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Francisco manifiesta su preocupación por los efectos de la COVID-19 sobre el trabajo

Iglesia

Francisco manifiesta su preocupación por los efectos de la COVID-19 sobre el trabajo

23 marzo 2020

En los próximos días, el Papa convocará una reunión con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Integral con el objetivo de “empezar a estudiar medidas para el día después de la pandemia”. 

El impacto mundial que la pandemia de la neumonía de coronavirus COVID-19 está teniendo sobre el trabajo es una gran preocupación del papa Francisco, según ha expresado en la conversación telefónica mantenida, el pasado sábado, con Hernán Reyes, corresponsal en el Vaticano de la agencia latinoamericana de noticias Télam y de Religión Digital

Consecuentemente, Francisco toma la iniciativa de convocar al Dicasterio Vaticano de Desarrollo Humano Integral, dirigido por el cardenal Peter Turkson, para comenzar a estudiar medidas que ayuden a mitigar el impacto negativo sobre el trabajo  “el día después de la pandemia”. 

Millones de personas descartadas

Esta preocupación del Papa se produce unos días después de la presentación del informe COVID-19 y el mundo del trabajo: Consecuencias y respuestas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que advierte del enorme descarte de personas que provocará el impacto del COVID-19 en el trabajo. Las estimaciones más extremas de esta agencia de Naciones Unidas señalan el aumento del desempleo mundial en casi 25 millones de personas que se sumarían a las 188 millones de personas que ya no pueden “ganarse el pan”. El impacto de esta triple crisis (sanitaria, económica y laboral) será muy duro para todos, pero golpeará significativamente a personas con trabajos más débiles, precarios, informales, cerca o por debajo del umbral de la pobreza, agravándose la desigualdad y el empobrecimiento de millones de personas. 

La clave del trabajo en este pontificado 

En este tiempo de pontificado, Francisco ha venido insistiendo en la clave del trabajo como una prioridad humana y cristiana. Un compromiso expresado en dos de sus principales texto: en Evangelii gaudium, donde subraya su importancia para la inclusión social de los pobres; y en Laudato si’, donde insiste en su sentido como actividad creadora, que acrecienta la dignidad de las personas, y permite el desarrollo de una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, indicando su repercusión en el cuidado de la casa común. Una constante que ha ido desarrollando y concretando en los distintos diálogos abiertos con las organizaciones sindicales y con los movimientos populares de trabajadores empobrecidos y excluidos; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales.

Un pacto global 

El Papa ha reiterado, en numerosas ocasiones, la importancia de abordar los profundos cambios que se están produciendo en el mundo del trabajo, desde un diálogo sincero entre responsables políticos, empresarios y sindicatos, con especial insistencia en la participación de los que están “fuera de la ciudad del trabajo”, para establecer un nuevo pacto global que renueve el contrato social fortaleciendo así la democracia, preserve el trabajo y nadie quede descartado -incluyendo rentas que permitan sobrevivir-, hoy con mayor necesidad por el profundo impacto del COVID-19 en el trabajo y en todos los países. En este sentido, es conocido el ofrecimiento del doble juego de 3T: tierra, techo y trabajo, como criterios de justicia social; y trabajo/tradición, tiempo y tecnología, como criterios de desarrollo real sostenible, inclusivo y solidario, tal y como señaló en la reunión Centenaria de la OIT el pasado mes de junio. 

Unai Sordo: «Hay que consolidar un modelo laboral más justo»; Pepe Álvarez: «El Gobierno debe ser sensible a los más necesitados»

Mundo obrero y del trabajo

Unai Sordo: «Hay que consolidar un modelo laboral más justo»; Pepe Álvarez: «El Gobierno debe ser sensible a los más necesitados»

23 marzo 2020

Con un nuevo gobierno a pleno rendimiento, se abre una etapa de diálogo social imprescindible para afrontar los retos de los continuos desafíos del mundo del trabajo. Hablamos con los secretarios generales de CCOO y UGT para que compartan sus objetivos y prioridades.

Al inicio de esta legislatura, en esto corto plazo, se han hecho efectivos dos acuerdos importantes: la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la revalorización de las pensiones. ¿Cuáles son los retos y las materias prioritarias que su sindicato va a plantear en el marco del diálogo social?

Unai Sordo: En realidad se han actualizado cuestiones que se tenían que haber cerrado en el mes de diciembre, pero que se postergaron por la delicada situación política. Hablamos de una revalorización del SMI importante porque nos sitúa en la senda de alcanzar el 60% del salario medio a lo largo de la legislatura y además se ha hecho con un acuerdo social muy relevante. También de una revalorización de pensiones que garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo, pero demora una vez más la derogación del Índice de Revalorización de Pensiones de la reforma del 2013 –el del 0,25%– que aún está vigente, y que hay que derogar. Y yo añadiría la subida de los salarios en la función pública, que es producto de un acuerdo sindical que viene de los tiempos de Montoro.

Los retos y prioridades para CCOO están claramente definidos. Tiene que haber dos agendas reformistas. La más inmediata tiene que ver con la lucha contra la desigualdad y la precariedad, y pasa por la corrección de lo que llamamos «reformas del austericidio»: la reforma laboral del año 2012 y alguna secuela de la de 2010; la reforma de pensiones del año 2013; tampoco conviene olvidar la reforma que se hizo de la prestación de desempleo, y yo incluiría aquí la subida del IPREM que lleva años congelado en términos reales. 

En segundo lugar, tendrá que haber otro paquete de reformas que hagan frente a los retos estratégicos que España tiene como país en un momento de profundas transiciones. El primero de ellos tiene que ver con la demografía y el envejecimiento –y esto es renovar el consenso sobre el futuro de nuestro sistema público de pensiones, así como del sistema sanitario, especialmente en la atención primaria, e impulsar un sistema de atención a la dependencia–.

Un segundo reto tiene que ver con la digitalización, la robotización y, en general, con el cambio tecnológico en un momento que se califica de posfordista, pero que a la vez es neotaylorista. Este proceso tiene riesgos y amenazas, así como oportunidades. Está cambiando ya la forma de trabajar, producir y distribuir. Destruye empleos, crea otros y transforma casi todos, o al menos actividades relacionadas con los actuales empleos. 

El tercer reto tiene que ver con la transición energética y ecológica, porque ir hacia una economía neutra en emisiones también conlleva cambios muy importantes en los sectores de producción y en el modelo económico.

Teniendo todo esto en cuenta, hemos trasladado al presidente del Gobierno la necesidad de establecer un marco de diálogo social que vaya más allá de la legislación laboral. 

Al menos necesitamos una mesa industrial –por llamarla de algún modo–, en la que se aborden las políticas sobre el cambio de modelo productivo y las transiciones energéticas y ecológicas. 

En segundo lugar, una mesa sobre el modelo de formación, desde la que impulsar un modelo que va a ser central para detectar las nuevas competencias requeridas ante los sucesivos cambios ya citados; e implementar los planes de formación permanente desde una visión integral: es decir que coordine la formación reglada y la formación para el empleo, en un modelo de formación y adecuación de competencias a lo largo de toda la vida. El conocimiento es poder y la clase trabajadora no puede ser un sujeto pasivo al albur de las necesidades coyunturales de las empresas.

También hemos solicitado abrir un espacio de diálogo social sobre pensiones y, en general, sobre el modelo de protección social, que debe abordar la adecuación de la prestación de desempleo al paro de larga duración, así como abrir el modelo de renta mínima garantizada en nuestro país. Debate que no debe pasar esta legislatura sin abrirse para poner en pie un modelo de protección mucho más ambicioso que el actual.

Y, por último, lo que todo el mundo conoce, que es la mesa de relaciones laborales donde aspiramos a la corrección en profundidad de las medidas que, en materia laboral, se tomaron en la crisis y que tanto daño han hecho al mundo del trabajo. Tras esa reversión, estamos dispuestos a iniciar lo que se ha llamado «el nuevo estatuto del trabajo». Un nombre un tanto pretencioso, si se me permite la opinión, pero que, en todo caso, debe servir para actualizar una norma que viene del año 81, que ha sufrido decenas de cambios –a veces incoherentes entre sí– y que debe modernizarse ante la profunda transformación del mundo del trabajo.

