Título Autor

 
   
   
 
  • Militantes obreros

    Se nos ofrece aquí una segunda colección de artículos de Guillermo Rovirosa, todos los cuales tienen de nota común el referirse a cómo tiene que ser el militante obrero cristiano. De ahí el título con que se nos presenta este libro.

    A lo largo de todas estas páginas se percibe y se transmite aquel calor, aquella fuerza y aquel poder de arrastre que son la característica de los escritos de Rovirosa, y que permiten que las situemos dentro del título general de Mística de la HOAC que hemos dado a toda su colección de artículos del Boletín. Ya en el Prólogo que escribimos para el primer volumen en que se recogen estos artículos (Somos, por Guillermo Rovirosa. Ediciones HOAC, Madrid, 1965) expusimos el sentido que le damos aquí a la palabra "mística", y a lo que entonces dijimos nos remitimos.

    Lo que ahora queremos poner de manifiesto, especialmente, es cómo en todos estos artículos aparece ante nuestros ojos lo que podría llamarse una "espiritualidad seglar".

    Es claro que, en lo esencial, en el Cristianismo no existe más que una espiritualidad, que consiste en la santidad, que, a su vez, estriba primaria y principalmente en la Caridad y secundariamente en las demás virtudes. Pero existen diversas formas de realización de esa santidad que para todos los cristianos es, sustancialmente, la misma. Por eso podemos hablar de diversas espiritualidades, tantas que, como muchas veces se ha dicho, cada persona tiene su propia y peculiar espiritualidad, y, generalizando, se puede con toda razón hablar de una espiritualidad seglar, como distinta de la que corresponde a los religiosos y sacerdotes, y que ahora empieza a salir de sus primeros balbuceos.

Autor

Guillermo Rovirosa

Guillermo Rovirosa Albet nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897. Ingeniero Industrial de formación, durante un vieja a Parí;s escucha casualmente al Arzobispo Verdier, quien  le hace caer en la cuenta de que no conoce a Jesucristo. Inicia entonces una aproximación a la persona de Jesús y a su mensaje que culmina, un año después, con su conversión a la fe cristiana en El Escorial en la Navidad de 1933.

En 1939 es condenado a seis años de prisión por haber presidido un comité de empresa. En 1940 se incorpora a la Acción Católica (AC) y comienza a actuar apostólicamente con trabajadores. En 1946 los obispos españoles, a instancias de Pí;o XII, ante la situación de lejaní;a de la Iglesia de la clase obrera, deciden la creación de una especialización obrera dentro de la A.C. y eligen a Guillermo Rovirosa para que lleve a cabo tal misión. Renuncia a todo y se dedica por entero a hacer realidad la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).

Pone en marcha el ¡TÚ!, semanario obrero de amplia difusión, y el Boletí;n de la HOAC para la formación de militantes. En 1957 es apartado de la dirección de la HOAC. A partir de entonces Guillermo Rovirosa pasa largas temporadas en Montserrat, profundiza en su reflexión teológica, aplicando siempre el evangelio a la vida de la persona y de la sociedad, y escribe una serie de obras que manifiestan la grandeza de su fe y su pasión por un mundo que llegue a vivir en comunión. Muere en Madrid el 27 de febrero de 1964.

 

 

 

Colección:
Materiales
Volumen:
Núm. de páginas:
377
Primera edición:
1965
ISBN:
Encuadernación:
Rústica