chaplin, humor en tiempos convulsos (2019) o la muestra Tiempos convulsos. Historias y microhistorias del IVAM (2020).

Como protagonistas de esta revisión histórica, bien documentada, aunque se adjunten elementos imaginativos siempre verosímiles, la autora distingue dos parejas, entre una multitud de personajes secundarios.  Por una parte, Vicente Urr​utikoetxea, mecánico de los Astilleros Izaguirre, jocista, luchador, pero enemigo de la violencia, y Antonia, la emigrante extremeña de los ojos de miel, con la que formará familia (sus avatares recuerdan la que Raúl Guerra Garrido presentase en Cacereño).  Por otra, los dos sacerdotes de la parroquia, hombres de absoluta entrega a los más desfavorecidos, con los que la autora se propuso rendir homenaje a dos consiliarios reales: Francisco Etxebeste (JOC) y Jesús Martín Mendieta (HOAC), un enamorado del gran Guillermo Rovirosa, que decidió venir a ejercer los últimos años de su ministerio en una barriada de Badajoz, para compensar mínimamente (le escuché decir un día) cuanto desde Extremadura había salido hacia Euskadi. La relación del primero con el Papa es quizás lo menos convincente de la obra.

Muy bien ambientada, recoge numerosos apuntes sobre la historia, geografía, mitos y leyendas, gastronomía, folclores, usos y costumbres euskaldunes, así como los acontecimientos más sonados allí vividos, terribles en tantos casos. La autora no oculta sus opiniones críticas, sino que las va transmitiendo de forma indirecta a través de los hombres y mujeres partícipes en el relato. El fanatismo etarra, el espíritu dictatorial de muchos dirigentes de izquierda, las torturas contra los detenidos, la explotación de los trabajadores, el clasismo contra los “maketos” o la cerrazón de las estructuras eclesiásticas tradicionales aparecen en numerosas páginas. También los actos de generosidad, compromiso, espíritu de superación, solidaridad y entrega, a veces casi hasta el heroísmo.

Un apéndice con topónimos, orónimos, gentilicios, expresiones populares, términos etnográficos, etc., contribuye a entender mejor esta obra coral, cuya lectura atrapa desde los pasajes primeros a los últimos.

Ana María Castillo Moreno, Tiempos convulsos. Madrid, Ediciones HOAC, 2020.

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Reseña publicada en el periódico Hoy, diario de Extremadura

Información relacionada con la novela Tiempos convulsos.

Obispos contra los abusos de las multinacionales

Iglesia

Obispos contra los abusos de las multinacionales

07 julio 2020

Más de 100 obispos, entre los que se encuentra el cardenal arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero, denuncian a compañías multinacionales irresponsables “cómplices de actos de violencia y de sufrimiento” hacia los trabajadores y el planeta e instan “a los Estados a poner fin a esta situación”. 

Impulsada por la CIDSE, la coordinadora internacional de organizaciones católicas de justicia social que agrupa a 18 entidades, -entre ellas, Manos Unidas, la declaración Ahora más que nunca, resulta necesaria una debida diligencia obligatoria de la cadena de suministro para acabar con los abusos de las empresas y garantizar la solidaridad mundial reclama que se detengan urgentemente el abuso corporativo mediante una legislación vinculante para regular sus actividades y hacerlas responsables por ley. 

“Nuestras economías deben seguir valores de dignidad y justicia, y ser respetuosos de los derechos de las personas y del medio ambiente”, señalan en la declaración, para denunciar que el abuso de las multinacionales “es generalizado” y “se ha exacerbado” con la crisis de la COVID-19. En el texto, los obispos manifiestan que “las mujeres se vieron desproporcionadamente afectadas por la crisis”. Además, la pandemia,  “ha expuesto nuestra interdependencia y ha sembrado el caos en las cadenas de suministro globales que unen las fábricas a través de las fronteras, exponiendo nuestra dependencia de los trabajadores vulnerables que realizan trabajos esenciales en todo el mundo”.

Solidaridad y legislación obligatoria

Los obispos y cardenales llaman a la solidaridad entre todos los miembros de la familia humana y afirman que “sin una legislación adecuada no se impedirá a las empresas transnacionales llevar a cabo la evasión fiscal, abusar de los derechos humanos, infringir las leyes laborales y destruir ecosistemas enteros”. Los obispos subrayan que “ante el voluntarismo fallido” es imperante una “legislación obligatoria” para proteger de los excesos de las corporaciones transnacionales. 

Declaración abierta a más apoyos

Esta declaración sigue abierta a recoger más adhesiones, especialmente hasta el período previo a la próxima ronda de negociaciones de un instrumento legalmente vinculante sobre empresas y derechos humanos en las Naciones Unidas, previsto para finales de octubre de este año, y el anuncio realizado por la UE para armonizar esta situación con una legislación adecuada en el marco de del Acuerdo Verde Europeo y en el contexto del plan de recuperación pos-COVID.

 Declaración y firmantes 

In memoriam | Luciano Calatrava

Iglesia

In memoriam | Luciano Calatrava

06 julio 2020

HOAC de Almería.

Nos ha dejado un compañero de camino. Iniciábamos el mes de julio y con los calores y los viajes, le llegó también a Luciano el momento del gran viaje, del encuentro con el Dios vivo que marcó y dirigió su vida haciendo de su ministerio un servicio a Dios expresado en la entrega a los hermanos.

Nació hace 84 años en el pueblo con el mayor desierto de Europa, Tabernas (Almería). A muy temprana edad, y motivada por la sequía que asolaba estas tierras y que afectaba de manera especial a quienes dependían del campo para vivir, toda la familia emigró a Jauja (Córdoba) de donde era su madre.  Es en tierras cordobesas donde Luciano, siendo niño, comienza a plantearse su vocación e ingresa en el seminario de Córdoba. Al año siguiente de este acontecimiento la familia regresa a su pueblo natal y Luciano ingresará en el seminario de Almería en el que permanecerá hasta el año 1961, siendo ordenado sacerdote el 11 de junio de dicho año.