Pepe Álvarez: El principal reto es el empleo, con 3.200.000 desempleados es nuestra principal preocupación. No podemos seguir soportando una situación de paro estructural como si fuera algo normal. Puede que ya sea habitual, pero no tiene nada de normal. Por eso proponemos negociar y acometer urgentemente un plan de lucha contra el desempleo, en especial para jóvenes (la mitad no tienen trabajo y si lo tienen es mayoritariamente precario) y parados de larga duración (la mitad de los cerca de tres millones de desempleados llevan más de dos años en el paro). Para ello tenemos que reforzar también  nuestro sistema de protección social y derogar la reforma laboral. Lo mismo ocurre con la formación para el empleo: tenemos que acabar con la reforma acometida por el PP, que no sirve para re cualificar a los trabajadores y dotarles de mayores oportunidades de ser empleados o para conservar su actual puesto de trabajo.

Además, tenemos ante nosotros multitud de retos, comenzando por la derogación de las Reformas laborales y de pensiones. El Gobierno tiene que derogar la reforma laboral, que precariza el empleo y empobrece a los trabajadores y trabajadoras y los ha colocado en una situación de indefensión frente a los empresarios, y también tiene que derogar la reforma de las pensiones del 2013 del Partido Popular, que empobrece a los pensionistas actuales y también a los futuros y los condena a una vida de precariedad, y realizar una revisión del sistema de Seguridad Social para hacerlo más sostenible, entre otras cuestiones, sin descartar un nuevo impuesto si es necesario.

Otro frente prioritario es la lucha contra la pobreza y la desigualdad, llevar adelante nuestra proposición de ley de ingresos mínimos. No podemos mantenernos impasibles mientras vemos cómo crecen las desigualdades sociales y salariales, mientras aumentan las brechas de género y sociales, mientras vemos cómo se incrementa el número de multimillonarios y suben las retribuciones de los consejeros y altos directivos y las empresas distribuyen cada vez más dividendos.

Tenemos que lograr que el Gobierno sea sensible a los problemas de los más necesitados y dé un giro positivo a las políticas sociales, recuperando la universalidad de la Sanidad, acabando con los copagos y «medicamentazos», reponiendo la tarjeta sanitaria a los que más la necesitan, recuperando la Ley de Dependencia en los términos anteriores a la crisis y dotándola de recursos suficientes, promoviendo políticas que saquen de la pobreza a los millones de conciudadanos que se han visto hundidos en ella, impulsando la tramitación de la ILP de Prestación de Ingresos Mínimos avalada por 700.000 firmas y el apoyo de la mayoría absoluta de los grupos parlamentarios, etc.

Por otra parte, exigiremos al Ejecutivo unos Presupuestos Generales del Estado sociales que atiendan las necesidades de los más vulnerables y desfavorecidos y resuelvan los problemas de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas.  Hay que recordar que comenzamos el año con unos presupuestos prorrogados dos veces y que provienen del último gobierno del PP, que habíamos criticado hasta la saciedad por antisociales.

Y en materia fiscal, es necesaria y urgente una reforma del sistema integral, progresiva y justa, que persiga el fraude e incremente la recaudación. No podemos admitir que las finanzas de nuestro Estado se sigan sustentando en las rentas del trabajo, mientras la elusión, la evasión y el fraude hacen que nuestra hacienda pública deje de recaudar 80.000 millones al año.

En definitiva, vamos a reclamar al Ejecutivo que acometa políticas que redistribuyan la riqueza que se está generando en este país y reduzca las desigualdades, que se han acrecentado de manera exponencial durante la crisis y, lo que es peor, durante los años de la posterior recuperación económica.

El nuevo Gobierno tiene que ser consciente de que hay que romper de manera decidida con las políticas de austeridad, que han supuesto un incremento alarmante de la pobreza y la desigualdad en nuestro país. Es hora de recuperar los derechos laborales y sociales perdidos y apostar por un modelo de crecimiento que llegue a todos y sea duradero y sostenible.

Y vamos a exigirle recuperar las libertades y garantías democráticas pérdidas durante la crisis y los años de gobierno del PP. Es preciso derogar la Ley de Seguridad Ciudadana (conocida como Ley Mordaza, que persigue la protesta social), el artículo 315.3 del Código Penal, que criminaliza el derecho de huelga, y establecer un compromiso real para que se respete el derecho de asilo y los derechos fundamentales de los migrantes en España y en Europa.

España debe recuperar el protagonismo perdido en el entorno europeo e internacional y vuelva a recuperar su fortaleza económica, social y democrática.

Más diálogo y más acuerdos.

Se está trasladando a la opinión pública un doble debate, al hilo de última reforma laboral. Un debate técnico, que emplaza a otro escenario, y que ha sido expresado por la ministra: «técnicamente no es derogable toda la reforma laboral, sería irresponsable», y otro de límites y de espacios de negociación con los empresarios que están dispuestos «a posibles modificaciones» aunque condicionan estos a una próxima negociación del AENC. ¿Qué opinión le merecen estas posiciones y cuál es la de su sindicato?

Pepe Álvarez: Nuestra posición es inequívoca: derogación de la reforma laboral para luego negociar un nuevo Estatuto de los Trabajadores acorde a los tiempos que vivimos y al futuro que prevemos. Pero tenemos que hacerlo así porque si no partiríamos de una situación de desequilibrio en la negociación a favor de los empresarios, en la que difícilmente podríamos avanzar porque ellos ya lo tienen todo.

El proceso de desmontaje de la reforma laboral comienza con la derogación del artículo 52. d) del Estatuto de los Trabajadores, que permite despedir de manera objetiva a los trabajadores y trabajadoras por ausentarse de manera justificada por estar enfermas 9 días seguidos en dos meses, una auténtica aberración que atenta contra los derechos de las personas y su seguridad y salud.

Inmediatamente, tenemos que negociar la derogación de los aspectos relativos a la negociación colectiva, de manera que se recupere la ultraactividad de los convenios y la prevalencia de los convenios sectoriales frente a los de empresa, entre otras cuestiones.

Posteriormente, tenemos que abordar los aspectos relativos a la causalidad de los despidos, la contratación y la recuperación de la autorización administrativa previa en caso de expedientes de regulación de empleo.

Y, finalmente, negociar nuevos aspectos que, a nuestro juicio, debería recoger el Estatuto de los Trabajadores, como cuestiones relativas al trabajo con plataformas digitales o la robotización.

Y esta negociación no puede ser eterna y la patronal no puede tener derecho de veto. El Gobierno, en base a la evolución de esas negociaciones y a su programa de gobierno, tiene que legislar. 

Unai Sordo: Yo siempre he dicho, no solo ahora, que esto no es un debate nominal sobre derogación, reversión, corrección etc. Nos perdemos a veces en las palabras. Tampoco comparto la idea de «los aspectos más lesivos» de la reforma laboral, porque lesivos fueron todos. Creo que es mejor que centremos de qué estamos hablando y de qué debemos hablar.

Primero. Negociación Colectiva. La reforma laboral deterioró la negociación colectiva, poniendo en riesgo su pervivencia a través de la ultraactividad con plazo fijo –un año sin acordar un convenio puede conllevar la desaparición del mismo–, permitiendo que convenios de empresa reduzcan los salarios de los convenios sectoriales aunque no haya ninguna causa económica ni de crisis de empresa. Y esto, unido a la actual regulación de la subcontratación en España, ha multiplicado las situaciones de explotación y bajos salarios. Esto es lo primero a corregir. La vigencia del convenio debe estar asegurada y los convenios de empresa no pueden reducir los salarios de los convenios de aplicación en los sectores, garantizando a las empresas subcontratadas las mismas condiciones salariales que tienen los trabajadores/as de la empresa principal o de su sector de actividad.

