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Con las familias y con quienes luchan por un trabajo digno #LaborDay

Iglesia, Internacional

Con las familias y con quienes luchan por un trabajo digno #LaborDay

05 septiembre 2016

Con motivo del día del Trabajo, en Estados Unidos se celebra hoy, primer lunes de septiembre, la Conferencia de Obispos ha realizado una declaración que, por su interés, reproducimos aquí.

Declaración del Día del Trabajo 2016 de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

Arzobispo Thomas G. Wenski de Miami.
Presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano.
5 de septiembre de 2016.

Este Día del Trabajo, volcamos nuestra atención a nuestros hermanos y hermanas que enfrentan crisis paralelas: profundas pruebas tanto en el mundo del trabajo como en el estado de la familia. Estos tiempos difíciles pueden empujarnos a la desesperación y a los muchos peligros que trae consigo. Dentro de esta realidad, la Iglesia comparte una palabra de esperanza, dirigiendo los corazones y las mentes a la dignidad de cada persona humana y la santidad del trabajo mismo, que es dado por Dios. Ella busca reemplazar la desesperación y el aislamiento con la preocupación humana y la solidaridad verdadera, reafirmando la confianza en un Dios bueno y bondadoso que sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos (Mt 6:8).

Desbarajuste en el mundo del trabajo

Vemos señales que se han vuelto demasiado familiares en los años posteriores a la Gran Recesión: estancamiento de los salarios, industrias que abandonan pueblos y ciudades, y la drástica disminución de la tasa de trabajadores organizados en el sector privado, que se redujo en más de dos tercios entre 1973 y 2009 hasta llegar a 7%. Millones de familias siguen viviendo en la pobreza, sin encontrar una salida. Las tasas de pobreza entre los niños son alarmantemente elevadas, al punto que 40% de los niños estadounidenses pasan al menos un año en la pobreza antes de cumplir los dieciocho años. Aunque esta realidad se hace sentir en todo el país, este año han aparecido nuevas investigaciones que muestran el agudo dolor de la clase media y rural estadounidense a raíz del retiro de las industrias. Tras haber sido el centro del trabajo y la promesa de salarios dignos para mantener familias, las investigaciones muestran el colapso de estas comunidades hoy en día, el abuso de sustancias cada vez mayor, y el aumento del número de familias desintegradas.

La familia en crisis

La familia se dobla bajo el peso de estas presiones económicas y problemas culturales relacionados. El papa Francisco, al término de su discurso al Congreso en septiembre pasado, habló de las consecuencias para las familias:

Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este país. Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento… De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones. Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.(1)

Las fuerzas económicas y políticas han llevado a perspectivas económicas cada vez más estrechas para los estadounidenses que no tienen acceso a la educación superior, lo cual está teniendo un impacto directo en la salud y estabilidad de las familias. Por ejemplo, más de la mitad de los padres y madres entre 26 y 31 años tienen ahora hijos fuera del matrimonio, y las investigaciones  muestran que un factor importante es la falta de trabajos de nivel medio —carreras con las que alguien puede mantener una familia por encima de la línea de la pobreza sin tener grado universitario— en regiones con elevada desigualdad de ingresos. Las tasas de divorcio y la tasa de hogares monoparentales se desglosan a lo largo de líneas educativas y económicas similares. Las preocupaciones financieras y las crisis en la vida familiar pueden generar una sensación de desesperanza y desesperación. La denominada región del Cinturón de Óxido parece tener ahora la concentración más alta de la nación de muertes relacionadas con drogas, incluyendo las causadas por sobredosis de heroína y fármacos recetados.

La Iglesia llora con todas estas familias, con estos niños, cuyos hogares y mundos están quebrados. Como ha dicho el papa Francisco: “Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos. Jesús no solo quiso solidarizarse con cada persona, no solo quiso que nadie sienta o viva la falta de su compañía y de su auxilio y de su amor. Él mismo se ha identificado con todos aquellos que sufren, que lloran, que padecen alguna injusticia. Él lo dice claramente: ‘Tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero y me dieron alojamiento’ (Mt 25:35)”.(2)

“Para que todos sean uno” — Juan 17:21

Cuando empezamos a buscar respuestas a estas realidades, sentimos menos confianza en muchos de nuestros líderes políticos en estos días. En lugar de diálogo y soluciones constructivas que unan a las personas, vemos cada vez más esfuerzos por dividir como un medio para obtener apoyo. Pero más divisiones nunca son el fruto del Espíritu Santo (Ga 5:19-21). Cuando nuestros líderes debieran estar llamándonos a una visión del bien común que eleve el espíritu humano y busque calmar nuestras tendencias al temor, nos encontramos con que nuestras inseguridades son explotadas como un medio para fomentar agendas partidistas. Nuestros líderes nunca deben usar la ansiedad como un medio para manipular personas en situaciones desesperadas, o para enfrentar un grupo de personas contra otro para obtener réditos políticos. Para que nuestra dinámica cambie, debemos reemplazar el temor con una visión más completa que pueda ser respaldada poderosamente por nuestra fe.

La Buena Nueva sigue siendo buena

Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera” (Mt 11:28-30). Empecemos acudiendo al Señor, poniendo nuestras cargas al pie de su cruz y entregando nuestros corazones para que podamos encontrar descanso.

El papa Francisco describe la imagen de una respuesta duradera al creciente aislamiento y desesperación que vemos a nuestro alrededor. Para contrarrestar la desesperanza, nos dice que la comunidad cristiana “se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias… y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo”.(3) Ante una actividad interminable y frenética y el interés individualista, la Iglesia “sabe de esperas largas y de aguante apostólico”, así como “tiene mucho de paciencia, y evita maltratar límites”.(4) El tipo de encuentro que ofrecemos puede ser transformador, llenar a los demás con el sentido de su dignidad dada por Dios, y ayudarlos a saber que no están solos en sus luchas. La historia de la Iglesia está llena de comunidades que se tomaron en serio el llamado a ser el “guardián de su hermano” (Gn 4:9), que enfrentaron desafíos juntas, y que elevaron el “clamor de los pobres” (Salmo 33:7). Aquellos que hoy en día se sientan abandonados, sepan que la Iglesia quiere caminar con ustedes, en compañía del Dios que les formó sus “entrañas” y que sabe que ustedes están “formados maravillosamente” (Salmo 138:13-14).

