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Reafirmar la dignidad del trabajo ante los cambios laborales

Comunicados

Reafirmar la dignidad del trabajo ante los cambios laborales

31 octubre 2016

La HOAC ha participado en este encuentro organizado por el Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE) para analizar y dialogar los cambios en el mundo del trabajo y sus repercusiones en la vida de los trabajadores.

Declaración final del Seminario de Trabajadores Cristianos de Europa 

Del 27 al 30 de octubre de 2016, nos hemos reunido en Ávila movimientos de trabajadores cristianos de toda Europa para conocer y valorar los cambios que se están dando en el mundo del trabajo. En el seminario se han analizado, desde las experiencias personales y testimonios de colectivos afectados, las causas y consecuencias que están teniendo en la juventud y en las familias los cambios que se están produciendo en el mundo laboral.

También hemos conocido el contenido del informe de Cáritas Europa “Acabar con la pobreza en Europa.” y hemos abordado las perspectivas del mundo del trabajo desde la Doctrina Social de la Iglesia, conociendo por lo citado anteriormente todo aquello que las entidades eclesiales y sindicales vienen desarrollando para hacer frente a las consecuencias que la situación actual del mundo laboral genera en las personas. Por último hemos abordado los retos que los cambios en el mundo del trabajo y su orientación actual presentan a la Iglesia y la sociedad.

Desafíos del trabajo digno

Benedicto XVI recordaba en Caritas in veritate, que el trabajo decente es «expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer» (nº 63). Por lo tanto, si el trabajo no es decente no se posibilita la vida digna de las personas trabajadoras. Las cada vez más precarias condiciones laborales son una de las consecuencias más devastadoras para las personas, las familias y la sociedad. El papa Francisco en el Parlamento Europeo, en noviembre de 2014, afirmaba: «es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garantizando también las condiciones adecuadas para su desarrollo»

Ante la situación actual del mundo del trabajo solo encontraremos respuestas si buscamos caminos que devuelvan la dignidad al trabajo. Para ello es imprescindible repensar en profundidad el sentido que le damos al trabajo.

Son muchos los retos que tenemos por delante: poner en el centro a la persona, plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo, asegurar unas condiciones dignas de empleo que humanicen el trabajo, acceso universal a la sanidad, la vivienda, la educación, etc. no estando estos derechos condicionados a un empleo remunerado. Debemos de tener en cuenta que estamos en un tiempo de transformación del mundo del trabajo debido a la introducción en el mundo laboral de la robotización y la digitalización.

Demos paso a una plena democracia

Para conseguir estos retos debemos rechazar la pretensión de limitar la capacidad de los gobiernos de tomar decisiones, sometiéndolos a mecanismos internacionales fácilmente controlables por poderes económicos que no han sido legítima ni democráticamente elegidos. Los intereses privados no deben incrementarse a costa de los bienes públicos. El TTIP y el CETA son expresión de esa “economía que mata”, que no está al servicio del bien común y que deshumaniza.

¿A qué nos comprometemos?

Sentimos la llamada de Jesús que nos invita a acompañar la vida de las personas que sufren; a colaborar en un cambio de mentalidad de la vida social y económica a participar en las instituciones para lograr que estén al servicio de las necesidades de las personas.

Por todo ello proponemos:

■ La justa redistribución de la riqueza.

■ Un reparto equitativo del empleo que permita a las personas y a las familias vivir con dignidad.

■ Que el trabajo por las luchas sociales tenga en cuenta la creación de Dios; por ello debemos hacer nuestras –como trabajadores cristianos– las luchas ambientales, ya que la encíclica Laudato si’ nos invita a escuchar el grito de los pobres y el grito de la Tierra de la misma forma.

Para conseguir estas propuestas es necesario que –como movimiento europeo  nos comprometamos a trabajar junto con otros movimientos sociales, organizaciones sindicales y estamentos eclesiales. Por lo cual invitamos a los miembros de nuestros movimientos nacionales a trabajar e implicarse en estos objetivos, empleando todos los medios que tengan a su disposición.

Como MTCE condenamos las muestras de rechazo a las personas inmigradas y refugiadas en muchos de nuestros países.

Para acabar nos unimos al deseo del Papa Francisco de que todo el mundo tenga acceso a «trabajo, techo y tierra».

Actuar para construir una economía al servicio de los pueblos y respetuosa con la Tierra #EMMP2016

Internacional

Actuar para construir una economía al servicio de los pueblos y respetuosa con la Tierra #EMMP2016

28 octubre 2016

Presentado el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares que se celebrará del 2 al 5 de noviembre en el Vaticano

“Pensar cómo actuar” es el gran objetivo que se plantea el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares, según ha señalado Juan Grabois, en rueda de prensa, representando al comité organizador del evento del que también forma parte el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos.

Tras el diagnóstico de la realidad y el discernimiento colectivo, desarrollados en los dos encuentros precedente, esta tercera cita ha de servir, en palabras de Grabois, abogado argentino del Movimiento de Trabajadores Excluidos, para poner en marcha “las propuestas de cambio”, para “actuar en lo pequeño, lo cercano, pero con una perspectiva más grande”.