Segundo. Contratación y despido. Las reformas laborales fomentaron la precariedad laboral e hicieron más fácil y barato el despido, individual y colectivo. Esta lógica ha hecho que volvamos a ser el país con mayor temporalidad de Europa y con más rotación entre las personas con contrato temporal que nunca, lo que está fomentando un nomadismo laboral con efectos letales sobre la autonomía vital de millones de personas trabajadoras. Las empresas en España han consolidado una cultura de derivar el riesgo empresarial a las espaldas de los trabajadores. Ante los problemas o los cambios, contratan temporal y despiden barato y libremente. No solo las empresas pequeñas, pues la tasa de temporalidad en las empresas de más de 250 personas trabajadoras es igual de alta. Hay que romper esa inercia.

¿Cómo? Desincentivándola. La contratación temporal debe obedecer a causas que justifiquen esa temporalidad y el despido debe ser el último recurso. Para ello hay que tomar medidas, definir mejor las causas de despido objetivo y hacer que sea más costoso despedir que tomar otras medidas. Tiene que haber procesos más equilibrados en los despidos colectivos. Hoy, las multinacionales deslocalizan centros de trabajo de España, porque tienen barra libre para hacerlo. A cambio, estamos dispuestos a negociar fórmulas alternativas para cuando hay problemas en una empresa y, de forma negociada con las plantillas, se puedan adecuar las condiciones de trabajo. Y ahí una cobertura de recursos públicos –en su día se hizo con la reposición de la prestación por desempleo y se podría contemplar algún tipo de prestación al «modo alemán»– podría ayudar mucho.

Tercero. Modificación de las condiciones laborales y salariales. Hoy son un coladero. Las reformas laborales otorgaron al empresariado una enorme capacidad de modificar lo pactado en convenio colectivo, pacto de empresa o contrato del trabajador. En esta crisis, millones de trabajadores han visto reducidos sus salarios por decisiones unilaterales del empresariado que, a veces, respondían a problemas reales y otras veces no. No se sabe por qué se ha permitido que, por citar un ejemplo, el 70% de los descuelgues salariales en España entre el año 2010 y el año 2019 se hayan producido por procedimientos opacos. Nadie sabe por qué se redujeron los salarios, si obedecía a una causa real para salvar empleo o la empresa, si se pactaron con el primo del jefe… Esto no puede ser. Hacen falta unas causas objetivables y un método democrático para que, modificar las condiciones de trabajo, se haga solo cuando haga falta hacerlo, de forma negociada y no impuesta.

Si abordamos y cambiamos todo esto, que nadie se preocupe mucho por si lo llamamos derogación, reversión o corrección de la reforma laboral. Sería la recuperación de derechos laborales más importante realizada en España. Y vamos a poner todo porque así sea.

¿Qué modelo de negociación impulsará: un diálogo tripartito o bipartito? ¿Varias mesas abiertas y con autonomía en el acuerdo?

Unai Sordo: Las mesas del diálogo social deben ser tripartitas. Otra cosa es que, en función de la materia, la dinámica bipartita tiene mucha relevancia. Por poner un ejemplo, CCOO quiere evitar que las empresas puedan reducir salarios unilateralmente. Esto exige un cambio en la ley y, por tanto, hay que contar con el Gobierno, que tiene un programa político y algo que decir, obviamente. Pero si en el ámbito bipartito, paralelamente, somos capaces de pactar sistemas autónomos de resolución de conflictos entre empresa y trabajador/a, seguro que estamos más cerca de cambiar esa unilateralidad empresarial.

Creo que sería oportuno abrir varias mesas y que funcionen con cierta autonomía, porque responden a lógicas no idénticas. Algunas tienen que estar íntimamente ligadas. Por ejemplo, las de empleo y prestación de desempleo que residen en trabajo, pero las pensiones residen en Seguridad Social e Inclusión. Son materias relacionadas. Otras, como por ejemplo la formación, debieran llevar sus dinámicas y, si fuéramos capaces de acordar un modelo que mejore integralmente nuestros sistemas de formación profesional, formación dual, formación para el empleo, reconocimientos de competencias por la vía de la experiencia profesional…, me parece tan estratégico como país, que claro que debieran tener una autonomía de acuerdo, de darse la opción.

Pepe Álvarez: Tenemos que generar un marco de diálogo social amplio para abordar materias desde la lucha contra la siniestralidad laboral, la desigualdad laboral, hasta el cambio de modelo productivo, un pacto por la industria, una transición justa, las políticas energéticas, de infraestructuras, sanitaria, de educación, y fiscal, sin olvidar la recuperación de derechos y libertades, comenzando por la derogación del artículo 315.3 del código penal o la ley mordaza.

Por nuestra parte, proseguiremos nuestra actividad ahondando en la negociación colectiva y exigiendo a CEOE y CEPYME el cumplimiento del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva y que el Salario Mínimo en los convenios sea de, al menos, 1.000 euros en 2020. A la vez seguiremos exigiendo el cumplimiento de las normas y las leyes en materia de prevención y que acabemos de una vez con la lacra de la siniestralidad laboral que provoca que cada día laborable mueran dos trabajadores y trabajadoras. 

La nueva legislatura tiene que convertirse en una oportunidad para apostar por un país de progreso. De lo contrario, todos nos convertiremos en un fiasco para la sociedad, que tiene muchas esperanzas depositadas en este nuevo tiempo político. 

Cuáles son los límites, ¿plantean líneas rojas? ¿Hay previstos tiempos o serán negociaciones abiertas?

Pepe Álvarez: Los límites ya están marcados por las políticas que hemos estado padeciendo.

El Gobierno tiene que situar el diálogo y la negociación en el centro de sus políticas. Es imprescindible un compromiso firme por la negociación y el consenso, con el fin de que las medidas aprobadas beneficien a todos los sectores económicos y sociales de este país.

Para UGT, las políticas que desarrolle este nuevo Ejecutivo los próximos años van a ser determinantes para recuperar a las personas, para anteponer los derechos sociales a los intereses económicos, para encarar de manera real y definitiva la recuperación y mejorar la vida de los ciudadanos.

En cuanto a los tiempos, la gente no puede esperar. Las negociaciones no se pueden eternizar y el Gobierno tiene que saber que si no adopta las políticas necesarias, defraudará a la mayoría que les ha apoyado y al país en su conjunto.

Unai Sordo: Yo no soy muy partidario de poner líneas rojas que a veces esconden más slogans que otra cosa. Es obvio que sin una profunda revisión de la reforma laboral todo se complicaría. Los tiempos son importantes, porque cada día que la legislación laboral permanece intacta hay un despido de una persona enferma, un temporal despedido con una indemnización mísera, alguien a quien le recortan el sueldo injustamente.

Por eso, la primera fase de los cambios legislativos debe ser rápida. Son materias de las que ya hemos hablado en la anterior legislatura, y en pocas semanas hay que decidir si hay margen de acuerdo con CEOE o no. Y de no haberlo, el Gobierno tendrá que actuar.

La segunda fase tampoco debiera demorarse. Es un poco más compleja y necesitaremos seguramente algún mes más para abordarla, pero sería muy importante que lo que salga de ahí sirva para consolidar durante mucho tiempo un modelo laboral más justo en España.

Y hay otras materias que requieren de un diálogo y una negociación permanente. Sin plazos, porque la formación, la política de impulso de la digitalización o nuestros sistemas de pensiones y protección social requieren de medidas continuadas en el tiempo. Urgente es la derogación de la reforma de pensiones del 13, e ir tomando medidas sobre la estructura de ingresos de la Seguridad Social.

¿Está garantizada la unidad de acción sindical? ¿Habrá una propuesta unitaria?

Unai Sordo: Totalmente. Los objetivos sindicales son compartidos y en ese terreno la unidad de acción en España es irreversible y está muy consolidada. La propuesta unitaria ya existe desde el momento en que hicimos un planteamiento programático antes de los últimos procesos electorales. En este momento la estamos actualizando y la haremos pública en las próximas semanas. No sabemos si como propuesta global o de manera parcelada, para que lo que tiene que ver con reforma laboral y de pensiones no «se coma» todo lo demás. Pero, en todo caso, son decisiones más de índole comunicativa que de fondo. Las propuestas sindicales en las mesas serán compartidas.

