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1º Mayo 2022: «Sin compromiso no hay trabajo decente»

Comunicados

1º Mayo 2022: «Sin compromiso no hay trabajo decente»

27 abril 2022

Manifiesto ante el Primero de Mayo de 2022

Este 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, las organizaciones promotoras de la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) –promovida por Cáritas • Conferencia Española de Religiosos (CONFER) • Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) • Justicia y Paz • Juventud Estudiante Católica (JEC) • Juventud Obrera Cristiana (JOC)– unimos nuestras voces en la celebración del trabajo y san José Obrero, para reafirmar que sin compromiso no hay trabajo decente. Un compromiso que desde Naciones Unidas y los países que lo forman adquirimos en 2015 con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible; el objetivo 8 aborda el compromiso para que el trabajo sea decente. Para conseguirlo, es necesario el compromiso de hombres y mujeres para continuar abordando los problemas relacionados con el empleo.

Nos encontramos en un momento en que está bajando la tasa de desempleo –aunque aún sigue siendo muy elevada–, pero a su vez se ha producido un aumento de la inactividad. Además, pese a las cifras positivas, seguimos teniendo un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad e inseguridad, que perviven incluso en tiempos de crecimiento económico, intensificando la precariedad y las posibilidades de estar en situación de desempleo. Así, a pesar de que se está generando empleo, las condiciones laborales siguen sin ser dignas, lo que hace que muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consiguen salir de la pobreza. Además, continúa teniendo un gran peso del desempleo juvenil; más de un millón de hogares tiene a todos sus miembros activos en situación de desempleo y la desprotección frente al mismo es muy alta. Estas situaciones de exclusión se intensifican entre las personas de origen extranjero, sobre todo si se encuentran en situación administrativa irregular, no teniendo posibilidad de acceso al mercado laboral regular ni al sistema de protección.

Ante esta situación, sin compromiso no hay transformación posible. Y en este sentido, tenemos ejemplos de trabajadoras protagonistas que con su dedicación, diálogo, esfuerzo y organización han luchado contra la precariedad laboral. Un compromiso ligado a la solidaridad, al bien común, lo colectivo y la justicia social. Como las trabajadoras de la limpieza del Museo Guggenheim en Bilbao, que tras 285 días de huelga, han conseguido recientemente una subida salarial del 20%, la desaparición de los contratos parciales y la reducción de la brecha salarial.

Carmen, trabajadora de la limpieza del museo: “Estos 9 meses han sido muy duros pero han merecido la pena, han servido para ganar en dignidad. Ha sido una lucha muy bonita, un ejemplo de trabajo colectivo”.

La huelga del metal en Cádiz, tras 9 días, consiguieron un nuevo convenio para el sector, que sigue en diálogo; a día de hoy consiguieron, a través de la organización colectiva, una subida salarial del 2%, renovación y reparto del empleo; una comisión para impulsar planes de igualdad en las empresas, el derecho a un permiso retribuido de formación profesional para trabajadoras, con al menos 1 año de antigüedad.

La crisis visibilizó la necesidad de un cambio en el sistema productivo, que fuese capaz de crear empleos que aporten valor y con condiciones laborales dignas, pero la generación de empleo no está avanzando en este sentido y, de nuevo, asistimos a un sistema que prioriza el beneficio económico y “descarta” a las personas, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes. Por ello, en nuestro compromiso como Iglesia por el Trabajo Decente, en este Primero de Mayo, defendemos la dignidad del trabajo y el trabajo decente como una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y un compromiso de toda la Iglesia.

Así, reivindicamos:

La igualdad salarial entre mujeres y hombres, así como políticas sociales y de género que permitan a las mujeres el acceso a las mismas oportunidades laborales que los hombres, garantizando la conciliación de la vida personal y laboral

Creación de empleo juvenil de calidad: para que las jóvenes desempleadas y/o precarias tengan acceso a un trabajo digno; relacionado con sus estudios y/o vocación. Generando empleo de calidad y la gestión de medidas necesarias para disminuir el desempleo juvenil, la migración de jóvenes y la temporalidad.