El primer encuentro, celebrado en 2014 en el Vaticano, sirvió para establecer líneas de colaboración entre los movimientos populares, aquellas entidades integradas, organizadas y dirigidas por los excluidos que no se resignan a vivir en la miseria que se les han impuesto y resisten desde la solidaridad el actual paradigma tecnocrático, además de reconocer su labor.

El segundo encuentro, celebrado al año siguiente en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), no solo sirvió para denunciar las estructuras injustas que dejan a los campesinos sin tierra, a las familias sin techo y a los trabajadores sin derechos, sino también para alumbrar los 10 grandes principios que deben orientar la acción de estos movimientos populares.

Esta tercera cita, expresión de la preocupación de la Iglesia por “acompañar y visibilizar esos procesos que surgen desde las bases populares”, que entiende que “los pobres no deben ser objeto de las política sociales sin su participación, sino actores protagónicos en los procesos de cambio, restitución derechos sagrados a tierra, techo y trabajo” quiere dar un paso más. Se trata de encontrar la manera de llevar a la práctica las “nuevas formas de reforma agraria, integración urbana y protección laboral de una nueva economía al servicio de los pueblos que sea respetuosa con la madre tierra, ya que como ha dicho Francisco, el grito de los pobres y de la Tierra es uno solo”, según declaró Grabois.

Monseñor Silvano Tomasi, del Pontifico Consejo de Justicia y Paz, explicó en la comparecencia ante los medios de comunicación, que “el Papa quiere sensibilizar al público sobre quienes habitan la periferia de la sociedad”. También añadió, en respuesta a las preguntas formuladas, que “la popularidad del Papa ayuda a fomentar una sensibilidad pública que pueda transformar las políticas para atender a las personas necesitadas y grupos marginados” de modo que “todas las personas se integren en la vida social”.

El encuentro, al que está previsto que asistan unas 150 personas, entre integrantes de más de 90 organizaciones populares de 65 países de todos los continentes y observadores, atenderá especialmente el drama de “los desplazados y refugiados”, lo que Grabois ha calificado como “la emergencia más grande que vive la humanidad”. Los ejes principales siguen siendo “Tierra, Techo y Trabajo” con una mirada más amplia a lo que pasa con “los pueblos y la democracia”; el “territorio y la naturaleza”; todo ello desde la óptica de las propuestas que el Papa plantea en Evangelii gaudium y en Laudato si’.

El encuentro culmina el día 5 de noviembre con un diálogo con el papa Francisco sobre la necesidad de un proceso de cambio que tenga a los Movimientos Populares como protagonistas en la lucha por la justicia social. Harán entrega al sumo pontífice del documento con los resultados del trabajo de los tres días y las medidas más urgentes que hay que tomar.

Presentación del III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el Vaticano #EMMP2016

Internacional

Presentación del III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el Vaticano #EMMP2016

26 octubre 2016

La tercera edición de este encuentro se presenta en rueda de prensa hoy, 28 de octubre de 2016, a las 11:30h, en la sala Stampa de La Santa Sede, con la intervención de Monseñor Silvano Tomasi, del Consejo Pontificio Justicia y Paz, y de Juan Grabois, del Comité Organizador Encuentro Mundial de Movimientos Populares.

Prensa EMMP | Después de las dos ediciones anteriores, —Roma 2014 y Santa Cruz de la Sierra 2015—, se convoca el III Encuentro de Movimientos Populares con el Papa, desde el 2 y hasta el 5 de noviembre. Este tercer encuentro tendrá una participación de más de 150 delegados procedente de diferentes movimientos populares de todo el mundo, y con la activa colaboración del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, que mantendrán durante esos días reuniones, análisis y debates.

Compartirán experiencias, realidades, ideas y propuestas para abordar los problemas que afectan a los pobres de la tierra desde su propia condición de campesinos e indígenas, vecinos de asentamientos populares y familias en lucha por un techo, trabajadores precarizados o de la economía popular, es decir, los excluidos de la Tierra que no se resignan, que se organizan y que luchan por una alternativa humana a la globalización excluyente.

Por ello los ejes principales –al igual que en las ediciones pasadas– siguen siendo Tierra, Techo y Trabajo con una mirada más amplia a lo que pasa con los Pueblos y la Democracia; el Territorio y la Naturaleza; y la particular situación de los Refugiados y Desplazados del mundo, apoyados en las propuestas que el papa Francisco enuncia en Evangelii gaudium y en Laudato si’.

El Encuentro culmina el día 5 de noviembre con un diálogo con el papa Francisco sobre la necesidad de un proceso de cambio que tenga a los Movimientos Populares como protagonistas en la lucha por la justicia social. Harán entrega al sumo pontífice del documento con los resultados del trabajo de los tres días y las medidas más urgentes que hay que tomar.

Digamos juntos desde el corazón:
ninguna familia sin vivienda,
ningún campesino sin tierra,
ningún trabajador sin derechos,
ningún pueblo sin soberanía,
ninguna persona sin dignidad,
ningún niño sin infancia,
ningún joven sin posibilidades,
ningún anciano sin una venerable vejez.

