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Hacia un renovado Pentecostés

Iglesia

Hacia un renovado Pentecostés

28 mayo 2020

Mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida con motivo del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar 2020 que se celebra el domingo 31 de mayo.

La celebración del día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que coincide cada año con la solemnidad de Pentecostés, se sitúa en continuidad con el Congreso de Laicos, en el que hemos sentido la llamada a vivir como Iglesia un renovado Pentecostés.

No olvidamos tampoco en esta Jornada los momentos difíciles que hemos sufrido en España y, al final de este tiempo de Pascua, oramos para que sigamos viviendo en actitud de esperanza en Cristo resucitado, que ha vencido el dolor y la muerte, y bajo la guía del Espíritu Santo, que nos invita a confiar en la promesa de que Jesús va a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28, 20).

El Congreso de Laicos, Pueblo de Dios en salida, que convocó la Conferencia Episcopal Española, en el mes de abril de 2018, y encomendó su organización a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, tuvo una fase precongresual marcada por la sinodalidad y el discernimiento, procurando que los laicos de las diócesis, movimientos y asociaciones se sintieran protagonistas de este momento eclesial.

Tras ese camino recorrido, los días 14 al 16 de febrero tenía lugar el Congreso en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid. Nos hemos juntado más de dos mil personas, enviadas de las diócesis españolas, de la mayoría de los movimientos y asociaciones laicales, junto con miembros de la vida consagrada, sacerdotes y setenta obispos. Ha sido, sin lugar a dudas, un gran encuentro de comunión, un ejercicio de discernimiento, de escucha, de diálogo y puesta en práctica, a través de una gran variedad de experiencias y testimonios, de la riqueza y pluralidad de nuestra iglesia española. Tanto los mensajes, como las celebraciones, los momentos lúdicos y la puesta en escena fueron cuidados con un especial esmero con el deseo de transmitir a la sociedad española una imagen de Iglesia en salida.

Ahora se trata de dar continuidad a este sueño, a este anhelo de trabajar como Pueblo de Dios, valorando la vocación laical y lo que aporta a nuestra Iglesia en el momento actual. Se trata de redescubrir la importancia del sacramento del bautismo, como fuente de donde brotan los diversos carismas para la comunión y la misión. Llamados y enviados, por eso: discípulos misioneros. El papa Francisco resume muy bien esta dinámica en Evangelii gaudium:

En virtud del bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28, 19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados (…). Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros» (EG, n. 120).

Tras el camino recorrido en las fases precongresual y congresual, hemos identificado cuatro itinerarios (primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública) que serán los hitos que habremos de desarrollar en los próximos años en la pastoral con el laicado y, concretamente, desde las Delegaciones de Apostolado Seglar, los Movimientos y Asociaciones.

Además, el sueño de un renovado Pentecostés en nuestra Iglesia española se irá haciendo realidad en la medida en que incorporemos en todas nuestras acciones un estilo de trabajo pastoral que venga marcado por dos ejes transversales: la sinodalidad y el discernimiento.

El papa Francisco, denominado por algunos como el papa sinodal, afirma que: “«El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio (…), y que la sinodalidad es dimensión constitutiva de la Iglesia» (Francisco, en el 50 aniversario de la Institución del Sínodo de Obispos, 2015). Para hablar de sinodalidad el papa Francisco utiliza varias imágenes. Unas veces habla de una pirámide invertida donde los ministros están al servicio de todos; otras veces de una canoa donde todos reman en una dirección; y en ocasiones prefiere usar la imagen del poliedro (EG, n. 236).

La sinodalidad es un arte que nos conduce a vivir la comunión y a descubrirla como la clave para la evangelización, su finalidad es relanzar el sueño misionero. «La puesta en acción de una Iglesia sinodal es el presupuesto indispensable para un nuevo impulso misionero que involucre a todo el Pueblo de Dios» (CTI, n. 9).

El poscongreso es un camino abierto y depende de todos nosotros: obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos y laicas. Todos nos necesitamos para ser esta Iglesia en salida que anuncia el gozo el Evangelio en medio del dolor y las heridas, con que hemos sido marcados por la pandemia de la COVID-19. Esta experiencia nos ha servido para tomar conciencia de que no solo a nivel de Iglesia, sino también de sociedad, todos nos necesitamos, porque de la conducta de uno depende el destino de los otros.

Como ha ocurrido con las fases precedentes, el poscongreso será una acción de toda la Iglesia española –no solo geográficamente hablando, sino también sustantivamente–, alentada por nuestros pastores y conducida por todos los miembros del Pueblo de Dios. Por eso es fundamental que vivamos la comunión, que todos nos sintamos llamados a la corresponsabilidad, a la misión compartida. En esta tarea ardua de fortalecimiento de la dimensión comunitaria de nuestra fe juega un papel fundamental, en el futuro, la Acción Católica, que debemos seguir impulsando y revitalizando con mayor ardor apostólico.

Soñemos juntos. Recordemos las palabras que el papa Francisco les decía a los jóvenes, y, a través de ellos, a todos los que formamos la familia de la Iglesia, en el número 166 de Christus vivit:

A veces toda la energía, los sueños y el entusiasmo de la juventud se debilitan por la tentación de encerrarnos en nosotros mismos, en nuestros problemas, sentimientos heridos, lamentos y comodidades. No dejes que eso te ocurra, porque te volverás viejo por dentro, y antes de tiempo. Cada edad tiene su hermosura, y a la juventud no pueden faltarle la utopía comunitaria, la capacidad de soñar unidos, los grandes horizontes que miramos juntos.

No perdamos la capacidad de seguir soñando juntos. Este proceso tiene ahora una clara continuidad. No hemos acabado con este Congreso, sino que constituye el punto de partida de nuevos caminos. No lo olvidemos, hemos iniciado un proceso de discernimiento sinodal, que tenemos que seguir haciendo realidad en nuestra Iglesia, siempre bajo la guía del Espíritu Santo. El discernimiento no es algo puntual, sino que debe ser una actitud permanente a nivel personal y comunitario que nos capacite para captar cómo Dios está actuando en la historia, en los acontecimientos, en las personas, y, sobre todo, nos debe llevar a mirar hacia adelante, al futuro, a la acción, a la misión y a realizar este ejercicio con alegría y esperanza. Con esta actitud, deseamos situarnos también como Iglesia en el momento actual, siendo también nosotros luz de esperanza en medio de nuestra sociedad, que ha sido duramente golpeada por el coronavirus.

Sabremos que estamos caminando hacia un renovado Pentecostés si como Iglesia, Pueblo de Dios en salida, viviendo en comunión, nos ponemos manos a la obra en la misión evangelizadora desde el primer anuncio, creando una cultura del acompañamiento, fomentando la formación de los fieles laicos y haciéndonos presentes en la vida pública para compartir nuestra esperanza y ofrecer nuestra fe.