La promoción de un entorno de trabajo seguro: con la puesta en marcha de políticas activas y la financiación de proyectos preventivos que doten a las trabajadoras y trabajadores, así como al propio entorno de trabajo.

Que las personas empleadas de hogar tengan acceso a los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras, reconociéndose definitivamente su derecho a la prestación por desempleo.

La regularización urgente de las personas migrantes en situación administrativa irregular, para que puedan tener acceso a sus derechos de ciudadanía.

El acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan contar con un empleo.

Reclamamos, junto al papa Francisco, el trabajo “especialmente trabajo decente y no de cualquier modo”, como garantía para la inclusión, el desarrollo y la dignidad de las personas. Animamos a que en este 1º de Mayo nos unamos, como comunidad cristiana, en el compromiso por la defensa del trabajo decente, participando en los actos reivindicativos y celebrativos que se realicen en las diócesis; apoyando su visualización y difusión; contribuyendo así a que nuestro mensaje pueda llegar con fuerza en la esperanza de que el trabajo decente pueda ser una realidad para todas las personas.

En redes sociales: #SinCompromisoNoHayTrabajoDecente

¡No más muertes en el trabajo!

Comunicados

¡No más muertes en el trabajo!

26 abril 2022

Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) con motivo de la Jornada Mundial por la Salud y la Seguridad en el Trabajo del 28 de abril

El 28 de abril es la Jornada Mundial por la Salud y la Seguridad en el Trabajo, en reivindicación de la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras como un derecho humano fundamental. Lamentablemente es una Jornada que pasa casi desapercibida, igual que ocurre con la terrible realidad que denuncia.

Hemos normalizado y vivimos con una enorme indiferencia social lo que es uno de los mayores atentados contra la vida de las personas en nuestro mundo: las malas condiciones de trabajo matan a millones de trabajadoras y trabajadores en accidentes y enfermedades laborales. La HOAC, movimiento de trabajadores y trabajadoras cristianos, agradecemos la nota En defensa de la vida y el trabajo digno, de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, y queremos llamar la atención sobre esta dramática y terrible realidad.

Los datos son más que elocuentes: cada año mueren en el mundo por accidentes y enfermedades laborales dos millones de personas, una cada diez segundos. Muchas más sufren lesiones graves o enfermedades que dañan profundamente su vida y la de sus familias. En España, en 2021, se produjeron un millón de accidentes laborales, 4.572 de ellos graves, y murieron 705 trabajadores y trabajadoras solo por accidentes laborales, de media dos muertes cada día. No son cifras, son personas y familias a las que las malas condiciones de trabajo han destrozado la vida, les han robado la vida. Muchas más se ven afectadas por enfermedades laborales que también condicionan toda su vida.

Sin medias tintas hay que decir que este es un escándalo intolerable, que no se trata de una fatalidad, de algo inevitable. La inmensa mayoría de esos accidentes y enfermedades, de esas muertes, son perfectamente evitables. No se producirían si se cuidara la vida de las personas en el trabajo, si las condiciones de trabajo fueran dignas, si se tomaran todas las medidas debidas de prevención, si se asumiera de verdad la responsabilidad de proteger lo que es más importante, la salud y la vida de las personas.

Las condiciones precarias de trabajo, los ritmos de trabajo insoportables, las largas jornadas de trabajo, la falta de aplicación de las medidas de prevención adecuadas, la falta de la suficiente formación en seguridad…, en definitiva, la falta de condiciones dignas de trabajo, son causas de los accidentes y enfermedades laborales. Pero en el fondo está el sometimiento del trabajo a la lógica de la rentabilidad, a la obtención de los mayores beneficios posibles a costa de las personas trabajadoras, incluso a costa de su salud, de su vida.