—Papa Francisco

 

Un nuevo Dicasterio para el desarrollo humano integral

Colaboraciones, Iglesia

Un nuevo Dicasterio para el desarrollo humano integral

26 octubre 2016

Eduard Ibáñez* | Las reformas del Papa Francisco siguen adelante. Y entre ellas, una muy importante: la reforma de la curia romana.

El 15 de agosto se anunció la fusión de los antiguos Consejos de Laicos y de Familia en un nuevo «Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida», que comenzó a funcionar el 1 de septiembre. Y pocos días después, el 30 de agosto se publicó la creación de un nuevo «Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral», al que voy a dedicar estas líneas, que entrará en funcionamiento el próximo 1 de enero, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Paz.

Asesorado por un grupo de nueve cardenales especialmente elegidos, Francisco está decidido acabar con lo que alguna vez ha denominado el «vaticano-centrismo», las irregularidades, el clericalismo, la excesiva burocracia y la descoordinación entre organismos, cuando no conflictos.

Los males que aquejan a la Curia son antiguos y bien conocidos. Todos recordamos algunos graves escándalos recientes. Por todo ello, un mandato del último Cónclave al nuevo obispo de Roma fue poner orden y evitar más escándalos.

Francisco, siguiendo este mandato pero, sobre todo, en fidelidad al programa de su pontificado, esbozado en Evangelii gaudium, orientado a una transformación misionera y misericordiosa de la Iglesia, ha introducido ya muy importantes reformas y el proceso sigue en marcha.

Francisco lo tiene claro. Quiere una curia más simple, más coordinada y eficaz, más ejemplar y coherente con el mensaje del Evangelio, dinámica, transparente y mejor orientada a su verdadera misión. Para el Papa, la curia debe ser un «pequeño modelo de Iglesia». Por ello, está «llamada a mejorarse, a mejorarse siempre y a crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar plenamente su misión».

Primero empezó con la reforma más urgente, poner orden, mayor vigilancia, eficacia y transparencia en las finanzas vaticanas. La segunda gran reforma se ha centrado en la comunicación que emana de la Santa Sede, con la creación de un organismo único que integra y coordina los diferentes órganos de comunicación existentes.

Ahora ha iniciado una nueva línea de reformas, relacionadas con los llamados «Consejos Pontificios». Estos organismos, que eran nada menos que doce al inicio de su pontificado, se ocupan de múltiples tareas, no siempre perfectamente delimitadas, y suponen una estructura demasiado pesada.

Un Dicasterio dedicado a la «humanidad sufriente»

El «Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral» integrará las competencias y el trabajo que desarrollaban los Consejos Pontificios de Justicia y Paz, Cor Unum, Emigrantes e Itinerantes y Agentes de Salud. Será presidido por el cardenal P. K. Turkson, hombre de gran confianza del Papa y que ya presidía hasta ahora los dos Consejos primeramente citados.

Se pretende así dar mayor coherencia, visibilidad, coordinación y vigor al conjunto de tareas que desarrollaban aquellos Consejos, en aras a «promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio y en el marco de la de la Doctrina Social de la Iglesia».

Este organismo, que ha de actuar en estrecha colaboración con la Secretaría de Estado, se ha de ocupar de los grandes retos de la justicia y la paz, el progreso de los pueblos, la promoción de la tutela de la dignidad de la persona y los derechos humanos, la eliminación de la esclavitud, el encarcelamiento, la tortura y la pena de muerte, el impacto de los conflictos armados, el desarme, el fenómeno de las migraciones, la salud, las obras de caridad y el cuidado de la creación.

A la vez, el Dicasterio, como ya le correspondía al de Justicia y Paz, debe ocuparse de la profundización, divulgación y aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia. Debe también favorecer y coordinar el trabajo de las organizaciones católicas que se empeñan en promover la dignidad de las personas, la justicia y la paz y la ayuda a los que se encuentran en la indigencia o sufren graves necesidades o calamidades. En este sentido, el Dicasterio será competente para la supervisión, como hacía Cor Unum, de la acción de la organización Caritas Internationalis y restantes asociaciones y fondos internacionales católicos dedicados a la ayuda.

La existencia hasta ahora de cuatro Consejos Pontificios dedicados a todas estas cuestiones suponía un riesgo evidente de dispersión de esfuerzos, descoordinación y tratamiento fragmentario de los problemas. Su integración en un único organismo, no solamente puede conjurar estos peligros, sino facilitar la interlocución y permitir una visión más amplia y coherente de las diversas problemáticas, que están profundamente interconectadas y bajo un enfoque basado en la doctrina social.

Además, este único organismo puede favorecer una visión global, que atienda a las diversas dimensiones, todas necesarias, de la acción de la Iglesia, que incluyen el análisis de los problemas y sus causas, la denuncia profética, la propuesta, la oferta de criterios de discernimiento y de actuación, la educación, la acción solidaria y caritativa, la atención material y espiritual. Es necesario conjugar siempre la promoción de un orden social más justo con la atención actual, particular y concreta a los que sufren.