El trabajo digno está en el centro de nuestros esfuerzos, porque a partir de él percibimos lo que somos como seres humanos. San Juan Pablo II nos ha recordado que el trabajo humano es una clave esencial para comprender nuestras relaciones sociales, vital para la formación de la familia y la construcción de la comunidad de acuerdo con nuestra dignidad dada por Dios. Escribió que el trabajo es la dimensión “…de la que la vida del hombre está hecha cada día, de la que deriva la propia dignidad específica”.(5) Sabemos que el trabajo tiene dignidad porque Jesús “dedicó la mayor parte de los años de su vida terrena al trabajo manual junto al banco del carpintero. Esta circunstancia constituye por sí sola el más elocuente ‘Evangelio del trabajo’, que manifiesta cómo el fundamento para determinar el valor del trabajo humano no es en primer lugar el tipo de trabajo que se realiza, sino el hecho de que quien lo ejecuta es una persona”.(6) La pobreza, por tanto, aparece “como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo —es decir por la plaga del desempleo—, bien porque se deprecian el trabajo y los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia”.(7)

En nuestro llamado a reconstruir la comunidad sobre una base más firme, debemos confiar en los principios hermanos de la solidaridad y la subsidiariedad. La solidaridad reconoce que cada uno de nosotros está conectado, y que todos tenemos la responsabilidad de cuidar unos de otros, en particular de los pobres y vulnerables. El principio de subsidiariedad reconoce que los problemas que enfrentan los seres humanos deben ser abordados en el nivel correspondiente de la sociedad con la capacidad para hacerlo, y a menudo en concierto con los demás.

La primera respuesta, entonces, es local, mirar por nuestro prójimo necesitado, nuestros hermanos y hermanas que pueden estar sin trabajo suficiente para sus familias, y ofrecerles ayuda. Esa ayuda puede adoptar la forma de alimentos, dinero, consejo, amistad, apoyo espiritual u otras formas de amor y bondad. Debemos esperar este tipo de compromiso de los cristianos en medio de nuestras dificultades, y debemos orar para encontrar maneras de brindar nuestra ayuda como miembros de la Iglesia. Si usted es un empleador, está llamado a respetar la dignidad de sus trabajadores a través de un salario justo y condiciones de trabajo que permitan una vida familiar segura.

A medida que nos comprometemos con nuestro prójimo y nuestras comunidades, rápidamente encontramos maneras de profundizar la solidaridad de una manera más amplia, y de actuar sobre las estructuras y políticas que impactan en un trabajo significativo y la estabilidad familiar. El cuerpo místico de Cristo está vivo en toda nuestra nación y en todo el mundo, y nuestra respuesta en Cristo mira también por nuestra sociedad en general. “El amor a la sociedad y el compromiso por el bien común son una forma excelente de la caridad, que no sólo afecta a las relaciones entre los individuos, sino a ‘las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas'”.(8) En pocas palabras, debemos abogar por empleos y salarios que verdaderamente proporcionen una vida digna para las personas y sus familias, y por condiciones de trabajo que sean seguras y permitan un pleno florecimiento de la vida fuera del lugar de trabajo. Los sindicatos y asociaciones de trabajadores, aunque imperfectos, siguen siendo una parte esencial del esfuerzo, y las personas de fe y buena voluntad pueden ser una levadura poderosa para asegurar que estos grupos, tan importantes en la sociedad, sigan manteniendo la dignidad humana en el centro de sus esfuerzos.

A medida que aumenten los frutos de la solidaridad y el cuidado de unos a otros, a medida que empecemos a hacer impactos reales en las políticas que ayudan a las personas a formar familias estables y vivir de acuerdo con su dignidad, el gastado paradigma que sustenta nuestra política nacional será puesto en cuestión. Como ha escrito el papa Francisco, “toda teoría o acción económica y política debe emplearse para suministrar a cada habitante de la tierra ese mínimo de bienestar que consienta vivir con dignidad, en la libertad, con la posibilidad de sostener una familia, educar a los hijos, alabar a Dios y desarrollar las propias capacidades humanas”.(9) Con el tiempo, empezaremos a restaurar un sentido de esperanza y cambio duradero que ponga, una vez más, nuestros sistemas económicos y políticos al servicio de la persona humana.

Recordemos siempre en estos tiempos difíciles la oferta del Señor de “descanso” a “todos los que están fatigados y agobiados por la carga”. Como escribe el papa Francisco, el domingo “anuncia ‘el descanso eterno del hombre en Dios'”.(10) A medida que aboguemos por todos los que están luchando para encontrar trabajo suficiente que honre su dignidad, debemos también afirmar en la sociedad la necesidad de que todas las personas descansen, y finalmente que “descansen en Dios”. En tiempos de inquietud y desaliento, recordemos la hermosa oración de san Agustín, quien escribió: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti”.

¡Hay mucho por hacer! Pongámonos en marcha con la expectativa esperanzada del salmista:

Llénanos de tu amor por la mañana
y júbilo será la vida toda.
Que el Señor bondadoso nos ayude
y dé prosperidad a nuestras obras. 

—Salmo 89:14-17

 

Notas
(1) Papa Francisco, Discurso al Congreso de los Estados Unidos, 24 de septiembre de 2015.
(2) Papa Francisco, Saludo en la Parroquia de San Patricio, Washington, DC, 24 de septiembre de 2015.
(3) Evangelii gaudium, 24.
(4) Ibíd.
(5) Laborem exercens, 1.
(6) Laborem exercens, 6.
(7) Laborem exercens, 8.
(8) Laudato si’, 231, citando a Caritas in veritate, 2.
(9) Papa Francisco, Carta al honorable David Cameron, primer ministro del Reino Unido, con ocasión de la Cumbre del G8 (17 y 18 de junio de 2013).
(10) Laudato si’, 237, citando el Catecismo de la Iglesia Católica, 2175.

 

Un verano de fraternidad y cuidado de la creación

Convocatorias, Mundo obrero y del trabajo

Un verano de fraternidad y cuidado de la creación

02 septiembre 2016

Del 12 al 15 de agosto, las instalaciones del Campamento Juvenil de “La Legoriza” en San Martín del Castañar (Salamanca) han acogido a 71 personas, entre militantes, familiares y simpatizantes de la HOAC de Castilla y León y La Rioja, en un verano muy especial. Han sido cuatro jornadas de una experiencia de vida comunitaria de fraternidad y conocimiento mutuo que han ayudado a mantener vivo el amor militante. Una persona expresó en pocas palabras lo que ha sido la convivencia: “una experiencia de vida en familia”.