Pepe Álvarez: La unidad de acción no está en duda. Como viene siendo habitual, CCOO y UGT elaboraremos plataformas conjuntas. 

¿Se plantean abrir un proceso de movilización para acompañar el diálogo social? ¿También con la sociedad civil?

Pepe Álvarez: Aún no han pasado 100 días del nuevo Gobierno y hay que darles margen. Pero vamos a mantener informada a la sociedad de lo que proponemos y lo que nos jugamos. El nuevo Gobierno tiene en sus manos reparar las fracturas abiertas en nuestro país durante los últimos años y tomar medidas de choque para proteger a las familias que tanto están luchando por salir de la situación de pobreza en la que se encuentran desde hace mucho tiempo (uno de cada cinco españoles está por debajo del umbral de la pobreza).

Unai Sordo: Sin duda. Para CCOO hay dos escenarios de movilización. Uno sería de presión, en caso de que las negociaciones encallaran y el Gobierno no atendiese al compromiso social de las posiciones sindicales. Somos conscientes que va a haber serias resistencias a algunas medidas de carácter laboral, fiscal, en materia de pensiones o de servicios públicos. La combinación de intereses económicos, las posiciones políticas de desgaste del Gobierno con administraciones como la Comunidad de Madrid, instalada en una especie de «secesión fiscal», y los límites de España, producto de los pactos de estabilidad europeos y objetivos de déficit, pronostican un escenario nada sencillo.

Esa posibilidad de movilización para la presión, se dé o no, tiene que ir acompañada de una movilización para la socialización de la propuesta sindical. Y esa se va a dar en cualquier caso. Y para ello, el diálogo con la sociedad es clave. No ya en las medidas más estrictamente sindicales, que trataremos de impulsar mediante un proceso de asambleas y posición pública en el entorno del 1º de Mayo, sino en cuestiones muy relevantes. Cito dos, como ejemplo.

La vivienda. Una de las propuestas en las que creo que el sindicalismo debe dar un salto adelante es en materia de precio de la vivienda y, sobre todo, del alquiler. Hay que garantizar el acceso a una vivienda digna a un precio asequible. Hoy en día la renta disponible de la clase trabajadora no propietaria que se va en alquileres o hipotecas, es disparatada. Se puede decir que en España las tasas de paro y la dictadura del precio de la vivienda son los elementos de empobrecimiento y disciplinamiento reivindicativo más duros para la clase trabajadora. Y aquí hay una riqueza de movimiento social que queremos potenciar y con la que queremos confluir desde una propuesta sindical.

La otra es la igualdad de género. La asamblea de mujeres sindicalistas que va a realizar CCOO pretende que esta cuestión siga siendo central, no ya en la agenda sindical sino en la social y política. La reacción ultra que ha provocado el empoderamiento de las mujeres, reflejado en los últimos 8 de marzo, nos da la medida del potencial transformador del feminismo. Esto tiene que tener continuidad y la vertiente de clase debe cobrar papel. El feminismo es un elemento de identidad aglutinante enorme porque mujeres muy diversas sufren distintas formas de desigualdad y/o discriminación. Desde la brecha salarial hasta la violencia machista; desde los estereotipos de género, hasta el acoso o los micromachismos cotidianos.

Junto con esta identidad de género que tiene elementos de transversalidad, el sindicalismo feminista debe poner encima de la mesa las desigualdades materiales relacionadas con la brecha salarial, los suelos pegajosos, la feminización del trabajo atípico o el tiempo parcial… La desigualdad de género implica mucho más que la desigualdad material, pero sin corregir esta difícilmente se cuenta con la autonomía de vida para una igualdad plena. Y esto nos apela a la confluencia con los movimientos sociales feministas.

 

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@laityfamilylife | Iniciativas de formación para laicos a golpe de clic

Colaboraciones

@laityfamilylife | Iniciativas de formación para laicos a golpe de clic

20 marzo 2020

Celia Naharro | Periodista

Laityinvolved.org es una nueva página web, creada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que difunde experiencias exitosas y buenas prácticas que puedan inspirar y contribuir a la formación del laicado de todo el mundo.

Este interesante sitio web, que tiene como misión convertirse en un punto de referencia para agentes de pastoral, movimientos laicales y para cualquier persona que esté interesada en encontrar varias formas de involucrarse con los fieles laicos en sus propios países y comunidades, se presentó en la primera asamblea plenaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que se celebró en Roma el pasado 18 de noviembre y que estuvo dedicada a la formación de los fieles laicos.

El papa Francisco recibió a los participantes en la asamblea de este organismo, que comenzó su actividad hace poco más de dos años y que ha ido recolectando el legado del Consejo Pontificio para los Laicos y del Consejo Pontificio para la Familia. En su discurso, les dio dos consejos: sentir con el corazón de la Iglesia madre y tener una mirada de hermanos.

«Es importante proponer siempre modelos positivos de colaboración entre laicos, sacerdotes y personas consagradas, entre pastores y fieles, entre cuerpos diocesanos y parroquiales y movimientos y asociaciones laicas, entre jóvenes y viejos, evitando oposiciones y antagonismos estériles y animando una colaboración fraterna en vista del bien común de la familia que es la Iglesia», les dijo Francisco. Además, añadió que la Iglesia, como toda madre, quiere que sus hijos crezcan y se vuelvan autónomos, creativos y emprendedores, y no que sigan siendo infantiles, superando la resistencia y el miedo y saliendo a la luz, de una manera audaz y valiente, poniendo sus talentos al servicio de nuevas misiones en la sociedad, en cultura, en política, frente a los desafíos que plantea el mundo contemporáneo sin miedo y sin complejos.

Laityinvolved.org responde precisamente a estas palabras que el Papa regaló a los miembros del Dicasterio, pues trata de visibilizar y difundir experiencias e iniciativas de éxito implementadas por laicos en distintos lugares del mundo y con el laicado también como destinatario de las mismas. Son propuestas innovadoras y creativas que pueden ser luz para otras personas, ya que uno de los objetivos de su presentación es que puedan ser llevadas a cabo en diversas comunidades.

La idea del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de crear una página web nació después de una reunión internacional sobre la formación de los laicos, que tuvo lugar en 2018. Representantes de diversas conferencias episcopales presentaron al Dicasterio algunas de sus buenas prácticas en el campo de la promoción y la evangelización a los fieles laicos en sus países. Además, antes de la reunión, el Dicasterio escribió una carta a todas las conferencias episcopales para recopilar información sobre el trabajo que realizan con los fieles laicos.

Laityinvolved.org está organizada de forma muy intuitiva y atractiva. Los proyectos que han sido seleccionados para comenzar este nuevo sitio web están clasificados en distintas categorías como Aplicaciones y recursos, Coaching y liderazgo, Comunicación, Cuidado de la creación, Nueva evangelización, Deportes, Mujer, Trabajo y finanzas o el Año del Laicado. Además de poder navegar por las mismas, una vez dentro de cada proyecto, el lector puede conocer más de cada uno de ellos haciendo clic en distintas pestañas: ¿Qué es? ¿Cómo ayuda a la formación de los laicos? ¿Por qué es importante? ¿Cómo empezó? Beneficios, medios y financiación o, ¿Cómo se puede implementar esta iniciativa en otros países?

Los proyectos, por tanto, están presentados de una forma clara y sencilla con el objetivo de ayudar al lector a entender lo que cada iniciativa implica y por qué podría ser útil para los laicos en sus propias comunidades.

Interesantes experiencias

Catholic Voices, uno de los proyectos que podemos consultar en Laityinvolved.org, en la categoría de Comunicación, tiene como misión la capacitación de los católicos, en su mayoría laicos, para contar la historia de la Iglesia en los medios de comunicación, sobre todo, en programas de noticias y debates en televisión y radio. Y es que muchos cristianos quieren comunicar lo que tienen en su corazón y en lo que creen fervientemente pero, a menudo, no saben cómo hacerlo para hacerse entender. Tampoco es fácil a veces acceder como católicos a los medios de comunicación. Catholic Voices trata de abordar estas dos cuestiones: un servicio a la Iglesia al capacitar a laicos y un servicio a los medios al poner a su disposición a personas católicas con formación para la divulgación. Esta experiencia comenzó en 2010 en Gran Bretaña y ya se ha expandido a más de 20 países de todo el mundo.