Gracias a nuestros hermanos obispos por la confianza depositada en esta Comisión para preparar el Congreso de Laicos y por la difusión y apoyo en cada una de las diócesis y en la participación en el Congreso. La Iglesia necesita de la guía y orientación de los pastores para seguir animando este proceso de impulso y dinamización del laicado.

Gracias al trabajo de las Delegaciones Diocesanas de Apostolado Seglar, a los Movimientos y Asociaciones, a la Acción Católica y a tantos laicos que se esfuerzan cada día por vivir su vocación laical en la Iglesia y en el mundo, en clave de comunión y con la mirada puesta en la misión evangelizadora, en ser una Iglesia en salida.

Que la Virgen María, Reina de los Apóstoles, y el Espíritu Santo, os colme de sus bendiciones para que juntos (pastores, vida consagrada y laicos) hagamos realidad, en la Iglesia y en nuestra sociedad, un renovado Pentecostés.

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Presidente y consiliario de Manos Unidas
✠ Mons. Carlos Manuel Escribano Subías, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

Subcomisión de Familia y Vida
✠ Mons. José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia- Jerez
✠ Mons. Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares
✠ Mons. Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos
✠ Mons. Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón
✠ Mons. Santos Montoya Torres, obispo Auxiliar de Madrid

Subcomisión de Infancia y Juventud
✠ Mons. Arturo Ros Murgadas, obispo auxiliar de Valencia
✠ Mons. Francisco Jesús Orozco Mengíbar, obispo de Guadix

Consiliario de Acción Católica
✠ Mons. Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel y Albarracín

Foro de Laicos
✠ Mons. Sergi Gordo Rodríguez, obispo Auxiliar de Barcelona

Consiliario de Cursillos de Cristiandad
✠ Mons. José Ángel Saiz Meneses, obispo de Terrassa

 

Cine | Con toda la escuela detrás

Colaboraciones

Cine | Con toda la escuela detrás

27 mayo 2020

Iñaki Lancelot | Crítico de cine

Cuentan los arqueólogos que, entre los fósiles de homínidos, es frecuente descubrir réplicas de herramientas en miniatura. ¿Qué razón puede llevar a un grupo itinerante a acarrear instrumentos inútiles de tan pequeño tamaño?

El juego. ¿A qué le gusta jugar más a un bebé que deja de serlo? A imitar la conducta de sus mayores. Y si papá sirve con cuchara, deseará una de su tamaño para golpear el cuenco.

El cine acumula multitud de relatos sobre el hecho de enseñar, miradas llenas de amor a la labor del maestro y también reprobación a tiranos profesores que no supieron entonar «Oh, mi capitán». Entre los más bellos, Un Franco catorce pesetas, donde Carlos Iglesias conducía a su vástago al primer día de escuela, en la Suiza que lo acogió. Para verlo marchar de la mano de la profesora, mientras su mirada nos habla de las oportunidades que se abrían para aquel niño, cuyo crecimiento llevaba consigo dejar atrás a un padre maravillosamente generoso.

El cine francés ha ido regalándonos grandes guiones sobre la integración de los recién llegados al país desde multitud de orígenes diferentes. Posible solo a través de la escuela.

En este abril de 2020, cuando probablemente la proporción de humanos alevines sea la menor de la historia, nos hallamos a refugio de la pandemia de un coronavirus. Clausuradas salas de cine, eventos deportivos, clases presenciales… Y en todas aquellas casas en que hay un menor, cada día llegan las tareas lanzadas por sus profesores como el elemento que da lógica al día y permite distinguir el lunes del domingo.

En estos días, la distribuidora A Contracorriente estrena La vida escolar. O Los profesores de Saint-Denis en el original francés, que alude al barrio parisino del estadio de fútbol. Aquel inaugurado por un gol de Zidane a Zubizarreta.

Al instituto llega una nueva jefa de Estudios, bellísima. A través de ella, conocemos a estudiantes y profesores, el ambiente de trabajo, las dificultades… Y, por encima de todo el film culmina un bellísimo relato del nacimiento de una vocación.

No parte de un joven que deseó siempre ser profesor, sino de un adulto que descubre, rodeado de burocracia, derrota y discusiones, que puede ser útil y crecer ayudando a que lo hagan personas aún incipientes, que añoran y merecen oportunidades. Que muestran agresividad como defensa pero responden al aprecio y la sensibilidad con entrega.

Una persona común que se va convirtiendo en una profesora mayúscula, prometiendo dejar un rastro de nuevos ciudadanos, impulsados de su mano.

La vida escolar está hecha con el corazón y deja huella. Destila verdad y dignifica la profesión, Seguro que lo primero que quiso hacer el primer humano fue enseñar a vivir a su primer hijo. Ese maravilloso momento en que uno ve marchar hacia adelante a quien conoció tiempo atrás, pequeño, hoy poderoso, con toda la escuela detrás.

Los profesores de Saint-Denis
Director: Mehdi Idir y Grand Corps Malade
Nacionalidad: Francia
Intérpretes: Zita Hanrot, Liam Pierron, Soufiane Guerrab
Estreno: 17/4/20.
En Sala Virtual de Cine

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Sevilla | Justicia para el Polígono Sur

Comunicados

Sevilla | Justicia para el Polígono Sur

26 mayo 2020

La HOAC de Sevilla ha hecho público un comunicado denunciando el aumento de la pobreza, la exclusión y la brecha digital; el colapso de los servicios sociales; y los problemas de inseguridad e impunidad “tolerada” en los seis barrios obreros que conforman el Polígono Sur de la cuidad.

Reclaman una renta básica urgente, ayudas a las empresas y medidas extraordinarias para el empleo. La revisión de las políticas sociales las políticas de subvenciones. Atajar la inseguridad e impunidad con un “control permanente de las viviendas”, propiedad de la Junta de Andalucía, que evite el tráfico de drogas.

A continuación, reproducimos el comunicado:

Justicia para el Polígono Sur

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la archidiócesis de Sevilla en el Polígono Sur, preocupada por la situación que estamos sufriendo, queremos mostrar nuestra solidaridad con las personas y familias que han padecido la agresión de esta pandemia y perdido a seres queridos, seguro que ya disfrutan de la vida plena junto a Jesucristo.

Mostramos nuestro agradecimiento a todas las personas, asociaciones, entidades, parroquias y profesionales de los distintos servicios públicos, que se han puesto a disposición de los que más lo necesitan y a ellos están dedicando sus mejores esfuerzos.