El marco ha sido incomparable: en plena Sierra de Francia. Por ello, ha estado muy presente la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ y su invitación al cuidado de la casa común. Las personas participantes han podido experimentar vitalmente que es cierto y posible lo que allí se dice:

“La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida, y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo. (…) La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos.(…)”

“El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión. Jesús nos recordó que tenemos a Dios como nuestro Padre común y que eso nos hace hermanos. El amor fraterno sólo puede ser gratuito (…) Por eso es posible amar a los enemigos. Esta misma gratuidad nos lleva a amar y aceptar el viento, el sol o las nubes, aunque no se sometan a nuestro control. Por eso podemos hablar de una fraternidad universal”.

La distancia de las realidades cotidianas no ha llevado a olvidar el sufrimiento y de dolor del mundo obrero y de toda la humanidad, presentes en los momentos de oración y celebración de la fe, como en las conversaciones espontáneas. Y esta preocupación se concretó con un gesto: la colecta de la Eucaristía del domingo 14 de agosto en el Santuario de la Peña de Francia destinada al Fondo de Solidaridad Internacional. En total, trescientos cuarenta euros como una forma concreta de hacer real esa fraternidad universal a la que se refiere el Papa, aportados por personas de Ávila, Burgos,  León,  Palencia, Salamanca, Soria, Valladolid y La Rioja.

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La ruta del Camino del Agua; las visitas al Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, al Yacimiento de La Legoriza, a San Martín del Castañar y a otras localidades de la Sierra de Francia; una ginkana, el desfile de disfraces y una velada en las que participaron y se divirtieron desde el más pequeño hasta el mayor; junto a la piscina han sido las actividades organizadas. Junto a ellas, los momentos de conversación, juego informal de peques y grandes, etc. han favorecido la convivencia y el encuentro.

No se ha pretendido crear una “isla de felicidad”, sino que se ha querido compartir con otros lo que es la HOAC. Por ello, la Eucaristía se celebró en el Santuario de la Peña de Francia, presidida por el Consiliario de la HOAC de Salamanca y salpicada con las camisetas que pedían un trabajo digno para una sociedad decente. Camisetas que también se vieron en la obra de teatro “Teresa, la jardinera de la luz” del Grupo de Teatro Lazarillo de Tormes, organizada en la Iglesia Parroquial de San Martín del Castañar para disfrute de los habitantes de la localidad y mejor conocimiento de Teresa de Jesús, testigo del seguimiento fiel de Jesucristo y referencia para los militantes de la HOAC y de la que se hacía eco el periódico digital Salamanca al día.

En definitiva, esta actividad promovida por la Comisión Interdiocesana de la HOAC de Castilla y León y organizada por la HOAC de Salamanca, ha resultado un medio concreto y eficaz para avanzar en vivir la comunión entre los militantes de la HOAC, con las familias y con los simpatizantes. Para facilitar la participación de las familias, el gasto de estancia de los menores de 14 años se ha sufragado entre todos.  El desplazamiento corre a cargo de cada familia.

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Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación

01 septiembre 2016

El 1 de septiembre de 2016, en la Basílica Vaticana, a las 17 horas, el Santo Padre Francisco preside la oración litúrgica de Vísperas con motivo de la segunda Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. La jornada fue instituida por el Papa Francisco, en el 2015, para ofrecer “a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación”.

 

“Elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos”, indicó el Sumo Pontífice en su convocatoria. “La crisis ecológica nos llama a todos a una profunda conversión espiritual, porque está en peligro la existencia misma de la familia humana. El desafío urgente de cuidar nuestra casa común nos invita a unirnos todos en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral y a rezar juntos, cada uno según su propia tradición”, manifestó la organización argentina.

El acto se puede seguir en directo pinchando aquí

 

MENSAJE DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL
DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

1 DE SEPTIEMBRE DE 2016

 

Usemos misericordia con nuestra casa común

 

En unión con los hermanos y hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas, la Iglesia católica celebra hoy la anual «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación». La jornada pretende ofrecer «a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos»[1].

Es muy alentador que la preocupación por el futuro de nuestro planeta sea compartida por las Iglesias y las Comunidades cristianas junto a otras religiones. En efecto, en los últimos años, muchas iniciativas han sido emprendidas por las autoridades religiosas y otras organizaciones para sensibilizar en mayor medida a la opinión pública sobre los peligros del uso irresponsable del planeta. Quisiera aquí mencionar al Patriarca Bartolomé y a su predecesor Demetrio, que durante muchos años se han pronunciado constantemente contra el pecado de causar daños a la creación, poniendo la atención sobre la crisis moral y espiritual que está en la base de los problemas ambientales y de la degradación. Respondiendo a la creciente atención por la integridad de la creación, la Tercera Asamblea Ecuménica Europea (Sibiu 2007) proponía celebrar un «Tiempo para la creación», con una duración de cinco semanas entre el 1 de septiembre (memoria ortodoxa de la divina creación) y el 4 de octubre (memoria de Francisco de Asís en la Iglesia católica y en algunas otras tradiciones occidentales). Desde aquel momento dicha iniciativa, con el apoyo del Consejo Mundial de las Iglesias, ha inspirado muchas actividades ecuménicas en diversos lugares.

Debe ser también un motivo de alegría que, en todo el mundo, iniciativas parecidas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos. Los Cristianos y los no cristianos, las personas de fe y de buena voluntad, hemos de estar unidos en el demostrar misericordia con nuestra casa común ―la tierra― y valorizar plenamente el mundo en el cual vivimos como lugar del compartir y de comunión.

1. La tierra grita…

Con este Mensaje, renuevo el diálogo con «toda persona que vive en este planeta» respecto a los sufrimientos que afligen a los pobres y la devastación del medio ambiente. Dios nos hizo el don de un jardín exuberante, pero lo estamos convirtiendo en una superficie contaminada de «escombros, desiertos y suciedad» (Laudato si’, 161). No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. «Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho» (ibíd., 33).

El planeta continúa a calentarse, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Esto provoca sequía, inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más graves. Los cambios climáticos contribuyen también a la dolorosa crisis de los emigrantes forzosos. Los pobres del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, son los más vulnerables y sufren ya los efectos.

Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (ibíd., 49), y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.

2. …porque hemos pecado

Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla (cf. Gn. 2,15) con respeto y equilibrio. Cultivarla «demasiado» ‒esto es abusando de ella de modo miope y egoísta‒, y guardarla poco es pecado.

Con valentía, el querido Patriarca Bartolomé, repetidamente y proféticamente, ha puesto de manifiesto nuestros pecados contra la creación: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios»[2].

Ante lo que está sucediendo en nuestra casa, que el Jubileo de la Misericordia pueda llamar de nuevo a los fieles cristianos «a una profunda conversión interior» (Laudato si’, 217), sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia. En este Año Jubilar, aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar; y comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con el prójimo, con la creación y con el creador (cf. ibíd., 10;229).