Fue en el seminario donde conoció los distintos movimientos de Acción Católica, movimientos que configurarían su ser sacerdote, su espiritualidad, su vida. Guiado por la metodología del ver-juzgar-actuar, junto con su esfuerzo por conocer, renovarse y descubrir los nuevos caminos que brotaban del Concilio Vaticano II, finalizado en sus primeros años de sacerdocio, marcarán el ser y quehacer de Luciano en sus 59 años de ministerio.

Hemos conocido a Luciano, sacerdote inquieto en la lucha y búsqueda de la justicia, siempre al lado del débil y necesitado; elevando la voz en los foros eclesiales reclamando una iglesia que diera respuesta, desde el evangelio, a las cuestiones que preocupaban y siguen preocupando a las personas tanto si eran como si no eran creyentes. Celebre y siempre recordado será su acompañamiento y saber estar en la lucha de los parraleros del río Andarax a finales de los años 70 cuando el sector empezaba a decaer.

Muchas han sido las acciones que emprendió y acompañó Luciano en el campo de lo social no por ser un líder sindical, que lo podría haber sido, sino por haber descubierto en su encuentro con Cristo, que a éste se le sirve en los necesitados y que el mayor culto que se le puede ofrecer a Dios es trabajar para que quienes son su imagen, todas las personas, tengan vida digna.

Vivió con especial preocupación hasta sus últimos días el acoso y derribo al JUNIOR; siempre que tenía oportunidad expresaba su malestar por el proceder llevado a cabo por la Conferencia Episcopal, que él focalizaba en el cardenal Rouco Varela, “contrario a los acuerdos tomados en asambleas con los militantes donde había obispos presentes”, solía decir acalorado.

Su militancia en la HOAC y su tarea de consiliario fue ejemplar: constancia, seriedad, coherencia y sus quejas constantes entre risas: “Somos pocos y muy mayores, hay muchos papeles y esto no lo entiende el obrero de a pie”. Hasta que pudo, y el cuerpo y mente se lo permitieron, no falto a la cita de los cursos de formación en verano en Salamanca o Ávila, ni a las Asambleas cada cuatro años.

Lo echaremos de menos, con la certeza que nos ha precedido en este camino hacia la plenitud mientras esperamos volver a abrazarnos en el Padre.

Hasta mañana en el altar.

Tiempos convulsos

Colaboraciones

Tiempos convulsos

06 julio 2020

Berchmans Garrido | Responsable de Formación de la HOAC.

Ediciones HOAC, la editorial de la Hermandad Obrera de Acción Católica, movida por el afán de llegar a nuevos lectores, en ese camino de «cultura del encuentro» que traza el papa Francisco, nos sorprende revitalizando su colección «Literatura Popular». Digo nos sorprende, porque retoma un interés por un género literario, la novela, que no era muy habitual entre sus títulos.

Tiempos convulsos es la primera novela de la autora extremeña, Ana María Castillo Moreno, pero no su primera obra literaria, pues había publicado diversos libros de poesía y un libro de cuentos.

La novela que comienza siendo un relato inspirado en las vicisitudes de los migrantes extremeños al País Vasco, en la década de los sesenta, acaba ampliando su recorrido hasta el año 1980, una época sacudida por las luchas obreras y las políticas contra la dictadura, y también por la violencia.

En una entrevista en la RAE, Javier Cercas, hablando de la invención literaria y el esfuerzo por dotar de verosimilitud a la obra, de hacerla creíble, cita a Mario Vargas Llosa en la que comenta que una de las cosas que hace el autor es «mentir con conocimiento de causa».

Una novela es una ficción literaria, quizá por eso la autora decide inventar nombres para referirse a los lugares, pero es digno de elogio ese esfuerzo de Ana María Castillo por contextualizar históricamente la vida de sus personajes, especialmente, las vivencias de personas, de forma particular, militantes de los movimientos especializados de la Acción Católica y también de organizaciones políticas que sufrieron la clandestinidad o el exilio, o de quienes sufrieron la sacudida de la violencia. Ha sido un intenso itinerario de documentación, de entrevistas, que ha supuesto, en palabras de ella, un descubrimiento de una realidad que desconocía.

Y con esos mimbres, la autora teje un entramado de personajes que van cruzando sus vidas. El argumento nos acompaña como espectadores privilegiados de ellas.

Desde un constante esfuerzo por situarnos en el presente de sus vidas, donde la voz narradora pasa casi de puntillas para situarnos en la historia, en los paisajes o en las inquietudes y emociones de los personajes, cobra un protagonismo especial el diálogo, que de una manera ágil muestra al lector cómo resuena en sus relaciones toda esa experiencia de quienes han optado por no vivir al margen de las situaciones de injusticia que padecen.

Ana María Castillo, a través de estos personajes y peripecias inventadas, teñidas de esa realidad que había captado, con tanta honestidad, en sus numerosas entrevistas, nos permite conocer de otro modo distinto, el de la literatura, lo que pudieran ser las vidas de militantes de la JOC, de la JEC, de la HOAC, y de otras personas, que protagonizaron, sin estridencias mediáticas, esos tiempos convulsos. Entrevemos cuáles eran sus maneras de sentir, de pensar, de hacer. Y se desvela, desde lo cotidiano, cómo el amor orienta la perseverancia en esa lucha constante y callada por la dignidad, aparejada a la justicia social, y la paz.

***

Reseña publicada en la revista Ecclesia, nº 4039, pág 48 (pdf).

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