Vale la pena destacar otras dos cuestiones. De un lado, se prevé que la sección del Dicasterio dedicada a la cuestión de los migrantes será dirigida por el mismo Papa Francisco, lo cual muestra su especial preocupación por este problemática.

El otro aspecto destacable es que, junto al trabajo de su máximo responsable, el Prefecto, el Dicasterio contará con un Secretario y un Subsecretario que podrán ser laicos. Es un paso más en la tan necesaria corresponsabilidad de los laicos en la vida de la Iglesia, que Francisco desea también impulsar.

Como se ve, la misión del Dicasterio es de enorme amplitud, pero el punto focal de su acción, aquello que mejor define su orientación es muy claro. Se trata, como indican sus Estatutos (art.3), de promover la atención de la Iglesia hacia la «humanidad sufriente»: los necesitados, los enfermos, los excluidos, los que se ven empujados a abandonar su patria o carecen de ella, los marginados, las víctimas de los conflictos armados y las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados, las víctimas de las formas contemporáneas de esclavitud y de tortura y todas las personas cuya dignidad esté en peligro.

Así, este Dicasterio puede dar una mayor visibilidad a uno de los retos esenciales para la Iglesia, según entiende Francisco, que es justamente el problema de los pobres, de los excluidos, de los «desechados», las víctimas de las injusticias. Este reto lo ha expuesto ampliamente tanto en su exhortación Evangelii gaudium como en la encíclica Laudato si’, así como en todos sus gestos, discursos, viajes e iniciativas y que ha expresado así de una manera sintética: «¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!».

Para Francisco, esto no es algo simplemente opcional para la Iglesia, sino una de sus dimensiones esenciales, fundamentada en el mismo Cristo. Una gran y antigua tradición de la Iglesia ha experimentado y vivido esta dimensión en profundidad, ya por los primeros cristianos y por santos y mártires de todos los tiempos y fue reafirmada solemnemente por el Concilio Vaticano II y asumida desde entonces por los papas posteriores. Francisco, además, ha subrayado que el centro del Evangelio es la Misericordia de Dios, su atributo fundamental, que derrama su amor incondicional por cada uno de nosotros y que muestra su preferencia por los más pobres. Por ello, la vida de Iglesia es llamada a configurarse radicalmente poniendo la atención a los pobres en su mismo centro.

El nuevo Dicasterio puede ser un valioso instrumento y un referente para avanzar en esta dirección, tanto en la Iglesia Universal como en las Iglesias locales y las instituciones católicas y por parte de todos los fieles cristianos.

* Presidente de la Comisión General de Justicia y Paz

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Consejo Internacional de la JOC. Una vocación, una convicción, una misión compartida

Colaboraciones, Iglesia

Consejo Internacional de la JOC. Una vocación, una convicción, una misión compartida

11 octubre 2016

Estíbaliz FracaCatorce horas de vuelo. Delegados de cuatro continentes. Sesenta personas reunidas. Siete de la mañana de un caluroso 19 de agosto, en Seúl (Corea del Sur). Una vocación. Una convicción. Una misión compartida.

Entre el 19 de agosto y el 1 de septiembre, delegados de 29 países en los que está presente la JOC (YCW en inglés) nos reunimos en el 9º Consejo Internacional de la Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC).

Durante estas dos semanas pudimos conocer la situación de la JOC en cada país; compartir la realidad del trabajo y sobre todo de la dificultad de acceso al trabajo de los jóvenes alrededor de todo el mundo; y reafirmarnos en nuestra tarea compartida como movimiento de evangelización del mundo obrero.

Bajo el lema «En marcha por el trabajo, dando a los jóvenes un futuro de esperanza y de responsabilidad» (en inglés, Work is the way, Giving young people hope and responsibility for their future) realizamos una revisión de vida, el método propio de la JOC caracterizado por las etapas de ver, juzgar y actuar.

Al ver la realidad, contemplamos las historias de multitud de jóvenes que sufren las consecuencias del injusto mundo del trabajo en el que vivimos, que provoca condiciones de trabajo precarias en todos los países del mundo, y que nos ataca especialmente a las personas jóvenes.

A través de un vídeo, escuchamos la experiencia de Dayana, joven de Getafe que lleva dos años en busca de un empleo remunerado, pues solo encuentra prácticas, mal pagadas y sin cotizar. También conocimos el testimonio de Runny, joven de Kenia que se dedica a hacer pequeños transportes con su tuc-tuc (moto), lo peligroso que resulta, y cómo algunos amigos habían tenido accidentes. Marie Micheline de Costa de Marfil nos contó cómo tiene que trabajar gran cantidad de horas para poder vivir emancipada con su hijo de siete años, al que solo puede ver un rato por las noches. Jawad es sirio y vive en Dubai. Nos contó cómo en Dubai no hay paro, sino que la gran mayoría de personas que viven allí son inmigrantes con empleo. Si te quedas en el paro, te mandan de vuelta a tu país de origen. Nos contaba con rabia cómo una persona estadounidense cobra cuatro veces más que un sirio por el mismo trabajo.

