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Jaén | Denuncian práctica abusiva de Endesa en un desahucio paralizado

Paro, pobreza y exclusión

Jaén | Denuncian práctica abusiva de Endesa en un desahucio paralizado

09 junio 2020

La Plataforma Antidesahucios y la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados denuncian la incapacidad de los poderes públicos para impedir las prácticas abusivas de las grandes empresas, en concreto, de Endesa, que ha dejado sin suministro de energía a una vecina cuyo desahucio había sido paralizado por el decreto de estado de alarma.

Los hechos que han dado lugar a esta denuncia pública, a la que se han adherido varias organizaciones y personalidades, se remontan al 14 de marzo, cuando el desahucio de una persona que había acudido a la plataforma, previsto para el 19 de marzo, quedó paralizado, lo que no ha sido suficiente para que Endesa restableciera el suministro de energía eléctrica. En cambio, Aqualia, responsable del suministro de agua, sí volvió a prestar el servicio, el 25 de marzo, después de las gestiones y negociaciones realizadas.

Las dos organizaciones han querido insistir en que todo esto ocurre “en el estado de alarma que implica algo así como un estado de excepción personalizado en Isabel (así se llama esta vecina)  que se agudiza y se ve dificultado con el aislamiento social de la situación”.

La compañía eléctrica alega que la falta de un título válido de la vivienda le impide realizar el contrato de servicio habitual, por más que el juzgado que cursa la orden de desalojo reconoce que procedió al mismo “por precario”, no por falta de pago o expiración del plazo legal, debido a la ocupación tolerada.

La Asociación Andaluza de Barrios Ignorados y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca puso en conocimiento del Juzgado de Guardia (juzgado de instrucción nº 2), el 30 de abril, la situación de riesgo y desamparado de la vecina afectada, fácilmente evitable por parte de Endesa. El 21 de mayo, el juzgado falla que aunque hay indicios de delito, no están debidamente probados, y ordena el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones, contra Endesa.

La vecina había suscrito un contrato de alquiler privado, dado que el desahucio había quedado solo en suspenso, el 17 de marzo, si bien, ante la aplicación de un ERTE a su hija, que actuaba como avalista, hubo que recurrir a otra tercera persona, miembro de la HOAC, para que la inmobiliaria validara dicho contrato. Finalmente, la mudanza se realizó el pasado 20 de mayo, con ayuda de los Servicios Sociales Municipales.

La Plataforma Antidesahucios de Jaén y la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados reconocen el desaliento social al ver como habiendo indicios de delitos no se ha reconocido la injusticia cometida contra esta vecina, víctima de un ataque de ansiedad por el que tuvo que ingresar en urgencias, ni se ha producido una respuesta política decente. Desgraciadamente, han constatado que”la decisión fundamental que determina la vida de Isabel y de tantas  personas es la que toman las grandes empresas energéticas en nuestra ciudad y, que los demás poderes, político y judicial, aparecen subordinados”.

“Hemos echado de menos un Ayuntamiento más incisivo con Endesa para que ésta restableciera el suministro eléctrico en una situación de tal excepcionalidad y una Delegación de Vivienda que buscara una alternativa habitacional, teniéndose que recurrir al mercado de vivienda nada accesible para familias con limitados o nulos recursos”, se puede leer en el comunicado.

No obstante, valoran como signos de esperanza social, ” la lucha, participación y protagonismo de esta mujer, en la paralización del desahucio en colaboración con la Delegación de vivienda de la Junta de Andalucía, en el acompañamiento de las organizaciones sociales a las víctimas de las crisis, en el apoyo de Aqualia y en la colaboración municipal”.

Además, proponen “la creación de un parque municipal de vivienda de alquiler accesible, que no haya desahucios hasta finales de 2021 y que el ingreso mínimo vital recién aprobado llegue a todas las familias para que no les falte alimentación ni suministros básicos”.

Adhesiones de colectivos al manifiesto:

Plataforma de Afectados por la Hipoteca | Asociación Andaluza de Barrios Ignorados | Red Jaén Ciudad Abierta | HOAC(Hermandad Obrera de Acción Católica) | Cáritas diocesana | Proyecto Rajab | Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera | Secretariado Episcopal de Migraciones | Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos | Fridays for Future Jaén | Feministas 8M Jaén | Asociación Supervivientes-Gurumbé | Plataforma COVID19 Jaén. | Asociación Jaén Ciudad Habitable | Asociación de Vecinos Torre del Concejo

 

Ana María Castillo entrevistada en Vida Nueva

Convocatorias

Ana María Castillo entrevistada en Vida Nueva

08 junio 2020

La periodista de la revista Vida Nueva, Elena Magariños, ha entrevistado a Ana María Castillo, la autora de la novela Tiempos convulsos, última novedad publicada por Ediciones HOAC. En ella habla de la génesis de la novela y de las diferencia y similitudes de la España retratada en su obra y la de hoy.

Ana María Castillo Moreno presenta de forma virtual su novela Tiempos convulsos (Ediciones HOAC), una obra que ofrece una mirada distinta de la posguerra y la Transición española, a través del hilo argumental de una serie de historias entrelazadas.

En un periodo complicado, no solo para España sino para el conjunto del mundo, Vida Nueva reflexiona con la autora acerca del legado de aquellos que lucharon para alcanzar los derechos de los que disfruta actualmente nuestro país, así como acerca de qué se puede aprender de unas décadas tan decisivas para la historia del mismo.

¿Qué impacto social tuvieron los movimientos de Acción Católica en la España del periodo en el que se desarrolla el libro?

Fueron parte importante (debido a su formación, capacidad de compromiso y sentido de la justicia) en la representación de las comisiones obreras de empresa, para conseguir mejoras en el trabajo. Promovieron manifestaciones pacíficas en favor de la paz social y la justicia.