El Proyecto Policoro nació hace 20 años, fruto del Congreso Eclesiástico de Palermo (Italia), con el propósito de dar respuesta a la pregunta existencial de tantos jóvenes «que corren el riesgo de pasar de no tener una ocupación laboral a no tener una ocupación de por vida». En su intento de combinar el Evangelio con la practicidad de la vida, este proyecto inmediatamente representó una gran iniciativa para el avance de los jóvenes de la comunidad. Sus poderosas ideas marcaron su éxito: capacitar a los jóvenes, lanzar cooperativas, crear intermediarios, formar «animadores comunitarios» y una larga serie de acciones, que han logrado ser ejemplo de compromiso efectivo y activo. Proyecto Policoro ha demostrado cómo la calidad del trabajo «libre, creativo, participativo y de apoyo mutuo» expresa y siempre hace crecer la dignidad de la vida humana (cf. Exhortación Evangelii gaudium, 192).

En la categoría Mujer de la web, encontramos también el proyecto Leadership for Mision, un programa único de liderazgo para mujeres católicas que brinda educación teológica, desarrollo de liderazgo, formación en la fe y preparación para la misión. Es una iniciativa conjunta del Consejo para las Mujeres Católicas de Australia, la Conferencia de Obispos Católicos de Australia, la Misión Católica y la Universidad Católica del país. El programa está diseñado por y para mujeres inspiradas por la visión evangélica de justicia, libertad y dignidad de la persona. A través de una serie de encuentros educativos y formativos, el proyecto reúne las experiencias de liderazgo de las mujeres dentro de la Iglesia en un entorno de aprendizaje académico y colaborativo. La Facultad de Teología y Filosofía otorga el Certificado de Posgrado en Estudios Teológicos a las participantes al finalizar el programa.

Estas son solo algunas de las iniciativas que podemos encontrar en esta nueva página web, un recurso con una vocación clara de servicio y muy motivador, que da luz e impulso para emprender al laicado de cualquier parte del mundo. Ofrecer cada vez más proyectos e iniciativas al público a través de Laityinvolved.org es una de las tareas que el Dicasterio ha asumido y que llevará a cabo a lo largo de los próximos meses, con el fin de poder ofrecer una actualización constante de la plataforma.

 

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Mujer trabajadora, Mundo obrero y del trabajo

Córdoba | Discurso de Carmen León en la entrega de premio a la Igualdad

19 marzo 2020

El pasado 11 de marzo, la militante de la HOAC de Córdoba, Carmen León fue distinguida con el Premio Igualdad que concede la diputación de la provincia andaluza. Reproducimos aquí su texto leído en el acto de entrega de esta distinción.

Buenas tardes señor presidente, autoridades, familia, amigas y amigos.   

En primer lugar, quiero felicitar a las instituciones y a las personas que han sido premiadas hoy por su aportación a la igualdad. Para  todas nosotras es un día especial, al menos para mí, lo es. 

Confieso que tengo sentimientos encontrados, por una parte es  gratitud, mucha gratitud, pero por otra, siento cierta frustración, después de tantos años de lucha, personal y colectiva, estamos aquí hoy con 15 mujeres asesinadas en lo que va de año, entre ellas una cordobesa, Conchi de Posadas.  Es evidente que la igualdad real sigue siendo una meta, hay que seguir luchando. 

Aun así, hoy, prima la gratitud y me vais a permitir expresar toda la que llevo dentro: 

Gracias en primer lugar a mis compañeras del equipo de trabajo de la plataforma, mis queridas brujas, por presentar la candidatura. Estoy segura que ese gesto tiene que ver con el mucho cariño que nos une. Hemos vivido juntas tantas experiencias: el dolor de las víctimas; la cercanía con las familias de las mujeres asesinadas en Córdoba y provincia; los viajes por esos pueblos de la sierra y la campiña, perdiéndonos casi siempre, las reivindicaciones en las calles y en los despachos exigiendo soluciones, las incomprensiones, algún que otro conflicto interno, las cervecitas después de las reuniones…lo dice la canción: LA AMISTAD, LA UNIDAD QUE SIRVE ES LA QUE NOS UNE EN LA LUCHA. 

Gracias a mi querida familia que siempre ha estado a mi lado, respetando y valorando mis muchos compromisos. 

Gracias a la HOAC, la organización de la Iglesia en la que milito, mi otra familia,  que es cómo la fuente donde se fortalece mi espiritualidad y mi compromiso. 

Gracias también a los vecinos y sobre todo a las vecinas de mi barrio con las que también he compartido luchas, penas y alegrías y a las que quiero y me siento querida.   

Gracias al jurado por considerarme merecedora de esta distinción y a la Diputación por mantener estos premios. 

Además de dar las gracias quiero hacer presentes a todas esas mujeres valientes  que rompieron con su agresor y han rehecho su vida, las supervivientes, a muchas de ellas las hemos acompañado desde la Plataforma en su caminar. Solo por ellas ya  merece la pena la lucha. 

Y por último decir que el feminismo está más vivo que nunca, es una corriente imparable, por mucho que se empeñen algunos y algunas en demonizarlo con descalificaciones y mentiras. El domingo 8 de Marzo, día de la mujer trabajadora, las calles se llenaron de miles de personas en todas las ciudades del mundo, al grito de NI UN PASO ATRÁS, VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS. Que nadie se deje engañar, el feminismo no es lo contrario del machismo, las feministas no odiamos a los hombres ni pretendemos dominar a nadie.  Lo que queremos es que nosotras, nuestros hijos y nuestras hijas y las generaciones venideras, vivamos en una sociedad donde   el derecho a la educación, a la salud, a un trabajo digno, a una vivienda, a formar y cuidar de la familia…. en definitiva “Los Derechos humanos”  sean para todas las personas por igual, tengan el sexo que tengan, el color de piel, la ideología, la religión o cualquier otra diferencia.   No olvidemos que la causa de las mujeres es una causa humana de justicia y de carácter inclusivo. 

  Os invito a que os despojéis de prejuicios y os acerquéis al feminismo que es mucho más que una ideología o  una toma de postura, es una auténtica revolución, un modo pensar, de sentir, de vivir, un modo de hacer fiesta, de relacionarse con las personas y con la  naturaleza, de habitar el planeta… es en definitiva, un modo de ser persona. En palabras de Simone de Beauvoir: “El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente” 

Desde mi experiencia os puedo asegurar  que el feminismo, cómo cualquier otra lucha colectiva por la justicia, nos humaniza y nos hace más felices. ¡! OS ANIMO A SER FEMINISTAS!!

Muchas gracias.

 

Por una cultura fiscal responsable

Colaboraciones

Por una cultura fiscal responsable

18 marzo 2020

Enrique Lluch | Profesor de Economía de la Universidad CEU de Valencia.

La concepción que tenemos sobre la situación fiscal de nuestro país suele estar distorsionada. La idea general que existe es que somos un país que gasta demasiado y cuya consecuencia directa es la de sufrir un excesivo déficit. Al mismo tiempo, se piensa que tenemos unos elevados ingresos públicos que presionan a la población.

La imagen de que somos un país malgastador cuyos recursos suficientes son dilapidados por unos gobiernos solo preocupados en gastar más y más, está profundamente arraigada en nuestras mentes y en la de otros países europeos.

Sin embargo, cuando miramos las cifras generales de nuestro país y las comparamos con las de otras naciones de la Unión Europea, vemos como esta idea no puede estar más equivocada. Si comenzamos con los gastos (utilizando siempre los datos de la oficina europea de estadísticas EUROSTAT), podemos ver como en 2018 el porcentaje de gasto público con respecto al PIB en nuestro país fue de un 41,7%, es decir, que de cada 100 euros que se producían al año en España, el sector público se gasta 41,7. Esta cifra puede parecer a priori muy alta, pero si la comparamos con los 44,6 de Alemania, los 48,4 de Italia, los 56 de Francia o los 52,1 de Bélgica la cosa cambia. De hecho, la media de gasto de los países de la zona euro es de 47%, es decir, 5,3 puntos por encima de lo que gasta el sector público español.