Como vecinos implicados desde hace años en las distintas parroquias, entidades y asociaciones que trabajan para mejorar la situación de pobreza y exclusión que vivimos, nos preocupa que la imagen pública del Polígono Sur sea, una vez más, la proyectada por algunos hechos negativos que, siendo ciertos, sirven más para ocultar nuestros verdaderos problemas y estigmatizar a todas las personas que vivimos aquí. La pandemia ha venido a empeorar las condiciones de vida que venimos padeciendo por más de 50 años, y permanecen después de 17 años de Plan Integral. Queremos ayudar a comprender cómo nos está afectando esta situación.

El Polígono Sur es un conjunto de 6 barrios obreros, que padece desde hace muchos años la precariedad, el 80% de los que trabajan; el desempleo, con tasas del 40%, y la expulsión de los circuitos reglados de empleo. Esta relación con el trabajo ha generado cuatro grupos de personas y familias: Un grupo reducido tiene un empleo reglado, estable y con derechos. Otro grupo tienen un trabajo formal, permanecen en la precariedad y el desempleo, pero tienen contrato. Un grupo formado de personas -vendedores ambulantes, chatarreros, limpiadoras por horas…- que han sido empujadas a convertirse en trabajadoras excluidas, a realizar un trabajo imprescindible pero no reglado, no legislado, sin contrato, sin derechos… trabajar y cobrar, poco pero cobrar. Por último, está el grupo de las personas pensionistas y jubiladas.

Esta crisis nos ha afectado de manera distinta según el grupo en el que estamos: Los menos nos hemos visto afectados solo por las medidas de confinamiento. Otro grupo hemos podido acogernos a los ERTE y ayudas legisladas. Una mayoría nos hemos quedado sin nada, solo cobramos cuando trabajamos, ese es el único derecho. Otro conjunto de familias vivimos de la reducida pensión del marido, la mujer ha trabajado más pero no tiene pensión, y de ella también viven, en muchas ocasiones, la familia de los hijos y las hijas, familias rotas a veces, desempleadas casi siempre, con niños y niñas muchas de ellas. Especialmente grave es la situación de los jóvenes, hombres y mujeres, que acumulan sobre sí todas estas injusticias.

Menos el primer grupo, todos los demás estamos viviendo una situación de necesidad. Unos, porque no estamos cubiertos por las medidas protectoras de los gobiernos; otros, porque teniendo derecho, necesitamos vivir mientras llega la ayuda, el tiempo pasa y la ayuda no llega; otros, porque la exigua pensión no nos llega para tapar tantas bocas. La Plataforma Nosotros También Somos Sevilla, integrada en la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados, contabilizamos 2748 familias necesitadas de ayuda mucho antes de la pandemia. Ahora somos muchas más.

Los Servicios Sociales, reforzados recientemente para la ERACIS, ya estaban colapsados. Las citas se daban para dos o tres meses. Ahora, atendiendo por teléfono a personas con dificultades para realizar trámites de cualquier tipo, las quejas desesperadas de muchas personas no dejan de llegar, y la respuesta -“que vuelva a llamar”- remite a un cuento de nunca acabar.

Este proceso de caída en la pobreza y exclusión está teniendo lugar al mismo tiempo que la sociedad se adentra en la realidad digital, en la que gestiona, compra, busca, crea oportunidades… Muchas personas del Polígono no hemos llegado aún, y tardaremos en hacerlo. Un maestro comentaba que en su curso solo seis niños de veinte han seguido desde casa el contacto con él, a pesar de los esfuerzos realizados.

Junto a esta terrible situación, un reducido número de personas y familias ha creado un grave problema de inseguridad e impunidad, que perdura desde hace muchos años, que le es necesario para mantener su forma de vida. Allí donde están, destrozan la convivencia, amedranta a las personas y las obligan a vivir en situación de confinamiento permanente. Los vecinos del Polígono Sur creemos que es un problema tolerado, que no se quiere resolver, quizás para que no se vea el verdadero problema.

Ante esta situación, estimamos imprescindible:

1. En estos momentos es necesario que ninguna persona ni familia carezcan de lo necesario para vivir, bien sean trabajadores precarios o parados, vendedores ambulantes, pequeños empresarios, con derechos o sin derechos, con papeles o sin papeles. No basta con un vale de comida, no se trata solo de comer, todos necesitan vivir, y hacerlo sin perder la dignidad. Para ello es necesario una renta básica urgente, ayudas a las empresas y aflorar un conjunto de empleos que permanecen fuera de sistema de empleos remunerados.

2. Instamos a que se revisen todas las políticas sociales, más útiles para dar la imagen en los medios de comunicación que para solucionar los problemas de las personas. Estas políticas se diluyen en un laberinto burocrático, con escasos recursos técnicos y humanos que las dejan sin efecto. De los más de trescientos treinta millones presupuestados para la RMIS de los años 2018 y 2019, se ha gastado menos de la mitad. Son necesarios más profesionales y terminar con los recortes que han desmantelado todos los servicios públicos

3. Pedimos que se revise con seriedad y profundidad la política de subvenciones a entidades para solucionar los problemas de nuestros barrios. Son necesarias asociaciones y personas que trabajen por la inclusión social, y que reciban subvenciones para ello, pero cuando se cae en repetir lo mismo año tras año, sin resultados,  sin evaluar lo realizado, caemos en el subvencionismo, una rutinaria manera de vivir  necesitada de que los pobres existan, mientras que las administraciones eluden su responsabilidad.

4. Las Administraciones no pueden eludir ni un día más la eliminación de la inseguridad y de la impunidad que se vive en algunos de nuestros barrios. Es necesario el control permanente de las viviendas que se están usando para la producción y el tráfico de drogas. Son propiedad de la Junta de Andalucía, que lleva décadas mirando para otro lado. Los vecinos llevan muchos años sin poder vivir y sin poder salir.

5. Como Iglesia tenemos la responsabilidad de poner en práctica lo que dice el papa Francisco: “Imitar al buen samaritano del Evangelio no es suficiente… es necesario actuar sobre todo antes de que el hombre se encuentre con los ladrones, combatiendo las estructuras de pecado que producen ladrones y víctimas”. No podemos dar por caridad lo que pertenece por justicia.

La HOAC de Sevilla en el Polígono Sur nos comprometemos a seguir implicados en la lucha por la justicia que se libra en nuestros barrios desde las distintas asociaciones en las que participamos. Pedimos a Jesucristo que nos dé fuerza y sabiduría para recorrer el camino de la justicia que tantas personas necesitan.

Integrar y cuidar el planeta

Colaboraciones

Integrar y cuidar el planeta

26 mayo 2020

José Fernando Almazán | Militante de la HOAC de Madrid

El fin social de las empresas de inserción y la sostenibilidad de las energías renovables se han unido en un estimulante proyecto. Este es un pequeño sueño hecho realidad, que ha nacido, como todos, a base de trabajo y empeño.