Hemos de acabar con esta situación. Para ello es esencial avanzar en condiciones dignas de trabajo para todas las personas. Todos los avances en mejorar las condiciones laborales y en la aplicación de todas las medidas de prevención son fundamentales y necesitamos seguir avanzando en esa dirección. En ello tienen una grave responsabilidad las empresas (primeras responsables de la seguridad y salud en el trabajo) y los gobiernos (responsables de regular condiciones dignas de trabajo y de que se cumpla estrictamente la legislación en salud y seguridad laboral). Algunos avances se han dado en ese sentido, pero aún nos queda mucho camino por recorrer.

Pero también tenemos una gran responsabilidad el conjunto de la sociedad. Sobre todo en no normalizar esta situación, en no ser indiferentes ante tanta muerte, lesiones, enfermedades evitables. Responsables de ser mucho más exigentes en la protección de la salud y seguridad en el trabajo. La labor que realizan en ese sentido los sindicatos y diversas organizaciones de familiares de víctimas de accidentes y enfermedades laborales, es muy importante y merece todo el reconocimiento y apoyo social. El papel del diálogo social entre empresarios, sindicatos y gobiernos es también fundamental y requiere un nuevo impulso para abordar decididamente este grave problema social.

Como sociedad necesitamos crecer mucho en asumir como propia la defensa de la vida en el trabajo. El trabajo es para la vida y, por ello, las condiciones laborales dignas y las medidas de prevención en los lugares de trabajo son una exigencia ética ineludible y una prioridad absoluta, por encima de cualquier rentabilidad.

Como señala el papa Francisco, el cuidado es esencial para que el trabajo sea digno, comenzando en primer lugar por cuidar a las personas trabajadoras. ¡No más muertes en el trabajo!, es un compromiso social ineludible.

 

2º Domingo de Pascua • 24 abril

Iglesia

2º Domingo de Pascua • 24 abril

21 abril 2022

Feliz pascua de Resurrección. El Crucificado ha resucitado y nos sale al encuentro en la vida cotidiana.

Es en medio de la Vida donde tengo que experimentar la resurrección. Es en medio de la Vida donde he de encarnar la alegría y la esperanza, en medio de la lucha, del dolor, en medio de lo cotidiano, con sus alegrías y sus penas. Es ahí donde -realidad resucitada- sigo encontrando razones para la esperanza y la alegría.

 

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Videoconferencia | Entre el Tabor y el Calvario: una espiritualidad “con carne”

Convocatorias

Videoconferencia | Entre el Tabor y el Calvario: una espiritualidad “con carne”

20 abril 2022

Los días 18-19 de mayo, de 18 a 19 horas, Jesús Martínez Gordo, sacerdote diocesano de Bilbao y catedrático emérito en la Facultad de Teología del Norte de España (Vitoria), dará unas charlas para comunidades de religiosos y religiosas sobre su libro Entre el Tabor y el calvario: una espiritualidad «con carne» (Ediciones HOAC, 2021).

Organizan CONFER Euskadi y Euskadiko Erlijiosoen Erakundea.

Inscripción gratuita en el Instituto de Vida Religiosa de Euskal Herria. Más información en el teléfono: 945 216 410 o en el correo: invire13@gmail.com

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Del Prólogo de Juan Mª Uriarte Goiricelaya, obispo emérito de San Sebastián, extraemos algunos de sus comentarios:

«He aprendido mucho con este libro. Lo admiro por alguna de sus cualidades:

En primer lugar, contiene una “teología en movimiento”. Quiero decir: en vez de exponer únicamente el resultado final de su reflexión, nos va ofreciendo los pasos que en su itinerario le han ido conduciendo –a lo largo de años–, a este resultado, las lecciones que ha ido aprendiendo, las percepciones que ha ido corrigiendo y perfilando. No es una teología estática, sino dinámica.

No se ha ahorrado la autocrítica de las desviaciones y peligros en que el cristianismo ha incurrido e incurre a veces, al remarcar en exceso una de “las tres grandes montañas” o al rechazar de raíz movimientos incompletos o desviados, pero no del todo carentes de verdad. El discernimiento crítico que hace de ellos no deja de reconocer algunos avisos saludables que de ellos hemos de recoger.