Si analizamos los datos de la recaudación del sector público, podemos observar como también en ellos sucede algo parecido a los gastos. El porcentaje del PIB recaudado por el sector público español es de un 39,2% (39,2 euros de cada 100 que se ganan en el país al año). Si comparamos esto con los mismos países anteriores, podemos ver que en Alemania los ingresos suponen un 46,4%, en Italia un 46,2%, en Francia un 53,5% y en Bélgica un 51,4%. La media de los países de la zona euro es de 46,5% lo que quiere decir que España recauda 7,3 puntos por debajo de la media de la Unión Monetaria.

Creo que no hace falta ser un gran matemático para darse cuenta de que si nosotros recaudásemos una cifra similar a la media de las naciones que pertenecen a la zona euro, tendríamos un superávit de casi un 5% del PIB. De hecho, si nuestra recaudación fuese similar a cualquiera de los países que he nombrado tendríamos unos ingresos superiores a los gastos (cosa que a muchos de ellos no les sucede). Por lo tanto, el problema de nuestras finanzas públicas no viene tanto de que gastemos mucho (somos uno de los países de la Unión Europea que menor gasto público tiene, medido en porcentaje del PIB), sino con que nuestros ingresos son muy reducidos (también somos uno de los que tenemos menor recaudación).

Y uno se pregunta por qué estos ingresos son tan reducidos, si la estructura fiscal es similar a la que tienen otras naciones europeas. Creo que hay cuatro motivos principales. El primero es una cultura del fraude fiscal. Defraudar a Hacienda, no solamente no se ve como algo malo, sino que, con frecuencia, se enarbola como un mérito ante amigos o compañeros. Las ideas que continuamente se difunden por medios de comunicación social y en conversaciones privadas, que apuntalan la falsa idea (como hemos visto) de que pagamos muchos impuestos y la opinión de que estos deberían ser menores, no hace sino reforzar la aparente buena prensa que tienen en determinados entornos aquellos que consiguen eludir los pagos a la Hacienda pública.

En segundo lugar, nuestro sistema fiscal tiene una serie de desgravaciones, exenciones, excepciones y otra clase de medidas que pueden favorecer al contribuyente y reducir sus pagos a la Hacienda pública. Al mismo tiempo, la existencia de los paraísos fiscales provoca que particulares y empresas trasladen parte o la totalidad de sus fondos a estos lugares para pagar menos dinero a Hacienda. Últimamente, hasta los youtubers españoles se suman a esta moda y muchos de ellos (especialmente aquellos que tienen más éxito en las redes sociales y son quienes mayores ingresos tienen) trasladan su residencia a Andorra para pagar menos impuestos.

En último lugar se encuentra los pocos fondos que destina nuestra Hacienda pública a combatir el fraude, lo que hace que seamos uno de los países de Europa con menos funcionarios de Hacienda pública por cada 10.000 habitantes. La cifra es más o menos la mitad que otros países como Francia y Alemania. La falta de efectivos para luchar contra el fraude hace que este sea más posible en nuestro país que en otros.

Por todo ello, cualquier gobierno que quiera realizar una reforma fiscal, creo que tiene unas labores importantes que realizar para lograr alcanzar la recaudación normal en un país de la Unión Europea. Desde mi punto de vista serían las siguientes:

1) Una campaña de concienciación de que el pago de tributos es algo que nos beneficia a todos, por lo que promover que todos paguen aquello que les corresponde es positivo para la sociedad y luchar contra el fraude labor de todos.

2) Incrementar la plantilla de inspectores de Hacienda.

3) Recudir la gran cantidad de exenciones, excepciones, deducciones y otros sistemas para rebajar la aportación a Hacienda y no pagar los tipos normales de los tributos, para lograr que todos paguen el porcentaje de impuestos previsto.

4) Implicarse activamente en la lucha contra los paraísos fiscales internacionales y los comportamientos de elusión de pago de impuestos que realizan muchas empresas multinacionales gracias a que trabajan al mismo tiempo en varios países y a la carencia de mecanismos de control mutuo.

Como se puede observar, se trata de medidas que no suponen un incremento o descenso específico de los impuestos, pero que sí pueden tener como consecuencia un incremento de recaudación necesario para que el déficit de nuestro país pueda reducirse.

 

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Priorizar los valores democráticos y el bien común

Editoriales

Priorizar los valores democráticos y el bien común

16 marzo 2020

Tras las elecciones generales del pasado mes de noviembre, expresamos la necesidad de tender puentes, desde el reconocimiento sincero del valor de la diversidad para buscar juntos puntos de encuentro, y de abrir procesos de largo recorrido, que busquen transformar la sociedad hacia más justicia y fraternidad. Son dos elementos esenciales de la cultura del encuentro que el papa Francisco plantea, como uno de los grandes desafíos de nuestro mundo y que nos parece particularmente importante en el caso de España.

Después de lo ocurrido en los últimos meses, es aún más necesario insistir en lo imprescindible que es avanzar en esa cultura del encuentro. El lamentable espectáculo protagonizado por algunos grupos parlamentarios en las sesiones de investidura y sus reacciones ante el nuevo Gobierno y sus primeras semanas de funcionamiento, lo muestran con mucha claridad. Es evidente la extrema polarización política que existe y que la derecha política, que casi en bloque se comporta como una extrema derecha bien poco democrática, incapaz de dialogar nada, ni de aportar nada constructivo, se empeña en profundizar esa polarización y azuzarla en la sociedad. Su comportamiento es irresponsable y peligroso. Esa polarización refuerza la ausencia de puentes y de diálogo para afrontar los principales retos políticos en aras del bien común. El Gobierno tiene también una gran responsabilidad en trabajar para que deje de ser así. Pero superar esa situación es tarea de todos. Como sociedad tenemos el deber de no dejarnos llevar por esa polarización y el reto de cultivar, practicar y exigir a todos los representantes políticos el respeto por la democracia, la defensa de los valores democráticos y la búsqueda del bien común.

En primer lugar, el respeto por la democracia. Es extremadamente grave, como se ha hecho, negar legitimidad a diputados y diputadas elegidos por una ciudadanía que es muy plural y diversa, o cuestionar la legitimidad de un Gobierno elegido por la mayoría de los representantes de la soberanía popular. Es algo intolerable que no deberíamos consentir en ningún caso. Particularmente grave es convertir a los otros en enemigos. Por eso, es tan importante cultivar y defender los valores democráticos y no aceptar nunca que se utilice la mentira, como algunos hacen sistemáticamente. Sobre todo, defender el profundo valor democrático del diálogo, que es siempre el camino para afrontar los problemas políticos. Siempre y con todos, por más que no se compartan sus posturas. Algunos grupos políticos deberían tomar buena nota, para todo, de la actitud del Gobierno, las organizaciones empresariales y sindicales para fijar el salario mínimo y continuar valorando qué cambios son necesarios en las relaciones laborales.

El respeto por la democracia y el cultivo de los valores democráticos son muy importantes para el bien común, pero lo es más aún la orientación de la acción política a su construcción. ¿En qué sentido? En el de que el bien común es, ante todo, que nadie carezca de lo necesario para vivir de acuerdo a su dignidad de persona. Es una cuestión de prioridades: lo primero debe ser acabar con las desigualdades, la precariedad, la exclusión… El bien común significa cuidar a las personas y cuidar la Tierra, nuestra casa común. Todo lo demás debe estar al servicio de esto. Y no lo acabamos de asumir como sociedad, por eso nos cuesta tanto crecer en democracia, porque la existencia de empobrecidos, precarios, excluidos…, es la negación más radical de la democracia.

