Miguel Cruz | Otro 28 de abril asoma en nuestros calendarios. Un año más, llega la jornada de denuncia mundial contra los atropellos a nuestra salud en los tajos.

Como sabes, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) asume el lanzamiento de este día, abordando cada año un aspecto concreto de la inmensa agresión que sufrimos en nuestras carnes todo el mundo del trabajo. «Únete a la construcción de una cultura de la prevención en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo» es el leitmotiv en 2015.

Hemos hablado de esto en otras ocasiones. Pero hay que resaltar una vez más la importancia de este día cada año. Conectar el altavoz para que se escuche que hay un problema gravísimo en el mundo del trabajo, cuyas consecuencias son la enfermedad y muerte de millones de personas, es simplemente imprescindible. Así que, según las posibilidades de cada cuál, debemos sumarnos y amplificar al máximo ese altavoz.

Ahora bien, no descubrimos la pólvora si decimos que es insuficiente. Falta mucho por hacer. Es evidente que los 28 de abril nos piden ayuda a gritos.

Este año, en España, según el Ministerio del ramo, hemos sufrido más accidentes laborales que en el año anterior. La tendencia a la baja que traíamos durante la crisis se ha roto. Las estadísticas publicadas (enero-noviembre 2014) marcan prácticamente 1.100.000 accidentes, 30.200 aproximadamente más que en 2013. Suben en mayor o menor medida todos los sub-índices (con baja, sin baja…) quedando prácticamente estancados los accidentes mortales, donde el incremento es de una muerte más: 410.

Las centrales sindicales están demostrando una mirada profunda en este asunto, es de agradecer. Sus principales reivindicaciones no hablan a reformas legales o endurecimientos judiciales. Parten de un análisis que pone el dedo en la llaga de la crisis y la forma en que este país ha elegido superarla: el austericidio.

Así, denuncian cómo la precarización del mercado laboral y la pérdida de centralidad de la negociación colectiva (consecuencia de las últimas reformas laborales), meten el miedo a perder su empleo en el cuerpo del obrero. La primera consecuencia: la degradación continua de las condiciones de trabajo en nuestras empresas. Y, ¿cómo no? uno de sus reflejos más importantes es el aumento de la siniestralidad laboral.

En este sentido, CC.OO. plantea, creo que con razón, cómo las reformas (anti)laborales son incompatibles con el derecho a la salud recogido en nuestra Constitución del 78. UGT subraya los efectos de la temporalidad y subcontratación en el empeoramiento de la seguridad laboral. Y todos los sindicatos reclaman un cambio de cultura en la prevención laboral, superando en las empresas el cumplimiento meramente burocratizado de nuestra legislación.

La Iglesia sigue reclamando un trabajo decente, expresión de la dignidad esencial de toda persona (1). Pero mientras que el trabajo siga suponiendo una agresión contra nuestra salud, contra nuestras vidas, no podremos llamarlo así: decente.

Llegarán más 28 de abril. Nos encontraran luchando. Y esa lucha será expresión de la realización del Reino aquí, en la Tierra. Nos vemos en el tajo.

(1) Léase «Caritas in Veritate, 63».

ESTHER DÍAZ GARCÍA* | El 25 de marzo de 2015 en la Parroquia del Espíritu Santo de Miranda tuvo lugar una presentación de lo qué es y lo que hace la  HOAC. Se anunció en todas las parroquias de la Ciudad, y aunque fueron informados todos los periódicos que en Miranda tienen página web solo se publicó en “El Correo”.  Las tres cadenas de radio locales (SER, COPE y Miranda FM) se hicieron eco e invitaron a algunos de los miembros de la organización diocesana a contar en antena sus pretensión e incluso contestar en directo a los oyentes que llamaron.

Al acto, acudió gente que lo oyó en la radio y también se ha hablado de ello en pequeños círculos eclesiales, teniendo conocimiento de otras personas interesadas que no pudieron asistir. Más de 30 personas estuvieron presentes y pudieron conocer las publicaciones Noticias Obreras, ¡Tú! y los cuadernos y libros de Ediciones HOAC.

De las personas que asistieron posiblemente y con esfuerzo podamos reunir a unos pocos una vez o dos al mes. Pero eso es otra historia que ¡ojala! podamos seguir contando. Nos encontramos con confianza  y mucha esperanza y hemos puesto mucha ilusión en la difusión y en que se hable de la HOAC, esto sólo es empezar.

Le seguimos pidiendo al Padre, bajo la intercesión de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón, que nos dé ganas y fuerza, que no nos rindamos ante las adversidades, que nos ilumine en nuestro caminar, muy difícil en estos tiempos, pero como dice el papa Francisco “ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino. (EG, 127).