Me parece digno de elogio el que la altura de su reflexión teológica no le haya dispensado de bajar a la llanura de lo concreto y extraer lecciones precisas para nuestro pensar, sentir y actuar diarios. Ha validado el criterio de que “nada hay más práctico que una buena teoría”.

No por el hecho de que sea un criterio conocido, he dejado de estimar su reflexión sobre la relación entre experiencia religiosa y reflexión teológica. Ambas se necesitan mutuamente con necesidad de medio. Sus observaciones me han recordado la sentencia de Kant: “El concepto sin la intuición es vacío; la intuición sin el concepto es ciega”. El autor se rebela contra la exclusión de la reflexión teológica en aras de la “sola experiencia”, así como descalifica a una teología que no este impregnada e inspirada por la experiencia de Dios.

Ha sabido distinguir entre los diferentes movimientos esencialmente deficitarios y aquellas otras formulaciones que, subrayando algunos puntos especiales, no descartan, sino cultivan en una medida aceptable, los demás puntos irreemplazables. Esta posición le conduce a reconocer como legítimas, espiritualidades y teologías diferentes pero complementarias. No soy un experto en teología. Pero no me parece muy común, entre los teólogos que conozco, una incursión de tanta amplitud y agudeza en la teología y espiritualidad del oriente cristiano. En ella reconoce, como en la genuina teología y espiritualidad occidental, una manera legítima de formular y vivir la fe cristiana al practicar, por la acción del Espíritu, la contemplación y la compasión, el gozo y el sufrir, “la caricia y el aguijón”.

Creo que su obra denota un teólogo que, maduro ya en el presente, tiene aún por delante mucho futuro».

 CATA DEL LIBRO  

 

Donde había muerte, ahora hay vida

Iglesia

Donde había muerte, ahora hay vida

17 abril 2022

El papa Francisco concluía, el año pasado, el Mensaje Urbi et Orbi de Pascua, diciendo: «En medio de las numerosas dificultades que atravesamos, no olvidemos nunca que somos curados por las llagas de Cristo (1 P 2, 24). A la luz del Señor resucitado, nuestros sufrimientos se transfiguran. Donde había muerte ahora hay vida; donde había luto ahora hay consuelo. Al abrazar la Cruz, Jesús ha dado sentido a nuestros sufrimientos».

En estos meses hemos experimentado sufrimiento, muerte, dolor y luto. Hemos «perdido» hermanos y hermanas que han pasado a la Casa del Padre. El dolor es quizá lo más humano que hay. En este tiempo de Pascua sentimos que, a la luz del Señor Resucitado, ese dolor, el sufrimiento que nos causa, resulta transfigurado y que donde había muerte ahora hay vida.

A la luz de la Resurrección llegamos a entender la dinámica del amor, trascendemos la existencia, alcanzamos el horizonte de la vida eterna. Del mismo modo que, por haber hecho de su vida una siembra de amor, por haber abrazado la Cruz, nuestras hermanas y hermanos fallecidos, han alcanzado la vida eterna. Por eso los recordamos entre el dolor y la esperanza, entre nuestro dolor humano y la luz del Señor resucitado.

Julio Arguedas, consiliario de la diócesis de León, hoacista de la primera hora, falleció el 27 octubre con 94 años. Lucía, madre de José Luis Lastra, consiliario de Burgos, pasaba a brazos del Padre, con 78 años, el 7 noviembre. En la misma fecha lo hacía Antonia, madre de Reyes Cordón, militante de Málaga, a la edad de 86 años.

El 9 de noviembre, pasaba a la misericordia plena Sebastián González Barroso, antiguo militante de la HOAC de Cádiz, cumplidos los 84 años. El 13 de noviembre, sintiendo que lo hacía pronto, culminaba su peregrinar Eloy, padre de Bernar Domínguez, militante de Madrid. E igualmente pronto, el 23 de noviembre, José Daniel Simeón Riera, marido de Yoli, militante de Valencia, fallecía víctima de un cáncer, con 61 años.