A través de sus medios de publicación y con el ejemplo de sus propias vidas, denunciaron los abusos a los que se veía sometida la población y constituyeron un nexo de unión entre lo que sucedía en España y el resto del mundo. Además, formaron culturalmente a las clases más desfavorecidas.

¿En qué historias se ha inspirado para escribir este libro? 

En las entrevistas orales que he realizado a personas, tanto de Extremadura como del País Vasco, que vivieron en aquellas décadas desempeñando diferentes trabajos y que pertenecían a diferentes clases sociales: obreros, maestros, policías nacionales, guardias civiles, amas de casa, emigrantes, vascos, pescadores, estudiantes, agricultores, sacerdotes, militantes de la HOAC, JOC y JEC, militantes de CCOO y del PCE, nacionalistas y no nacionalistas. También he investigado en documentos escritos que me han facilitado y en otros que yo me he procurado.

El libro trata de décadas que no deberíamos olvidar y que a las generaciones actuales les vendría bien conocer

¿Qué quería transmitir al lector?

He pretendido mostrar una sociedad compleja, inmersa en un mundo también complejo y, a veces aterrador, sometido a profundos e inquietantes cambios. Unas décadas muy importantes para llegar a la España que hoy tenemos. Décadas que no deberíamos olvidar y que a las generaciones actuales les vendría bien conocer para valorar, o no, lo que se ha conseguido.

Una vez transmitido esto, el mensaje que se superpone a todos los demás es el siguiente: la vida, la sociedad es, por naturaleza, plural. En la pluralidad radica su riqueza. Es posible vivir en paz dentro de una sociedad en la que cada uno aportamos nuestro punto de vista. Es realmente posible y es hermoso vivir en la pluralidad. Para ello resulta totalmente imprescindible apostar por el amor, la paz y la dignidad.

De todas las luchas y reivindicaciones de aquella España de finales de la dictadura y principios de la Transición, ¿queda alguna pendiente?

Queda pendiente acabar con el afán desmedido del poder: político, económico, religioso. Queda pendiente acabar con el fanatismo. Y también queda pendiente acabar con el paro. El derecho a la vida y el derecho a un trabajo digno son fundamentales para el ser humano.

¿Cómo ha cambiado nuestro país desde entonces? ¿Qué podemos aprender de aquella España que nos sirva en la actualidad?

Ahora vivimos en una democracia. Podemos expresar libremente lo que pensamos. Tenemos acceso a una educación Primaria y Secundaria gratuitas y un acceso más fácil a una Formación Profesional o Universitaria. Tenemos acceso a un sistema sanitario gratuito. En general, disponemos de más comodidades, existe menos pobreza, la apertura al mundo exterior es completa.

De la sociedad de aquellas décadas debemos aprender el afán de lucha por denunciar las injusticias que nos rodean, que vemos a la vuelta de la esquina o que vivimos en nuestras propias carnes. La unión por conseguir un objetivo común, como por ejemplo acabar con la dictadura, hizo posible que se pasara a una transición democrática de un modo, más o menos, tranquilo. Se consiguieron muchas mejoras sociales.

Ahora, estamos adormecidos. Nos hemos acostumbrado a esas mejoras y hemos olvidado cómo se hicieron posibles. Hemos perdido, el sentido de comunidad, de lucha, de unidad para denunciar los atropellos del poder. Estamos demasiado radicalizados ideológicamente. Y es necesario que seamos conscientes de que, todavía, queda mucho por mejorar en esta sociedad y de que hay derechos que estamos perdiendo por esa inactividad, ese “aborregamiento” en que nos han sumido los medios de comunicación y el bienestar.

 

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Ana Mª Castillo: “Quería que todos tuvieran derecho a su propia voz”

05 junio 2020

La primera presentación por internet de Ediciones HOAC resultó muy interesante para las casi 100 personas que siguieron la conversación con Ana María Castillo, autora de la novela Tiempos convulsos.

La conversación en torno a esta obra, que plasma la historia de un grupo amplio de personajes de toda condición y edades, en un pueblo pesquero imaginario del País Vasco, durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado, mantuvo pegadas a sus pantallas a decenas de personas de distintos puntos de dentro y fuera de nuestro país.

La publicación de esta novela responde, en palabras del responsable de Formación de la HOAC, Berchmans Garrido, “al ofrecimiento generoso que la autora ha hecho de su texto”, pero también a la reflexión sobre “la necesidad de ampliar la repercusión de nuestra labor editorial, de tender puentes con más lectores y lectoras, siguiendo lo que el papa Francisco llama, la cultura del encuentro, y la oportunidad de retomar la literatura popular, como una forma artística, más personal y honda, de acercamiento a la realidad y la historia de las personas trabajadoras”.

“Los personajes y sus vidas son vehículos para recrear las vicisitudes personales, las emociones que los atraviesan y cómo las relaciones que mantienen les marcan, en qué les afecta, qué les cambia y qué permanece firme”, comentó Berchmans Garrido, de modo que con esta obra, los lectores pueden ejercitar “el placer de la lectura” al tiempo que pueden “atisbar algo parecido a lo que debieron vivir las persona que protagonizaron las circunstancias de esos tiempos convulsos a los que se refiere la novela”.

La propia autora, Ana María Castillo, natural de Berlanga (Badajoz), maestra de Educación Primaria en Mérida, ciudad desde la que intervino, con varias obras de poesía a sus espaldas, reconoció, en tono jocoso, que la novela es “una obra de ficción basada en hechos reales, como se dice en algunas películas” y confesó que ha dedicado unos 10 años a documentarse, especialmente en cuanto al papel de los movimientos de Acción Católica, “de los que no tenía ni idea”, durante la posguerra y la Transición.

