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Los impuestos, corazón del pacto social

Editoriales

Los impuestos, corazón del pacto social

15 noviembre 2022

La Doctrina Social de la Iglesia plantea la importancia de las políticas fiscales y de los impuestos como un elemento esencial del «deber de solidaridad social», como expresión del bien común: «Los ingresos fiscales y el gasto público asumen una importancia económica crucial para la comunidad civil y política: el objetivo hacia el cual se debe tender es lograr una finanza pública capaz de ser instrumento de desarrollo y de solidaridad.

Una Hacienda pública justa, eficiente y eficaz, produce efectos virtuosos en la economía (…) y contribuye a acrecentar la credibilidad del Estado como garante de los sistemas de provisión y de protección social, destinados de modo particular a proteger a los más débiles» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 355).

En esa misma línea, el papa Francisco, en un encuentro con empresarios de la Confederación General de la Industria Italiana el pasado 12 de septiembre, planteó con mucha claridad cómo es necesario situarnos hoy ante los impuestos y las políticas fiscales: «El pacto fiscal es el corazón del pacto social. Los impuestos son también una forma de compartir la riqueza, para que se convierta en bienes comunes, en bienes públicos: escuelas, sanidad, derechos, cuidados, ciencia, cultura, patrimonio (…) Los impuestos deben ser justos, equitativos, fijados según la capacidad de pago de cada uno (…) Los impuestos no deben verse como una usurpación. Son una forma elevada de compartir bienes, son el corazón del pacto social».

Sin embargo, las políticas neoliberales practicadas durante décadas y que siguen teniendo un gran peso y presencia, sostienen todo lo contrario, rompiendo el pacto social: los impuestos son una carga, una «confiscación» inaceptable, porque la sociedad progresa no con los bienes comunes, públicos, sino con la apropiación privada de los bienes. Por eso hay que bajar los impuestos, sobre todo a los que más tienen. Aunque la realidad dice lo contrario, siguen sosteniendo que ese enriquecimiento de algunos se traduce en el bien del conjunto de la sociedad, pues –en su discurso– crea riqueza, inversiones, crecimiento… El neoliberalismo fomenta así un radical individualismo que, también en las políticas fiscales, ha incrementado la desigualdad. El individualismo destruye la vida social. Pero su mayor éxito ha sido lograr que amplios sectores sociales asuman su relato sobre la bondad de bajar los impuestos.

Por eso cala tanto el discurso simplón de que es necesario bajar los impuestos. Es un discurso perverso, porque el necesario debate social no es si bajar o subir los impuestos, sino cuáles hay que subir o bajar y a quién. Aunque solo sea por cumplir la Constitución y hacer que las políticas fiscales sean realmente progresivas, aportando cada cual según sus bienes, cosa de la que estamos muy lejos. Solo afrontando con seriedad ese debate para traducirlo en la reforma fiscal estructural que necesitamos hace mucho tiempo –y no solo medidas coyunturales por más que puedan ser necesarias y positivas, ni decisiones marcadas por el inmediatismo político de los votos–, será posible avanzar en que la política fiscal sea justa y desempeñe el papel que tiene como «corazón del pacto social»: que sean posibles los bienes comunes, la solidaridad social y una distribución más justa de la riqueza social. Todo ello con una pretensión fundamental: colaborar a cuidar la vida de las personas, a que no haya excluidos, a que todas las personas y familias puedan disponer de lo necesario para una vida en condiciones dignas. En definitiva, para colaborar a construir el bien común. En ese sentido, necesitamos un profundo cambio de mentalidad social.