A los 92 años, el 20 de noviembre nos dejaba Ángeles Escartín, madre de Marga, militante de Huesca. Y el 27 de noviembre María, madre de Luis Villavieja, militante de Sevilla, tras una larga enfermedad. El 7 de diciembre, lo hacía en Valencia Esperanza, suegra de Toni Martínez Santamaría, militante de Sevilla también. Y ese mismo día, Juan Ríos, padre de Pepi, militante de Málaga.

Eulalia Gómez, militante de Murcia, pasaba a la vida plena el 21 de diciembre, a la edad de 88 años. Andrés, sobrino de Marichi Fedriani, militante de Sevilla, fallecía repentinamente, con solo 40 años, el 23 de diciembre.

Amparo, madre de Paco Porcar, militante de Segorbe-Castellón, terminaba su vida, rodeada de los suyos, el 2 de enero, y nos dejaba el 21 de enero Nieves, militante de Madrid a quien todos echamos de menos.

Ramiro Vega, militante de Barcelona-Sant Feliú, fallecía víctima del cáncer, el 23 de febrero, y en la misma fecha Felipe Fernández Alía, antiguo consiliario de Ávila, con 87 años.

El 4 de marzo fallecía Pepe Domínguez, que fue consiliario general entre 1974 y 1978, y cuya contribución a la reconstrucción de la HOAC y su acompañamiento a los militantes en los años de la dictadura y la transición democrática han sido muy importantes para el mantenimiento de una identidad cristiana fiel al mundo obrero y a la Iglesia. El mismo día fallecía Mari Carmen Muñoz, militante de la diócesis de Plasencia.

El 10 de marzo, a los 85 años de edad, Pepe Suárez, impulsor de la HOAC en Tenerife y Canarias, pasaba a los brazos del padre.

Que los obreros muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha, descansen en paz.

María, madre de los pobres, ruega por nosotros.

En memoria de Lea

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

En memoria de Lea

13 abril 2022

No es nada fácil hablar de Lea, sobre todo después de tantos años que no hemos podido encontrarnos juntos. Lo innegable sigue siendo el recuerdo que ella me ha dejado, a pesar de este largo paréntesis vital.

En un primer momento lo que más me sugiere su vida es la honestidad a la vez empática y racional con que trataba todo lo que le afectaba personalmente.

Decía sencillamente cuál era su opinión más allá de cómo pudiera ser entendida. Para mí ha sido siempre una especie de libertad de espíritu que tenía la calidad de no “hacer daño”, de tener que recibirla como un soplo de franqueza y sinceridad, sin que nunca le faltara una sonrisa a la vez pícara y franca.

Siento no haber podido continuar una amistad tan peculiar y al mismo tiempo tan enriquecedora. Llegados a las fechas del tiempo que ahora disfrutamos, el intercambio de pensamientos y sentido crítico –como digo muy acusado y sincero en ella– hubiera sido de una calidad difícil de olvidar. Seguramente he “perdido” un tiempo que hubiera sido precioso.

Me gustará recuperar los recuerdos de otras personas amigas de ella que harán, como yo, para recuperar lo mejor de su memoria, para gozar, aunque sea imaginativamente, aquellas sensaciones tan especiales que tanto ella, como su madre, dejaban en sus interlocutores.

Lea se merece este homenaje, al final de una vida que seguramente ha sido más discreta pero no menos intensa, que cuando vivimos juntos los avatares del franquismo, con otras muchas amigas y amigos, entre ellas su querida Victoria.

Me queda, definitivamente, la imagen de un rostro rezumando agudeza, libertad, ironía y una bondad natural que nunca la abandonó.

Ramir Pampols Colomines, consiliario de la GOAC-HOAC de Barcelona-Sant Feliu.