En la etapa del juzgar, a la luz del Evangelio, de la Doctrina Social de la Iglesia, de la Laudato si’, etc., nos reafirmamos en pensar que la persona tiene dignidad como hija de Dios, y que por ello debe estar en el centro de la sociedad, de la economía y de la política. Creemos que un mundo más justo, solidario y fraterno es posible, desde el amor, la equidad, el respeto a lo diferente y el respeto a la creación.

Construir este mundo más justo es una tarea que nos atañe a todos y todas, y en el cual los jóvenes debemos tener un papel protagonista y nuestra voz debe ser escuchada.

Partiendo de la realidad que observamos, la JOC nos reafirmamos en nuestra misión de actuar como movimiento, desde nuestra vocación joven, obrera y cristiana:

• Y como tal, conocedora de cuál es la realidad que vivimos, queremos alzar la voz, pues nadie como nosotros conoce lo que vivimos. El mundo está en constante cambio, y en este momento los jóvenes debemos ser protagonistas, tenemos que hacer que se oiga nuestra voz y luchar por nuestros sueños.

• Como creyentes, estamos convencidos de la dignidad de la persona, como hija de Dios. En este momento social, creemos que es una oportunidad poder trasmitir esta convicción a otras personas: cada joven, cada persona, tenemos dignidad y esta debe ser respetada.

• Además, nos sabemos colaboradores con la creación de Dios. Esto nos llama a la misión de transformar la sociedad, luchando contra las injusticias y las guerras. Así como también transformar nuestra Iglesia. Queremos hacerlo desde: el amor, inspirado en el amor de Jesús; la esperanza; y la comunión, la unión, la fraternidad y la solidaridad entre los pueblos.

• Asumimos nuestra misión como movimiento, que creemos firmemente que es dar esperanza a los jóvenes trabajadores, inspirada en nuestra fe. Estamos llamados al encuentro de los jóvenes del mundo obrero: no solo aquellos que trabajan, sino también aquellos que están buscando un empleo, o están estudiando para acceder al mundo del trabajo.

• Y queremos hacerlo en comunidad, movidos por nuestra fe, con determinación, y a través de la Acción. Pues estamos convencidos de que un conjunto de pequeñas acciones cambiarán el mundo.

Además, durante la celebración del Consejo elegimos a los nuevos miembros del Secretariado Internacional: Berhanu Sinamo (presidente, YCW Etiopía), Noella Song (secretaria, YCW Corea del Sur) y Idy Balberan (tesorera, YCW Filipinas). También planificamos las líneas estratégicas de la CIJOC para los próximos cuatro años, tanto a nivel global como en cada una de las ocho regiones en las que nos organizamos: Europa, Asia, África central, África occidental, África oriental, Latinoamérica, Islas del océano Índico y Oriente Medio.

La participación en este Consejo Internacional ha sido una gran experiencia, llena de pequeñas y grandes cosas por las que dar gracias al Padre. Ha sido una experiencia de aprendizaje, al conocer la forma de trabajar de otros movimientos JOC. También de comunión eclesial, al celebrar la eucaristía en coreano junto a personas de tantos lugares, sabiéndonos diferentes pero comprendiendo que compartimos una misma fe.

En definitiva han sido unos días de compartir, de vivir, de soñar… de estrechar lazos con otros movimientos de la JOC con los que compartimos nuestra tarea… con el objetivo de responder mejor a la misma, que sigue siendo importante para dar respuesta a la juventud que tanto sufre hoy a causa de un sistema de trabajo injusto.

Quiero hacer un agradecimiento especial al Consejo Diocesano de AC de Zaragoza, que posibilitó económicamente nuestra participación; así como al Fondo Internacional de la HOAC, que ha apoyado económicamente la organización del Consejo Internacional, y gracias al cual se ha financiado el trasporte de algunos delegados de África central.

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¡Tú! | Así lo vemos «Trabajo decente, expresión de dignidad» #7OCT #IglesiaporelTrabajoDecente #JMTD

Editoriales

¡Tú! | Así lo vemos «Trabajo decente, expresión de dignidad» #7OCT #IglesiaporelTrabajoDecente #JMTD

07 octubre 2016

Con motivo de la Jornada Mundial del Trabajo Decente, «Iglesia por el Trabajo Decente» convoca durante este mes y por segundo año consecutivo, en las diócesis del país, gestos y actividades públicas para visibilizar la importancia de extender en la sociedad y en la Iglesia la defensa del trabajo decente. La iniciativa impulsada por Cáritas Española, la Confederación de Religiosas y Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) se consolida como espacio de coordinación para favorecer dinámicas de sensibilización, visibilización y denuncia sobre una cuestión central en la sociedad y esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano decente.

La exigencia de trabajo decente no es ajena en la Iglesia. Por citar tres ejemplos: 1) la encíclica Rerum novarum del papa León XIII: «a nadie le está permitido violar impunemente la dignidad humana, de la que Dios mismo dispone con gran reverencia; ni ponerle trabas en la marcha hacia su perfeccionamiento» (n. 30). 2) Caritas in veritate, de Benedicto XVI el trabajo decente es «expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer» (n. 63). En Laudato si’ el papa Francisco insiste en la importancia de la dignidad del trabajo y del trabajo digno para la realización de la dignidad humana, la lucha contra la pobreza y la configuración de una sociedad que, con el trabajo de las personas, cuide la vida de todos y la casa común, realizando así la vocación humana (n. 128).