3. Examen de conciencia y arrepentimiento

El primer paso en este camino es siempre un examen de conciencia, que «implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos […] También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres» (ibíd., 220).

A este Padre lleno de misericordia y de bondad, que espera el regreso de cada uno de sus hijos, podemos dirigirnos reconociendo nuestros pecados contra la creación, los pobres y las futuras generaciones. «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación»[3]. Este es el primer paso en el camino de la conversión.

En el 2000, también un Año Jubilar, mi predecesor san Juan Pablo II invitó a los católicos a arrepentirse por la intolerancia religiosa pasada y presente, así como por las injusticias cometidas contra los hebreos, las mujeres, los pueblos indígenas, los inmigrantes, los pobres y los no nacidos. En este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, invito a cada uno a hacer lo mismo. Como personas acostumbradas a estilos de vida inducidos por una malentendida cultura del bienestar o por un «deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita» (ibíd., 123), y como partícipes de un sistema que «ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza»[4], arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestra casa común.

Después de un serio examen de conciencia y llenos de arrepentimiento, podemos confesar nuestros pecados contra el Creador, contra la creación, contra nuestros hermanos y hermanas. «El Catecismo de la Iglesia Católica nos hace ver el confesionario como un lugar en el que la verdad nos hace libres para un encuentro»[5]. Sabemos que «Dios es más grande que nuestro pecado»[6], de todos los pecados, incluidos aquellos contra la creación. Allí confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo.

4. Cambiar de ruta

El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas (cf. Laudado si’, 211). No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones «provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (ibíd., 212) y refuerzan «un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo» (ibíd., 222).

Igualmente, el propósito de cambiar de vida debe atravesar el modo en el que contribuimos a construir la cultura y la sociedad de la cual formamos parte: «El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión» (ibíd., 228). La economía y la política, la sociedad y la cultura, no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral. Por el contrario, estas deben ser urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la creación.

Un caso concreto es el de la «deuda ecológica» entre el norte y el sur del mundo (cf. ibíd., 5152). Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financiaros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible.

La protección de la casa común necesita un creciente consenso político. En este sentido, es motivo de satisfacción que en septiembre de 2015 los países del mundo hayan adoptado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y que, en diciembre de 2015, hayan aprobado el Acuerdo de París sobre los cambios climáticos, que marca el costoso, pero fundamental objetivo de frenar el aumento de la temperatura global. Ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice, es más, que se mire a objetivos cada vez más ambiciosos.

Cambiar de ruta significa, por lo tanto, «respetar escrupulosamente el mandamiento originario de preservar la creación de todo mal, ya sea por nuestro bien o por el bien de los demás seres humanos»[7]. Una pregunta puede ayudarnos a no perder de vista el objetivo: «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (Laudato si’, 160).

5. Una nueva obra de misericordia

«Nada une más con Dios que un acto de misericordia, bien sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, o bien de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre»[8].

Parafraseando a Santiago, «la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. […] A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: por lo tanto, dejemos espacio a la fantasía de la caridad para encontrar nuevas modalidades de acción. De este modo la vía de la misericordia se hará cada vez más concreta»[9].

La vida cristiana incluye la práctica de las tradicionales obras de misericordia corporales y espirituales[10]. «Solemos pensar en las obras de misericordia de una en una, y en cuanto ligadas a una obra: hospitales para los enfermos, comedores para los que tienen hambre, hospederías para los que están en situación de calle, escuelas para los que tienen que educarse, el confesionario y la dirección espiritual para el que necesita consejo y perdón… Pero, si las miramos en conjunto, el mensaje es que el objeto de la misericordia es la vida humana misma y en su totalidad»[11].

Obviamente «la misma vida humana en su totalidad» incluye el cuidado de la casa común. Por lo tanto, me permito proponer un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común.

Como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de «la contemplación agradecida del mundo» (Laudato si’, 214) que «nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir» (ibíd., 85). Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita «simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo […] y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor» (ibíd., 230231).

6. En conclusión, oremos

A pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, no perdamos la esperanza: «El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado […] porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos» (ibíd., 13; 245). El 1 de septiembre en particular, y después durante el resto del año, recemos:

«Oh Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los abandonados
y a los olvidados de esta tierra
que son tan valiosos a tus ojos. […]

Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra (ibíd., 246).

Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón
y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común.
Alabado seas.

Amen.

 


[1] Carta para la Institución de la «Jornada mundial de oración para el cuidado de la creación» (6 agosto 2015).

[2] Discurso en Santa Bárbara, California (8 noviembre 1997).

[3] Bartolomé I, Mensaje para el día de oración por la protección de la creación (1 septiembre 2012).

[4] Discurso, II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, (9 julio 2015).

[5] Tercera meditación, Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes, Basílica de san Pablo extramuros (2 junio 2016).

[6] Audiencia General (30 marzo 2016).

[7] Bartolomé I, Mensaje para la Jornada de oración para el cuidado de la creación (1 septiembre 1997).

[8] Primera Meditación, Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes, Basílica de san Juan de Letrán (2 junio 2016).

[9] Audiencia General (30 junio 2016).

[10] Las corporales son: dar de comer al hambriento; dar de beber al sediento; vestir al desnudo; dar posada al peregrino; visitar al enfermo; visitar a los encarcelados; enterrar a los muertos. Las espirituales son: dar consejo al que lo necesita; enseñar al que no sabe; corregir al que se equivoca; consolar al triste; perdonar al que nos ofende; soportar con paciencia los defectos del prójimo; rogar a Dios por los vivos y por los muertos.

[11] Tercera Meditación, Retiro espiritual con ocasión del Jubileo de los sacerdotes, Basílica de San Pablo extramuros (2 junio 2016).

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29 julio 2016

Presento el sumario de contenidos de la revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del trabajo humano y el bien común correspondiente al número 1.586 del mes de agosto de 2016. Las palabras claves de este número son: #trabajadoras_domésticas, #justicia_social, #TTIP, #economía_colaborativa, y #laudato_si’. Animo a lectores y suscriptoras a participar en la dinámica de diálogo de la revista.