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“Salir mejores. Una hoja de ruta de emergencia”

Colaboraciones

“Salir mejores. Una hoja de ruta de emergencia”

10 noviembre 2022

Jesús Martínez Gordo

Reseña del libro Salir mejores. Una hoja de ruta de emergencia, coordinado por Jesús Sanz Abad (Ediciones HOAC, 2022). Publicada originalmente en la revista Vida Nueva

Jesús Sanz Abad presenta este libro como un “relato coral” sobre lo que ha supuesto la pandemia en diferentes ámbitos de la vida. Y lo cierra él mismo con un capítulo en el que desgrana algunas líneas de fuerza que se pueden otear en el horizonte pospandémico, muy consciente –con Fredic Jameson– de que en nuestros días es “más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”, pero también sabedor –con Pedro Casaldáliga– de que siendo tarde, muy tarde, para alcanzar tan deseado final del capitalismo, es posible, al menos, convertirlo en madrugada si somos capaces de promover una “civilización del trabajo y de la sobriedad compartida” (Ignacio Ellacuría). He aquí la música de fondo, a la vez, crítica y esperanzada, que tendría que fundar la llamada “nueva normalidad” pospandémica. Los diferentes autores de este texto se enfrentan desde ella a los discursos que presentan como inevitable el desastre y el colapso, sobre todo, después de la COVID-19 y en plena guerra en Ucrania.

En coherencia con tal pretensión sostienen que, para que dicha “nueva normalidad” lo sea realmente, urge imaginar e implementar no pocas transformaciones en multitud de ámbitos, tanto de la vida personal como de la social. Es de lo que, de manera particular, se ocupa este “relato” que es “coral” porque todas las voces tienen en común un “primer movimiento” o análisis contextual del área de su investigación antes de la pandemia, al que suceden diversas reflexiones sobre lo que ha supuesto y sobre lo que ha ayudado a mostrar en relación con su temática. Esta parte “coral” se cierra con la formulación de propuestas que permitan mirar el futuro pospandémico de manera más esperanzadora. Tales son la estructura y la perspectiva comunes a todas ellas.

Y, a la vez, lo singular viene facilitado por el estudio de algunos de los diferentes ámbitos de nuestra cotidianeidad: Santiago Álvarez Cantalapiedra se encarga de la crisis ecosocial y de la guerra en Ucrania. Óscar Mateos Martínez, de los cambios internacionales. Xavier Casanovas Combalia, de la redistribución de la riqueza y de los impuestos. Albert Recio Andreu, por su parte, aborda el mundo del trabajo y Nani Vall-llossera Moll de Alba el sistema sanitario. Juan Francisco Garrido Jiménez estudia la situación de la escuela y Dolors Comas-d’Argemir Cendra la de las mujeres. Finaliza este muy interesante y riguroso apartado la aportación de Marta Domínguez Pérez sobre la vivienda y los barrios.

El lector que se adentre en estas páginas se encontrará con magníficas y sintéticas exploraciones que –llenas de datos, argumentos y matices, imposibles de sintetizar– encuentro en total sintonía con los dos criterios o verdades mayores que son perceptibles en lo dicho, hecho y encomendado por el Nazareno: el destino universal de los bienes –para que nadie pase necesidad– y la identificación de Jesús con los últimos de nuestros días y de todos los tiempos. Es lo que compruebo cuando leo la argumentada denuncia del papel preponderante del neoliberalismo antes, durante y después de la pandemia: una salida racional de la misma –apuntan varios de los autores– tendría que pasar por dar la estocada a la hegemonía neoliberal de los últimos 40 años. Y también cuando recuerdan que las personas más débiles, marginadas y sufrientes han sido de nuevo las más castigadas por la COVID-19.

Y es lo que, igualmente, constato en sus llamadas al cambio: tanto cuando urgen a fortalecer un sistema sanitario más universal, más público y más primarista, como cuando recuerdan que la protección de los ecosistemas pasa por reformar profundamente el modo de producción, consumo y vida hoy imperantes, la causa de las causas de la pandemia y de las guerras que nos azotan. Y cuando reivindican, de modo particular, una justicia fiscal global; la defensa del necesario equilibrio entre producción y necesidades humanas –teniendo muy presente las limitaciones materiales que impone un planeta finito– o cuando urgen a consensuar un marco de valores a partir del cual ir construyendo una nueva conciencia y sentido humano alternativo a la (in)cultura neoliberal.