Según confesó Castillo, el impulso inicial para escribir la novela partió de su encuentro con emigrantes, su deseo de conocer el origen de la violencia y el deterioro de la convivencia. El encuentro con el sacerdote de la HOAC, Jesús Martín Mendieta, quien “me enamoró”, le acabó por convencer de la oportunidad de recuperar la historia de “tanta gente valiosa” que llevó a cabo, y todavía lo hace “una labor tan admirable”. “En cuanto empecé a conocer y hablar con personas de la HOAC, la JOC y la JEC supe que serían una parte importante de la novela”, confesó.

A la hora de abordar el proyecto, la autora quería ofrecer, “no una única visión, sino la de todos: los emigrantes que tuvieron sus dificultades para integrarse, lo que pensaba el pueblo vasco, en especial de las fuerzas del orden y cómo éstas lo habían pasado…”. “Quería que todos tuvieron derecho a su propia voz”, resumió.

La estructura argumentativa sigue fielmente los acontecimientos más relevantes de 1959 a 1980 y cómo influyen en los personajes, de modo que “sus vidas se entrelazan, en una trama en la que no falta ningún hilo, todos son imprescindibles y están unidos, aunque a veces parece que se pierden”. También ha querido Ana María Castillo cerrar el círculo de la vida, no dejar abierta la trayectoria de los personajes y mostrar su evolución desde la infancia hasta el final.

Aunque en la narración aparecen sindicalistas y empresarios, obispos y párrocos, policías e independentistas, obreros y estudiantes, la autora admitió que el papel de la mujer es clave: “todas las mujeres juegan un papel primordial, aunque sea desde el silencio, el dolor, la alegría, la renuncia, el amor, la amistad… Son ellas las que facilitan el encuentro, la apertura de miras, que los conflictos se resuelvan felizmente y que, a través del arrepentimiento y el perdón, se acorten las distancias”.

En el fondo, la novela es un aldabonazo para recordarnos que, “aunque el olvido es imposible, se pueden cicatrizar las heridas para hacer posible la convivencia”. También es un bello homenaje a quienes lucharon por “encontrar en el amor, la paz y la dignidad la salida al laberinto de aquellos años y a quienes todavía seguimos apostando por el amor, la paz y la dignidad, también en los presentes tiempos convulsos”.

INFOR | Empleo y desarrollo sostenible

Internacional

INFOR | Empleo y desarrollo sostenible

05 junio 2020

Presento los contenidos de un nuevo número del boletín informativo INFOReditado por el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), en colaboración con el Fondo de Solidaridad Internacional de la HOAC y el equipo de Noticias Obreras. En este número, el tema central es el empleo y el desarrollo sostenible.

Sumario de contenidos

 Editorial   Empleo y desarrollo sostenible. Por Marileá Damasio, secretaria general del MMTC.

 Vida de los movimientos 

América | El futuro del trabajo y los desafíos de la sostenibilidad, por Espartaco A. Ramacciotti, Abogado laboral y de la seguridad social. Simpatizante MTC Brasil.

                  Caín, ¿dónde está tu hermano?, por Julian Rigau, coordinador Caribe, Norte y Centroamérica del MMTC.

Europa | Empleo y desarrollo sostenible, por Américo Monteiro, coordinador nacional LOC/MTC Portugal.

África | Reflexión sobre el empleo y el desarrollo sostenible, por Angellete, Esekiel y Jean Claude, Coor. nacional LOAC Rodrigues. Océano Índico

Asia | Empleo y sostenibilidad. Por Rocky Green, militante del MTC India.

 Actualidad    La situación de los trabajadores en Suiza. Por Jonas Saggelsdorff, secretario del KAB Suiza, y Armin Huerner, coord. Europa.

 Acompañamiento   Empleo y desarrollo sostenible: ¿el deseo de Dios? ¿Por qué podemos decir eso? Por Bernard Robert, consiliario internacional del MMTC.

 

■ Accede a la descarga de la versión en castellano  ■ Consulta INFOR anteriores.

 FONDO DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL  La HOAC desarrolla desde el año 1991 el Fondo de Solidaridad Internacional, iniciativa que expresa su conciencia obrera cristiana y solidaria. Decenas de proyectos de formación de militantes, de difusión o de coordinación, apoyados y financiados en África, Asia y América Latina.■ Aportaciones en ES77 1491 0001 20 2017312618 | + info
Santísima Trinidad (7 de junio de 2020)

Iglesia

Santísima Trinidad (7 de junio de 2020)

03 junio 2020

En estos días estaremos viviendo la experiencia de reencontrarnos con personas queridas, de tener reuniones de equipo presenciales otra vez, después de más de dos meses sin vernos. Para encontrarnos con otras aún queda. Posiblemente con las que nos encontramos experimentamos que aun después de este tiempo de separación y confinamiento es como si nos hubiéramos visto ayer mismo. Retomamos enseguida el hilo donde lo dejamos. Es como si fuésemos una sola persona.

Es lo mismo que nos sucede con nuestro Dios. Porque Dios nos conoce y nos quiere desde antes de formarnos en el seno materno; nos quiere desde siempre.

■ Accede a más oraciones aquí.
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La autora de “Tiempos convulsos”, Ana María Castillo, entrevistada en varios medios

Convocatorias

La autora de “Tiempos convulsos”, Ana María Castillo, entrevistada en varios medios

03 junio 2020

Tiempos convulsos (Ediciones HOAC, 2020) —donde la escritora Ana María Castillo novela una parte fundamental de la historia de nuestro país, en la que la HOAC, la JOC y la JEC tuvieron también su papel— está despertando mucho interés.

De hecho, varios medios han invitado a la autora a hablar de su novela, como ha sido el caso de Canal de Extremadura y Radio Nacional de España, cuyos cortes pueden escucharse más abajo1. Muy probablemente, no serán los únicos que se interesen por esa novela que recupera así el género literario en Ediciones HOAC.