NNOO digitalSecciones abiertas al diálogo y la participación

Editorial • «TTIP, dignidad de la persona y bien común». Es la opinión y la aportación de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Se publicará en la web y en las redes sociales el próximo 12 de agosto. En la redes sociales, te animamos a su valoración y a compartirlo con la etiqueta #Editorial1586. También puedes hacer llegar tu opinión a participacion@noticiasobreras.es

Tema del mes • «La cuestión ecológica y social en una perspectiva global». Volvemos a situar en el foco de Noticias Obreras, la última encíclica del papa Francisco. Lo hacemos presentando a los lectores y a las lectoras la aportación realizada por Elena Lasida, economista y profesora del Instituto Católico de París, en el marco del seminario «De Rerum novarum (1891) a Laudato si’ (2015), a partir de la cual hemos elaborado este Tema del Mes. Acompañamos este texto con una nueva viñeta de Chipola. Puedes hacer tus aportaciones a través de las redes sociales con la etiqueta #TM1586 o mediante el correo participacion@noticiasobreras.es.

Secciones y colaboraciones destacadas

Noticias de la HOAC • «Comunicado Cursos de Verano 2016: Orar y vivir el trabajo y las situaciones de las y los trabajadores desde la misericordia». Del 11 al 17 de julio, se celebraron en Salamanca los Cursos de Verano de la HOAC. Un espacio de oración, diálogo, profundización y convivencia donde han participado más de 250 personas. Un segundo artículo de esta sección es el firmado por Paqui Casino: «Premio al compromiso por la mejora de La Mina», que nos relata como la última edición del Memorial Juan XXIII, el premio más antiguo que reconoce la tarea a favor de la paz en el Estado español, ha recaído en Josep María Monferrer, escolapio y antiguo consiliario de la HOAC/GOAC de Barcelona.

El futuro del trabajo • José Luis Elorza, doctor en ciencias sociales, nos habla en «La empresa participativa integral» de otro modo para que la empresa sea competitiva y trate con decencia a las personas, sería la Empresa Participativa Integral (EPI). En ella las personas participan en cualquiera de los ámbitos donde es posible: en la propiedad, en los resultados y en la gestión.

Vidas precarias • «Ni un paso atrás, dignifiquemos el trabajo doméstico». Mª Fernanda Díaz Pla charla con la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Castellón, cuando se acaban de cumplir cinco años de la adopción del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre trabajo decente para las trabajadoras domésticas. Pero nuestro país sigue sin estar entre los 22 que ya lo han ratificado.

Política • «Estado y justicia social. Sociedad civil y solidaridad». Ricardo Romo enumera los principios que deberían regir para que un Estado fuera solidario y respetuoso con la justicia social.

Otra vida familiar es posible • «Llenar el puchero con la ayuda de otras familias». José Luis Palacios nos acerca a la Comunidad de Barrio del Polígono del Valle de Jaén, que organiza una «olla comunitaria» para lograr una dieta equilibrada con los alimentos donados a través de las ONG de la zona.

Iglesia • «El diaconado de las mujeres en una Iglesia más igualitaria y fraterna». María José Arana, religiosa de los Sagrados Corazones, se pregunta si podrán las mujeres, en un futuro, ser ordenadas diáconas o diaconisas. El Papa está dispuesto a crear una comisión para el estudio de esta cuestión, en respuesta a la propuesta formulada por una religiosa durante una audiencia concedida en el Vaticano a 900 superioras generales de congregaciones femeninas de todo el mundo.

Entrevista • Macarena Gómez«Si no me llaman, no me quedo de brazos cruzados». Nuestro colaborador, Iñaki Lancelot, entrevista a la actriz que este mes de agosto estrena la película «Secuestro», cuya crítica aparece en la sección de Cine.

El Atrio • «Vientos del pueblo me arrastran… a la esperanza». Enrique Gómez, consiliario del MRC, se recrea en los días de verano en los pueblos, entrañables y tiempo de reencuentro con las raíces.

Experiencia • El sacerdote jesuita José María Segura nos habla en «Descubriendo a las antecesoras para inspirar el futuro de las mujeres» sobre los cursos y talleres de formación del proyecto «Juventud y gobiernos locales: Fortaleciendo la participación de la mujer en espacios públicos» que promueve el Centro Loyola de Ayacucho, Perú, acogió en su segunda fase los «conversatorios HOAC» a partir de dos de las obras del catálogo de Ediciones HOAC.

Cultura • «Sobre misas y procesiones». Aleixandre Sanfrancisco reflexiona sobre cómo debe ser la relación  entre el Estado laico y la Iglesia católica.

Libros •  Juan Fernández de la Cueva firma «Desafíos para humanizar el trabajo», donde reseña el libro «Dignidad y esperanza en el mundo del trabajo. A los XX años de Pastoral Obrera», fruto de las tres ponencias pronunciadas en las XX Jornadas Generales de Pastoral Obrera organizadas con motivo del aniversario de la publicación del Pastoral Obrera de toda la Iglesia.

Noticias Obreras recoge también las imprescindibles colaboraciones de Miguel Cruz, en la sección El trabajo es para la vida con el artículo «Las bicicletas también son para el trabajo» junto con una viñeta sobre el respeto a las mayorías; Araceli Caballero, en El cuidado de la creación, con «Vacaciones responsables e inteligentes»; Francisco Porcar escribe en La Mundialización «En terreno peligroso». Jesús Espeja en El Termómetro con «No estamos solos». Jorge Hernández Duarte escribe «Un sueño que compartimos con Dios y, también, con pobres y descreídos…» en El Evangelio en tu vidaIñaki Lancelot, en Cine, con «Nervio narrativo» nos habla de la película «Secuestro»; Los Dos minutos de José María Toro con «La espera en las estaciones» y en La oración de cada día, Presen Pérez con «En el exilio de una utopía».

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“Si cuidas el planeta, combates la pobreza”

Mundo obrero y del trabajo

“Si cuidas el planeta, combates la pobreza”

08 junio 2016

Inspiradas por la encíclica Laudato si’, las entidades de la Iglesia católica en España, dedicadas a la cooperación internacional y que forman parte de la iniciativa “Enlázate por la Justicia”, ponen en marcha una campaña centrada en el cuidado de la Creación.

La HOAC, que mira el paso dado con gran simpatía, comparte con los promotores la preocupación por el destino de la Tierra y la suerte de los empobrecidos. No en vano, en sus publicaciones* el análisis del impacto de la acción humana en el ecosistema y en la organización social, es una constante.

Con esta iniciativa, lanzada  bajo el lema “Si cuidas el planeta, combates la pobreza”, Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario) pretenden sensibilizar a toda la ciudadanía para que se comprometa en la defensa de un modelo distinto de desarrollo, justo, solidario y sostenible, y para que cambie sus hábitos de consumo y estilos de vida.