***

Gracias a un encuentro reciente, gozoso y fortuito con una maestra jubilada y, como yo, miembro de USTEC, pude establecer contacto con Lea. Le escribí, la invité al aniversario de la HOAC. «Sí, Maria me habló del proyecto del libro de GOAC-HOAC», me respondió. También avanzó: «En la HOAC radican mis orígenes y no renuncio a ellos, actualmente estoy muy lejos». Y ese mismo día 29 de enero de este 2022, nos conectamos telefónicamente durante más de una hora. Fue triste saber que estaba enferma. Ninguna otra cosa fue triste. ¡Qué existencia tan generosa! ¡Qué admiración por sus compañeras! En especial, por Victoria Lázaro Alquézar.

En un momento de la conversación, recordó que «un joven», Emili Ferrando Puig, había entrevistado en Mataró a Victoria. En efecto, en la página 451 del libro Cristians i rebels. Història de l’HOAC a Catalunya durant el franquisme (1946-1975), aparecen ambas, Victoria y Lea.

Y en otros momentos de aquella entrañable llamada, no dejaron de aparecer nombres y nombres de personas amigas comunes (Ramir y Justo entre otras, y sobre todo mujeres del mundo sindical y feminista).

El 1º de febrero le envié el cariñoso saludo de Ramir: «Lea, ayer le vi en la manifestación de la Marea Pensionista ante Hacienda.» Y ella: «Hola Llum, me alegro de que luchéis en Marea Pensionista con Ramir, dale muchos recuerdos de mi parte.»

Más adelante le expliqué que el acto de los 75 años de la HOAC había estado muy bien… y que «Vosotras, las hoacistas de Mataró estabais, estabais presentes.»

Las últimas palabras que tengo de ella en respuesta al espíritu de esta presencia son este mensaje escrito: «¡Estoy contenta de que los hoacistas de Mataró contemos!!»

Llum Mascaray Olivera, pensionista afiliada a USTEC•STEs y militante de la GOAC-HOAC de Barcelona-Sant Feliu.

La oportunidad de una Iglesia distinta

Editoriales

La oportunidad de una Iglesia distinta

13 abril 2022

Al inicio del proceso sinodal, el 9 de octubre de 2021, el papa Francisco planteó que el camino del Sínodo es una oportunidad no de hacer otra Iglesia sino una Iglesia otra, distinta, en fidelidad a su ser y misión. Es una oportunidad que no deberíamos desaprovechar. En nuestra Iglesia, en el proceso sinodal está habiendo algunas experiencias muy valiosas, pero hemos de reconocer que otras no lo son tanto y muestran nuestras debilidades. Sencillamente muchos cristianos no están acostumbrados, en absoluto, a participar en nada. Esas debilidades son manifestación de cuánto nos cuesta ser una Iglesia de sujetos corresponsables y una Iglesia Pueblo de Dios, sujeto comunitario. Es una dinámica nueva a construir con paciencia y constancia, pero con voluntad real de hacerlo, siempre. Las debilidades que vemos en el proceso sinodal son fruto de demasiado tiempo sin poner el empeño y los medios necesarios, cuando no de las resistencias para construir esa Iglesia de sujetos y esa Iglesia sujeto comunitario. El clericalismo sigue siendo una pesada losa.

Hace ya bastantes años, en Cristianos laicos, Iglesia en el mundo, nuestros obispos planteaban con mucho acierto: «Quienes han de ser corresponsables de las actuaciones de su comunidad han de serlo en los procedimientos de discernimiento y decisión. Para impulsar una comunidad misionera, corresponsable en la acción evangelizadora, es necesario y urgente promover procesos de discernimiento comunitario. Toda actuación pública de la comunidad exige la participación de sus miembros en los procesos de discernimiento, toma de decisiones y puesta en práctica» (n. 60). ¿Hemos puesto y ponemos el empeño y los medios necesarios para que sea así?