De momento, la autora, natural de Berlanga (Badajoz), maestra de Educación Primaria, con varias obras de poesía publicadas, estará disponible para conversar con las personas interesadas a través de videoconferencia de presentación del libro prevista para el jueves 4 de junio, a las 18 hrs.

Mezcla de culturas

En el programa de Canal Extremadura El sol sale por el oeste, Ana María Castillo ha confesado que su propósito ha sido “escribir una novela que abarcara muchos campos, no solo la emigración y la política, sino todos los aspectos posibles de la sociedad, centralizados en un pueblo imaginario, pesquero, del País Vasco, donde se da una mezcla de culturas”.

En la novela aparecen los hombres y mujeres de los movimientos especializados de Acción Católica de aquella época, que en palabras de la autora, “estaban bastante formados culturalmente, porque de ello se encargaba esa parte de la Iglesia, muy presentes en las huelgas pacíficas y en los que sus compañeros se apoyaban mucho”.

Ana María Castillo ha dedicado 10 años a documentarse y ha entrevistado a infinidad de personas que vivieron y conocieron de primera mano la posguerra y la Transición en un País Vasco al que llegaban andaluces, gallegos y extremeños que se encontraban con una sociedad con sus propios códigos y tradiciones. “Entrevisté a muchos tipos de personas, desde emigrantes, maestros, obreros, estudiantes, hasta guardias civiles, policías nacionales, sindicalistas, militantes del partido comunistas, nacionalistas, no nacionalistas, exiliados…”, ha comentado la autora.

Historia de amor entrelazada

El resultado es una “novela coral”, como la ha definido la periodista de RNE Ana García, en la que “se dan una serie de relaciones entre todos los personajes a través de una historia de amor entrelazada”, en la que la gran historia se cruza con las pequeñas historias de cada persona.  “Cada capítulo recoge el hecho histórico más significativo en España de ese año”, ha explicado Ana María Castillo, pero sobre todo, “cómo son zarandeados de manera cruel por esos acontecimientos y cómo al final son capaces de salir del laberinto en el que están metidos, porque aquellos años eran un verdadero laberinto donde nada era lo que parecía”.  La novela está compuesta por numerosos “hilos que, como el entramado de un tejido, se unen para salir del laberinto”. Una idea fielmente reflejada por “el ilustrador maravilloso”.  

Para la autora, esta es una “novela de historia contemporánea, pero novela”, que plasma “el ambiente político, social, religioso, cultural, y cómo influía en la gente corriente”, lo que puede ayudar a comprender mejor nuestro pasado, pero también a entender el devenir actual de la sociedad española del siglo XXI, que, para la escritora, en “esencia no ha cambiado tanto”.

“La diferencia afortunada es que antes se cogía la pistola y ahora no, que ya es bastante”, ha reconocido Ana María Castillo, quien, no obstante, ve con pena cómo la ambición política lo inunda todo, de modo similar a como lo hizo en la recuperación de la democracia. “Cuando murió Franco y empezó la Transición, se despertaron las ambiciones políticas y muchos obreros que habían estado al pie del cañón, en primera línea, dando la cara frente a los patronos, lo que no era fácil, fueron desbancados, como si no hubieran hecho nada, solo por el quítate  tú para ponerme yo”, ha respondido la narradora al ser preguntada sobre la actualidad política.

 

*Entrevista en Canal Extremadura

 

Entrevista en RNE-Extremadura

 

Entrevista en Esradio-Extremadura

 

Entrevista en Vida Nueva

Noticias Obreras | El trabajo en tiempos de pandemia

Kiosco

Noticias Obreras | El trabajo en tiempos de pandemia

01 junio 2020

Presento la portada y el sumario de contenidos de la revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del trabajo humano y el bien común, de junio de 2020 (número 1.629). También está disponible la versión digital.

Las palabras claves son: #NuevoPactoSocial#ResurreccionconFrancisco, #TrabajoPosCOVID-19#ComisionVaticanaCOVID19

NNOO digital

Noticias de la HOAC • Alcanzar la justicia social a través de la justicia fiscal. La HOAC se ha adherido a la Carta abierta a todas las fuerzas políticas, firmada por centenares de entidades sociales y sindicales, cuyo objetivo es alcanzar mayores cotas de justicia social mediante una reforma que favorezca la justicia fiscal.

Editorial • Un nuevo pacto social. Si algo ha puesto de manifiesto la crisis social provocada por la COVID-19 es la enorme fragilidad y vulnerabilidad de nuestra sociedad y la total irracionalidad e inhumanidad del sistema económico capitalista neoliberal. Se publicará en la web y en las redes sociales el próximo 16 de junio. Te animamos a su valoración y a compartirlo con la etiqueta #NuevoPactoSocial. Si lo prefieres, puedes hacer llegar tu opinión a participacion@noticiasobreras.es

Tema del Mes • El trabajo en tiempos de pandemia. Resumen de un texto más extenso elaborado por el grupo de economía de Cristianismo y Justicia. En clave de ver, juzgar y actuar intentan dar respuesta a la situación actual del trabajo, su lectura desde la DSI y distintos planos de actuación para afrontar esta crisis. Lo firman Jesús Renau y Francisco Ferrer, del Equipo de Economía de Cristianismo y Justicia. En esta sección, nos ponemos a la escucha. Puedes hacer tus aportaciones al tema a través de las redes sociales con la etiqueta #TrabajoPosCOVID-19 o al correo participacion@noticiasobreras.es.

Entrevista • Augusto Zampini, responsable de la Comisión Vaticana COVID-19: «Esta crisis revela la necesidad de un cambio radical y que este es posible». El papa Francisco lo nombró experto del Sínodo de la Amazonia y, posteriormente, secretario adjunto del Dicasterio para el Desarrollo Humano. Ahora su principal servicio está en la Comisión COVID-19 recientemente creada en el Vaticano, de la que es uno de sus responsables, para atender «el después» de la pandemia que ya comienza a configurar un nuevo mundo.