Inspiración de la Laudato si’

La encíclica Laudato si’ supone, por una parte, una invitación a reflexionar y a participar en una auténtica ecología humana, porque “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental”. Y, por otra,  es “una llamada a responder al gran desafío que plantea la crisis económica, social y ambiental que hoy amenaza al planeta y a la humanidad, donde los pobres son las principales víctimas”.

Por ese motivo y ante la convocatoria del papa Francisco a “escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, la iniciativa “Enlázate por la Justicia”, que desde 2012 agrupa a las cinco entidades de la Iglesia católica en España dedicadas a la cooperación internacional, ha decidido sumarse a esa misión compartida con una campaña de dos años.

Esta propuesta se marca como principal objetivo sensibilizar a la comunidad eclesial y a toda la sociedad sobre las consecuencias que el modelo de desarrollo actual y nuestros estilos de vida tienen sobre el planeta y, específicamente, sobre la vida de las personas más vulnerables. Otra de las metas de la campaña es la de propiciar un cambio en los modos de vivir personales y comunitarios, y en las decisiones políticas para contribuir, desde varias esferas, a construir una sociedad solidaria y un planeta habitable para todos los pueblos, no solo hoy, sino pensando en el mañana, y en las generaciones futuras.

Como guía de la Campaña se va a utilizar un decálogo inspirado en la encíclica, que resume los retos fundamentales a los que nos enfrentamos. Cada dos meses se abordará uno de estos 10 principios a través de la reflexión, la oración, el testimonio de los empobrecidos, los compromisos personales y las propuestas de acciones.

Los diez principios

1. Apoyarás la causa de los pobres (septiembre-octubre 2016)
2. Redescubrirás el valor de la simplicidad en tu propia vida (noviembre-diciembre 2016)
3. Valorarás la importancia de tus comportamientos cotidianos (enero-febrero 2017)
4. Apreciarás la diversidad de nuestro mundo (marzo-abril 2017)
5. Animarás una conversión personal, eclesial y comunitaria (mayo-junio 2017)
6. Impulsarás las decisiones necesarias, aunque sean costosas (julio-agosto 2017)
7. No supeditarás tu acción a los intereses económicos (septiembre-octubre. 2017)
8. Bucearás en tu propia tradición espiritual (noviembre-diciembre 2018)
9. Asumirás los consensos científicos (enero-febrero 2018)
10. Superarás el paradigma tecnocrático (marzo-abril 2018)

Las causas del problema

En la rueda de prensa se ha alertado de que el modelo de desarrollo económico, basado en el crecimiento del consumo, es insostenible con el ritmo y la capacidad del planeta. Además, genera desigualdad social y quebranta los derechos de las personas más vulnerables, especialmente en aquellos países menos desarrollados que padecen la lucha global por los recursos naturales que son considerados estratégicos.

A ello se añade el hecho de que la ciudadanía mantiene unos valores construidos en torno al consumo y la posesión de bienes materiales. Además, aunque pareciera que el cuidado del planeta está en la agenda política y a pesar del esfuerzo realizado para la firma del Acuerdo de París en la COP21, las entidades que integran “Enlázate por la Justicia” ven necesario un verdadero compromiso por parte de los agentes con poder político y económico.

Agenda de actividades

La campaña se ha marcado una amplia agenda de actividades, que van desde su difusión en todos los ámbitos de la comunidad eclesial en España hasta la elaboración de una guía de recursos locales de economía solidaria y estilos de vida alternativos, junto al desarrollo de la interlocución política con los agentes políticos y las Administraciones para lograr el cumplimiento efectivo de los compromisos de España con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) a nivel estatal e internacional.

Otro de los frentes prioritarios de actuación se centrará en el marco legislativo, para garantizar el respeto de los derechos humanos en la actividad empresarial, especialmente en los lugares del planeta y las comunidades más vulnerables, como es la región amazónica y las poblaciones indígenas.

*Artículos sobre Laudato si’ 

«Conversión ecológica». Editorial de la HOAC | Noticias Obreras 1574

«Laudato si’», salto cualitativo en el Magisterio de la Iglesia ante la cuestión ambiental. La experta en ecología y franciscanismo, Margarita Suárez, comenta los principales avances que «Laudato si’» supone para la Doctrina Social de la Iglesia. | Noticias Obreras 1574, Tema del mes.

«La carta de Bergoglio merece ser leída y discutida». El profesor de la Universitat de València Ernest García acepta la propuesta de diálogo de Francisco y ofrece su visión sobre plateamientos ecologistas. | Noticias Obreras 1574, sección Política.

«Laudato si’ y la economía». El pensamiento sobre el modelo económico de Bergoglio mantiene su coherencia también en su encíclica, como señala Enrique Lluch, profesor de economía de la Universidad CEU Cardenal Herrera. | Noticias Obreras 1574, sección Economía.

>>> Estos textos te los puedes descartar aquí

Un compromiso decidido para fortalecer y promover el trabajo decente

Mundo obrero y del trabajo

Un compromiso decidido para fortalecer y promover el trabajo decente

10 mayo 2016

El Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, Cáritas Internacional y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fortalecen sus lazos para promover el trabajo decente.

Estos organismos priorizan entres sus actividades fomentar la toma de conciencia y promover el trabajo decente, convocaron en Roma los días 2 al 6 de mayo un seminario para seguir dialogando sobre el «desarrollo sostenible y el futuro del trabajo», en esta ocasión, en el contexto del Jubileo de la Misericordia. En el encuentro participaron también organizaciones de base, el Grupo de Trabajo de inspiración católica sobre el trabajo decente, sindicatos, asociaciones de empresarios, de cooperativas y otros grupos que promueven el trabajo decente. Contó también con la presencia y participación en un panel de diálogo de Charo Castelló, copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) al que pertenece la HOAC.

El papa Francisco dice en Laudato si’ «el trabajo es una necesidad, una parte del significado de la vida en esta tierra, un camino hacia el crecimiento, el desarrollo humano y la realización personal». Los desafíos que a los que se enfrentan los trabajadores y las trabajadoras en muchos países incluyen el trabajo infantil; el trabajo forzoso, la trata, la esclavitud moderna, la discriminación, el desempleo, la falta de reconocimiento de los derechos o la provisión de mecanismos de protección social para personas desempleadas, dependientes, etc.

El cardenal Peter Turkson, el presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, recordó a los participantes el compromiso de la Iglesia católica por la justicia social en el mundo del trabajo, señalando que el papa Pablo VI estableció el Consejo Pontificio «para estimular a la comunidad católica en la promoción del desarrollo en las regiones necesitadas y la justicia social entre las naciones». Emplazó a gobiernos, organizaciones, mundo de los negocios y actores globales «a trabajar juntos en la búsqueda de soluciones» para abordar la pobreza y la injusticia.