Como pasa con muchos otros, este paso demuestra que querer es poder, cuando se ponen en juego intuición, determinación, empatía, generosidad y valentía. En Madrid, en verano de 2018, un grupo de personas se citó en un primer encuentro para estudiar la posibilidad de generar una o varias empresas dedicadas al montaje de instalaciones fotovoltaicas y a la rehabilitación profunda de edificios.

No parece una gran noticia, salvo para las entidades y personas implicadas. Sin embargo, en esta ocasión quiénes lo hacen y por qué lo hacen es especial y relevante. Los asistentes representaban a entidades de acción social y a empresas de inserción laboral de personas en situación de exclusión, y su objetivo era crear empresas de ese tipo en un sector diferente a los que normalmente se dedican y ya entonces con una importante demanda.

La idea tiene como origen y precursor a Ecooo, empresa de no lucro dedicada a un abanico de actividades relacionadas primordialmente con el cambio de modelo energético y la democratización y socialización de la producción y uso de la energía eléctrica.

Con este marco, Ecooo propuso a las empresas de inserción un camino –y se ofrece a acompañarlo– en el que, pasado un tiempo de formación, adiestramiento, experiencia y evaluación, puedan llegar a ser instaladoras de referencia de los proyectos de generación fotovoltaica para personas y familias, para comunidades de propietarios y para organizaciones y empresas.

Para las entidades no se trataba de algo sencillo: un sector diferente, una actividad desconocida, tiempo y recursos muy limitados por otras necesidades más urgentes, falta de conocimiento específico de los requerimientos, necesidad de convencer y movilizar conciencias de los respectivos responsables…

Tras un proceso de reflexión, dos de esas entidades decidieron dar el paso adelante. Ambas están relacionadas con instituciones eclesiales: la Fundación San Martín de Porres, vinculada a los padres dominicos y dedicada fundamentalmente a la acogida y reinserción laboral y social de personas sin techo; y la Fundación Amoverse, vinculada a los jesuitas y dedicada a la intervención socioeducativa con chavales y familias y a la inserción laboral de personas a través de empresas de economía social.

Ambas decidieron además trabajar en común, esto es, realizar un mismo proyecto compartido en el que aunarían medios, esfuerzos y riesgos. Ya en verano de 2019 firmaron un convenio con Ecooo en el que esta se comprometía a proporcionarles carga de trabajo durante al menos un año, a la vez que acompañarles en el proceso de selección de personas, de tutela en la formación específica para el trabajo a realizar, y de promoción y difusión de la iniciativa tanto a nivel externo en prensa y redes sociales, como de su propia imagen corporativa como marca y línea de negocio dedicada a esta actividad.

Otra lógica empresarial

Este proceso, que necesita pocos párrafos para ser escrito, no se nos escapa que es a la vez un cúmulo de decisiones y opciones contra natura con respecto a lo que normalmente vemos y lo que resulta habitual o «lógico» en el mundo de la empresa y la economía en el mundo de hoy.

No es habitual encontrar empresas que hayan hecho la opción de no tener ánimo de lucro. Tampoco que se dediquen a animar y garantizar trabajo a otras sin experiencia, y que contarán para realizarlo con un material humano que proviene del descarte, de los expulsados del sistema económico, social y cultural en el que vivimos y que fija las reglas de «normalidad». No lo es que se esté dispuesto a perder dinero por dar oportunidades a personas concretas para que salgan de su situación por su propio trabajo y esfuerzo. No es frecuente que personas de gran experiencia y potencial técnico y profesional renuncien a «mejores» carreras profesionales y prefieran liarse en proyectos como este. No es lo normal, ni lo cómodo, ni lo fácil, ni lo más rentable… pero sí es lo más humano y lo que hace falta hacer y demostrar que es posible.

En la práctica el trabajo comenzó a finales del pasado otoño con un equipo de tres personas: un profesional con experiencia tanto en el campo técnico del que hablamos como de trato y relación con personas en situación de exclusión, y dos personas refugiadas procedentes de Sudamérica y del norte de África. Esta oportunidad les ha servido para tener permiso de trabajo y residencia legal en nuestro país, además de para aprender un oficio y proporcionales medios de vida.

Los comienzos son duros. Hay que formarse (seguridad en trabajos el altura, riesgos eléctricos, manipulación de cargas, trato con el cliente…) y hay que intentar mejorar cada día para hacer las obras en tiempo y calidad homologable a otras empresas. No es fácil. Es formación y experiencia para la inserción laboral, es ayuda pero también compromiso por todas las partes. Hay que asegurar la viabilidad del proyecto tanto por el propio proyecto en sí como porque pretende también ser modelo que otros puedan seguir después.

A finales de febrero, a las mismas puertas de la estremecedora pandemia en la que nos encontramos, Ecooo y Faedei (Federación Asociaciones Empresariales de Empresas de Inserción), firmaron un convenio que, recogiendo los primeros resultados y las expectativas de la experiencia piloto que venimos contando, pretende impulsar la formación de personas en situación de extrema vulnerabilidad para que se conviertan en personal técnico preparado para la instalación de autoconsumos fotovoltaicos. Dice el texto que «de esta manera promoverán, de forma conjunta, la justicia social y al mismo tiempo la lucha contra la crisis climática».

Los sueños tienen una cualidad: si se van cumpliendo, crecen. Y si son buenos, tienen la capacidad de ir transformando la «normalidad», los valores, la cultura, las formas de hacer. Sigamos soñando. Ahora más que nunca.

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La «casa común» se cuida desde casa

Colaboraciones

La «casa común» se cuida desde casa

24 mayo 2020

A Alirio Cáceres le solicitamos un enorme desafío: resumir la enorme riqueza y recorrido de los primeros cinco años, que hoy se cumplen, de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, incorporando además la clave del trabajo.

Es sabido que la encíclica, de profundo carácter social, es uno de los textos fundamentales de su pontificado y que el diálogo que propone “a las personas de buena voluntad sobre el cuidado de la casa común” tiene hoy mayor vigencia y calado. El encargo se realiza, además, en un momento que la humanidad, probablemente fruto de los “signos de los tiempos”, vive el Gran Confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus, junto al drama de vidas segadas, la catastrófica situación del empleo y la víspera de una profunda recesión, nos sitúa claramente ante un cambio de época.

Agradecemos doblemente el esfuerzo realizado, ya que nos consta las dificultades añadidas que el autor ha tenido, de índole familiar, en el proceso de creación de este Tema del Mes extraordinario que la revista Noticias Obreras ofrece a sus lectores y lectoras

* Diácono permanente e ingeniero químico. Ecoteólogo y gestor ambiental, fundador del equipo de investigación Ecoteología.