Me queda para el final una importante lección, igualmente en sintonía con lo mejor del Evangelio: la COVID-19, recuerdan en diferentes ocasiones, no solo ha evidenciado que somos personas vulnerables, sino también que nos necesitamos unas a otras y que el cuidado –como actividad y actitud– es esencial para sostener la vida y dar valor al vínculo social. Toda una excelente hoja de ruta para “salir mejores” de la pandemia y afrontar los tambores de guerra que, desgraciadamente, siguen sonando.

Acción Católica Española. Pasión por Cristo, pasión por nuestro pueblo

Iglesia

Acción Católica Española. Pasión por Cristo, pasión por nuestro pueblo

07 noviembre 2022

Durante los días 5 y 6 de noviembre ha tenido lugar en el seminario de Ávila la celebración del encuentro anual de Comisiones Permanentes de la Acción Católica Española (ACE). Al mismo han asistido, además, su obispo consiliario D. Antonio Gómez Cantero, y el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Laicos, familia y vida de la CEE, Luis Manuel Romero.

En este encuentro han continuado la reflexión sobre la identidad de la Acción Católica Española, lo que les une y les diferencia y cómo seguir avanzando en la misión desde las dos ramas que nos configuran y complementan: la Acción Católica General y la Acción Católica Especializada, integrada por la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Estudiante Católica (JEC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC), Profesionales Cristianos (Px), el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos (MJRC) y del Movimiento Rural Cristiano (MRC)

La ponencia del encuentro ha sido impartida por Pino Trejo, militante de la HOAC de Canarias quien ha desarrollado su intervención en tres partes: Quienes somos, qué somos y qué vamos a ser. Esta última parte la ha ejemplificado con tres mesas en las que debemos sentarnos juntos: la de la reunión para compartir necesidades y dificultades en nuestra misión y apoyarnos mutuamente; la mesa de la eucaristía para celebrar lo que somos, vivimos y nos compromete; y la mesa de la comida donde compartir mantel como hacía Jesús con aquellos que le acompañaban. Por último, Trejo ha animado a salir de las sedes y llegar a las periferias, a conocer la realidad de primera mano dando respuesta conjunta a los problemas del mundo.

El encuentro de este fin de semana ha servido además para conversar y para pasear por la ciudad, acompañados de tres militantes de la HOAC diocesana que nos han mostrado los lugares más emblemáticos para convivencia y la diversión.

Ha habido también momentos de celebración de la eucaristía y de oración para hacer crecer el sentimiento de comunión, hijos e hijas de un mismo Padre que confía en nosotros y nosotras y nos envía a actuar frente al sufrimiento humano.

 

32º Domingo del Tiempo Ordinario C • 6 noviembre 2022

Iglesia

32º Domingo del Tiempo Ordinario C • 6 noviembre 2022

03 noviembre 2022

A Dios lo encontramos donde hay vida. Donde late el deseo de la vida plena, humana y digna; donde se lucha y se trabaja por esa vida humana posible cada día. Lo encontramos donde nos abrimos a su amor y a su presencia. Lo encontramos también donde es necesario enfrentar los signos de muerte que amenazan la vida. Donde esa dignidad sagrada de cada persona es negada, herida, maltratada. Lo encontramos donde la vida se da por amor para que otros puedan vivir, donde se trabaja para que las instituciones estén al servicio de la vida de las personas. Lo encontramos donde con generosidad y gratuidad hacemos de nuestra existencia un don para los demás.

 

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Gracias a aquel que nos ha amado

Iglesia

Gracias a aquel que nos ha amado

01 noviembre 2022

Desde la Pascua pasada, hemos seguido viviendo con dolor y esperanza el fallecimiento de militantes, consiliarios, familiares y amigos.

El 24 de marzo fallecía Esperanza, madre de Loli, militante de la diócesis de Santiago de Compostela. El 13 de abril, Lea Cornellana, antigua militante de Barcelona. El 18 de abril, Vale, militante de Madrid, esposa de Emilio, también militante.

El 27 de abril, moría Carlos Amigo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla, siempre cercano a la Pastoral Obrera y la HOAC. El 3 de mayo, Elemila, hermana de Gaudencio, consiliario de León, y Miguel Ángel, antiguo militante de Ávila.