Laboral • Convenio 189 de la OIT: Un paso más para las trabajadoras de hogar y cuidados. Inmersas aún en plena pandemia, si algo ha evidenciado la crisis de la COVID-19 es que los cuidados son esenciales para la vida. Sin embargo, no parecen serlo tanto las personas que los sostienen (mayoritariamente mujeres y, muchas de ellas, migradas) ni tampoco sus derechos. Por Liz Quintana, de Trabajadoras No Domesticadas.

Vidas precarias • Despedido en cuarentena: «Nos pasa lo mismo que al resto de la clase obrera». Grego Belmonte, militante desde hace más de 20 años de la HOAC, ocupa, por segundo año, la responsabilidad de representación de la diócesis de Barcelona-Sant Feliú. Acaba de ser despedido de su empleo, en pleno estado de alarma. Por Olivia Pérez, responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.

Política • Vamos a crear una normalidad alternativa. El año 2020 quedará grabado en rojo en la historia de la humanidad. El mundo entero se ha visto sacudido por una pandemia, vinculada al cambio climático y a un crecimiento insostenible y depredador. Por Javier Madrazo, profesor de Filosofía.

Economía • Sanar una economía pandémica. A pesar de la excepcionalidad de esta nueva crisis, comparada, salvando las distancias con la peste negra o la Segunda Guerra Mundial, no hay todavía un planteamiento integral para poner el sistema económico al servicio de la recuperación, ni liderazgos claros que marquen el camino a seguir. Por José Luis Palacios.

Otra vida familiar es posible • Compromiso en el economato de bajo costo. Bibiana tiene 27 años y Arantza 28, ambas crecieron en el mismo barrio del norte de Alicante y han pertenecido al mismo equipo desde poscomunión. En un campamento conocieron la Juventud Obrera Cristiana y desde 2016 son militantes y parte activa de la comunidad cristiana de Nuestra Señora del Carmen. Por Yolanda Cañada, periodista.

Iglesia •  Caminos de resurrección desde el plan del papa Francisco. En medio de esta hecatombe mundial, de la mano de las mujeres que caminaban al
sepulcro, aparece un sorbo de esperanza, no solo de optimismo. Un plan que se ensambla en la necesidad de atreverse a reconocer la realidad con la crudeza que tiene, como aquel sepulcro de la mañana de la resurrección, y en la vía de la fraternidad como cauce de despliegue de la novedad de la misma. Por José Cobo, obispo auxiliar de Madrid.

Experiencia • La excepción estaba en la respuesta vecinal. En medio de la pandemia han aflorado también redes espontáneas de solidaridad vecinal que han aliviado algo el total desamparo al que ha sido sometida la enorme población vulnerable de los barrios castigados. Por José Luis Palacios.

Cultura • El coronavirus y las pantallas. Cuando gran parte de la población española está en la primera fase del llamado «desescalamiento» no quedan muy lejos los meses duros del confinamiento (marzo y abril) en los que gran parte de las relaciones personales hubo que trasladarlas a las pantallas del móvil y del ordenador. Por Víctor M. Marí Sáez, profesor de Comunicación.

El trabajo es para la vida • COVID-19: enfermedad laboral. Por Juani Sosa, militante de la HOAC de Canarias.

El cuidado de la creación • Aprenderemos a movernos? Por Araceli Caballero, periodista.

La Mundialización  La incapacidad de la Unión Europea, aportación de Francisco Porcar, militante de la HOAC de Segorbe-Castellón.

El Termómetro • ¿Volver a la normalidad?por Jesús Espeja, teólogo.

El Evangelio en tu vida • Con el artículo Vivir la trinidad en la solidaridad, de Juan Mari Lechosa, consiliario de la HOAC.

Libros • Narrar la experiencia obreraPaco Vicente, militante de la HOAC  de Murcia, reseña la primera novela editada por Ediciones HOAC Tiempos convulsos, de Ana Mª Castillo Moreno.

Cine • La agria realidad de los “milenials”Por José Luis Jiménez, crítico de cine.

El Atrio • Iglesia para nuestros hijos, por Luis J. Juan, profesor.

Dos Minutos • Con José María Toro y su texto Oda a los dos metros.

La oración de cada día • Quizá algún día te des cuenta, de Presen Pérez.

 

Portada | Ashkan Forouzani (unsplash)

Bilbao | Acompañando a los pacientes del hospital Santa Marina

Mundo obrero y del trabajo

Bilbao | Acompañando a los pacientes del hospital Santa Marina

30 mayo 2020

Mari Mar, militante de la HOAC de Bilbao, coordina el Servicio Religioso y Espiritual (SARE) en el hospital Santa Marina, convertido en centro de referencia en tiempos de pandemia1.  Así ha vivido y está viviendo estos momentos de especial acompañamiento a las personas mayores.

El hospital Santa Marina fue creado, en su día, para atender a las personas enfermas de tuberculosis, lejos del centro de Bilbao, donde descansar y respirar aire puro y donde no contagiaran a nadie de aquella terrible enfermedad. Ya entonces, hubo quien decidió vivir en el hospital “para cuidar a las personas enfermas aún a riesgo de enfermar ellas mismas. Entre esas personas había religiosos, religiosas y sacerdotes trabajando codo con codo con el resto del personal haciendo más fácil la vida de los pacientes y sus familias”, explica Mari Mar.