Foro de Laicos | Solidaridad en Europa y en el mundo

Internacional

Foro de Laicos | Solidaridad en Europa y en el mundo

22 mayo 2020

El Foro Europeo de Laicos (ELF), del que es miembro el Foro de Laicos de España -al que pertenece la HOAC-, firmó la presente declaración con ocasión del 70 aniversario de la Declaración de Robert Schuman.

Para superar los estragos de la Segunda Guerra Mundial, uno de los padres fundadores de Europa, Robert Schuman, propuso en mayo de 1950, exactamente hace 70 años, “esfuerzos creativos acordes con el magnitud de la amenaza”. Schuman contaba con una “solidaridad de facto” que se desarrollaría “a partir de acciones concretas”. A instancias del cristiano convencido que era Schuman, Europa se ha desarrollado en su forma actual y hoy se enfrenta a la pandemia de COVID19.

Como movimientos cristianos laicos, convencidos de los valores que nos sostienen y nos guían, nosotros y nuestra Unión Europea, debemos sacar las conclusiones correctas de la situación actual. Estamos convencidos de las capacidades de la comunidad de Estados europeos, que se han unido en solidaridad y por su propia voluntad para garantizar la paz y la prosperidad en nuestro continente y más allá.

En su mensaje de Pascua 2020, el papa Francisco ha pedido “demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras”. Insiste en “un espíritu auténtico de solidaridad, especialmente en las circunstancias actuales, para no reavivar las rivalidades, sino para reconocerse como parte de una única familia y se sostengan mutuamente”.

La propagación del virus muestra hasta qué punto estamos unidos en Europa y en todo el mundo. Él no conoce fronteras. Los programas nacionales de ayuda no son ellos solos la respuesta. Nos felicitamos de las medidas ya adoptadas a nivel nacional y europeo para estimular la cooperación transnacional en el campo de la salud. Lo mismo es necesario para los otros desafíos importantes de nuestro tiempo, incluidos los flujos migratorios globales y el cambio climático en curso. Ambos deberían recibir una respuesta cooperativa de parte de nuestras naciones europeas. Esto incluye, sobre todo, asistencia mutua y solidaridad entre unos y otros.

Esta solidaridad se espera en tres niveles:

Solidaridad interpersonal

En nuestra cercanía próxima, la solidaridad se manifiesta por una caridad concreta, por la consideración y la atención mutua. En el tiempo que vivimos, se ilustra, por ejemplo, en el apoyo a grupos particularmente vulnerables: personas ancianas, no autónomas y enfermas, para quienes jóvenes hacen sus compras y les dicen por teléfono que no están solos. También se manifiesta igualmente en el apoyo económico a todos las personas que están en peligro por las restricciones de su existencia, materialmente, porque han perdido sus empleos o psicológicamente, porque se ven en una situación desesperada. Agradecemos las numerosas iniciativas que dan testimonio en todos nuestros países de esta cultura de atención al prójimo que los cristianos deben, sobre todo, sostener y valorar. Hacemos hincapié en que las familias son el crisol de esta cultura.

Solidaridad europea

El nivel de vida y la situación económica de partida difieren ampliamente entre los países europeos. La crisis actual podría incluso empeorar estas diferencias. Las instituciones europeas deberían inspirarse en la nueva oleada de solidaridad interpersonal. Los invitamos a asumir las cargas, que surgen hoy, de manera solidaria y conjunta. La UE ahora necesita un programa de recuperación europeo nuevo y sólido que estimule el consumo y la demanda de manera eficaz y sostenible y que respalde la economía y las sociedades europeas respetando las exigencias ecológicas. Un marco presupuestario europeo ambicioso debería ser la punta de lanza. Vemos claramente la transformación digital y ecológica como elementos esenciales para un posible relanzamiento de la UE. Los objetivos del “pacto verde” europeo establecido inicialmente no deben relajarse en ningún caso. Al hacerlo, debemos garantizar un rápido retorno a las libertades fundamentales del mercado interior, que se manifiestan, por ejemplo, en la apertura de fronteras.

En la situación actual, además de los logros de la integración europea, como la libertad de movimiento, los derechos fundamentales también están temporalmente restringidos. Estas medidas solo pueden ser temporales. Deben revisarse periódicamente para garantizar que sean necesarios y apropiados. Especialmente en una  situación de crisis, es importante obtener información confiable y no restringir el derecho a la libertad de expresión. Los derechos fundamentales también deben preservarse en tiempos de crisis y garantizar el funcionamiento de las estructuras democráticas.

Solidaridad mundial

La razón de ser de Europa no es solo existir para sí misma. Su objetivo también radica en el desarrollo global, como en África. Nuestra solidaridad debe traducirse en mejores perspectivas para las poblaciones de todo el mundo. En muchas partes del mundo, las personas están amenazadas por el virus, pero también por otras situaciones como la pobreza, el hambre y el aumento de los desastres naturales. Necesitan las condiciones adecuadas para el desarrollo sostenible en su país de origen. Europa está llamada a hacerlo, entre otras cosas, garantizándoles condiciones de comercio justo y los fundamentos de una economía justa. Estamos a favor de una moratoria de la deuda para evitar la nueva trampa de la deuda en la que caen los países del Sur sin ser responsables de ella, debido a la crisis económica.

La responsabilidad de Europa también se aplica a las personas que se encuentran en nuestras fronteras exteriores. Estamos dispuestos para recibir refugiados, especialmente menores no acompañados. Solicitamos a la Comisión Europea que proponga un nuevo pacto para la migración y el asilo, basado en una solidaridad verdadera con los países de primera entrada.

Cada persona puede asumir su parte en un futuro solidario

La crisis nos enseña que la acción global y el cambio de comportamiento individual están vinculados. Estos cambios deben empujar hacia un buen marco institucional. De esto sacamos la fuerza necesaria para una transformación ecológica y otra forma de globalización que no solo satisfaga las necesidades europeas. La preservación de la creación y la preservación de la esfera de la vida común no están en conflicto con los intereses económicos. Por el contrario, creemos, inspirados por Laudato si’, que podemos trabajar juntos en el espíritu de la ética social cristiana para lograr el respeto y la protección de cada ser humano, en particular los pobres, así como promoción del bien común.