Defender el trabajo decente significa poner en el centro a la persona en vez de la rentabilidad económica; ir más allá del empleo y distribuirlo justamente; reconocer los trabajos de cuidado necesarios para la vida; luchar por condiciones dignas y el cumplimiento de los derechos; conciliar trabajo y descanso; y desvincular derechos y empleo. Es una misión irrenunciable ante el aumento de las desigualdades y de la pobreza laboral. Y es esencial para una sociedad más decente.

Liberamos el número completo del ¡TÚ! de octubre de 2016:

Accede a números anteriores del ¡Tú! en el apartado de Publicaciones/¡Tú!

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Comunicado final XLI Jornadas de Pastoral de la Salud

Iglesia

Comunicado final XLI Jornadas de Pastoral de la Salud

30 septiembre 2016

Con el tema Pastoral de la salud y ecología integralCuidar la tierra, cuidar personas”, hemos celebrado en Madrid, del 19 al 22 de septiembre, las XLI Jornadas nacionales de Pastoral de la Salud, con la asistencia de 90 personas representando a casi todas las Diócesis, y presididos por don Jesús Fernández, obispo responsable del departamento de Pastoral de la Salud de la CEE y obispo auxiliar de Santiago de Compostela.

Tomando como marco la carta encíclica Laudato si’ hemos querido acercarnos con una mirada integral a nuestra realidad social, a la situación medioambiental y a los retos que hoy nos presenta el cuidado de nuestra casa común y de quienes vivimos en ella. La contaminación, la desertización, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua potable, la sobreexplotación de recursos naturales está agrandando la brecha de la desigualdad, el aumento de los migrantes que huyen de la degradación ambiental, y ello genera enfermedad, pobreza y exclusión, negando la dignidad y la salud a muchas personas de nuestro planeta.

Desde la convicción de que «en el mundo todo está conectado» (LS 16), no podemos entender la naturaleza como algo separado de nosotros, o como un mero marco de nuestra vida. La ecología afecta directamente a la salud; degradar el mundo es degradar la salud y provocar enfermedad. Por tanto, cuidar de la tierra es apostar por la salud de las personas. Y para cuidar a las personas, es fundamental buscar soluciones integrales y cuidar la tierra. Recordando las palabras del Génesis, el plan de Dios sitúa al ser humano dentro de la creación, con el encargo de labrar y cuidar el jardín del mundo, lo que significa protegerlo y custodiarlo. Es necesario hacer un uso responsable de las cosas, reconocer que los demás seres vivos tienen un valor propio. La humanidad necesita cambiar (LS 202). Tenemos un desafío cultural, espiritual y educativo.

Debemos generar una mayor responsabilidad, un fuerte sentido comunitario, una especial capacidad de cuidado, una creatividad más generosa, un entrañable amor a la propia tierra, una denuncia profética de los posibles riesgos a la salud. La crisis socioambiental es una llamada a vivir una conversión ecológica, respondiendo a la vocación de protectores de la obra de Dios: cuidar la tierra, cuidar personas.

Ante esta realidad, como agentes de Pastoral de la Salud sentimos la responsabilidad de hacer presente esta concepción socio-ambiental en nuestros ámbitos de misión: hospitales, residencias, domicilios, parroquias. Entendiendo por Salud el conjunto de relaciones armónicas entre Dios, la Creación y la humanidad, lo que sucede al conjunto del planeta no nos es ajeno, y debemos asumir la responsabilidad de predicar el desequilibrio creado y trabajar por una salud integral de la tierra y de las personas. Nuestra misión no es solo cuidar a las personas enfermas, sino «dar vida, y vida en abundancia» (Jn 10,10).

Mas información:

La prevención laboral en las Jornadas de Pastoral de la Salud 

Andrés Sánchez Muñoz, militante de la HOAC de Córdoba, intervino en una mesa redonda para hablar de la siniestralidad laboral.

Mesa Redonda

Mesa Redonda

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Si cuidas el planeta, combates la pobreza

Colaboraciones, Iglesia

Si cuidas el planeta, combates la pobreza

21 septiembre 2016

Mercedes Barbeito | ¿Existen realmente problemas ambientales? ¿Son tan importantes? ¿Están relacionados con la pobreza y la desigualdad? ¿Qué tiene que ver todo ello con nosotros, con nuestros modos de vida, con nuestra fe?

En junio de 2015 el papa Francisco publicó la encíclica Laudato si´, que responde a todas estas cuestiones, resaltando el vínculo profundo que existe entre la degradación ambiental y la realidad que viven los pueblos empobrecidos: «No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental» (LS 139) y nos invita a «escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (LS 49).

Esta aportación a la Doctrina Social de la Iglesia, abierta a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, ilumina desde la fe la situación actual de injusticia ecológica global que padece nuestro mundo y cómo va íntimamente entrelazada con la pobreza humana.