Más de 75 años después, allí han sido dirigidas las personas más vulnerables a la COVID-19, en palabras de esta militante de la HOAC, “las últimas en la lista de prioridades, personas mayores, pluripatológicas, con enfermedades crónica y muchas con trastornos cognitivos. A toda esta debilidad se le suma el temido coronavirus, que deja su vida pendiente de un hilo, y les llena de temor, porque todo lo que han oído es que gente mayor está muriendo en todo el mundo por causa de esta enfermedad. Han salido de sus casas y no creen que vayan a volver. No dominan las tecnologías, muchos no saben ni dónde están, pero sienten que no es en su casa y que no es su familia la que está a su lado, pese a que todo el personal se esmera en conseguir que se sientan como en ella”, detalla.

Una tarde, a punto de irse a su casa, a oyó en el pasillo que se les decía a los familiares que a partir de mañana no habrá visitas. “Se me encogió el corazón”, reconoce. Sabía que no había otro remedio, que era lo que había que hacer, pero “te llena de dolor pensar que alguien puede salir de su casa una tarde y no volver a ver nunca más a su familia”. Tenía claro que era “algo que hace aumentar el dolor de la ya dolorosa por sí sola enfermedad”.

Estar cerca

En estas circunstancias, el SARE también ha tenido que adaptarse. “Nos ha tocado resituarnos y buscar cómo estar cerca de las personas, cómo acompañar este dolor, cómo acompañar religiosa y espiritualmente reduciendo la presencia. ¿Qué hacer? Pues lo que siempre ha hecho la Iglesia en estos momentos y es estar junto a las personas enfermas. Nuestra fe no nos permite mirar a otro lado. Hay que buscar cómo, cuándo y dónde, pero hay que estar, hay que prepararse como hace el resto del personal. Y junto a las tareas de siempre (escuchar, acompañar, rezar, celebrar, despedir, acoger…) surgen otras que nunca hubiéramos pensado tener que vivir (vaciar la capilla, suspender las misas, no cruzar el pasillo, no pasar a planta, comunicarse de forma virtual, aprender a ponerse un EPI, a lavarse las manos, a usar una mascarilla, limpiar y limitar el riesgo”, resume Mari Mar.

El SARE se propuso participar en una iniciativa que facilitara en la distancia conectar a las personas enfermas con sus familiares, recibir sus cartas y fotografías y entrar en las habitaciones, para hacer videollamadas. “Y así, como cada día llamo a mi madre para mantener la cercanía en la distancia, llamo también a la hija de Juan, al nieto de Lucía, a la sobrina de Sara, a la biznieta de Marcos…, así hasta la gran mayoría de las familias de las más de 400 personas que han estado ingresadas en Santa Marina estas semanas y a las que la COVID-19 ha dejado en una cama, sin más recursos que la ayuda del personal hospitalario”.

Nada menos que “compartir entre extraños la alegría, el miedo y la incertidumbre”, lo que le ha permitido “entrar en cada casa, en cada familia y conocerlos un poco mejor”. “No importa quién eres o en qué crees, no importa si eres creyente o no, o eres de otra confesión religiosa. Se trata de personas, se trata de humanidad, las etiquetas se dejan a un lado y todo y todas somos iguales, en la fragilidad nos necesitamos para salir adelante. Celebramos con el que se va y lloramos con el que se queda en el intento”, concreta así su labor de acompañamiento diario.

Curiosamente, “el EPI que, en principio, nos aleja, al final, nos hace iguales. Yo lo hago desde mi fe, otras personas lo hacen desde su ética profesional, o desde el amor al ser humano. Mano a mano, somos uno y dan igual las diferencias, porque no separan, sino que complementan. Todos con un mismo fin y más seguros y seguras que nunca de estar donde tenemos que estar y de que somos un equipo donde todas las personas nos necesitamos”. “Cuando estoy dentro, cuando la persona enferma me mira intentando encontrar un ser humano debajo de todas esas medidas de protección, solo me importa hacer llegar un poco de calor a esa persona que tanto ha dado a esta sociedad”, detalla Mari Mar.

 

Mari Mar continúa atendiendo a las familias que, por ser personas de riesgos o tener que guardar la cuarentena, no pueden estar con sus allegados, a pesar de que ya se permiten las visitas en ciertas áreas hospitalarias. “Me siento portadora de esperanza y de deseos de volver a estar juntos, un soplo alentador”. La porteadora de un mensaje esencial: “recuerda que no estás solo o sola, que te esperan en casa y tiene sentido tu lucha”. Pero muchos se preguntan: “¿Dónde están mis hijos, mis hijas?”. La respuesta está una llamada, les ven en la pantalla y “sus ojos se iluminan y la sonrisa aparece en sus corazones, surgen las lágrimas, la emoción, la gratitud…”

“Es mi hija, mi hijo” le dicen, entonces su soledad y la de los suyos es un poco menos sentida, su esperanza se enciende de nuevo y el sentido por vivir recobra sus fuerzas, y quizás, hoy, mientras duerman soñarán que han estado con ellos y los han abrazado de nuevo”.

“Esas familias, comprensivas con la situación, se emocionan al poder comunicarse mínimamente con su ser querido, ponen en mis manos su intimidad, sus vidas, sus sentimientos…, verlos un ratito a través del teléfono y agradecer, comprender que, aunque les gustaría no colgar nunca, lo tienen que hacer y esperar a que haya una nueva oportunidad. Y el miedo se te olvida, y sientes que merece la pena estar ahí, a su lado, haciendo presente el amor de Dios en estas largas horas de hospital. Ahí de donde nunca nos hemos ido”, confiesa Mari Mar.

1 En la página web del obispado de Bilbao han ido apareciendo testimonios de personas de la Pastoral de la Saludcomo Mari Mar, que comparten su experiencia en estos días tan complicados en los centros sanitarios.