***

DIÁLOGO Y PARTICIPACIÓN | Este editorial está abierto a tu valoración. Lo puedes comentar y/o compartir en las redes sociales, en la página de la HOAC en Facebook y/o en la cuenta de Twitter. Utilizamos la etiqueta #ValoresDemocráticos También puedes hacer llegar tu opinión al correo electrónico participacion@noticiasobreras.es

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3er Domingo de Cuaresma (15 marzo 2020)

Iglesia

3er Domingo de Cuaresma (15 marzo 2020)

12 marzo 2020

Convertirnos es acoger el don de la Vida de Dios, y eso necesita que estemos dispuestos a recibirlo. Hacernos cántaros. Mediada esta Cuaresma me viene bien reconocer cómo acojo el don de Dios en mi vida.

 

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Preparando la semana Laudato si’ 2020

Internacional

Preparando la semana Laudato si’ 2020

11 marzo 2020

Al acercarse el quinto aniversario de la publicación de la encíclica Laudato si’, el papa Francisco ha hecho un llamamiento para celebrar una semana por la ecología integral, durante el mes de mayo.

El 24 de mayo de 2015, salió a la luz este importante documento sobre el cuidado de la casa común que ha supuesto la incorporación definitiva al magisterio social de la Iglesia de la perspectiva medioambiental, en íntima relación con el grito de los pobres.

En el vídeo de presentación de esta iniciativa del actual pontífice, Francisco proclama: “Renuevo mi llamado urgente a responder a la crisis ecológica. El clamor de la tierra y el clamor de los pobres no dan para más”. Se trata de una insistencia para que “cuidemos la creación, don de nuestro buen Dios Creador” a modo de “campaña global”.

La semana Laudato si’, que se celebrará del 16 al 24 de mayo, está patrocinada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en colaboración, a nivel internacional, con el Movimiento Católico Mundial por el Clima, Renova+ y otras entidades católicas.

Para coordinar a nivel mundial todos los esfuerzos que se están impulsando, se ha creado una página web donde compartir información y recursos, con la idea de fomentar el “compromiso concreto con nuestro Creador y entre nosotros”. En la web se puede leer: “Nos estamos uniendo para dar los próximos pasos en nuestro innovador camino de esperanza”.

De hecho, las pasadas marchas por el clima, con una presencia destacada del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), así como el reciente sínodo de la Amazonia, han representado importantes hitos para aglutinar la fuerza de las comunidades católica y promover una acción decida por el respeto a la Tierra y a sus habitantes más desfavorecidos.

Este movimiento internacional, como era de esperar, se ha unido a la celebración de Laudato si’, después de haber conseguido, entre otras cosas, formar un grupo de animadores en esta nueva sensibilidad, así como la desinversión en empresas contaminantes de importantes instituciones católicas.

“Pero la catástrofe climática es implacable, ya que una crisis de esta magnitud exige que demos un paso adelante y superemos nuestros propios límites. Necesitamos escuchar el llamado del Espíritu Santo hacia el amor radical y profético. Es por esto, que nos estamos uniendo para lograr más de lo que ya hemos alcanzado”, explica el MCMC.

En España son ya varias entidades eclesiales, entre las que se encuentran la Conferencia Episcopal Española, a través de su departamento de ecología integral; la archidiócesis de Madrid; el Movimiento Católico Mundial por el Clima; Escuelas Católicas; CONFER; Movimiento Scout Católico; iMisión; Regnum Christi; Universidad Francisco de Vitoria…, las que preparan diversas actividades con motivo del quinto aniversario de la proclamación de la encíclica Laudato si’.

La Coordinación española del movimiento católico por el clima de esta semana propone organizar gestos, oraciones hasta planes para reducir las emisiones de los gases responsables del calentamiento global o la creación y fortalecimiento de grupos para el cuidado de la Creación. La HOAC mira con simpatía, como no puede ser menos, este tipo de iniciativas, a la vez que alienta a sus integrantes y simpatizantes a seguir el camino de conversión propuesto por el papa Francisco.

Este movimiento de Acción Católica especializada entiende que es necesario, en lo personal y en las relaciones comunitarias de proximidad, cambiar los estilos de vida consumistas por otros que busquen la austeridad, el compartir y la justicia debida a los empobrecidos, además de luchar, en el plano social y político, por transformar el modelo energético, el modelo productivo y la dinámica de producir-consumir siempre más. Para acabar con la enfermiza obsesión por el crecimiento económico y poder promover la distribución justa de la riqueza, se necesitan medidas drásticas contra la búsqueda inmisericorde del máximo beneficio como principal objetivo de los agentes económicos.

El quinto aniversario de Laudato si’ coincide con acontecimientos importantes en el camino de la humanidad para encontrar soluciones a la crisis ambiental. Este año es la fecha límite para que los países anuncien sus planes para cumplir con los objetivos del acuerdo climático de París. Este año también se llevará a cabo la conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad, en la que la humanidad tendrá la oportunidad de establecer objetivos concretos para proteger los lugares y las especies que sustentan toda vida.

Más sobre Laudato si’ en hoac.es

Opinión | Los jardineros de FCC cuidan de la clase obrera

Colaboraciones

Opinión | Los jardineros de FCC cuidan de la clase obrera

10 marzo 2020

HOAC de Zaragoza.

Desde la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) queremos decir algunas palabras sobre la lucha que está manteniendo este colectivo de trabajadores, compañeros de todo trabajador. Sí, nos ha parecido muy oportuno este título para el artículo, porque creemos que refleja la verdad y que, por lo tanto, es importante que nos demos cuenta todos los trabajadores de que así es. El día 20 de enero dieron comienzo a su lucha, una huelga indefinida para conseguir dos cosas: que no les dividan en diferentes contratas, algo que acabaría con su capacidad de lucha (divide y vencerás), y por un convenio justo. Parece ser que lo primero ya lo han evitado (muy importante), y ahora continúan para conseguir el convenio justo pues, al final, como todos los trabajadores, necesitan unas condiciones de trabajo dignas. Por lo tanto allí siguen erre que erre. Llevan 49 días de huelga.

¿Alguien recordáis algún otro colectivo en Zaragoza desde hace muchos años que en un alarde de unidad, determinación, resistencia, imaginación, (no pararíamos de señalar aspectos positivos), y dignidad, haya protagonizado algo semejante? Solo ellos.

Es una cuestión de gran importancia, de primer orden, que cada trabajadora/or de esta ciudad, cada institución social sensible y comprometida con el mundo del trabajo, nos demos cuenta de que su lucha no es una más. Las características que la rodean, que las están construyendo ellos y las acabamos de describir anteriormente hacen que su lucha sea un ejemplo para todos nosotros y símbolo de la lucha de la clase trabajadora. Señalan el camino por el que todo colectivo de trabajadores que quiera que se le reconozca su dignidad, se le respete y trate con justicia tendrá que transitar: unidad…, lucha…, si no, no hay nada que hacer, la historia lo demuestra.

Llevamos muchos, muchos años en los que la clase trabajadora hemos perdido la fe en la lucha y esto hace que estemos mayormente adormecidos, paralizados, sin capacidad de reaccionar ante una realidad que sentimos que nos supera, y que hay que reconocer que es muy complicada; pero siempre se puede y debe luchar porque en el momento que deja de hacerse ¿qué queda?: lo sabemos todos…, ir a peor. ¡Así estamos!

Qué bueno sería que cada uno de nosotros, trabajador, trabajadora, ama de casa, periodista, joven estudiante, jubilado, comprendiéramos que la lucha que están manteniendo es importante que la ganen y colaboremos para que así sea, porque si ganan ellos ganamos todos, ya que su victoria no puede sino animarnos a todos los demás a entender que este es el camino y seguirlo: unidad, solidaridad, lucha, dignidad y esperanza.