*Responsable de Difusión del equipo Tragaluz en Miranda de Ebro. HOAC.

El 30 de marzo de 1988 tuvo lugar el primer Congreso Latinoamericano de Trabajadoras del Hogar en Bogotá (Colombia). En él participaron 11 países de América Latina y el Caribe. En la reunión decidieron dedicar esa fecha al Día Internacional de las Trabajadoras Domésticas. Este colectivo sigue siendo hoy en día uno de los más vulnerables y desprotegidos.

En nuestro país, una persona empleada en el sector doméstico gana un 50,4% menos que la media del resto de trabajadores.  El trabajo doméstico es un sector refugio en tiempos de crisis para mujeres y hombres de nacionalidad española y extranjera. Los datos de la Seguridad Social indican que en la actualidad hay más de 700.000 personas afiliadas a este sector.

El 47,7% de las trabajadoras afiliadas al Sistema Especial de Empleadas de Hogar tiene nacionalidad extranjera. El porcentaje se eleva al 70% en el caso de los hombres. Los hombres ocupados en esta actividad han aumentado en un 31,5% entre 2008 y 2014. ​Entre 2008 y 2014 ha aumentado un 98% la afiliación al Sistema Especial de mujeres españolas y un 383% la de hombres españoles.

El trabajo a tiempo parcial en el empleo doméstico, se ha incrementado en más de 10 puntos entre 2008 y 2013, hasta alcanzar el 57,7%, frente al 17,7% que supone el tiempo parcial en el resto de asalariados.

Entre el año 2010 y 2013, las horas semanales de las personas ocupadas en el trabajo doméstico a jornada completa aumentaron de 35 a 35,4 horas. Sin embargo el salario por esta jornada, descendió en más de 212 euros, frente al aumento del salario medio del resto de trabajadores.

Trabajadoras del hogar aprovecharon el domingo para celebrar  el Día Internacional del Trabajo Doméstico, con una concentración en la Puerta del Sol en la que han reivindicado, en un ambiente festivo, la equiparación de sus derechos con el resto de los profesionales asalariados.

En la concentración, convocada por la Asociación Servicio Doméstico Activo (SEDOAC) y la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, han reclamado “la puesta en valor del trabajo doméstico”, que “no sólo implica la limpieza de las casas, sino también el cuidado de personas”.

Las convocantes reclamaban la  ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que supondría para este colectivo tener derecho a las prestaciones por desempleo y a los beneficios ofrecidos por el Fondo de Garantía Salarial.

Más de tres años después de su aprobación no hay noticias de que el ejecutivo que preside Mariano Rajoy tenga intención de ratificarlo. La ratificación  supondría reconocer la prestación de desempleo a las trabajadoras del hogar, y por tanto, su acceso al Fondo de Garantía Salarial en caso de que la persona empleadora se declare insolvente. Algunas disposiciones de la norma internacional están recogidas ya por la legislación, aunque su cumplimiento deja mucho que desear, entre otras cosas por la imposibilidad de la Inspección de Trabajo de entrar en el domicilio particular donde se presta el servicio doméstico y una justicia extremadamente lenta.

En el trabajo externo es habitual la falta de alta en la Seguridad Social. Un tercio de las trabajadoras no cobra el salario mínimo en relación con su jornada. En el interno, el 77% hace más de 60 horas semanales, sin descansos ni diarios, ni semanales, según la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia.

Asimismo, han denunciado “la indefensión en la que viven gran número de trabajadoras domésticas” por encontrarse en situación irregular, “lo que favorece todo tipo de explotaciones y abusos”, ante lo que reclaman procesos de regularización para todas.

La convocatoria, que estuvo acompañada por una batucada feminista, ha finalizado con la lectura de un manifiesto y una actuación en la que varias mujeres han sido amarradas con una soga para denunciar la situación laboral y legal en que se encuentran.

TRAILERcuidadoResbala01 from La Mirada Invertida on Vimeo.

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Más información en la sección “Laboral” de la revista Noticias Obreras, número 1.569 de marzo de 2015:«España sigue sin firmar el Convenio del Trabajo Doméstico».

Reflexión de la Comisión Interdiocesana de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Andalucía.