Firmantes: Semaines Sociales de France (SSF) • Zentralkomitee der deutschen Katholiken (ZdK) • ANDANTE (Europäischer Dachverband katholischer Frauenorganisationen) • Europäisches Laienforum (ELF) • Katholische Aktion Österreich (KAÖ) • Katholischer Laienrat Österreich (KLRÖ) • The National Board of Catholic Women of England and Wales (NBCW)

Eugenio Reyes: “Laudato si’ es el primer documento del mundo que centra la ‘cuidadanía’ como nuestro reto”

Colaboraciones

Eugenio Reyes: “Laudato si’ es el primer documento del mundo que centra la ‘cuidadanía’ como nuestro reto”

22 mayo 2020

Eugenio Reyes Naranjo (Las Palmas de Gran Canaria, 1959) es licenciado en Sociología, diplomado en Intervención y Mediación Social, y portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción de Canarias, participando en grupos ecologistas desde que en 1977 cofundara el colectivo Azuaje. Eugenio expresa que “los valores de amor, respeto, paz y solidaridad fueron y siguen siendo la fuente que alimenta mi militancia ecologista desde la fe”.

Antonio Quintana | Periodista y militante de la HOAC de Canarias.

¿Cómo valoras las cumbres del Clima y Social de Madrid, donde también participaron Ecologistas en Acción de España y de Canarias?

Los participantes en la Cumbre del Clima no tuvieron ningún acuerdo y los de la Social, sí, ya que sus participantes son conscientes de que los cambios no vienen de las instituciones sino de la ciudadanía. Necesitamos un quinto poder: el poder de la gente, el poder del “cuidadano”. Se ha iniciado ya un poder paralelo, un poder civil. No tanto como la internacional obrera de hace un siglo, sino caminando hacia ese modelo: Cuando los obreros descubrieron que tenían que ser los protagonistas del cambio y no otros, se pusieron a ello: crearon escuelas, sindicatos, casas del pueblo y ahí avanzaron. Probablemente la cosa vaya por ahí.

El planeta está cada vez más deteriorado por las guerras, los incendios, las sequías, la contaminación, las migraciones. ¿Estamos a tiempo de cambiar el rumbo de la tierra?

Es una cuestión complicada para una persona que está en un sitio pequeño, que habla desde la humildad. Muchos ciudadanos ven que se les quema su mundo tras ver el incendio en la Amazonía, provocado por Bolsonaro, o el de Australia, donde se eliminan 32.000 especies. Cada año el 21 de marzo surge la primavera, que muestra que siempre hay algo ahí de oportunidades. Es verdad que cada vez la primavera está más debilitada, pero sigue teniendo una potencia creadora mucho más allá de la energía destructiva del ser humano. Esa la esperanza que me sostiene.

Hubo un tiempo en que la esperanza del cambio estaba en el proletariado, después en la clase media, y últimamente se apunta que el nuevo sujeto revolucionario son las mujeres y los jóvenes que sufren más la precarización porque tienen poco que perder. ¿Quiénes son los sujetos del cambio ahora?

Los ecologistas llevamos tiempo hablando de que, en tiempo de las monarquías absolutas, donde todas personas estábamos sometidos a la arbitrariedad del rey como súbdito, se fue cambiando hacia la ciudadanía. El ciudadano se basa en un nuevo estado legal de derecho y deberes. Hoy entendemos que eso no es suficiente. Los ciudadanos tienen que transitar, tienen que crecer y transformase también como cuidadores de la vida, lo que se viene a llamar el nuevo estatuto legal del “cuidadano”.

¿En qué sentido?

A parte de los deberes y derechos que sigue teniendo de la ciudadanía, el “cuidadano” tiene un sentido de la responsabilidad, de la solidaridad, un sentido lleno de valores, un sentido colectivo capaz de mantener la “obra creadora” que nos envuelve a todos en este hermoso planeta. Ese nuevo reto es el de la “cuidadanía”, que además tiene una nueva filosofía de entendernos más realista. Podemos tomar conciencia de que los Derechos Humanos donde los ciudadanos nacemos libres e iguales, en el concepto de la “cuidadanía” nacemos iguales, pero también igualmente débiles, igualmente interdependientes. Un recién nacido solo llega a ser un ser humano pleno a través de los cuidados de sus padres, en realidad nos necesitamos unos a otros para crecer en la riqueza de la comunidad de los espacios colectivos donde nos socializamos. Pero también necesitamos de la madre naturaleza para respirar, para alimentarnos, para emocionarnos con la vida en sus múltiples manifestaciones. En este nuevo relato tiene sentido pleno reconocer los cuidados intersolidarios, sociosolidarios y ecosolidarios, que nos empoderan en su condición plena como seres humanos e interdependienentes. Significa una nueva esperanza de la dignidad humana.

“Nos necesitamos unos a otros para crecer en la riqueza de la comunidad de los espacios colectivos donde nos socializamos”

 

¿Cuál sería la diferencia entre la ciudadanía y la “cuidadanía”?

La ciudadanía es un sistema reglado de derechos y deberes que tiene al ser humano como centro y todo está supeditado a esos derechos y deberes, aunque históricamente a veces no solo no se ha tenido mucho en cuenta, sino que se han maltratados. La “cuidadanía” plantea que no necesitamos una economía que entra en crisis, sino al revés, una economía que se centra en las personas. Por eso hay que centrarnos en los cuidados tanto materiales como inmateriales. Hablo de la cultura, de la espiritualidad, de la ética. Tenemos que cuidar aquellas cosas que nos convierten en seres especiales en la naturaleza, en el planeta. Más que ser centros de la creación, somos núcleos de la creación. La diferencia es entre un centro de poder donde se acumulan las decisiones, y otro donde somos núcleos, donde fluyen los procesos, el respeto a la vida, el reconocer que los animales y las plantas son sujetos de derechos. No podemos destruir la vida. Esa nueva dimensión indica que lo totalmente otro a nosotros es también parte de nosotros. 

¿Cómo encajas dentro de la “cuidadanía” la lucha por una sociedad de iguales y un modelo socio económico donde las personas y los colectivos sociales y laborales sean lo primero?

Nos falta creer que es al revés: la “cuidadanía” ya existe. Está encajada y lo que no encaja son los egoísmos. Hay que entender qué es lo grande y qué es lo pequeño. Parece que lo grande es el capitalismo, que nos envuelve, una sociedad egoísta. Pero eso no es real. Todo el mundo cuida a sus hijos, y si no los cuida, no tenemos herederos, no sigue el mundo funcionando. Hasta el león más fiero cuando tiene que criar a sus hijos asume los cuidados con ternura y saca para delante sus crías. Las mujeres saben mucho de cuidar a sus hijos, a sus mayores, a sus compañeros. Si esa “cuidadanía” no existiera, el capitalismo no funcionaría. Ese acto generoso de compartir la mesa con nuestras familias, de cuidar a nuestros mayores, de cuidarnos unos a otros, es un regalo gratuito que hacemos después a los que explotan. El capitalismo explota a los trabajadores. Hay que cambiar la pregunta por cómo encaja la “cuidadanía” en el empleo, pues tiene que ser un empleo que implique la cercanía, que te facilite cuidar a tus hijos. No se trata de tener solo más salarios, sino que te permitan cuidar de los “cuidadanos” de la familia. Los cuidados es lo mayoritario. El mercado es muy poco en relación a todo lo que implica la “cuidadanía”.