El 24 de mayo, Isabel, hermana de Rafael y Mariloli Herenas, militantes de Córdoba. El 29 de mayo, Menchu García, esposa de Marcelino, antiguos militantes de Sevilla.
El 2 de junio, Asterio Cabrera, consiliario de Tenerife, y el 14 de junio, Miguel Mougan, consiliario Cádiz-Ceuta. El 14 de junio, también, Tomás, hermano de Manuel Loza, militante de Sevilla. El 26 del mismo mes, Lola Gil, madre de José Aurelio, militante de León.

El 13 de julio falleció José Luis, padre de David Ceamanos, militante de Zaragoza, a los 82 años de edad y el 19 de agosto Tano Casacuberta, sacerdote de la diócesis de Barcelona cercano a la pastoral obrera. El 30 de agosto, cumplidos 93 años de edad, fallecía Florián Lario, consiliario de la HOAC de Madrid en los años sesenta.

El 7 de septiembre, nos llegaba la noticia del fallecimiento de Andrés Arenillas, consiliario de Alcalá de Henares, y el 15 de septiembre, la de la madre de María Antonia Molina, antigua militante de Sevilla.

El 21 de septiembre conocíamos la noticia del fallecimiento de Antonio Ceballos, obispo emérito de Cádiz-Ceuta, siempre cercano a la HOAC. Y cuando parecía que cerrábamos esta lista llena de vidas y nombres, nos comunican el 18 de octubre el fallecimiento de Justina Jiménez Salcedo, militante de Cartagena Murcia, tras una larga enfermedad.

Morir es ley de vida. La muerte es condición de nuestra existencia, y eso nos recuerda cada mes de noviembre la celebración de la conmemoración de los fieles difuntos y la festividad de Todos los Santos. Pero para los creyentes no solo la muerte física y final de nuestra vida terrena es condición de la existencia, sino, sobre todo, la muerte cotidiana en la que vivimos.

San Pablo nos recuerda que, ya vivamos, ya muramos, somos del Señor (Rom 14, 8) y que por causa de Jesús estamos a la muerte todo el día (Rom 8, 36). Pero también nos recuerda que esa condición vital de fragilidad, de vulnerabilidad y muerte de nuestra existencia es la ocasión de experimentar cada día el amor de Dios en nuestra vida y que nada hay que pueda separarnos de ese amor (Rom, 8, 35); ninguna limitación, ninguna persecución, ninguna dificultad, y que, precisamente, en todo eso vencemos de sobra, todo lo podemos superar y transformar gracias a aquel que nos ha amado (Rom 8, 37). Aprendemos a morir cada día, para ir aprendiendo a vivir transformados por el Amor.

Esas circunstancias vitales son la ocasión de que vayamos viviendo la misma vida de Jesús, encarnado en nuestra propia carne. Continuamente nosotros, los que vivimos, estamos expuestos a la muerte por causa de Jesús, de modo que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal (2Cor 4, 11), porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo (Rom 14, 7). Cristo murió por todos para que los que viven no vivan para sí, sino para quien por ellos murió y resucitó. (2Cor 5, 15). Y si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto (1Tes 4, 14).

No nos afligimos como quienes viven sin esperanza, porque no ignoramos la suerte de nuestros difuntos (1Tes 4, 13). La vida entregada de estas personas con quienes la hemos compartido nos muestra cómo vivir la resurrección, cómo vivir como personas resucitadas, y que nuestra esperanza tiene sentido, gracias a Aquel que nos ha amado, que nos sigue amando, con un amor que nos urge a la esperanza, y se hace abrazo tierno para nuestras hermanas y hermanos fallecidos en el campo de honor del trabajo y de la lucha. De todas ellas hemos aprendido a ir muriendo y, por tanto, a ir viviendo otra vida: la vida nueva de la Resurrección. Ellas y ellos descansan en paz.

Nosotros seguimos ofreciendo nuestra vida cada día, entregada, para sembrarse, para desgastarse y morir, para ser semilla de vida resucitada, como ha sido la vida ofrecida de nuestras hermanas y hermanos difuntos que descansan en el abrazo eterno de la Misericordia entrañable. Nosotros seguimos muriendo cada día, por causa de Jesús, para que otros puedan vivir, en la esperanza de que esta entrega humilde dará frutos de Vida. Seguimos aprendiendo cada día que no vivimos para nosotros mismos, sino que el sentido de nuestra existencia está en vivir dándonos, muriendo, entregándonos por amor. Y experimentamos en nuestra existencia las resurrecciones vitales que anticipan la plena Resurrección.