Inspiradas y alentadas por ella, las organizaciones de «Enlázate por la Justicia»[i] iniciamos en junio de 2016, una campaña centrada en el cuidado de la creación bajo el lema «Si cuidas el planeta, combates la pobreza».

Con esta iniciativa, de dos años de duración (junio de 2016-junio de 2018), queremos contribuir a la transformación del actual modelo de desarrollo, injusto, insolidario e insostenible y a la construcción de una ciudadanía global dispuesta a implicarse y a cambiar sus hábitos de consumo y sus estilos de vida.

La comunidad católica de España tiene ante sí el reto de vincular el anuncio del Evangelio y el trabajo por el Reino y su Justicia con su sensibilidad en las cuestiones medioambientales y su estilo de vida.

¿Cuáles son las causas del problema?

En primer lugar, constatamos que el modelo de desarrollo económico actual, basado en el crecimiento del consumo, es insostenible para el planeta. Pero es que, además, genera desigualdad social, quebrantando los derechos de las personas más vulnerables, especialmente en aquellos países menos desarrollados que se hallan inmersos en la lucha global por los recursos naturales que son considerados estratégicos.

A pesar de esta situación, la ciudadanía en general (y las comunidades eclesiales en particular) mantienen unos valores construidos en torno al consumo y la posesión de bienes materiales.

Y además, es que aunque parezca que el cuidado del planeta está en la agenda política – el mismo año 2015 asistimos a grandes cumbres centradas en la sostenibilidad, como la COP 21 en París, o la misma cumbre de las Naciones Unidas en la que se aprobaron los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030-, tenemos que recordar que los acuerdos que se tomaron en ellas no son vinculantes, y que queda pendiente un verdadero compromiso de cumplimiento por parte de los agentes con poder político y económico.

En definitiva, existe una gran resistencia al cambio amparándose en que, como dice el Papa, «parece que las cosas no fuesen tan graves y que el planeta podría resistir mucho tiempo en las actuales condiciones» (LS 59).

Campaña «Si cuidas el planeta, combates la pobreza»

Las organizaciones que formamos “Enlázate por la Justicia” queremos, con esta campaña, contribuir a la transformación del actual modelo de desarrollo injusto, insolidario e insostenible y a la construcción de una ciudadanía global y solidaria, consciente de la necesidad del cuidado del planeta y dispuesta al cambio de hábitos y prioridades. Y nos hemos propuesto hacerlo sobre todo en tres ámbitos:

1. Mirando a nuestra propia Iglesia, en sus diferentes ámbitos y estructuras (Conferencia Episcopal, diócesis, parroquias, comunidades cristianas, congregaciones religiosas…) para que acoja los principios y valores de la encíclica Laudato sí y asuma los desafíos socioambientales de nuestro tiempo para construir con otros un movimiento de cultura ecológica (LS 111).

2. Mirando a la sociedad española, para dar a conocer la relación entre nuestros actos y sus efectos perniciosos en los países menos desarrollados y en las personas más vulnerables, haciendo conscientes a los ciudadanos de la necesidad de cambiar hábitos y comportamientos, y canalizando el apoyo de las personas en propuestas dirigidas a las personas con poder de decisión.

3. Mirando a nuestra clase política, queremos participar activamente en el proceso de trabajo de definición de compromisos de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y establecer un canal de comunicación con los agentes gubernamentales y políticos para impulsar su implementación.

4. Mirando a nuestra propia plataforma, queremos que la sociedad española vea Enlázate por la Justicia como testimonio de unidad de las organizaciones de la Iglesia que trabajan en cooperación al desarrollo y que vincula a todas las personas para construir una sociedad solidaria que habita un planeta sostenible.

Algunas actividades previstas

• Difundir la Campaña en la Comunidad eclesial.

• Elaborar y difundir una guía de recursos locales de economía solidaria y estilos de vida alternativos.

• Realizar una interlocución política con el Gobierno Español, el Parlamento Español y las administraciones territoriales para lograr el cumplimiento efectivo de los compromisos de España con los ODS tanto en España como a nivel internacional.

• Realizar acciones que promuevan un compromiso personal, social y político en la reducción del desperdicio de alimentos, especialmente por los consumidores, sean colectividades o familias.

• Realizar acciones que propicien avances en el marco normativo, para garantizar el respeto de los DDHH en la actividad empresarial, especialmente en los lugares del planeta y para las personas más vulnerables, como es la región amazónica y las poblaciones indígenas que la habitan.

• Difundir contenidos propios, y de otros relacionados con la Campaña, a través de las redes sociales de la iniciativa.

Nuestras organizaciones, desde nuestro trabajo, somos testigos de milagros cotidianos que se dan en las realidades en las que estamos presentes y a las que servimos; nuestra esperanza se nutre de los relatos de vida que se comparten a través de diferentes iniciativas de fraternidad en contextos de exclusión. Y desde esta legitimidad y presencia en numerosas fronteras, es desde donde queremos trabajar y denunciar la escandalosa realidad de desigualdad y pobreza global que existe en la actualidad, y convocar a todas las personas a la conversión ecológica que nos pide el Papa.