“Hay que caminar a un discurso más asertivo, más clarificador, que ponga el acento en lo central: la vida y los cuidados”

¿Cómo es posible crear más humanidad en un sistema capitalista, neoliberal donde se prima la competencia, el beneficio, el individualismo, sin un trabajo digno para todos?

La encíclica del Papa Laudato si’ apunta que no hay desarrollo si no hay mejora de la vida de las personas. Uno de los retos es cambiar el Plan Nacional Contable. Hasta en los países socialistas de Cuba, Rusia, que tienen aparentemente un avance social, la mano de obra es un bien social que el empresario tiene que pagar. En el Plan Nacional aparece como un coste, la salud también aparece como otro coste. En la cultura de la “cuidadanía” es al revés: es un beneficio la salud, es un beneficio el trabajo, y cuánto nos cuesta mantener al empresario para ganar un poco de dinero. En el Plan Nacional nos preguntamos cuánto nos cuesta mantener a los capitalistas. Tenemos que ponerlos a todos en un casillero: cuánto nos cuesta la Sanidad, cuánto los jubilados, cuánto nos cuesta mantener los servicios públicos: eso son inversiones, no son costes. Los costes son cuando tenemos que pedir un crédito a un empresario que pone dinero para generar una actividad económica y quiere un beneficio. Podemos dialogarlo. No es el beneficio que tiene y la sociedad tiene un coste con él. Esos parámetros de cambio, el discurso de “cuidadanía” los centra muy bien. Incluso la simple contabilidad del banco cambia. Hay que caminar a un discurso más asertivo, más clarificador, que ponga en acento en lo central: la vida y los cuidados.

Está a punto de cumplirse los cinco años de la publicación de Laudato si’. ¿Qué es lo que destacas de la encíclica?

Para mí el n. 151 da una referencia exacta: hace falta cuidar los lugares comunes. La palabra cuidar aparece muchísimo y probablemente es el primer documento del mundo que empieza a identificar que la “cuidadanía” es nuestro reto. Lo incorpora en un contexto de la ecología integral y de lo común, no como lo simple sino como los espacios compartidos. Para mí es uno de los avances del documento y tendrá muchas consecuencias en el futuro, porque abre toda una ventana de aire fresco y de renovación de dónde centramos los valores que necesitamos.

¿Quieres añadir algo más?

El sol está llenando cada rincón de fotosíntesis. Recordar eso que la vida es cuando lo das se multiplica: das amistad, tienes amigos; das el aula, tienes comunicación; das la ternura, tienes el amor. Lo que nos hace ricos es todo aquello cuando lo das se multiplica. Aún más, solo posees lo que eres capaz de dar. Lo que no das realmente no lo tienes. 

Asentamientos en Huelva sin escudo social

Colaboraciones

Asentamientos en Huelva sin escudo social

22 mayo 2020

Dimas Habas | Militante de la HOAC de Huelva

Cerca de 3.000 personas, unas 2.500 según Cáritas, viven en varios asentamientos urbanos y rurales repartidos por la provincia de Huelva. En febrero, el relator especial de la ONU para la Pobreza Extrema, Paul Alston, había denunciado sus condiciones de vida, agravadas todavía más tras la declaración del estado de alarma y el parón en la actividad económica.

En plena campaña de la fresa, las patronales agrícolas han alertado de la falta de mano de obra para realizar la cosecha y han pedido al Gobierno medidas especiales para cubrir las vacantes. El Colectivo de Trabajadores Africanos también ha solicitado, como están haciendo otras organizaciones de derechos humanos, e incluso varias HOAC diocesanas, la regulación extraordinaria de las personas inmigrantes en situación administrativa irregular.

Javier Pérez Ceper, coordinador autonómico para Andalucía y Ceuta de la Fundación Cepaim, lleva desde 1991 trabajando con personas migrantes desde diferentes proyectos. Dice que estos años de trabajo le han enriquecido personalmente, conociendo otras culturas, diferentes formas de enfrentarse a la vida con un mismo objetivo: cumplir los sueños de cada persona. De todos estos años se queda con la sonrisa de aquella persona que apenas habla el castellano y que está en situación de extrema vulnerabilidad. Esa sonrisa es el mejor regalo.

«La realidad de los asentamientos chabolistas no es nueva en la provincia de Huelva. Desde 1999 nos encontramos con personas que residen en los municipios de Lepe, Lucena del Puerto, Moguer y Palos de la Frontera en unas condiciones infrahumanas», explica y detalla que «estas chabolas están construidas con tubos de riego, plásticos, cuerdas y maderas. En algunos municipios nos las encontramos en el mismo pueblo, como un barrio nuevo que hubiera nacido en los últimos años y en otras localidades, se encuentran en mitad del campo, alejados de los núcleos urbanos dificultándose el acceso al agua, a la compra de alimentos y a la relación con la comunidad».

Preguntado sobre el número de personas que se encuentran en estas difíciles circunstancias, comenta que son «alrededor de 3.000 personas, pero rápidamente pide no centrarse en las cifras, sino incidir en que detrás de ellas, hay nombres y apellidos de personas como tú y como yo y como Messi y como Ansu Fati». Se le vienen a la cabeza «Ahmed, Youssef, Mmadou, Mdemba y así un largo etcétera, personas que siguen intentando cumplir con su proyecto migratorio, personas que hace tiempo soñaron con un futuro mejor para ellos y sus familias y hoy sus sueños se están frustrando».

Su denuncia es contundente: «Es lamentable que en la España del siglo XXI siga existiendo esta situación, tal como nos lo recordó el relator de Naciones Unidas contra la pobreza extrema en su visita realizada al municipio de Lepe el pasado mes de febrero». Añade una cita textual: «barrios pobres con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación y con condiciones que rivalizan con las peores que he visto en cualquier otra parte del mundo».

De momento, afortunadamente no se ha detectado «ningún caso» de persona infectada por la COVID-19 por lo que «a día de hoy, la mayoría de las personas que residen en esta tipología de alojamientos está trabajando, sobre todo, en la agricultura, cumpliéndose lo establecido en el convenio del campo», a pesar de que «tan solo un 20% de estas personas tiene permiso de trabajo». Pero el futuro no es muy esperanzado. Habitualmente, en los meses en los que no trabajan en los campos onubenses, «se dedican a la venta de ropa por las playas, a la limpieza de cuadras, siempre dentro de la economía sumergida», aclara Javier.