En esa lucha encarnada vamos haciendo actual la misma muerte y resurrección de Cristo. Él sigue encarnado en nuestras muertes y sigue resucitando en nuestras resurrecciones.

Pablo invita a la iglesia de Tesalónica (1Tes 4, 18) a consolarse mutuamente, ante la experiencia de la muerte, con esta experiencia vivida y compartida con nuestros difuntos. Su recuerdo, memoria agradecida, es consuelo para nosotros, e impulso en nuestras vidas militantes para seguir haciendo de nuestras vidas la experiencia de veinticuatro horas de vida honrada en presencia de Cristo, como lo fue la suya. Y esa memoria se hace también acción de gracias porque impulsa en nosotros la tarea de seguir desgastando nuestras vidas para que otros encuentren en Cristo sus posibilidades de vida digna y plenamente humana. Nuestro consuelo es la esperanza de la Resurrección.

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30º Domingo del Tiempo Ordinario C • 23 octubre 2022

Iglesia

30º Domingo del Tiempo Ordinario C • 23 octubre 2022

20 octubre 2022

Necesitamos ser conscientes de nuestra realidad, reconocernos en nuestra debilidad y no engañarnos a nosotros mismos. Hemos de luchar cada día contra nuestra tentación de dejarnos llevar por el desamor, por el pecado. No se trata de insanas culpabilizaciones (el amor de Dios no nos acusa ni culpabiliza), sino de ser realistas y honestos con nosotros mismos, no acomodándonos sino abriéndonos al amor de Dios que siempre nos está invitando y posibilitando caminar en el amor a los hermanos. El amor de Dios siempre nos perdona, sana y libera para que respondamos de forma humana y agradecida. Oramos para esto.

 

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INFOR | La situación de los trabajadores y el derecho a la protección social

Internacional, Kiosco

INFOR | La situación de los trabajadores y el derecho a la protección social

17 octubre 2022

Presento los contenidos de un nuevo número del boletín informativo INFOReditado por el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), en colaboración con el Fondo de Solidaridad Internacional de la HOAC y el equipo de Noticias Obreras. En este número, el tema central es la globalización. Puedes acceder a todos los artículos en Noticias Obreras.

Sumario de contenidos

 Editorial  La situación de los trabajadores y el derecho a la protección social. Por Marileá Damasio, secretaria general del MMTC.

 Vida de los movimientos 

Asia | La situación de los trabajadores en Corea del Sur y el derecho a la protección social, por Kang-gil LEE Fabiano, militante del MTC KA NO JANG Corea.

América | Chiapas | Migración forzada… y aprovechada, por Gabriel Hilario Cruz y Juan José Monterroso Tapachula, Movimiento de Trabajadores del Campo y la Ciudad (MTCC) Chiapas, México.

África | Acción y vida del MTC Mali. Por Laurent Kamaté, exvicepresidente del MMTC.

América | La lucha de los trabajadores en Colombia y las elecciones. Por Hilda Ruiz, presidenta MTC Colombia.

Asia | La situación de los trabajadores y el derecho a la protección social en la India. Por Augustin MangalaRaj, presidente CMW India.

 Actualidad   Iglesia y sindicatos, la necesidad de caminar juntos, por Abraham Canales, director de Noticias Obreras (España)

 Acompañamiento  «Llover sobre mojado». Por José Antonio Noval, capellán regional del MTC Centroamérica, Caribe y Norteamérica.

Descarga del Boletín

 

■ Accede a la descarga de la versión en castellano  ■ Consulta INFOR anteriores.