 

 

¡Tú! 197 | Resetear el sistema: Hay otra salida

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¡Tú! 197 | Resetear el sistema: Hay otra salida

29 mayo 2020

El ¡Tú! vuelve a imprimirse y ser distribuido por los canales ordinarios, para seguir acompañando el compromiso personal y comunitario, ahora más que nunca, en la búsqueda de respuestas solidarias a la devastadora crisis de la COVID-19. Apostamos por la esperanza de construir –superando la «normalidad» anterior– una nueva realidad más justa, inclusiva, sostenible y solidaria.

Hacemos oración de la experiencia del dios que escucha el sufrimiento en medio de tantas dificultades para sostener la compasión que nos mueve a plantar cara a la injusticia. Nos hacemos cargo de la herida de los trabajos escasamente reconocidos socialmente, pero clarísimamente esenciales para el cuidado. Damos un abrazo al enorme despliegue de actos de entrega, gratuidad y solidaridad en este tiempo de emergencia.

Primereamos la necesaria reconstrucción de un modelo socioeconómico que ha saltado por los aires y que «no se aguanta». Vamos codo a codo con militantes que han actuado tan generosa y dolorosamente en las UCI. Y nos preguntamos quéhacer con quienes no han estado, nunca lo están, cubiertos por las medidas de alivio, como son los trabajadores migrantes.

Defendemos poner en práctica la caridad política a través de un «acuerdo de Estado» que rescate la dignidad del trabajo y promueva precisamente los trabajos esenciales para la humanidad. Tomamos la palabra para apoyar una Iglesia en salida que sepa acompañar a los hombres y mujeres de hoy. Dedicamos la viñeta al Día del Refugiado con la intención de recordar uno de los peores dramas que la pandemia desgraciadamente agravará.

☉ ¿Nos acompañas? Guía de lectura del número 197 • junio-julio 2020

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Juan Torres: “No debe importar conceder ayudas ‘con brocha gorda’, lo importante es evitar que haya colapso”

Mundo obrero y del trabajo

Juan Torres: “No debe importar conceder ayudas ‘con brocha gorda’, lo importante es evitar que haya colapso”

29 mayo 2020

El profesor de Economía Juan Torres ha publicado el libro digital Coronavirus y economía, en el que recoge los artículos publicados en diferentes medios, donde ha analizado las consecuencias de la actual pandemia y las medidas adoptadas para paliar su grave impacto social y económico.

El libro ofrece, no solo una visión coherente especialmente sensible con los dramáticos efectos en la vida de las personas, y también de las empresas, sino además una visión crítica de las medidas económicas que se están adoptando, así como sus propuestas para una política económica más humana, solidaria y sostenible que deberían ser tomadas muy en serio. Conversamos con el profesor, autor de Ediciones HOAC, para entender el alcance de las respuestas económicas a la crisis y valorar las alternativas.

Dentro del consenso genérico sobre la necesidad de la inversión pública para superar la crisis económica asociada a la COVID-19, ¿cuáles están siendo las diferencias a la hora de diseñar los planes económicos en cada país y sobre todo en la Unión Europea?

Esta es una pregunta imposible de responder en el marco de una entrevista. Básicamente, todos hacen lo mismo: tratar de evitar que las empresas cierren, dándoles ayudas, avalando créditos, retrasando el pago de impuestos o incluso asumiendo los costes salariales de las que han tenido que cesar su actividad. La diferencia no viene de la preferencia de cada uno sino de la capacidad que tienen para endeudarse, pues ninguno de ellos puede hacer frente a esos gastos sin recurrir a financiación ajena. Alemania, la más potente, está dando ayudas a sus empresas por valor de un billón de euros, prácticamente lo mismo que el PIB de España, la mitad del suyo, es decir, cinco o diez veces más, según los casos que los demás países.

¿Le parecen suficientes las medidas adoptadas por el gobierno de España en cuanto a los préstamos ventajosos a las empresas, la flexibilización de los ERTE, las facilidades para aplazar los impuestos y el pago de alquileres, el futuro ingreso mínimo? ¿Están bien reguladas las ayudas, sabiendo que los detalles son fundamentales y que lo importante es que el dinero fluya rápidamente allí donde más falta hace?

Me parecen insuficientes porque está a la vista que muchas empresas han tenido que cerrar y miles de personas se encuentran sin apenas ingresos para vivir, haciendo colas en los comedores sociales. Los detalles, en una situación de emergencia, me parece que son lo de menos. Vengo diciendo que no debe importar actuar o conceder ayudas a empresas y hogares “con brocha gorda”, porque lo importante es asegurarse de que no haya colapso. Luego habrá que ajustar y hacer cuentas con quienes hayan podido recibirlas inadecuadamente.  Los mecanismos de ayuda tampoco me han parecido los mejores. Hacer que las empresas se endeuden para hacer frente a esta crisis es un gran negocio para los bancos pero que hipoteca a las propias empresas y al gobierno con más deuda futura.

Me parece de una equidad elemental no destinar dinero público a las empresas que tributan en paraísos fiscales. Si usted no quiere colaborar con el sostenimiento de las cargas públicas, no pida usted que los demás carguemos con la ayuda que le demos. Los bancos son negocios privados que deben dar cuenta a sus accionistas y buscan, legítimamente, el máximo beneficio. No me parece mal que actúan así, lo que me parece mal es que, sabiéndolo, las autoridades recurran a ellos en medio de una emergencia, cuando deben primar los intereses colectivos. Están a su servicio y eso es lo condenable, desde mi modesto punto de vista.

Se debería cubrir la necesidad de las personas que carecen de medios para vivir de la manera más efectiva, rápida y menos costosa

Hoy se aprueba el ingreso mínimo. En su opinión, ¿cómo debería ser su puesta en práctica para que sea eficaz y justa?, ¿qué otras medidas harían falta para combatir la pobreza y la vulnerabilidad?