Citando la Laudato si’, Turkson dijo que, «el trabajo decente y sostenible es fundamental para la forma en que cuidamos de nuestra casa común. El trabajo adquiere su verdadero carácter cuando es decente y sostenible para los trabajadores, los empleadores, los gobiernos, las comunidades y el medio ambiente. Este tipo de trabajo es el medio para desarrollar y expresar la dignidad humana de cada individuo, y participa en la obra creadora de Dios en curso».

El seminario concluyó con una Declaración de Compromiso y Acción, que emplaza a los participantes a continuar sensibilizando y promoviendo una acción eficaz en relación al trabajo decente, particularmente en el contexto de los debates sobre el futuro del trabajo y la aplicación de la Objetivos de Desarrollo Sostenible. Organizar una serie de consultas regionales con el objetivo de reforzar los intercambios de preparación para la celebración del centenario de la OIT (2019). Y, finalmente, promover el intercambio de experiencias, iniciativas e información, para extender la importancia del trabajo decente teniendo en cuenta la dignidad de la persona.

El papa Francisco mostró su apoyo al encuentro en su discurso, realizado en la plaza de San Pedro el 1 de mayo, «espero que este evento puede crear conciencia entre las autoridades, las instituciones políticas y económicas y la sociedad civil, por lo que un modelo de desarrollo será promovido que tenga en cuenta la dignidad humana en el pleno respeto de las normas sobre el trabajo y el medio ambiente”.

La HOAC participa en Bruselas en un seminario sobre la enseñanza social católica

Convocatorias, Internacional

La HOAC participa en Bruselas en un seminario sobre la enseñanza social católica

02 mayo 2016

Con motivo del 125 aniversario de la encíclica Rerum novarum, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) y el Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE) han organizado, el día 3 de mayo en Bruselas, el seminario «De Rerum novarum (1891) a Laudato si’ (2015). La enseñanza social católica como referencia para el bienestar social y ecológico».

En este encuentro participarán representando a la HOAC, su presidente general, José Fernando Almazán y su consiliario, Fernando Díaz. En el seminario están previstas tres sesiones de diálogo y un panel de debate. La primera de ellas, titulada «De Rerum novarum a Laudato si’» que será presentada por el profesor de economía y jesuita, Friedhelm Hengsbach. La segunda sesión «La cuestión ecológica y social en una perspectiva global» la impartirá Elena Lasida, doctora en ciencias sociales y económicas. El último diálogo será en torno a «El pensamiento social católico en la práctica» con la presentación a cargo del empresario austriaco, Heinrich Staudinger. El panel de debate será sobre la relevancia de la encíclica Laudato si’ en aspectos de carácter social y en la sostenibilidad medioambiental.

En el marco del seminario se desarrollarán encuentros con distintos diputados y diputadas del Parlamento Europeo, así como una recepción con ocasión de este aniversario.

Valladolid: Oración por un trabajo y ¡Digno!

Convocatorias, Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Valladolid: Oración por un trabajo y ¡Digno!

25 abril 2016

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Valladolid nos convoca a la Iglesia Diocesana a orar por un trabajo digno en la Parroquia de Nuestra Señora de La Victoria (Dársena 4 bis) el viernes 29 de abril, a las 20.30 horas.

El momento que estamos atravesando continúa siendo duro para muchas personas y familias en nuestra provincia. Por una parte los despidos ya producidos en TRAGSA, por otra, la amenaza de despido (Lauki, Dulciora, Printolid), por otro lado la precarización de las condiciones de trabajo (las situaciones más visibles: el sector de Telemarketing, RTCyL, Renault, …) pintan una realidad muy oscura.  Muchas personas y familias (la cifra nos da igual porque estamos hablando de seres humanos) se están viendo privadas de un trabajo, derecho básico y fundamental. Pero no de cualquier trabajo, sino de un trabajo que sea digno.

La Doctrina Social de la Iglesia es clara y contundente en este aspecto, como lo ha sido el posicionamiento de los último papas, desde Laborem Exercens de Juan Pablo II a Laudato Si’ de Francisco pasando por Caritas in veritate de Benedicto XVI.

Resulto oportuno recordar de manera insistente este texto de Benedicto XVI:

“Los pobres son en muchos casos el resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), bien porque se devalúan «los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia». Por esto, ya el 1 de mayo de 2000, mi predecesor Juan Pablo II, de venerada memoria, con ocasión del Jubileo de los Trabajadores, lanzó un llamamiento para «una coalición mundial a favor del trabajo decente», alentando la estrategia de la Organización Internacional del Trabajo. De esta manera, daba un fuerte apoyo moral a este objetivo, como aspiración de las familias en todos los países del mundo. Pero ¿qué significa la palabra «decente» aplicada al trabajo? Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación”.

https://www.facebook.com/events/203454686713213/

La HOAC se suma al rechazo del acuerdo anunciado entre la Unión Europea y Turquía sobre los refugiados

Nota de prensa

La HOAC se suma al rechazo del acuerdo anunciado entre la Unión Europea y Turquía sobre los refugiados

09 marzo 2016

La Comisión Permanente de la HOAC manifiesta su apoyo al comunicado de las entidades de acción social de la Iglesia y expresa su rechazo al acuerdo anunciado entre la Unión Europea y Turquía, que supone un grave retroceso en derechos humanos.

La HOAC no queremos ser indiferentes ante profundo dolor por el que pasan miles de personas que, huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y reclaman a Europa auxilio y acogida. Unimos nuestra voz también a la de los pastores de la Iglesia que manifiestan «su inmenso dolor ante esta y todas las últimas tragedias humanitarias que afectan a emigrantes y refugiados. Nos olvidamos que detrás de estos flujos migratorios, en continuo aumento, está siempre la inhumanidad de un sistema económico injusto en que prevalece el lucro sobre la dignidad de la persona y el bien común;  o la violencia y la ruina que genera la guerra, la persecución o el hambre.»

Pensamos que en la Unión Europea faltamos gravemente al deber de hospitalidad, al deber humano de acoger y cuidar a quienes están en grave riesgo de perder su vida. Hemos asistido al inadmisible espectáculo de los regateos y «subasta de cupos» por parte de los  gobiernos europeos. Hay mucha generosidad, solidaridad y humanidad en comportamientos de personas, grupos y algunas instituciones, pero, en su conjunto, la reacción de las sociedades europeas está lejos de la que debiera.