El papa Francisco nos invita a hacerlo, desde lo que señala como las tres palabras clave del Sínodo, «comunión, participación y misión»: «Si no se cultiva una praxis eclesial que exprese la sinodalidad de manera concreta en cada paso del camino y del obrar, promoviendo la implicación real de todos y cada uno, la comunión y la misión corren el peligro de quedarse como términos un poco abstractos». Y esto como algo estructural, expresión viva del ser Iglesia, no como algo coyuntural: «Necesitamos la sustancia, los instrumentos y las estructuras que favorezcan el diálogo y la interacción en el Pueblo de Dios». «Vivamos esta ocasión de encuentro, escucha y reflexión como un tiempo de gracia (…) Encaminémonos no ocasionalmente sino estructuralmente hacia una Iglesia sinodal; un lugar abierto, donde todos se sientan en casa y puedan participar (…) Una oportunidad de ser Iglesia de la escucha (…) tenemos la oportunidad de ser una Iglesia de la cercanía (…) para que se establezcan mayores lazos de amistad con la sociedad y con el mundo».

Como Iglesia de la sinodalidad, de la escucha y de la cercanía, necesitamos crecer también en hacer real una de las grandes insistencias del papa Francisco: «el gran tema es el trabajo». La defensa de la dignidad del trabajo y del trabajo digno es esencial para la amistad social y la fraternidad. Por eso es fundamental para la Iglesia. De ahí la responsabilidad que tenemos los movimientos eclesiales que vivimos la misión de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo de seguir aportando, tanto en el proceso del Sínodo como después de él, la realidad del mundo del trabajo, y promover caminos para la cercanía de la Iglesia con sus sectores más precarios, vulnerables y empobrecidos para el servicio que la Iglesia estamos llamados a prestar al mundo del trabajo.

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La marca de don Eugenio

Iglesia

La marca de don Eugenio

08 abril 2022

Este año se cumplen, el 8 de abril, 69 años del fallecimiento de don Eugenio Merino Movilla, primer consiliario general de la HOAC.

Alguien dijo alguna vez que un anciano (setenta y dos años) casi ciego no era el hombre que necesitaba la HOAC en esa etapa de dificultades de toda clase. Quien dijo esto no se percató de que una grandísima parte de la fuerza de don Eugenio estaba en su debilidad. Don Eugenio no podía imponerse por su gesto arrebatador, ni por su dinamismo, ni por su voz ardiente y fogosa; pero el que estaba en contacto con él no podía menos de amarle. Ésta era su gran fuerza, y el dominio que sobre todos nosotros tenía: el amor. ¡Qué bien veíamos en él un fiel trasunto del Divino Maestro!

Él puso las bases de la mística hoacista. Esta es la «marca» que don Eugenio ha dado a la HOAC: fundamentarlo todo en el amor. Ésta es la llave que abre todas las puertas y la flecha que señala todos los buenos caminos.

Cuando hemos celebrado los primeros setenta y cinco años de historia de la HOAC, en algunos momentos convulsa, podemos decir que esa sigue siendo la marca de la HOAC: fundamentarlo todo en la gozosa experiencia cotidiana del amor de Dios en nuestra vida, que se traducen en “veinticuatro horas de vida honrada”.

A las puertas de celebrar la decimocuarta asamblea general el año próximo, esto es lo que debe seguir impregnando nuestra vivencia hoacista: la mística que se vive en el encuentro con Cristo en medio de la vida obrera, para ser testigos de su amor, y anunciadores del Reino a través de esa honrada vida obrera. Todo lo que no sea esto está llamado a fracasar.

La HOAC somos la Iglesia enraizada en la vida obrera. Y solo fundamentados en el amor de Dios del que hacemos experiencia cotidiana seremos fieles a nuestro ser y misión. Esto lo aprendimos de don Eugenio, y sigue siendo nuestra marca. Y esto es lo mejor que podemos ofrecer -y queremos seguir ofreciendo con nuestra vida- a nuestras hermanas y hermanos del mundo obrero y del trabajo.