Soy de los que piensan, como san Ignacio que, en tiempos de tempestad, no conviene hacer mudanza. En medio de lo que está pasando, no creo que sea el momento ideal para tratar de establecer reformas de gran relieve, sino de atender a lo urgente, a lo que con inmediatez reclama respuesta. Lo mejor, en muchas ocasiones y me temo que en las que estamos sufriendo, suele ser enemigo de lo bueno. Se debería cubrir la necesidad de las personas que carecen de medios para vivir de la manera más efectiva, rápida y menos costosa, sin generar incentivos perversos. Luego habrá que ver de qué manera se resuelve el problema de la pobreza estructural,  no creo que sea a base solo de ayudas, sino con políticas económicas estructurales que transformen el sistema de generación de ingresos haciéndolo más justo e igualitario. Por otro lado, desconozco el proyecto concreto de Ingreso Mínimo Vital del gobierno y no me puedo pronunciar.

Sigue siendo muy crítico con el papel del Banco Central Europea, a pesar de su programa de expansión cuantitativa y su esfuerzo por controlar las primas de riesgos de los países más expuestos, ¿por qué?, ¿qué otras medidas debería tomar y cómo se podrían encajar en la normativa comunitaria?

Básicamente una, la que no hace: financiar directamente a los gobiernos, en perfecta coordinación con ellos y tratando de alcanzar no solo el objetivo de la estabilidad de los precios sino el de pleno empleo y bienestar social

Si la Unión Europea quiere sobrevivir necesita una hacienda europea, un auténtico banco central, políticas fiscales…

Actualmente, existen mecanismos para fortalecer las finanzas públicas de los Estados sin tener que aumentar la carga de intereses, ya de por sí muy elevada, para países como el nuestro? ¿Cómo valora el anuncio de ayer (18 de mayo) de Macron y Merkel de dotar de 500.000 millones de euros el fondo de rescate o reconstrucción?

Lo he explicado en mi artículo Alemania y Francia salen de caza. Como he dicho, Alemania lleva autorizadas ayudas a sus empresas por valor de un billón de euros. ¿Quién puede creer que 500.000 millones son suficientes para hacer frente a lo que está pasando y va a pasar en Europa? Es un esfuerzo importante en tiempos de normalidad, pero no ahora, en medio de una emergencia. Si la Unión Europea quiere sobrevivir necesita una hacienda europea, un auténtico banco central, coordinar las políticas fiscales…, nada de eso hay. No se trata solo de más recursos sino de cómo ponerlos en la economía y parece que la UE solo sabe hacer que aumente la deuda, en beneficio de la banca.

Ha llegado la hora de abordar un jubileo universal de las deudas

Con todo, viendo la evolución de la deuda pública, ¿es realista pretender su cobro, o ha llegado el momento de estudiar su viabilidad y sostenibilidad, incluyendo, si llega el caso, su condonación? ¿Cuál es el riesgo de plantear esa alternativa?

La deuda que se ha acumulado en el mundo es imposible de cobrar. No solo por eso, sino por su origen en gran medida injusto u odioso, por los privilegios de donde vienen, por la hipoteca que supone, por la gran variedad de alternativas que hay, por el daño que hace a los seres humanos, la deuda mata, en fin, por multitud de razones, ha llegado la hora de abordar un jubileo universal de las deudas.

El propio gobernador de España ha reconocido que el ajuste es inevitable, una vez que dejen de ser necesarios los estímulos fiscales, aunque al tiempo ha reconocido que necesitamos tapar las fugas en la recaudación de impuestos. ¿Es más partidario de reforzar los tipos impositivos existentes o de crear nuevos impuestos?

Hay que hacer pagar los impuestos ya establecidos para que todos puedan pagar menos. No hay que aumentarlos. Y, además, hay que establecer nuevas figuras impositivas. Básicamente, sobre las transacciones financieras (con una tasas del 0,20% de estas últimas sería suficiente para financiar todo el gasto público mundial sin necesidad de ningún otro impuesto) y sobre la propiedad.

Llama mucho la atención una de sus propuestas iniciales como la deuda patriótica, ¿estamos a tiempo de conseguir de las grandes empresas, grandes fortunas e incluso las clases medias una contribución generosa para atender las necesidades de los más vulnerables?

Planteé al principio de la crisis que era imprescindible endeudarse como fuese. Merkel lo dijo de otra manera: primero resolveremos el problema y luego veremos cuánto nos cuesta. Mi idea era que de esa forma nos debiéramos a nosotros mismos que es la manera de sobrellevar la deuda más fácilmente, tal y como le ocurre a Japón, por ejemplo.

También se ha empezado a hablar, como no, de la próxima devaluación salarial, de la necesidad de reducir los salarios… ¿Es inteligente económicamente? De ser necesario, ¿valdría con eso o habría que diseñar un plan más ambicioso para repartir con equidad los sacrificios?, ¿cómo sería ese plan?

La estrategia más antiempresarial que hay es la de bajar masivamente los impuestos. El consumo de los hogares representa casi el 60% del PIB español, y todo ese dinero va en una gran parte a comprar a las empresas. Si bajan los impuestos bajan las ventas de las empresas. Es la competitividad de los torpes. Yo soy partidario de pactos de rentas que ajusten la subida de los salarios a los tiempos de trabajo, a la productividad, a los beneficios empresariales.

¿Considera viable, viendo también la correlación de fuerzas y el encono de la división política, alumbrar un pacto económico, un plan a largo plazo, para reducir la desigualdad y sentar las bases de un crecimiento más sostenible ambiental y socialmente? ¿Cuáles serían las bases de ese modelo económico?

A la vista del cainismo existente, del comportamiento tan bárbaro y ruin de la derecha española y de la gran incomprensión que una parte de la izquierda tiene sobre el mundo de las empresas, es muy difícil que eso se produzca, pero es preciso insistir.

 

 

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