En consecuencia, nos sumamos a la denuncia de este acuerdo que supone un grave retroceso en materia de derechos humanos. Recuerda la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que las expulsiones colectivas que recoge este acuerdo, «son contrarias al derecho internacional. La evaluación de una solicitud de asilo debe ser individual y además no puede estar basada exclusivamente en la nacionalidad, ya que sería discriminatorio.»

Recuerdan también las entidades de acción social de la Iglesia, en su rechazo a este acuerdo que «viola los convenios internacionales y europeos ratificados por los Estados miembros que prohíben expresamente la devolución de personas que son objeto de persecución o víctimas de guerra. Es, por tanto, inaplicable. Además, supondrá un incremento mayor si cabe del inmenso saldo de sufrimiento, dolor y muerte por parte de quienes siguen arriesgando cada día sus vidas mientras buscan bienestar, seguridad y protección a las puertas de Europa».

Por tanto, alzamos también nuestra voz  y pedimos al gobierno y a los partidos políticos del arco parlamentario que acuerden una posición que, en la reunión del Consejo Europeo del próximo 18 de marzo, manifieste la posición española de expresar nuestra solidaridad y la responsabilidad de la UE de garantizar la protección y la acogida, también con un pasaje seguro, de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.

El papa Francisco insiste en Laudato si’ sobre las actitudes morales que necesitamos cultivar con seriedad y urgencia: «La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo» (n. 178). «Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco» (n. 229).

Llamamos también a la comunidad cristiana y a las organizaciones sociales sensibles a esta situación a expresar su rechazo a estas políticas.

El Fondo de Solidaridad Internacional financia ocho proyectos en 2016

Iglesia, Internacional

El Fondo de Solidaridad Internacional financia ocho proyectos en 2016

18 enero 2016

Milagros Villamarín | En la última reunión de la Comisión General de la HOAC, se acordaron los proyectos a financiar por el Fondo de Solidaridad Internacional (FSI) en el año 2016. Esta iniciativa, expresión de nuestra conciencia obrera cristiana y solidaria, destinará 36.166,24 euros a 8 proyectos cuyas características contemplan: la formación para militantes, el empoderamiento de la mujer, el apoyo a la difusión y la coordinación regional de movimientos de trabajadores cristianos en diversas zonas del mundo. La relación de movimientos y proyectos es:

MTC Colombia. Formación de militantes. Con el programa de formación pretenden dar continuidad al que iniciaron hace seis años, analizar la realidad social actual y asumir las nuevas necesidades de formación derivadas de Evangelio Gaudium y Laudato si’. Así mismo se fortalece y extiende el movimiento ya que esta formación les permite llegar mejor a la pastoral de trabajadores y trabajadoras de sus diócesis y de las organizaciones populares de su entorno. Es un programa a realizar en tres años. El importe que aporta el FSI para 2016 es de 4.510€.

MTC India. Empoderamiento de la Mujer y creación de empleo a través del autoempleo. Consiste en atender a 1.200 mujeres no organizadas para mejorar su capacidad de liderazgo básico a través de un programa de actuación en 40 diócesis. Una vez adquirida esta capacitación, se organizará un grupo de autoayuda que pretende que las mujeres estén en condiciones de encontrar alternativas de autoempleo. El FSI realiza una aportación al proyecto de 6.900€.

Juventud Obrera Cristiana de Guatemala. Fortalecimiento desde la formación y la acción. El objetivo de este proyecto es fortalecer la organización de jóvenes trabajadores en las dimensiones formativas y de acción. Se impartirán dos encuentros en los que trabajarán contenidos referidos a sus derechos de juventud trabajadora; intercambiaran experiencias de acción y organización de jóvenes trabajadores y movimientos populares; y concretarán estrategias de información y sensibilización sobre sus problemáticas. La dotación del FSI es de 1.863,52€.

Juventud Obrera Cristiana de Honduras. Iniciación. El proyecto pretende contribuir a la formación de equipos de jóvenes trabajadores que asuman la acción y continuidad de la JOC en San Pedro Sula (Honduras). Para ello, se plantean transmitir la experiencia de este movimiento por parte de jóvenes de Centroamérica. El FSI realiza una dotación de 242,72€.

MTC Togo. Formación. Capacitación de un miembro de la junta directiva para hacer el trabajo de sensibilización y concienciación y motivar a los trabajadores y trabajadoras en la «zona franca», donde están explotados y donde se prohíbe la unión para que se unan al movimiento. El FSI realiza una dotación de 2.000€.

MTC Cuba. Publicación. Con este proyecto se financia la edición del boletín periódico, de carácter trimestral, que realiza este movimiento en Cuba. El FSI realiza una dotación de 600€.

MMTC y HOAC Publicaciones. INFOR y Noticias obreras. Este proyecto del FSI apoya la elaboración y distribución del INFOR (revista digital del MMTC, con el diseño y la maquetación, en los cuatro idiomas oficiales del movimiento: alemán, inglés, francés y castellano). Así mismo, se plantea incrementar la implantación de la revista Noticias Obreras, como herramienta de formación y concienciación, en los movimientos apoyados por el FSI. Se realiza una dotación de 8.000€.

CONTEXTO Bolivia. Plan de formación sociopolítica cristiana de mujeres indígenas. Con el proyecto presentado «Plan de formación sociopolítica cristiana andino-amazónica de mujeres y autoridades locales de comunidades indígenas de la Paz, Oruro, Potosí, Sucre y Riberalta» se contribuye al establecimiento de sociedades justas y democráticas en las regiones de intervención del proyecto, mediante procesos de formación sociopolítica, espiritual y cristiana de mujeres y autoridades locales para fortalecer el ejercicio responsable de la población y ciudadanía y propongan formas alternativas en la búsqueda del bien común. El FSI realiza una dotación de 12.000€.

Aportaciones al FSI

La HOAC desarrolla desde hace 24 años esta iniciativa. A lo largo de este tiempo, se han apoyado cerca de dos centenares de proyectos en diversas latitudes del mundo. La finalidad es doble. Por un lado, dar a conocer la situación en que se encuentran los trabajadores y trabajadoras de los países del Sur y, de otro, recabar fondos para destinarlo a formación y promoción. La financiación procede de aportaciones de militantes de la HOAC, de diócesis, de alguna institución eclesial y de personas comprometidas con la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras. Si consideras que puedes aportar una cantidad económica, realiza el ingreso en el banco de Tríodo, en la cuenta 1491.0001.20.2017312618.

El FSI está permanentemente abierto a aportaciones y a nuevas propuestas de financiación de proyectos.

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