Renovando ese compromiso, este 8 de abril la Comisión Permanente volveremos a agradecer la vida de don Eugenio, su amor a la HOAC, y las bases que puso, en las que seguimos sustentándonos, con un sencillo acto de oración ante su tumba en el cementerio sacramental de san Isidro, de Madrid, donde reposan sus restos. Y volveremos a pedirle que interceda para que la HOAC sigamos creciendo en la espiritualidad y la mística de la pobreza, la humildad y el sacrificio, haciendo de ellas la expresión más cercana del amor de Dios al mundo obrero y del trabajo.

Y nos despediremos de él, hasta mañana, en el altar.

 

 Publicación relacionada 

El cristiano es otro Cristo
Reflexiones de D. Eugenio Merino, primer consiliario nacional de la HOAC, en el Boletín de la HOAC, 1950-1953.

Sus artículos y muchos de sus escritos necesitan, para su comprensión, situarlos en el contexto histórico, cultural y político, religioso y eclesial en el que él vivió. También, leerlos como leía él o le leían los alumnos y militantes de la HOAC, «lazarillos» porque ya no veía.

Una lectura lenta, escuchada, pensada y crítica, rumiada, «antes de ser enhebrada», personalizada. Sin olvidar que para D. Eugenio, la vida del cristiano, las acciones del militante, son expresiones del Verbo encarnado, manifestaciones del Misterio, místicas. «¡Encarnación es todo el universo!». Así se explica cómo se saludaban y despedían los militantes de la HOAC: «24 horas de vida honrada en gracia de Dios y hasta mañana en el altar».

 

Domingo de Ramos • 10 abril

Iglesia

Domingo de Ramos • 10 abril

07 abril 2022

Como dice el papa Francisco, pidamos la gracia del estupor. La vida cristiana, sin asombro, es monótona. ¿Cómo se puede testimoniar la alegría de haber encontrado a Jesús, si no nos dejamos sorprender cada día por su amor admirable, que nos perdona y nos hace comenzar de nuevo? Si la fe pierde su capacidad de sorprenderse se queda sorda, ya no siente la maravilla de la gracia, ya no experimenta el gusto del Pan de vida y de la Palabra, ya no percibe la belleza de los hermanos y el don de la creación. En esta Semana Santa, levantemos nuestra mirada hacia la cruz para recibir la gracia del estupor.

 

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Noticias Obreras | El desafío digital en la Iglesia

Kiosco

Noticias Obreras | El desafío digital en la Iglesia

01 abril 2022

Como cada primero de mes, ya está disponible un nuevo número de la revista Noticias Obreras. La edición impresa va de camino al domicilio de las personas e instituciones suscritas. Sus contenidos junto con los de actualidad, que publicamos todos los días, son ya accesibles en la edición digital de www.noticiasobreras.es. Estos son cuatro de sus destacados:

El desafío digital en la Iglesia

«La revolución digital está irrumpiendo en todos los órdenes de nuestra vida, alterando, y en ocasiones, disolviendo la manera habitual de entender las relaciones personales y sociales y desafiando, cómo no, también a la Iglesia (…) en sus cuatro pilares fundamentales: la liturgia, la espiritualidad, la experiencia religiosa y la oración; el anuncio, la palabra y la evangelización; el cuidado de la caridad y la promoción de la justicia; y la presidencia de la comunidad y el gobierno y magisterio», señala el teólogo Jesús Martínez Gordo en el Tema del Mes El reto de la revolución digital en la comunidad cristiana

«Cortaban el amianto con serruchos de carpintero»

Entrevista a José Luis Gundín, víctima del amianto. Hace 14 años le diagnosticaron asbestosis. Aunque se prejubiló en Airbus, todavía espera que la antigua Astano, hoy Navantia, reconozca su responsabilidad por haber dejado que sus trabajadores respiraran polvo de amianto, sin tomar ninguna medida de seguridad.

¿Sobre qué queremos construir la seguridad?

Algunas consideraciones, a la luz de Fratelli tutti, sobre los caminos que queremos transitar como humanidad y desde qué lógica queremos construir la seguridad.

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