 FONDO DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL  La HOAC desarrolla desde el año 1991 el Fondo de Solidaridad Internacional, iniciativa que expresa su conciencia obrera cristiana y solidaria. Decenas de proyectos de formación de militantes, de difusión o de coordinación, apoyados y financiados en África, Asia y América Latina.■ Aportaciones en ES77 1491 0001 20 2017312618 | + info
¡Tú! 208 | Sin compromiso, no hay trabajo decente

Kiosco

¡Tú! 208 | Sin compromiso, no hay trabajo decente

07 octubre 2022

Te ofrecemos todo el día para escuchar el grito de la Tierra esquilmada y la queja doliente de los empobrecidos, abriendo los ojos también a la Herida de las víctimas que pierden la vida, en el intento de ganarse el pan, y compartir la importancia de aprojimarnos a las familias afectadas y asumir el Quehacer de cuidar la vida en el trabajo para que no haya más muertes.

Reconozcamos el Abrazo a las trabajadoras del hogar que han dado «un pasito muy grande» hacia la equiparación total de derechos, al tiempo que aumentamos nuestro compromiso y nuestra entrega por Primerear el trabajo decente hasta que sea aspiración común y prioridad absoluta también para todo el pueblo de Dios y para la Iglesia; Codo a codo, con personas como Antonio Gallardo, militante obrero y cristiano empeñado en tender puentes entre la Iglesia y las organizaciones sindicales.

La Caridad Política traduce el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza por el Día para la Inclusión de los Trabajadores Excluidos, inspiradas por La Palabra que nos enseña que la pobreza de Cristo, tan contraria a la miseria que mata, nos hace ricos. La Viñeta plasma el insoportable drama de la violencia machista.

Como sabemos que vamos en el mismo barco y que nadie se salva solo si no nos salvamos todos, abrimos los contenidos de este número a través de www.hoac.es/tu, donde aparece el calendario en el que se publica cada sección, con el fin de facilitar su difusión en redes sociales y en WhatsApp o Telegram. Hagámoslo posible.

☉ ¿Nos acompañas? Guía de lectura del número 208 • octubre-noviembre 2022.

☉ Agenda y notificación de publicación de contenidos

Los artículos del ¡Tú! son publicados en www.hoac.es/tu durante los dos meses de vigencia de cada número. En la agenda puedes ver y anotar las fechas de publicación. Además puedes darte de alta, con tu correo electrónico, al servicio de notificación de contenidos. De esta forma, recibirás en tu buzón electrónico el artículo publicado en tres formatos: texto, pdf e imagen para facilitar la lectura y favorecer la difusión de estos contenidos entre tus contactos y redes sociales.

Inflación y salarios

Editoriales

Inflación y salarios

06 octubre 2022

Los ideólogos del capitalismo siempre han defendido que la economía es amoral, no se rige por criterios de moralidad o inmoralidad sino por unas leyes propias que funcionan automáticamente y hay que respetar. La Iglesia siempre ha mantenido lo contrario. Así lo recordaba Benedicto XVI: «El sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente». «La Doctrina Social de la Iglesia ha sostenido siempre que la justicia afecta a todas las fases de la actividad económica, porque en todo momento tiene que ver con el hombre y con sus derechos… Toda decisión económica tiene consecuencias de carácter moral» (Caritas in veritate, 36-37).

Situarnos de una u otra manera tiene consecuencias muy importantes. La economía, como toda actividad humana, tiene unos componentes «técnicos» que hay que tener en cuenta. Pero no son lo más importante, lo decisivo es si es justa, si respeta o no todo lo que comporta la dignidad de las personas y el bien común. Los automatismos despersonalizados no existen en la economía. Así, no es muy acertado decir que «sube el precio de los alimentos, del gas, de la electricidad…», porque ni los alimentos, ni el gas, ni la electricidad son sujetos que tomen decisiones. Son los responsables de las empresas quienes «los suben», quienes deciden subir los precios. Los automatismos son un encubrimiento de la realidad, una manera de eludir responsabilidades sobre las decisiones que se toman.