El aislamiento impuesto se suma al que es costumbre. Javier comenta que «la relación con la comunidad autóctona es escasa, únicamente en el ámbito laboral. Desde la Fundación estamos poniendo en marcha iniciativas para un mayor conocimiento entre la población autóctona y migrada. Debemos trabajar por la convivencia y no un simple vivir de dos comunidades».

Desde la fundación, se han puesto en marcha proyectos para «profundizar en un modelo territorial, desde una dimensión comunitaria, propiciando un trabajo integral centrado en la ciudadanía que incida en las causas que generan la pobreza y la exclusión social».

Más en concreto, como declara Javier, «desde nuestra área de Interculturalidad y Desarrollo Comunitario, estamos trabajando en el Barrio Blas Infante, el más cercano a un asentamiento chabolista de Lepe. Hacemos reuniones con los vecinos y las vecinas para que conozcan esta realidad, donde también participan personas residentes de los asentamientos y juntos dar soluciones. Hacemos también acciones donde se fomente la interculturalidad, participación y convivencia, por ejemplo, la celebración de las hogueras de San Juan en la playa de la Antilla». Eso no es todo, «al mismo tiempo realizamos acciones de sensibilización en el IES el sur del municipio lepero con el alumnado, con la finalidad de informar y romper prejuicios existentes».

Su petición a las diversas instituciones, es muy clara: «Es hora de estar todos unidos. No podemos pasarnos continuamente la pelota de unas administraciones a otras». Ante el estado de alarma, explica que «desde Fundación Cepaim hemos constatado, que las medidas que se están desarrollando durante esta crisis en todo el territorio nacional, se están concentrando en la atención de las personas sin techo y las personas que utilizan las redes de recursos asistenciales a personas sin hogar, pero estas ayudas no llegan a las personas sin hogar más invisibilizadas, las que residen en asentamientos chabolistas».

«No podemos permitir que estas personas continúen permaneciendo ni un minuto más fuera de la protección del escudo social, ya que, las precarias condiciones materiales en las que residen, aisladas, sin acceso al agua, al saneamiento o la electricidad, en hogares que son ruinas, construidos con desechos, constituyen un ecosistema óptimo para la propagación del virus», denuncia.

En su opinión, «la solución que venimos proponiendo es la de realizar un verdadero trabajo en red, entre la administración estatal, autonómica y local, el colectivo empresarial, los sindicatos, las entidades del tercer sector de acción social y la ciudadanía».

De ahí que sea del parecer de que «debemos de apostar por la regularización extraordinaria de personas inmigrantes para que se puedan incorporar con un permiso de trabajo y residencia a las labores agrarias y que salgan de ese oscuro escalón de la pobreza que es la economía sumergida. La ley de extranjería permite que por circunstancias sociales y excepcionales y ahora lo son. Ellos también son héroes de la pandemia. Trabajadores y trabajadoras de los campos agrícolas que recogen los frutos para llevarlos a nuestras mesas y que no nos falte ningún alimento básico».

 

faldon portada y sumario

Ascensión del Señor (24 mayo 2020)

Iglesia

Ascensión del Señor (24 mayo 2020)

21 mayo 2020

Esta fiesta de la Ascensión es el día de la nueva Iglesia, de la nueva comunidad de quienes queremos seguir a Jesucristo como Iglesia. El primer día en que Jesús pone la tarea en nuestras manos. Es el día de nuestro envío para poner signos visibles y concretos de esperanza en medio de la vida que acompañamos. ¿Qué signos son estos? ¿Cuáles hemos puesto en este tiempo de confinamiento? ¿Cuáles estamos poniendo y hemos de seguir suscitando?

Reconozcamos esos signos.

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Presentación de la novela «Tiempos convulsos»

Convocatorias

Presentación de la novela «Tiempos convulsos»

21 mayo 2020

El próximo jueves, 4 de junio a las 18 horas, mediante videoconferencia, se realiza la presentación de la novela Tiempos convulsos de Ana Mª Castillo Moreno, recientemente publicada por Ediciones HOAC. El libro se puede solicitar en la web de la editorial y en las principales librerías.

En el acto intervendrán 

— Berchmans Garrido, responsable de Formación de la HOAC
— Ana Mª Castillo Moreno, autora del libro

Confirme su asistencia

Aforo limitado. Se ruega confirmación de asistencia. Recibirá en su correo electrónico el enlace y las indicaciones para acceder a la sala de la videoconferencia.

AFORO COMPLETO. CERRADA LA ASISTENCIA

Tiempos convulsos

La editorial retoma el género literario para ofrecer, con esta obra, una mirada distinta de la posguerra y la Transición española, a través del hilo argumental de una serie de historias entrelazadas. Los personajes han de hacer frente a los enormes obstáculos que la sociedad de la época impone, llegando algunos a perder la vida. Tiempos tormentosos en los que nada es lo que parece.

Tiempos Convulsos refleja el ambiente político, religioso y cultural del periodo 1959-1980: la emigración, la clandestinidad, la lucha contra la dictadura, la gestación de la banda terrorista ETA y el estallido de la violencia. Relata el compromiso y la tarea esencial de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Estudiante Católica (JEC), movimientos de Acción Católica especializada de España, en la lucha pacífica por la justicia social. Son tiempos confusos envueltos en el trasfondo de una compleja red de emociones, relaciones y desencantos cuya única salida es el amor, el perdón.

Para Ana María Castillo, autora de la novela, elaborar este relato ha sido posible gracias a las “numerosas fuentes escritas consultadas para ofrecer un orden cronológico y una veracidad histórica”, junto con las entrevistas realizadas “del testimonio de todas aquellas personas de edades, profesiones e ideologías tan diferentes, me abrieron de algún modo las puertas de sus vidas” y reflejar dos décadas decisivas en la historia reciente del país.

En este sentido, el escritor y miembro de la Real Academia de Extremadura, Manuel Pecellín, subraya que estamos ante una novela “muy trabajada, bien documentada, de prosa ágil y cuidada”, y los distintos personajes “muy bien definidos”. “Una obra muy interesante”, dice de Tiempos Convulsos, que aborda y ofrece un gran protagonismo al papel que jugaron los movimientos obreros y de estudiantes apostólicos durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Transición. Escrita, además, “para un amplio y variado abanico de lectores, a los que no dejará indiferentes”.

Con la novela, la editorial ha renovado el diseño, tamaño y la maquetación de la colección «Literatura popular», definiendo una nueva estructura de los capítulos y títulos, tipografía e interlineado. La ilustración de la cubierta ha sido diseñada por Pepe Montalvà, de EstudioJa.com, combinando distintos elementos parar expresar la diversidad de una obra coral e intergeneracional.

En redes sociales utilizaremos la etiqueta #NovelaTiemposConvulsos.

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