[i] Enlázate por la Justicia es una plataforma que agrupa a cinco entidades de la Iglesia católica en España, dedicadas a la cooperación internacional: Cáritas Española, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario).

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Iglesia por el trabajo decente | #Editorial1587

Editoriales

Iglesia por el trabajo decente | #Editorial1587

14 septiembre 2016

En el año 2000, con motivo del Jubileo de los Trabajadores, Juan Pablo II hizo un llamamiento en favor de una coalición mundial en defensa del trabajo decente, apoyando así la iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Toda la Iglesia debe implicarse en este empeño, pues la afirmación de la dignidad de la persona en el trabajo es misión propia de la Iglesia en razón de su fidelidad a Cristo en los pobres (Laborem exercens, 8). Benedicto XVI (Caritas in veritate, 63) reafirmó ese mismo planteamiento, subrayó lo que significa el trabajo decente para personas, familias y sociedad. Y destacó el valor central del trabajo digno para construir una sociedad fraterna. Francisco insiste constantemente en la importancia decisiva de la dignidad del trabajo y del trabajo digno para la realización de la dignidad humana, la lucha contra la pobreza y la configuración de una sociedad que, con el trabajo de las personas, cuide la vida de todos y la casa común, realizando así la vocación humana (Laudato si’, 128). También los obispos españoles (Iglesia, servidora de los pobres, 32) han subrayado que lograr un trabajo digno debe ser empeño de todos, empeño que reclama la implicación activa de las comunidades cristianas, en razón de la caridad y la justicia.

La Pastoral Obrera, y en ella movimientos apostólicos de Acción Católica como la JOC y la HOAC, llevamos muchos años en el empeño de afirmar la dignidad del trabajo y el trabajo digno, desde la perspectiva del Evangelio, como un asunto esencial para personas y familias. Pero queda aún mucho para que se entienda y se viva así en nuestra sociedad y en el conjunto de nuestra Iglesia. Para avanzar en esa dirección, en 2015 impulsamos la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente» junto a otras realidades eclesiales como Cáritas, Confer, Justicia y Paz, JEC y JOC. Con motivo del 7 de octubre, Jornada Mundial del Trabajo Decente impulsada por la OIT y el movimiento sindical internacional, «Iglesia por el trabajo decente» promueve, organiza y convoca, por segundo año consecutivo, diversas actividades públicas en todas las diócesis de España, desde vigilias de oración y celebraciones, pasando por charlas, mesas redondas, hasta concentraciones y otras actividades en calles y plazas. Son gestos públicos en el empeño cotidiano y permanente por extender en la sociedad y en la Iglesia la defensa del trabajo decente.

El trabajo decente sintetiza aspiraciones fundamentales de personas y familias trabajadoras. Para «Iglesia por el trabajo decente», defenderlo hoy significa poner en el centro a la persona, rompiendo la lógica inhumana de pensar y organizar el trabajo solo desde la rentabilidad económica; plantear el sentido y el valor del trabajo humano más allá del empleo; distribuir éste de forma justa y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidado necesarios para la vida humana; luchar por condiciones dignas de empleo, por la afirmación de los derechos de las personas en él; articular de forma humana trabajo y descanso; defender los derechos sociales y desvincular derechos y empleo. En definitiva, es hacer efectiva la convicción de que el trabajo digno es esencial para la realización de las personas y de las familias y para una sociedad decente. ¡Damos gracias por todas las personas y organizaciones que han luchado y luchan por afirmar en la práctica la exigencia irrenunciable de trabajo decente!

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La prevención laboral en las Jornadas de Pastoral de la Salud

Convocatorias

La prevención laboral en las Jornadas de Pastoral de la Salud

06 septiembre 2016

La salud laboral tendrá un hueco en las Jornadas Nacionales de  Delegados de Pastoral de la Salud, que bajo el título “Cuidar la tierra, cuidar personas. Pastoral de la salud y ecología integral”, se celebran del 19 al 22 de septiembre.

Recientemente el papa Francisco ha alertado sobre las consecuencias que tienen sobre la salud de las personas las agresiones al medio ambiente y la falta de una ética ecológica integral, provocando enfermedades y sufrimiento, especialmente entre los más débiles y pobres (Laudato si’, nn., 20.21.29).

Dentro de la mesa de experiencias que se celebrará el miércoles 21 de septiembre, a las 16,30 horas, intervendrá Andrés Sánchez Muñoz, militante de la HOAC de Córdoba, con experiencia en el acompañamiento de familiares de víctimas de accidentes de trabajo, junto al testimonio de un miembro de la asociación de Enfermedades Raras y a la comunicación de la conclusiones de un estudio de salud que compara las poblaciones de Porriño y El Egido.

XLI Jornadas Nacionales de Delegados de Pastoral de la Salud

Organiza:Departamento de Pastoral de la Salud

Fecha: 19-22 de septiembre

Lugar: N.ª S.ª de la Anunciación. Esclavas de Cristo Rey

Más información aquí

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