Lo mismo ocurre con los salarios. Con la alta inflación que padecemos –fruto de decisiones que toman agentes económicos–, los salarios pierden poder adquisitivo, personas y familias asalariadas se empobrecen. Con frecuencia se dice que no se pueden subir los salarios porque subirá más la inflación. Otra vez los automatismos. La verdad es que solo subirá más la inflación si las empresas deciden subir de nuevo los precios, porque la inflación actual está provocada por el aumento de los márgenes de beneficios de algunas empresas, no por los salarios. En realidad, lo que se está diciendo es que los costes de la inflación deben soportarlos los asalariados y no los beneficios empresariales. Subir los salarios es una cuestión de la más elemental justicia.

La Doctrina Social de la Iglesia siempre ha planteado el salario como «el instrumento más importante para practicar la justicia en las relaciones laborales», el salario justo es «la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socioeconómico» (san Juan Pablo II, Laborem exercens, 19). Y un salario justo es aquel que permite a las familias trabajadoras una vida digna (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 67), no solo vivir al día, sino asegurar su futuro y el acceso a la propiedad necesaria para una vida digna (LE 19). Por eso, Benedicto XVI, entre las características de un trabajo digno, señala que sea «un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias» (CV 63).

Es de justicia que el Gobierno apruebe un aumento suficiente del salario mínimo interprofesional. Como lo es que aumenten suficientemente los salarios a través de la negociación colectiva y los convenios. Sobre todo, deben subir los salarios más bajos. En nuestro país hay muchos salarios bajos, insuficientes, injustos. Es verdad que es necesario mantener un equilibrio entre las subidas salariales y los beneficios de las empresas. Pero no se puede pretender hacer recaer los costes de la inflación solo sobre los salarios. Lo que producen las empresas debe ser distribuido de manera más justa. Las empresas necesitan obtener beneficios, pero estos no son su finalidad. Son solo una condición necesaria para su funcionamiento. Su finalidad debe ser prestar bien su servicio a la sociedad y cuidar a trabajadores y trabajadoras (Cf. san Juan Pablo II, Centesimus annus, 35). Poner los beneficios, la máxima rentabilidad, por encima de todo lo demás, como algunos pretenden, es una inmoralidad, una perversión del sentido humano de las empresas.

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Soñar una tierra nueva frente al colapso

Kiosco

Soñar una tierra nueva frente al colapso

04 octubre 2022

Como cada primero de mes, le anuncio que la revista Noticias Obreras de octubre ya esta disponible. La edición impresa pronto la recibirá en su domicilio y sus contenidos, junto con los de actualidad que publicamos todos los días, son accesibles en la edición digital en www.noticiasobreras.es. Estos son algunos de sus destacados:

Soñar una tierra nueva frente al colapso

El capitalismo ha entrado en crisis al aproximarse a sus propias limitaciones, según todas las evidencias. Defender la esperanza en este momento requiere tanto entender los efectos y las consecuencias del drástico cambio que se avecina como vislumbrar alternativas. Es la aportación al Tema del Mes que realiza Rufí Cerdán, profesor de Geografía y exdirector de Cáritas de Vic

«Iglesia y sindicatos tienen la responsabilidad de dialogar sobre el trabajo decente»

Entrevista con Maru Megina, presidenta de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). En la conversación, aborda el diálogo mantenido con las organizaciones sindicales y los retos pendientes; la actualidad sociopolítica o la próxima asamblea general de este movimiento.

Inflación y salarios

La Doctrina Social de la Iglesia siempre ha planteado el salario como «el instrumento más importante para practicar la justicia en las relaciones laborales», el salario justo es «la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socioeconómico». Editorial de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento de trabajadoras y de trabajadores cristianos que edita Noticias Obreras.

En defensa de la vida y el trabajo digno

En vísperas de las próximas Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo, el director del departamento, Antonio J Aranda, fundamenta y presenta el tema, así como los contenidos previstos para la reflexión y el diálogo de un derecho fundamental del trabajo: la seguridad y la salud.

Hay mucho más. El sumario completo de la revista está aquí. Agradecemos profundamente a los autores y las autoras su opinión, análisis y creatividad en los textos y en las viñetas que publicamos; y a usted su apoyo a este proyecto de comunicación comprometida. Espero que sean de su interés y que nos permitan seguir construyendo cultura del encuentro.

 

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■ Edición digital www.hoac.es/tu

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