Vivimos una realidad en la que la pobreza se ha hecho más profunda y extensa, la desigualdad social ha aumentado, el desempleo ha alcanzado cifras alarmantes, el trabajo asalariado se ha precarizado y los derechos sociales se han recortado. Esta situación ha puesto en evidencia una profunda crisis de la política, ya que no ha sido capaz de articular un proyecto de convivencia y de organización social donde el ser humano, especialmente el más débil y empobrecido, sea realmente el centro del mismo. Ese es el reto fundamental al que estamos llamados toda la ciudadanía y al que la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Iglesia en el mundo obrero y del trabajo, quiere, desde la fe en Jesucristo, colaborar a afrontar.

Hemos de construir un proyecto de convivencia y organización social que responda a la verdad sobre el ser humano y, por tanto, que reconozca en la práctica su valor inalienable. Ello pasa por:

• La inclusión social de los empobrecidos.

• La búsqueda del bien común y de la paz social cimentada en la justicia.

• El diálogo social como contribución a la búsqueda de un proyecto de convivencia verdaderamente humano.

Como Iglesia en el mundo obrero y del trabajo, la HOAC, movida por la fidelidad al Evangelio de Jesús y orientada por la Doctrina Social de la Iglesia, en tantos valores convergente con los valores humanistas, ofrece con toda humildad esta reflexión, con una sola finalidad: promover el discernimiento sobre la participación en la cosa pública, también ante estas elecciones.

Con palabras del papa Francisco en EG [1], hemos de comenzar por decir “NO” a “una economía de la exclusión y de la inequidad. Esa economía mata”. Cómo consecuencia, “grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida”. Mientras los empobrecidos “siguen esperando”.

Para afirmar, al mismo tiempo, que “la dignidad de la persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica… Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone; requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicos orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres, que supere el mero asistencialismo”.

¿Quién puede olvidar que todo ser humano “es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades”

Pero aún debemos añadir que “no hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un decoroso sustento, sino de que tengan prosperidad sin exceptuar bien alguno. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común”. “La economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como (…) aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos.”

Desde lo dicho y sabiendo que, la “caridad política”, llama a “la liberación y promoción de los empobrecidos, de manera que puedan integrarse en la sociedad”, valoremos las distintas propuestas políticas presentadas a las Elecciones al Parlamento de Andalucía y decidamos nuestra postura, preguntándonos: Primero, las fuerzas políticas, ¿qué plantean? Segundo: ¿Cómo están actuando de hecho, en las cuestiones fundamentales para el mundo obrero y los pobres?

1. ¿Priorizan, tanto en sus propuestas como con hechos, la erradicación de la pobreza, la satisfacción de las necesidades vitales de personas y las familias, la creación de empleo decente, a los intereses de los grupos económicamente poderosos?

2. ¿Qué leyes laborales proponen, han aplicado o están aplicando? La reforma laboral en vigor y las anteriores, ¿favorecen o impiden “el respeto a la dignidad del trabajo, vinculado a la dignidad de la persona”? (CV nº 45) [2]. ¿Qué proponen o hacen para combatir los accidentes y enfermedades en el trabajo, que causan muerte, dolor y pobreza?

3. ¿Qué propuesta y práctica real tiene cada fuerza política de gasto público y de impuestos? ¿Dónde se proponen ahorrar (recortar), en salud, educación, dependencia, vivienda, o bien en cargos públicos y suntuarios? Respecto a la política de impuestos, ¿qué proponen? ¿que paguen menos las rentas más altas, las grandes empresas y la banca…?.

4. ¿Qué proponen y hacen para promover en la práctica los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias? ¿Hay en la práctica un apoyo a las familias, especialmente las más empobrecidas?

5. ¿Cómo se plantea promover la producción y la economía para que, cuidando el medio ambiente, se favorezca un consumo más humano y justo?

6. ¿Qué proponen y hacen para que las instituciones andaluzas sean transparentes, accesibles a todos los ciudadanos, combatan la corrupción y favorezcan la participación de todos y todas, para hacer posible una democracia más auténtica?

Terminamos, también con unas palabras del papa Francisco: “Preguntémonos todos: ¿Dónde está tu hermano?… La pregunta es para todos”. ¿Qué pueden esperar de los programas políticos, que concurren a las elecciones andaluzas, los sin techo, los trabajadores precarios, los parados, los cartoneros, los chatarreros, los ancianos y ancianas, los emigrantes, los desahuciados de sus viviendas, los afectados por adicciones, aquellos a los que ésta crisis y muchas de las decisiones tomadas les han robado todo… Seguramente aportarán pocos votos, pero son personas, ante las cuáles no vale “la complicidad cómoda y muda”.

Notas.
[1] Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (“La Alegría del Evangelio”)
[2] Encíclica “Caritas in veritate” (“La Caridad en la Verdad”) de Benedicto XVI, nº 45