¿Cuál será el resultado final? Nadie lo sabemos. Pero aun poniéndonos en lo peor, si no consiguieran todo lo que sería justo conseguir… ¿quién podrá arrebatarles la alegría íntima de saber que han luchado para no dejarse pisar, atropellar? ¿Quién podrá arrebatarles la alegría que les genera ver los actos de solidaridad que se van produciendo? ¿Quién podrá arrebatarles la alegría de saber que sus hijos, y mucha gente, están observando lo que hacen y les están dando un ejemplo de dignidad? ¿Quién…

Antes hemos nombrado la palabra “esperanza”, fundamental siempre para poder luchar. Como trabajadores cristianos que somos quienes suscribimos este comunicado de apoyo no podemos sino hacernos eco de algunos mensajes del papa Francisco: “La esperanza no es creer que uno siempre va a conseguir todo lo que se propone sino estar seguro de que en el intento por conseguirlo siempre van a quedar muchas cosas buenas”. (Palabras dirigidas a los trabajadores, cf. No os dejéis robar la dignidad)

Cualquier colectivo de trabajadores en huelga indefinida necesita la solidaridad de la clase trabajadora para poder mantener esa lucha dura y difícil de sostener. Toda familia necesita llevar su salario a casa a final de mes. Es por eso que, como siempre se ha hecho en estos casos, ellos han abierto una caja de resistencia para que el que quiera colaborar con su causa pueda hacer su donativo. Así pues querríamos animar a que si hemos comprendido lo que se juega de fondo con esta lucha de los compañeros de parques y jardines diéramos el paso de ser solidarios y les ayudáramos también económicamente. Su número de cuenta es: 2630 3503 1474 3141 0404 45 (Laboral Kutxa)

Solo nos queda reconocer y agradecer la lucha que están manteniendo porque entendemos que de alguna manera es también una lucha por toda la clase trabajadora; por eso decíamos en el título que los jardineros de FCC cuidan de la clase obrera.

Foto | Paco Ibañez, arainfo.org

El futuro del trabajo que queremos hoy

Mujer trabajadora, Mundo obrero y del trabajo

El futuro del trabajo que queremos hoy

09 marzo 2020

Roto el pacto social de posguerra y el pacto sexual, la autora defiende la necesidad de resignificar el concepto de trabajo y darle un nuevo sentido, que incluya la aportación, hasta hora invisible, de las mujeres. Qué trabajo y para qué sociedad y planeta queremos, son las preguntas que hoy debemos responder para ganar el trabajo del futuro.

Laura Mora Cabello de Alba | Profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de Castilla-La Mancha.

El trabajo en proceso reconstituyente

Por mucho que nuestra cultura occidental se empeñe en hacernos proyectar sobre el futuro, parece una responsabilidad indeclinable de cada ser y cada colectivo vivir y trabajar el presente, como única plataforma de hacer política. Lo que queremos para el futuro, quizás lo necesitamos ya. En ocasiones, aunque no sea en términos de mayoría social, el presente muestra ya realidades sobre las que se sostiene el deseo de cambio, la necesidad de sentido, máxime en algo tan definitivo y central en la vida de todos los hombres y las mujeres como es el trabajo, cimiento de ciudadanía y de posibilidad de ser.

Precisamente, en este contexto de presente que precisa algún otro, podría parecer paradójico hablar de un proceso reconstituyente del trabajo, cuando estamos viviendo desde hace ya años, que van bastante más allá del inicio de la crisis, un proceso deconstituyente del mismo. O quizás no es ninguna paradoja sino la medida exacta de la necesidad de dicho proceso político renovador, es decir, el destino inaplazable de poner en el centro del debate de qué trabajo estamos hablamos, para qué sociedad y para qué planeta, dotarlo de sostén político, garantías jurídicas y confrontarlo con el lugar social y de geografía humana particular que le corresponde.

Así, si se necesita un proceso reconstituyente es porque necesariamente se ha roto un pacto. En realidad, se han roto dos: una ruptura que nos asusta, la del pacto social de posguerra mundial de Occidente; y otro, el contrato sexual, que felizmente también se ha roto, sobre el que se sostiene el sistema patriarcal.

Pero, vayamos por partes, empezando por lo más cercano en el tiempo. Todas las Constituciones europeas que conocemos nacen de un pacto entre las diferentes fuerzas que han representado hasta ahora la clase política institucional. En cada país de la Unión Europea, ese pacto es singular y tiene su propia fecha y contexto de origen, pero todas las Constituciones nacieron inmediatamente o en diferido como en Grecia, Portugal y España, con el espíritu con el que se selló la paz después de la Segunda Guerra Mundial. Nacieron con la marca genética de ser Estados sociales donde, dentro del sistema capitalista de producción y del sistema de representación política de partidos, se apostaba por el horizonte de un ideal social igualitario. Un horizonte que ha sido más un límite a la explotación del sistema económico capitalista que una constante inspiración institucional, pero que ha tenido un valor importantísimo a lo largo de 50 años y que, hoy por hoy, está siendo traicionado. Ese cierto bienestar, por primera vez en la sangrienta historia de Europa, fue una concesión y un éxito de la clase trabajadora después de dos guerras y como antídoto para esa misma clase que podía ver la alternativa en el comunismo soviético. Es la propia OIT el único fruto permanente y semilla de paz del Tratado de Versalles, que pone fin a la Gran Guerra, reconociendo la necesidad de la creación de una instancia multilateral y tripartita, dando papel protagonista a quienes representan a las relaciones de trabajo, para intentar hacer justicia en el mundo del trabajo.

Más tarde, la Guerra fría acabó en la caída del Muro de Berlín, pero la creación de los Estados sociales o del bienestar –único fruto de progreso en esa Europa capitalista triunfante de los años cincuenta– ha hecho desde entonces de contrapeso al reino imperante de los dineros, del valor de mercado, y ahora está en peligro en muchos de nuestros países. Podríamos decir que el pacto de posguerra mundial, anticuerpo de una posible tercera guerra, hoy está roto por parte de la política institucional que definitivamente no representa los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Dice Boaventura de Sousa Santos que vivimos en democracias suspendidas, donde una corte de gente a la que nadie votó se ha unido en una especie de comisión liquidadora de países poniendo la exigencia de la deuda por encima de la vida. Por encima del proyecto constitucional, diríamos también muchos y muchas juristas.

Pero, por fortuna, se ha roto un pacto mucho más antiguo. Se ha roto el pacto sexual fundante de más de veinte siglos de sistema patriarcal de dominación, respecto del cual el capitalismo es una de sus invenciones políticas más recientes, que hermana a los hombres en su poder masculino sobre los cuerpos de las mujeres y sus frutos.

Por tanto, parece que es tiempo ya de volver a trabajar unos cimientos dignos que sostengan la vida, la nueva realidad y resistan el peso de aquello que se pueda rescatar de cómo hemos vivido hasta ahora. Un orden de vida se sostiene en un orden simbólico, es decir, en las palabras que la nombran. Y una de las explicaciones a nuestra incapacidad política en ocasiones de plantarle cara a lo que sucede es que no somos capaces de nombrar la realidad. Hoy en día, desvelarla es revolucionario, porque muchas cosas ya no son como eran antes –y cuando digo antes me refiero a tiempos anteriores a la crisis también–, ni lo volverán a ser, y esa es la base desde donde construir.

En el mundo del trabajo, ese cambio ahora ya, en el presente, es evidente. Los capitalistas, en la década de los ochenta, se dieron cuenta de que estaban en crisis con la materialidad de la realidad, es decir, que su sistema productivo y consumista voraz quebraría porque estaba llegando a agotar las materias primas y las fuentes de energía no renovables del planeta. Tanto se dieron cuenta que se inventaron la creación de «riqueza» inmaterial o, dicho de otra manera, virtualizaron la producción en forma de mercados financieros por pura carencia de sostén material de sus presupuestos. Y esa operación genial, pero falaz en su origen, ha estallado en las narices de la población mundial, que asiste en principio anestesiada ante la dimensión del hecho, aunque ya empezando a despertar de la perplejidad. Por otro lado, se está produciendo un proceso de aún más acumulación de capital en previsión, suponemos, de la que saben que se les avecina. Un gran capitalista como Warren Buffett ha dicho que sabe que estamos en guerra de clases y que la suya ha ganado por el momento. Es cierto, pero es una mirada profundamente cortoplacista. Porque, si pierde la mayoría trabajadora, arrasando con el planeta en todos los sentidos, pierde también «la corte de liquidadores de países». Es la condena de muerte del sistema económico capitalista, un sistema que no solo no crea riqueza real sino que la destruye constantemente.

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